Reconquista y repoblación en la Península Ibérica

Reconquista y repoblación

La Reconquista es la actividad militar llevada a cabo por los núcleos políticos cristianos de la Península Ibérica, en el transcurso de los siglos VIII a XV, con la finalidad de recuperar el territorio que, con anterioridad, había sido ocupado por los musulmanes. Los reinos de Castilla y Aragón fueron los protagonistas de esta expansión, mientras que Navarra quedó relegada por no tener fronteras con Al-Ándalus. Asociada a la Reconquista está la repoblación, es decir, la ocupación por parte de la población cristiana de tierras hasta entonces dominadas por los musulmanes.

Primeros núcleos de resistencia al Islam

Al norte del Duero y del Ebro el control del ejército musulmán fue muy débil, limitándose a cobrar tributos y establecer pequeñas guarniciones defensivas. Allí se fueron formando los núcleos cristianos que iniciarían posteriormente su avance hacia el sur:

  • Núcleo asturiano: Después de la derrota de Guadalete frente a los musulmanes, algunos nobles visigodos huyeron y se refugiaron en la zona montañosa de la Cordillera Cantábrica. Uno de esos nobles fue Pelayo, que obtuvo en el 722 una primera victoria sobre los musulmanes en Covadonga. Los sucesores de Pelayo, Alfonso I y Alfonso II se negaron a pagar impuestos a los musulmanes y crearon el reino de Asturias, que se extendió hacia Galicia y hacia la región de los vascos occidentales. Alfonso III (886-910) se aprovechó de la debilidad de los emires cordobeses y ocupó los territorios que se extienden hacia el Duero y trasladó la capital de Oviedo a León.
  • Núcleo navarro: se hallaba entre el estado franco y Al-Ándalus. En la zona pirenaica occidental las comunidades tribales que habitaban en las montañas tampoco fueron dominadas efectivamente por los árabes. Éstos entregaron el control a nobles muladíes que mantenían buenas relaciones con las tribus vasconas y pirenaicas. Ambas tenían un interés común: mantener alejados tanto a los árabes como a los carolingios. Tras diversos acontecimientos (como la Batalla de Roncesvalles contra los francos en el 778), se impuso en el que se denominó reino de Pamplona la dinastía Íñiga (iniciada por Iñigo Arista) tras expulsar a los gobernadores carolingios en torno al 830. El núcleo navarro llegó a su apogeo con Sancho III el Mayor. Rey de Navarra entre los años 1000-1035, extendió su poder a Aragón y Castilla. Fue el monarca más poderoso de los reinos cristianos de la Península Ibérica en el siglo XI.
  • Núcleo aragonés: como el núcleo navarro, la zona del Pirineo central (condados pirenaicos de Aragón, Sobrarbe y Ribagorza) se independizó del dominio carolingio hacia el año 820. El condado de Aragón quedó anexionado a comienzos del siglo X, por vía matrimonial, al reino de Navarra.
  • Núcleo catalán: en el Pirineo oriental los francos establecieron la Marca Hispánica (zona fronteriza entre el Imperio Carolingio y Al-Ándalus) divida en condados. Las primeras manifestaciones de autonomía política aparecieron en el siglo IX, cuando Vifredo el Velloso, conde de Urgell, logró expandir sus territorios y convertirlos en hereditarios. El nacimiento de los condados catalanes se produjo en el año 988, cuando el conde Borrell II, conde de Barcelona, no renovó su juramento de fidelidad al rey de los francos y convirtió sus dominios en hereditarios. El condado de Barcelona era el más importante de los recién nacidos condados catalanes.

Expansión de los reinos cristianos entre los siglos XI y XIII

La expansión territorial de los reinos cristianos entre los siglos XI y XIII puede dividirse en tres etapas:

Primera etapa (siglo XI – primera mitad del siglo XII)

Los reinos cristianos occidentales (Castilla y León) ocuparon el valle del Tajo. El hecho clave de esta expansión fue la conquista de Toledo (1085) por Alfonso VI. Esta conquista tuvo un valor simbólico, ya que Toledo era la antigua capital visigoda. Rodrigo Díaz de Vivar (el Cid), vasallo de Alfonso VI conquista la taifa de Valencia.

En la zona oriental, el reino de Aragón ocupa el valle del Ebro. El hecho clave de esta expansión es la toma de Zaragoza por Alfonso I el Batallador (1118). Tras su muerte, los navarros se separan de Aragón. El nuevo rey, Ramiro, consiguió el enlace de su hija Petronila con Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona. Nació así la Corona de Aragón, el último de los grandes reinos peninsulares. Cada territorio de esta corona mantiene sus leyes, instituciones, lengua y costumbres.

Durante esta primera etapa las tierras conquistadas fueron ocupadas:
• Por la nobleza en Aragón (para defender la frontera).
• Por colonos en Castilla, a los que se concedían privilegios a cambio de trasladarse a las zonas peligrosas de frontera con Al-Ándalus.

Segunda etapa (segunda mitad del siglo XII – principios del siglo XIII)

La creación de órdenes militares para proteger enclaves estratégicos (Calatrava o Alcántara), permitió el avance y ocupación de la cuenca del Guadiana. El hecho clave de esta etapa es la batalla de las Navas de Tolosa (1212): ante la delicada situación Alfonso VIII pide ayuda a los reinos cristianos y al papa Inocencio III que da a la lucha el carácter de cruzada. Tropas de Aragón y cruzados del resto de Europa se unen a Castilla (no lo hacen ni Navarra ni León). Los musulmanes fueron derrotados y los cristianos continuaron su avance hacia el sur.

La hegemonía musulmana en el sur peninsular llega a su fin. A partir de este momento la ocupación de las tierras se va a producir de forma masiva por parte de la nobleza, la iglesia y las Órdenes militares (como la de Santiago o la de Calatrava) que reciben así el pago por sus servicios en la conquista (de aquí deriva la estructura actual de la propiedad de la tierra en parte de Andalucía y Extremadura, basada en grandes latifundios).
Tuvo lugar durante la segunda mitad del siglo XIII. En esta etapa en Castilla Fernando III emprendió la conquista de Andalucía (Córdoba y Sevilla) y Murcia y Alfonso X el Sabio incorporara Cádiz y Huelva.
En Aragón: Jaime I el Conquistador ocupó las Baleares (control del Mediterráneo) y entre 1232 y 1245 conquistó el reino de Valencia.

Tercera etapa

El dominio musulmán quedó reducido al reino nazarí de Granada.