La Ley de Responsabilidades Políticas: Represión y Legado del Franquismo en España

Contexto y Naturaleza de la Ley de Responsabilidades Políticas

Este texto es una fuente primaria de naturaleza jurídica (una ley) y temática política. Su autor es el primer gobierno nombrado por Franco durante la Guerra Civil, compuesto por una mezcla de militares, falangistas, monárquicos, entre otros. El destinatario, por supuesto, fue todo el pueblo español.

El Escenario de 1939: Fin de la Guerra Civil Española

En cuanto al contexto en que fue promulgada esta ley, en febrero de 1939, la Guerra Civil estaba a punto de terminar (lo hizo oficialmente el 1 de abril del mismo año). A finales de enero había caído Barcelona en manos de los nacionales, y a principios de febrero, Manuel Azaña había cruzado la frontera camino de Francia, al igual que cientos de miles de republicanos. En ese momento, en el bando republicano muchos deseaban ya la rendición, aunque otros, con el gobierno de Juan Negrín a la cabeza, aún soñaban con un inicio de la guerra europea que salvara a la República.

La Ley de Responsabilidades Políticas: Artículos Clave y Alcance

En cuanto al contenido del texto, los tres primeros artículos aquí citados aclaran los sujetos a los que iba dirigida la Ley.

Artículo 1: Sujetos Acusados y Retroactividad

Como vemos, en el artículo uno aclara quiénes podían ser acusados: tanto las personas físicas como las jurídicas (partidos políticos, sindicatos, periódicos y cualquier otra asociación o empresa). Además, establece los marcos temporales, en este caso, desde el 1 de octubre de 1934. Se refiere, por supuesto, a la rebelión iniciada por algunos partidos y sindicatos de izquierdas en octubre de 1934 ante la entrada de tres ministros de la CEDA en el gobierno de Alejandro Lerroux. Esta insurrección, como es sabido, fracasó inmediatamente en todas partes excepto en Asturias, donde su aplastamiento por parte de los regulares marroquíes al mando de Franco ocasionó casi 1.500 muertos. Al citar esta fecha, la Ley sugiere que este fue el verdadero inicio de la guerra, implicando que los responsables de la misma eran los republicanos y la izquierda. Es importante señalar algunas aberraciones jurídicas de este artículo, como la culpabilización por “actos concretos” o por “pasividad grave”, indicando así que la mera oposición a una línea política (en este caso, el Movimiento Nacional) era ya de por sí un delito. O la aplicación de la Ley con efecto retroactivo, lo que implicaba que una persona podía ser condenada por un delito bajo una ley que aún no existía.

Artículo 2: Ilegalización de Partidos y Unificación Política

El artículo dos declaraba ilegal cualquier partido o asociación que formara parte del Frente Popular, que lo apoyara o que se opusiera al Movimiento, incluidos los nacionalistas vascos y catalanes (calificados de “separatistas”). Esto es, todos excepto los que apoyaron a Franco. Como sabemos, Franco unificó todos los partidos que lo apoyaban al crear FET de las JONS en abril de 1937 (el llamado “Movimiento Nacional”). En suma, se establecía un partido único.

Artículo 3: Confiscación de Bienes y Consecuencias Económicas

En cuanto al tercer artículo, declaraba que todos los bienes de estas organizaciones declaradas ilegales pasaban al Estado. Así, el Movimiento se quedó con locales, imprentas, redacciones de periódicos, entre otros. Cuando regresó la democracia, hubo litigios sobre los bienes de estos partidos y su devolución (por ejemplo, en el caso de locales de partidos en las grandes ciudades).

Sanciones y Efectos de la Ley

La Ley de Responsabilidades Políticas estipulaba una serie de castigos para los culpables de estos delitos políticos, dependiendo de la gravedad:

  • Cárcel
  • Destierro
  • Inhabilitaciones
  • Multas económicas
  • Pérdida de bienes, entre otros.

Además, establecía que los acusados podían ser condenados en ausencia y que, en caso de no estar presentes o de fallecer, los familiares debían hacerse cargo de las multas.

