Consecuencias de la Primera Guerra Mundial: Los Tratados de Paz
El Tratado de Versalles y Alemania
En las conversaciones de Versalles, Francia insistía en adueñarse de la orilla izquierda del río Rin para dificultar en el futuro una posible invasión alemana. Sin embargo, Gran Bretaña no la veía necesaria, ya que le parecía suficiente con la reducción del ejército alemán de un millón a cien mil hombres. En cuanto a Estados Unidos e Italia, ambos argumentaban que si Francia ocupase la orilla izquierda del Rin, se privaría a Alemania de su principal zona industrial, lo que fomentaría el sentimiento de revancha germano en un futuro próximo.
Al final, Renania quedó dividida en tres zonas, en cada una de las cuales la ocupación tendría una duración diferente y, al desocuparlas, se convertirían en zonas desmilitarizadas. Por lo que se refiere al Sarre, la decisión fue separarlo de Alemania durante 15 años; una vez transcurridos, se convocaría un plebiscito sobre su futuro. En cuanto a Alsacia y Lorena, pasaron de nuevo a manos de Francia. También se reconstruyó Polonia gracias a la revolución de Posnania y Alta Silesia. Igualmente, Danzig fue reconocida como ciudad libre, ya que Alemania perdió su unidad territorial, con lo que la Prusia Oriental quedó separada del resto del país por el denominado Corredor Polaco. Por último, Alemania se vio obligada a devolver el norte de Schleswig a Dinamarca.
En el Tratado de Versalles, se prohibió, además, de manera explícita cualquier tipo de unión entre Austria y Alemania. Por lo que se refiere a las cláusulas económicas, ante la insistencia francesa, Alemania tenía que pagar todos los desperfectos causados. Se fijaron 220.000 millones de marcos. Esto provocó el descontento de EE. UU., que consideraba una medida de incitación al revanchismo alemán, ya que estimaba que este país no estaba en condiciones de hacer frente a los gastos.
El Tratado de Saint-Germain y Austria
En el Tratado de Saint-Germain se regularon las condiciones de la paz con Austria. Los austriacos tuvieron que devolver Galitzia a Polonia y cedieron la región de Bohemia y Moravia a Checoslovaquia. Además, Yugoslavia se quedó con Bosnia, Croacia y Eslovenia.
Como resultado de todo ello, Austria se convirtió en un pequeño estado entre el Danubio y los Alpes. De su antiguo imperio surgieron dos nuevas naciones: Yugoslavia y Checoslovaquia. También fue abolido el régimen imperial, convirtiéndose Austria en una república.
La Expansión Colonial y los Sistemas de Administración
Modalidades de Organización Colonial
Las distintas modalidades de organización colonial pueden clasificarse en dos sistemas principales: el sistema de administración británico y el francés.
El Sistema Británico
El sistema británico presentaba tres variantes:
- A) El autogobierno o dominio: Este sistema se estableció en colonias con un alto porcentaje de población europea. Los dominios poseían parlamento propio y un gobierno autónomo, aunque solo limitado a la política interior, ya que la exterior quedaba en manos de Londres. Un ejemplo de este tipo era Canadá.
- B) El protectorado: En este sistema, el gobernador o representante de la metrópoli administraba la colonia valiéndose de los jefes indígenas. Esto solo era posible en territorios donde, antes de la colonización, ya existía una organización política indígena importante, como era el caso de Egipto.
El Reparto de África y Asia
La Colonización del Norte de África
En esta zona, Francia ya ocupaba Argelia desde 1830, cuando Carlos X decidió conquistarla. Sin embargo, fue la apertura del Canal de Suez en 1869 la que incrementó la importancia de la zona al convertirla en ruta obligada entre el Atlántico y el Índico.
De este modo, los intereses de Francia e Inglaterra se centraron en Túnez y Egipto, aprovechando la decadencia del Imperio Otomano. Los ingleses reforzaron su posición al comprar el 40 % de las acciones del Canal y recibir Chipre como recompensa por la ayuda prestada a Turquía en su guerra contra Rusia. Por ello, los británicos aceptaron que Francia interviniera y conquistara Túnez, mientras Inglaterra hacía lo propio en Egipto, utilizando como pretexto un levantamiento antieuropeo en Alejandría en 1882.
En cuanto a Marruecos, era un territorio deseado por Francia frente a la oposición de británicos, alemanes, españoles e italianos. Hubo que esperar a comienzos del siglo XX para que se establecieran acuerdos anglofranceses. En 1904 se firmó el primer acuerdo que contrarrestaba el afán colonialista de Alemania. El segundo acuerdo se firmó en 1906 en Algeciras y, fruto del mismo, nació el protectorado hispanofrancés en territorio marroquí. Finalmente, Italia ocupó Libia en 1911, con lo que las conquistas mediterráneas de las potencias europeas se completaron.
La Penetración Colonial en África Central y Occidental
Hacia 1870, varios países tenían posesiones en esta zona (Portugal, Francia, Inglaterra y España), pero casi todas se reducían a la franja costera e islas. En la vertiente atlántica, la penetración colonial se hizo a través de tres grandes ríos:
- El Senegal, que sirvió de ruta a los franceses.
- El Níger, utilizado por los ingleses.
- El Congo, empleado como vía de acceso por varias naciones.
Precisamente en la región del río Congo se produjeron problemas entre las grandes potencias coloniales. En la margen izquierda se estableció Stanley, tomando posesión en nombre de Leopoldo II de Bélgica; en la margen derecha se asentó Brazza en nombre de Francia; y, al mismo tiempo, los portugueses se afianzaron en la zona de la desembocadura del río. A todo ello se unían las ambiciones de ingleses y alemanes.
Para solucionar este problema, Bismarck convocó la Conferencia de Berlín (1885), donde se determinó la creación de un Estado Libre del Congo, en realidad controlado por los belgas; se delimitó también la zona francesa en la orilla derecha y se estableció otra zona que quedaría bajo control internacional. Por el contrario, los ingleses solo controlaron en la zona Sierra Leona, la Costa de Oro y Nigeria.
La Expansión en Asia y Oceanía
Hacia 1870, el único país que mantenía posesiones importantes en Asia era Inglaterra, que contaba con la India como centro de sus posesiones en esa parte del mundo. Junto a las colonias inglesas, hay que citar las Indias Holandesas (Indonesia) y algunos enclaves de Francia y Portugal. En cuanto a Oceanía, Inglaterra tenía en Australia una colonia penitenciaria que pasó en 1830 a una administración civil, cuya base económica era la ganadería y la explotación agraria. También en Nueva Zelanda había asentamientos de colonos y misioneros británicos.
Con la apertura del Canal de Suez, el acceso a tierras asiáticas era mucho más fácil. Así, Francia se lanzó a un afianzamiento de sus posesiones. Con todos los territorios que Francia tenía, formó la Unión Indochina. Ante la expansión francesa, creció el recelo de Inglaterra, que ocupó Birmania y Malasia. El resultado fue que en la península de Indochina tan solo Siam se libró de la ocupación extranjera al convertirse en un estado tapón entre las posesiones francesas e inglesas. Por su parte, el avance ruso por el noroeste de la India también preocupó a Inglaterra, impulsándola a establecer el estado tapón de Afganistán.
En cuanto al Imperio Chino, se encontraba debilitado a partir de la Guerra del Opio, que finalizó con el Tratado de Nankín. El emperador chino tuvo que ceder Hong Kong a los ingleses y permitir en su territorio la existencia de puertos francos controlados por casi todas las potencias coloniales.