La Crisis Definitiva de la Restauración y la Caída de Alfonso XIII (1902-1931)

I. La Crisis del Sistema de la Restauración (1902-1923)

Alfonso XIII subió al trono en 1902, coincidiendo con la crisis definitiva del sistema de la Restauración. En España hubo intentos por modernizar el país y establecer un sistema político más democrático, pero los proyectos reformistas acabaron fracasando.

Características de la Crisis

El periodo se caracterizó por:

  • Relevo de los líderes: La muerte de Cánovas y Sagasta produjo constantes cambios en el gobierno.
  • Desigual industrialización: La industrialización desigual supuso graves desequilibrios sociales y económicos.
  • Aumento de la oposición: Crecimiento de la oposición política y social al sistema.
  • Intervencionismo real: El excesivo intervencionismo de Alfonso XIII en la vida política y las crisis de gobierno aumentaron su desprestigio.
  • Reaparición del Ejército: El Ejército reapareció en la vida política nacional.
  • Reformismo fallido: Intentos de reformas por parte de los nuevos líderes del Partido Conservador y del Partido Liberal sin grandes éxitos.
  • Marginación política: Continuaba la legalidad de los partidos republicano, carlista, socialista, anarquista y nacionalista, y por tanto, su imposibilidad de acceder al gobierno.
  • Pistolerismo: El Estado respondió ante los levantamientos de partidos socialistas y sindicatos con represión. El llamado pistolerismo supuso la muerte de muchos trabajadores y sindicalistas.

II. Conflictos Coloniales y Crisis Internas

La Cuestión de Marruecos y la Semana Trágica (1909)

Tras el Desastre de 1898, España intentó una penetración en el Norte de África. La Conferencia de Algeciras (1906) y el posterior tratado hispano-francés supusieron el establecimiento de un protectorado hispano-francés en Marruecos. La presencia española en la zona fue contestada por tribus bereberes, lo que obligó a mantener una fuerte presencia militar.

En 1909, los rifeños infligieron una gran derrota a las tropas españolas en el Barranco del Lobo, ocasionando muchas bajas. Tras la derrota, España aumentó el número de tropas en Marruecos.

La iniciativa del gobierno provocó un movimiento de protesta popular conocido como la Semana Trágica. Anarquistas, socialistas y republicanos protestaron por el sistema de quintas que obligaba a las familias humildes, que no podían pagar la redención en metálico, a acudir a la guerra.

La Semana Trágica tuvo consecuencias negativas para el sistema de la Restauración, que entró en una inestabilidad permanente.

La Triple Crisis de 1917

A comienzos de 1917, en España existía una situación de descontento social, agravada por la Primera Guerra Mundial, que supuso un empeoramiento del nivel de vida de las clases populares. La crisis estalló en tres frentes:

  1. Crisis Militar: Los militares protestaban por el sistema de ascensos que beneficiaba a los militares africanistas (Juntas de Defensa).
  2. Crisis Política: La Asamblea de Parlamentarios exigía la elaboración de una nueva Constitución y la descentralización del Estado.
  3. Crisis Social: Se convocó una huelga general para protestar por el encarecimiento de precios en productos de primera necesidad.

El Ejército acabó con las manifestaciones y se encarceló y sometió a consejo de guerra a los miembros del comité de huelga.

El Desastre de Annual (1921)

Tras los incidentes de 1909, hubo un segundo momento crítico en el verano de 1921 cuando las tropas españolas iniciaron un avance desde Melilla. La acción, mal dirigida y planificada por el general Silvestre, pero que contaba con el apoyo del Rey, acabó en derrota.

El Desastre de Annual provocó una terrible impresión en la opinión pública, que ya era contraria a la guerra. Hubo protestas, y republicanos y socialistas pidieron al gobierno el abandono de Marruecos y la búsqueda de responsables. La comisión de investigación, presidida por el general Picasso, puso de manifiesto grandes irregularidades, corrupción, ineficacia e incluso la implicación del Rey en el desastre.

En septiembre de 1923, poco antes de que el Congreso emitiera los resultados del informe del Expediente Picasso, el golpe de Estado de Primo de Rivera impidió conocer las conclusiones de la investigación sobre el Desastre de Annual.

