El Reinado de los Austrias Mayores: El Siglo XVI
Introducción
Con Carlos I, se instauró en España la dinastía de los Habsburgo o de los Austrias. Él reinó durante la primera mitad del siglo XVI y su hijo, Felipe II, durante la segunda. En este periodo, conocido como el de los “Austrias Mayores”, la monarquía hispánica se convirtió en la gran potencia hegemónica mundial.
Carlos I de España y V de Alemania (1516-1556)
Hijo de Juana I de Castilla y Felipe I de Habsburgo, llegó a España rodeado de consejeros flamencos que no hablaban castellano. Tras superar ciertas reticencias iniciales, finalmente fue reconocido como rey de las coronas de Castilla y Aragón. En 1520 fue nombrado emperador del Sacro Imperio Romano Germánico con el nombre de Carlos V. A partir de entonces, la monarquía hispánica se convirtió en el eje central de la política mundial. Durante su reinado, además, se produjo una gran expansión del imperio español en América.
Política Interior
Su política interior estuvo caracterizada por los conflictos internos al inicio de su reinado. Cuando Carlos V partió hacia Alemania para ser coronado emperador, dejó la regencia en manos de Adriano de Utrecht, lo que generó un gran descontento en la población. La resolución de ambos conflictos reforzó el poder y la alianza entre la monarquía y la alta nobleza.
La Revuelta de las Comunidades (1520-1521)
Fue una sublevación de las ciudades de Castilla, respaldada también por el campesinado. Los comuneros demandaban la devolución del trono a la reina Juana y un aumento de la influencia de los poderes municipales frente al poder real. La revuelta fue liderada por figuras como Juan Bravo, Juan de Padilla y Francisco Maldonado. La alta nobleza apoyó al rey y los comuneros fueron definitivamente derrotados en la Batalla de Villalar (1521).
La Revuelta de las Germanías (1519-1523)
Fue una rebelión de carácter social en los reinos de Valencia y Mallorca (pertenecientes a la Corona de Aragón) contra la nobleza y la presión feudal en el medio rural.
Política Exterior
La política exterior de Carlos V se centró en el mantenimiento de una monarquía cristiana y universal (Universitas Christiana), encarnada en la doble autoridad del emperador y el papa. Esto le llevó a numerosos conflictos bélicos.
Rivalidad con Francia
El principal enfrentamiento fue con Francisco I de Francia por la hegemonía en Europa, especialmente por el control del Milanesado en Italia. Este conflicto se saldó con la decisiva victoria de los tercios españoles en la Batalla de Pavía (1525). Francisco I fue hecho prisionero y firmó el Tratado de Madrid (1526), por el que renunciaba a sus pretensiones sobre los territorios italianos. El posterior Saqueo de Roma (1527) por las tropas imperiales amotinadas consolidó la supremacía militar de Carlos V, quien finalmente incorporó el Milanesado a sus dominios. El conflicto finalizaría temporalmente con la Paz de Cambrai (1529).
Conflictos en Alemania: La Reforma Protestante
La defensa de la fe católica fue una tarea ardua, principalmente en Alemania, debido a la expansión de la Reforma protestante impulsada por Martín Lutero. Mientras el catolicismo defendía la idea de un Imperio Cristiano unificado, los príncipes protestantes buscaban una mayor autonomía, sin reconocer la autoridad del Papa ni la del Emperador en materia religiosa. El conflicto se desarrolló en dos frentes:
- Político-militar: Victoria imperial en la Batalla de Mühlberg (1547) contra los príncipes alemanes luteranos agrupados en la Liga de Esmalcalda.
- Eclesiástico: Convocatoria del Concilio de Trento (1545-1563) para reformar la Iglesia Católica.
El apoyo francés a los príncipes protestantes igualó las fuerzas de ambos bandos. Finalmente, en la Paz de Augsburgo (1555), Carlos V tuvo que reconocer la vigencia de las dos religiones (católica y luterana) bajo el principio cuius regio, eius religio (la religión del príncipe es la religión del súbdito).
Enfrentamiento con el Imperio Otomano
Los turcos otomanos fueron los grandes enemigos de Carlos V en la lucha por la hegemonía en el Mediterráneo. Además, apoyaban a los piratas berberiscos del norte de África, que ponían en peligro las rutas comerciales hispánicas. Carlos V logró frenar su avance, destacando la conquista de Túnez (1535).
