La Intervención Española en Marruecos: Crisis de la Restauración y la Guerra del Rif (1904-1927)

Contexto Histórico: El Afán de Prestigio tras el 98

Tras el Desastre del 98, que supuso la pérdida del imperio colonial, las autoridades españolas encontraron en Marruecos (uno de los pocos territorios africanos que quedaban por repartir entre las potencias europeas) un lugar donde recuperar el prestigio internacional del país, poner fin al aislamiento y alcanzar otros intereses (políticos, militares y económicos).

El Reparto de Marruecos y la Conferencia de Algeciras (1904-1906)

En 1904, ante la conjunción de intereses de Francia y España sobre el territorio y la oposición británica a que los franceses dominaran la otra orilla del Estrecho de Gibraltar, se acordó repartir el sultanato de Marruecos de la siguiente manera:

  • A España le correspondió la zona del Rif (pequeña región montañosa al norte con yacimientos mineros).
  • A Francia le correspondió la mayoría del país (zonas más ricas).

Este reparto no gustó al emperador alemán, Guillermo II, que abogó por un Marruecos independiente. Así, en 1906 se convocó la Conferencia de Algeciras, en la que se confirmó el reparto del territorio acordado dos años antes entre Francia y España con el apoyo del Reino Unido.

La Guerra del Rif y las Crisis Internas

El Barranco del Lobo y la Semana Trágica de Barcelona (1909)

En 1909, el ejército español inició la ocupación militar de la zona, pero las tribus bereberes del Rif, llamadas cabilas, lideradas por Abd el-Krim, mostraron resistencia y derrotaron a las tropas españolas en el Barranco del Lobo.

Causas y Desarrollo de la Semana Trágica

Para evitar la caída de Melilla, el gobierno de Maura decidió movilizar a los reservistas y aumentó el número de soldados españoles en el Rif. Como consecuencia, se produjo la Semana Trágica de Barcelona (1909): un movimiento de protesta popular en Barcelona apoyado por anarquistas, socialistas y republicanos.

El sistema de quintas permitía que varones adinerados se libraran de ser reclutados para la guerra mediante el pago de una cuota (redención). El sindicato de orientación anarquista, la Sociedad Obrera, promovió una huelga general, apoyada por la UGT (sindicato socialista) y por grupos republicanos. Aunque comenzó de forma pacífica, la llegada de noticias sobre la derrota de las tropas españolas en el Barranco del Lobo, donde fallecieron unos 200 soldados españoles, desembocó en una espiral de protestas y violencia que se extendió durante siete días entre julio y agosto. El antibelicismo se transformó en anticlericalismo con la quema de más de 60 iglesias y hubo unos 150 muertos.

Consecuencias Políticas y Sociales

Las consecuencias de la Semana Trágica fueron significativas:

  • La represión de Maura incluyó cinco condenas a muerte, entre ellas la del anarquista y pedagogo Francisco Ferrer i Guàrdia.
  • Se produjo la desestabilización de los partidos de turno y la caída del gobierno de Maura (dimitió en octubre de 1909).
  • El rey disolvió las Cortes y entregó el gobierno a José Canalejas, líder liberal. Este realizó un intento reformista desde dentro del sistema de la Restauración, pero fue asesinado por un anarquista.
  • Los partidos dinásticos quedaron fragmentados y sin un líder. Por ello, se alternaron el poder. Tomó el mando el Partido Conservador con Eduardo Dato, quien murió también en un atentado anarquista.
  • Se produjo una reorganización de las fuerzas de la oposición, como el fortalecimiento del republicanismo y el acercamiento de las fuerzas de izquierdas.
  • La Alianza Republicano-Socialista creció, al igual que el desencanto de muchos obreros.
  • Se ocasionó un reforzamiento del catalanismo republicano independentista y de izquierdas, debido al desprestigio de la Liga Regionalista.

El Protectorado Español (1912)

En 1912 se formó el Protectorado español en Marruecos (con capital en Tetuán) mediante el cual España controló política y económicamente su área de influencia, respetando formalmente a las autoridades locales. El dominio del protectorado estaba sostenido por Alfonso XIII y por una parte del ejército, los llamados militares africanistas.

El Desastre de Annual (1921)

En el verano de 1921, para consolidar la ocupación del territorio, las tropas españolas iniciaron un avance desde Melilla, planificado por el general Silvestre. Silvestre planteó una operación militar arriesgada que fue abortada por el ejército de Abd el-Krim, provocando la muerte de 12.000 soldados españoles y la llegada del ejército rifeño a las puertas de Melilla.

El llamado Desastre de Annual conmocionó a la opinión pública española, que se rebeló contra un sistema que solo beneficiaba a un sector del ejército (los militares africanistas) con afán de prestigio y a un grupo de empresas (interesadas en explotar las minas de hierro de la zona), mientras que las familias pobres no podían acceder a la redención.

Repercusiones Políticas y el Expediente Picasso

Las consecuencias políticas de esta derrota fueron importantes:

  • Republicanos y socialistas culparon al rey por animar a Silvestre a una acción imprudente, mientras que los militares culparon a los parlamentarios por no darles medios suficientes.
  • Maura fue llamado en agosto de 1921 a presidir un gobierno de concentración nacional.
  • La presión de la opinión pública provocó la formación de una comisión de investigación para averiguar responsabilidades.

El resultado fue el denominado Expediente Picasso, que reveló el estado de corrupción e ineficacia del ejército. Días antes de que este informe llegara al Congreso y se dirimieran las responsabilidades políticas (entre las que podía estar involucrado el propio rey), el general Primo de Rivera dio un golpe de Estado en septiembre de 1923 que acabó con el sistema parlamentario de la Restauración.

Una de las razones esgrimidas por los golpistas para justificar su actuación fue acabar la guerra de Marruecos.

El Fin del Conflicto

El Desembarco de Alhucemas y el Fin de la Guerra (1925-1927)

Después de Annual, Abd el-Krim había atacado también la zona francesa. Esto facilitó la colaboración de las tropas francesas y españolas, que consiguieron una gran victoria en el desembarco de Alhucemas (1925). Abd el-Krim se rindió y se acabó con la resistencia de las cabilas, por lo que en 1927 finalizó la guerra. El territorio marroquí fue controlado por España hasta que, en 1956, el régimen de Franco le concedió la independencia.