Marco Legal Represivo: La Ley de Masonería y Comunismo

Esta Ley fue acompañada, al año siguiente, por la Ley para la Represión de la Masonería y el Comunismo, que completó el cuadro legal para reprimir a los republicanos. La Ley estuvo en vigor hasta 1969, aunque sus efectos económicos continuaron hasta la muerte de Franco en 1975.

El Alcance de la Represión Franquista: Cifras y Manifestaciones

Naturalmente, lo que subyace a esta Ley es la represión política durante y después de la guerra, un tema que todavía hoy sigue causando grandes controversias en España.

Dimensiones de la Represión: Víctimas, Encarcelados y Exiliados

Empezando por las cifras. El franquismo llevó a cabo un recuento de las víctimas de la represión republicana (la llamada “Causa General”), que primero habló de 500.000 para luego bajar a 55.000. En cuanto a las víctimas republicanas, hasta hace poco no había cifras consolidadas, y estas están también en constante debate y revisión, aunque ya existen numerosos estudios por provincias. En resumen, citando a Julián Casanova, de la Universidad de Zaragoza, las cifras aproximadas serían:

  • 50.000 muertos por la represión republicana.
  • Por el bando nacional, se estiman unos 100.000 muertos durante la guerra y otros 50.000 después de ella (150.000 en total).

Nos referimos a ejecutados, no a muertos en acciones de combate (estos serían, según Gabriel Jackson, unos 100.000, más otros 60.000 civiles por bombardeos, enfermedades o hambre).

A estos habría que sumar los encarcelados, que según Casanova, ascendieron a unos 500.000, de los cuales 30.000 aún permanecían en prisión en 1950. Muchos de estos detenidos fueron enviados a los Batallones de Trabajadores, encargados de realizar obras públicas como carreteras, vías férreas, canteras, minas o el Valle de los Caídos. Tanto los presos en las cárceles y los campos de internamiento como los miembros de los batallones de trabajadores vivieron en pésimas condiciones de alimentación, higiene, entre otras carencias.

También hay que considerar a los exiliados, que también rondaron el medio millón, de los cuales unos 300.000 regresaron poco tiempo después y afrontaron las penas que les fueron impuestas, dependiendo de la condición de cada uno.

Diversidad de la Represión: Más Allá de la Cárcel y la Ejecución

Así, la represión franquista se centró en todo el abanico de posiciones políticas, no solo en las más radicales, como la CNT o el PCE. Además, afectó a determinados sectores: antiguos alcaldes y concejales, maestros de escuela, líderes políticos y sindicales, entre otros. En realidad, cualquier persona sospechosa de haber apoyado o incluso simpatizado con el Frente Popular y los republicanos.

Además, hubo muchos tipos de represión. Evidentemente, las ejecuciones o las largas penas de cárcel son las más llamativas, pero el despido laboral, la pérdida de puestos (como funcionarios, que son difíciles de conseguir), la pérdida de viviendas, la marginación y el ostracismo social, fueron también formas de represión que duraron, en ocasiones, muchos años. Una ley del mismo 1939 declaraba que solo aquellos que fueran claramente afectos al Movimiento Nacional podían continuar como funcionarios del Estado.

Legado y Controversia: La Represión Franquista y su Impacto Duradero

En conclusión, la mayoría de historiadores considera que el franquismo se constituyó como un régimen dictatorial basado en la humillación y la venganza contra esa “media España” que había sido derrotada, y que esto se mantuvo durante muchos años (prácticamente toda la dictadura). Aunque algún historiador de derechas ha comentado sobre esta Ley que, en realidad, supuso un intento de “legalizar la represión”, y que pudo ser un “avance” respecto a la represión anterior, totalmente indiscriminada y llevada a cabo en la más absoluta impunidad jurídica.

En todo caso, aparte de los casos individuales, todas estas medidas de castigo impuestas por el franquismo tuvieron un efecto brutal sobre la sociedad, tanto durante la dictadura como después. Durante la dictadura, por la carga de miedo con la que vivió una parte de la población. Y sobre la política, porque Franco estableció que los únicos buenos españoles eran los afectos al Movimiento Nacional. Todavía hoy, muchos españoles sienten rechazo ante su propia bandera, fruto de esta distorsión histórica que supuso la represión franquista.