La Descomposición Política (1933-1935)
Tras la puesta en libertad de Sanjurjo y en desacuerdo con la tutela de la CEDA, un sector de los radicales encabezados por Martínez Barrio había abandonado el partido de Lerroux y formado uno nuevo, Unión Republicana.
Se formó un nuevo gobierno que incluía a cinco miembros de la CEDA; Gil Robles era ministro de la Guerra y Franco, jefe del Estado Mayor. El ejecutivo inició la contrarrevolución. Se suspendió el Estatuto de Autonomía de Cataluña, se anuló la Ley de Contratos de Cultivo, los campesinos fueron obligados a pagar la totalidad de la renta, incluidos los atrasos desde 1931, y se devolvieron las propiedades de los jesuitas.
Se presentó un anteproyecto para modificar la Constitución, que no llegó a ser aprobado y que recogía una revisión restrictiva de las autonomías, la abolición del divorcio y la negación de la posibilidad de expropiación de tierras.
Se acentuaron las divisiones entre los partidos que apoyaban a los gobiernos de centro-derecha, sobre todo a partir de los escándalos de corrupción como, por ejemplo, el caso del Estraperlo y el caso Nombela. El presidente Alcalá-Zamora decidió disolver las Cortes y convocar nuevas elecciones para febrero de 1936.
El Frente Popular
La Polarización Electoral
Las izquierdas decidieron acudir a las elecciones formando una gran coalición que incluyó a los republicanos reformistas, al PSOE e incluso a los comunistas y adoptó el nombre de Frente Popular. Su programa defendía:
- La concesión de una amnistía para los encarcelados.
- La reintegración en cargos de los represaliados.
- La aplicación de la legislación reformista suspendida por la coalición radical-cedista.
La CNT apoyó al Frente Popular.
Los partidos de derechas también formaron coaliciones: la CEDA, los monárquicos, tradicionalistas, etc., se agruparon en el Bloque Nacional. Para las derechas, las urnas podían ser la oportunidad para alcanzar la mayoría suficiente.
Los Resultados Electorales
El Frente Popular obtuvo en las elecciones el 48% de los votos y 268 diputados, convirtiéndose en la fuerza ganadora. Las derechas obtuvieron el 46,5% de los sufragios, mientras las fuerzas del centro solo un 5,4%. El PSOE y la CEDA formaron las principales minorías parlamentarias. El PCE obtuvo 17 escaños. Falange Española ni siquiera consiguió que su líder, Primo de Rivera, revalidase su acta de diputado.
El nuevo gobierno quedó formado exclusivamente por republicanos, mientras que el resto de partidos de la coalición se comprometieron a darles apoyo parlamentario. Manuel Azaña fue nombrado presidente de la República y Casares Quiroga, presidente del gobierno.
La Etapa del Frente Popular
El nuevo gobierno puso en marcha el programa pactado. Se decretó una amnistía y se obligó a las empresas a readmitir a los obreros despedidos a raíz de los conflictos. El Gobierno de la Generalitat volvió al poder y se restableció el Estatuto de Autonomía de Cataluña, y en el País Vasco y Galicia se iniciaron las negociaciones para la aprobación de sus respectivos estatutos.
Los partidos de izquierda y los sindicatos se lanzaron a una movilización popular. En las ciudades se convocaron huelgas, y en el campo, los jornaleros se adelantaron a la legislación y ocuparon las tierras. La situación fue recibida por las derechas con rechazo. Muchos propietarios de tierras se opusieron a las medidas del gobierno; algunos empresarios industriales expatriaron capitales y la Iglesia inició campañas contra la República.
Hacia el Conflicto: Violencia y Preparación del Golpe
Dialéctica de Puños y Pistolas
La situación política y social se hizo muy conflictiva y generó un clima de violencia social. Falange Española y grupos de extrema derecha formaron patrullas armadas que iniciaron acciones violentas contra líderes izquierdistas, y fueron respondidas del mismo modo por los militantes radicales de la izquierda.
La Preparación del Golpe de Estado
Las derechas estaban pensando en un golpe de fuerza para acabar con el Frente Popular. La preparación del golpe militar se inició incluso antes del triunfo electoral del Frente Popular. Parte de la oficialidad del Ejército, convencida de una revolución bolchevique, comenzó a planificar un levantamiento armado liderado por Sanjurjo, y organizado por el General Mola, quien asumió el papel de director. Aunque carecían de unos objetivos claros, las ramificaciones de la conspiración fueron extendiéndose.
Su plan consistía en organizar un pronunciamiento militar simultáneo en todos los cuarteles de España, dando un protagonismo especial al Ejército de África al mando del General Franco. Para frenar los rumores golpistas, el gobierno trasladó a Franco a Canarias y a Mola a la península, pero no se atrevió a destituirlos.
El asesinato de José Calvo Sotelo a manos de integrantes de fuerzas policiales, en venganza por el asesinato del teniente Castillo por la ultraderecha, aceleró la sublevación militar, que se inició el 17 de julio de 1936 en Marruecos y dio comienzo a una Guerra Civil que duraría tres años.