Abdicación
Agotado, Carlos V abdicó en 1556. Dejó los territorios de Austria y los derechos al Imperio alemán a su hermano Fernando, y la corona hispánica con el resto de territorios europeos y de ultramar a su hijo Felipe. Murió en 1558 en el Monasterio de Yuste.
Felipe II (1556-1598)
Felipe II heredó el trono, pero sin el título de emperador, por lo que su política se centró en los asuntos hispánicos y en la defensa de sus vastos dominios, estableciendo la capital permanente en Madrid.
Política Interior
Su política interior se caracterizó por:
- Una fuerte intransigencia religiosa contra protestantes y moriscos. A estos últimos se les prohibió el uso de su lengua, formas de vestir y tradiciones, lo que desembocó en la Rebelión de las Alpujarras (1568-1571).
- Una marcada voluntad centralizadora. Destaca la Revuelta de Aragón (1591), un enfrentamiento entre el rey y las instituciones aragonesas, personificadas en el Justicia Mayor Juan de Lanuza. El conflicto se agravó por el caso de Antonio Pérez, antiguo secretario del rey, quien huyó a Aragón para acogerse a sus fueros. Ante la negativa a entregarlo, Felipe II envió un ejército a Zaragoza, derrotó a los sublevados y limitó los fueros de Aragón.
Política Exterior
Felipe II se esforzó por mantener la hegemonía hispánica en Europa y la defensa del catolicismo, lo que supuso un enorme desgaste militar y un progresivo empobrecimiento de la economía. Los principales frentes fueron:
- Francia: Tras una victoria inicial en la Batalla de San Quintín (1557), conmemorada con la construcción del Monasterio de El Escorial, se firmó la Paz de Cateau-Cambrésis (1559). Posteriormente, intervino en las Guerras de Religión francesas apoyando al bando católico, pero sus planes fracasaron con la conversión al catolicismo de Enrique IV, firmando la Paz de Vervins (1598).
- Países Bajos: La persecución del calvinismo en las provincias del norte provocó una rebelión en 1566, liderada por Guillermo de Orange. La Guerra de los Ochenta Años se convirtió en uno de los mayores problemas de la monarquía y derivó en la independencia de facto de las Provincias Unidas (norte), mientras que las provincias del sur (Flandes) permanecieron bajo soberanía hispánica.
- Imperio Otomano: Para frenar la amenaza turca en el Mediterráneo, el Papa Pío V organizó una Liga Santa (España, Venecia y Estados Pontificios). La flota aliada, comandada por Don Juan de Austria, derrotó a los turcos en la decisiva Batalla de Lepanto (1571).
- Inglaterra: Las relaciones, amistosas durante su matrimonio con María I Tudor, se volvieron hostiles con el ascenso de Isabel I. El apoyo inglés a los rebeldes de los Países Bajos y a los corsarios llevó a Felipe II a organizar la Grande y Felicísima Armada (conocida como la Armada Invencible) en 1588 para invadir Inglaterra. La expedición fue un fracaso y supuso un duro golpe al prestigio naval español.
- Anexión de Portugal: Fue su mayor éxito político. Tras la muerte sin descendencia del rey Sebastián I de Portugal en 1578, Felipe II hizo valer sus derechos dinásticos. Las Cortes de Tomar lo reconocieron como rey en 1581, logrando la Unión Ibérica y conformando el mayor imperio territorial y marítimo conocido hasta entonces, donde “no se ponía el sol”.
Conclusión
Bajo la monarquía de los Austrias, España se consolidó como la primera potencia mundial del momento. Carlos V tuvo una concepción de un imperio formado por diversos estados unidos en su persona. Felipe II, por su parte, gobernó sus dominios como un imperio más centralizado con capital en Madrid, aunque respetó las leyes de cada territorio. Sin embargo, el esfuerzo por mantener tantos frentes bélicos abiertos y afrontar sus elevados gastos militares provocó sucesivas bancarrotas y sentó las bases para que, a la muerte de Felipe II en 1598, la monarquía hispánica entrara en una profunda crisis durante el siglo XVII.