La Revolución Francesa y su impacto en Europa y América en el siglo XIX

La Revolución francesa se convirtió en punto de referencia de las revoluciones políticas que tuvieron lugar en Europa y América en el siglo XIX. Las causas de la Revolución A finales del siglo XV, las estructuras del Antiguo Régimen en Francia entraron en una crisis social, política y económica. Se inició un proceso revolucionario que tuvo como objetivo poner fin a los modelos de organización política y social del Antiguo Régimen. Entre las principales causas del estallido de la revolución se encontraban el enriquecimiento de la burguesía y el empobrecimiento de las clases populares. Sin embargo, el proceso revolucionario fue consecuencia de un conjunto de factores interrelacionados:
– La crisis social originada por el descontento de los grupos no privilegiados o tercer estado, pues estos carecían de derechos y, además, recaía sobre ellos la mayor carga de impuestos del Estado.
Los principios ilustrados de libertad, igualdad, soberanía nacional o separación de poderes fueron las bases con las que la burguesía podía justificar el cambio político, social y económico.
– La crisis del Estado absolutista: las estructuras judiciales y administrativas de la monarquía absoluta se mostraban cada vez más ineficaces. Recurrieron a la subida continua de impuestos y a una reforma fiscal para solucionar la situación de bancarrota (debida a los gastos de las guerras y de la corte), pero estas reformas solo agravaron el descontento popular.
Ante la crisis de Estado, el rey Luis XVI propuso como solución el pago de impuestos a todos sus súbditos, incluidos los grupos privilegiados. Pero estos se rebelaron, en la conocida como revuelta aristocrática, argumentando que solo los Estados Generales podían aprobar nuevos impuestos. Así pues, el rey se vio obligado a convocar los Estados Generales.



Relaciones internacionales

Siglo XVII: Máximo poder de Europa en la dinastía de los Habsburgo (reinaban en España y Austria) y los Borbones que reinaban en Francia. Inglaterra se movió para evitar que ningún imperio consiguiese la hegemonía en el continente europeo, para eso, se enfrentó o buscó alianzas que sirvieron para sus intereses, así pactó con Portugal y el Imperio Otomano; la lucha por la hegemonía europea desencadenó la guerra de los 30 años en la que estuvieron implicados la mayor parte de los países europeos = crisis económica = elevado descenso demográfico

Siglo XVIII: Estas relaciones estuvieron marcadas por dos factores: adquirieron mayor importancia los factores económicos relacionados con el dominio de los territorios coloniales y persistió la política de alianzas entre dinastías reinantes que se enfrentaban o aliaban entre sí; la guerra de sucesión española fue un conflicto entre Habsburgo y los Borbones con la intervención de Gran Bretaña. Gran Bretaña se convirtió en la nueva potencia hegemónica, se reforzó la alianza entre Francia y España, Prusia y Rusia surgieron como nuevas potencias, el Imperio Otomano entró en decadencia. Además, surgieron muchas guerras: sucesión de Polonia: Suecia, Francia y España contra Austria y Prusia; sucesión de Austria: María Teresa de Austria con la ayuda de Rusia, Provincias Unidas y Gran Bretaña, consigue hacer valer sus derechos.

El Congreso de Viena pretendía restaurar el Antiguo Régimen, recuperar el control de Europa y vigilar a Francia para evitar una reedición de su imperio.

Los principales acuerdos del Congreso fueron: – Restauración de las monarquías absolutistas y del principio de legitimidad – Establecimiento de nuevas fronteras, lo que significó la desintegración del imperio napoleónico – Regulación de una nueva política internacional que garantizara el orden absolutista y comprometiera a las potencias a intervenir políticamente y militarmente en cualquier estado donde la monarquía peligrase
Para llevar a cabo esta política, se establecieron sistemas de alianzas entre los que destacó la Santa Alianza.



Proceso de unificación alemana- Tras el Congreso de Viena se creó la Confederación Germánica. En este proceso intervinieron diversos factores: la influencia del romanticismo y del nacionalismo conservador, la influencia del liberalismo y los intereses económicos de la burguesía.

Este proceso se llevó a cabo tanto en la vía militar como diplomática, impulsado por Prusia. Bismarck, con el apoyo de la nobleza terrateniente y la alta burguesía industrial, quería convertir Alemania en una potencia europea de primer orden.
La unificación se produjo en tres fases: Prusia y Austria vs Dinamarca, Prusia vs Austria, los territorios del norte se agruparon en un nuevo estado presidido por el rey Guillermo I de Prusia.
Se reconoció a Guillermo de Prusia como emperador por lo que se proclamó el II Imperio Alemán dirigido por Bismarck que desarrolló una política basada en un nacionalismo conservador.
Proceso de unificación italiana-Influyeron diversos factores: la voluntad de independencia de los imperios del norte que pertenecen al imperio austriaco, la influencia del Risorgimento que ayudó a promover el arraigo de una identidad nacional, influencia de sociedades secretas defensoras del nacionalismo y liberalismo, interés de la burguesía por la instauración de un estado liberal.
Este proceso se llevó a cabo mediante la acción militar y diplomática; los grandes impulsores fueron el conde de Cavour, Garibaldi y Mazzini.
El proceso se inició cuando el conde de Cavour consiguió el apoyo de Napoleón III para luchar contra el imperio austriaco; los ducados de Parma, Módena y Toscana se unieron a Piamonte al mismo tiempo que Garibaldi y los camisas rojas expulsaron a los Borbones y conquistaron el Reino de las Dos Sicilias.
El departamento de Piamonte proclamó a Víctor Manuel II como rey de Italia y el nuevo estado italiano nació con desequilibrios entre un norte rico e industrializado y un sur pobre y agrícola.