III. La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)

El Golpe de Estado de 1923

En abril de 1923, un gobierno liberal dirigido por García Prieto pretendió reformar la Constitución y la Ley electoral. El Rey, el Ejército y la Iglesia se negaron a los cambios. Todo esto dio lugar al Golpe de Estado de Primo de Rivera el 13 de septiembre de 1923, con el apoyo del Rey.

La alta burguesía, las clases medias, el Ejército y el Rey aceptaron la dictadura como solución a la crisis. La población reaccionó con indiferencia, esperando que el golpe fuera temporal y pusiera fin al inestable sistema de la Restauración.

El Directorio Militar (1923-1925)

Alfonso XIII nombró a Primo de Rivera presidente del Directorio, un gobierno integrado solo por militares. Sus primeras medidas fueron:

  • Declarar el estado de guerra en el país.
  • Suspender la Constitución y disolver el Parlamento.
  • Ilegalizar todos los partidos y sindicatos.
  • Poner fin a la Mancomunidad de Cataluña.
  • Sustituir a los gobernadores civiles por militares y disolver los ayuntamientos, elaborando un estatuto municipal y provincial para acabar con el caciquismo.

Se instauró una política de orden público muy represiva: se prohibieron manifestaciones y huelgas, se persiguió y encarceló a dirigentes obreros, poniendo fin a la agitación en las calles de años anteriores. Con intención de recuperar el prestigio del Ejército, se resolvió la cuestión de Marruecos.

El Directorio Militar también impulsó legislación social: reguló el trabajo de la mujer, promovió la construcción de viviendas obreras e intentó reducir el desempleo. En 1925, Primo de Rivera decidió cambiar la composición del Directorio.

El Directorio Civil (1925-1930)

El Directorio Militar fue sustituido por el Civil, con intención de volver a la “normalidad”, institucionalizando el nuevo régimen y cediendo protagonismo a civiles frente a los militares. Se formó un nuevo gobierno, presidido por Primo de Rivera, lo que mostraba su deseo de consolidarse en el poder.

Se llevó a cabo la reorganización de las instituciones del Estado, basada en el modelo corporativo implantado en Italia por Mussolini:

  • Unión Patriótica (1924): Partido gubernamental, el único legal, cuyo objetivo era proporcionar apoyo a la dictadura.
  • Somatén: Fuerza armada ciudadana auxiliar para apoyar a la policía y al Ejército en momentos de conflictos internos.
  • Organización Corporativa Nacional (1926): Sindicato de tipo vertical dirigido por el Estado. Su misión era reglamentar los salarios y condiciones de trabajo, así como las negociaciones entre patronos y trabajadores, siempre bajo control estatal.

En 1927 se convocó una Asamblea Nacional Consultiva. Se suprimió el sufragio universal y dos tercios de sus miembros fueron elegidos directamente por el gobierno.

IV. Oposición y el Fin de la Monarquía

El Declive de la Dictadura y la Oposición

La oposición fue creciendo con el paso de los años e impulsó actuaciones para poner fin a la dictadura:

  • Líderes de los antiguos partidos dinásticos criticaron la duración del régimen y apoyaron conspiraciones militares como la Sanjuanada de 1926.
  • Los republicanos se unificaron para hacer campañas de desprestigio contra el régimen a nivel nacional e internacional.
  • Intelectuales y universitarios criticaron la dictadura y denunciaron la censura de prensa y la falta de libertad de expresión.
  • La burguesía catalana se unió a la oposición debido a la eliminación de la Mancomunidad y la prohibición del catalán, lo que propició la radicalización de los nacionalismos.
  • El PSOE formó parte de los grupos de oposición.

La dictadura fue perdiendo apoyos y la situación política, económica y social volvió a ser grave tras la crisis mundial de 1929. El 27 de enero de 1930, Primo de Rivera, gravemente enfermo, presentó su dimisión a Alfonso XIII, que la aceptó.

La Dictablanda y la Proclamación de la República

Alfonso XIII intentó volver al régimen constitucional anterior a 1923, y nombró jefe de gobierno al general Berenguer, inaugurando la conocida como Dictablanda.

La oposición se movilizó rápidamente y en 1930 se firmó el Pacto de San Sebastián, un acuerdo de distintos partidos políticos, socialistas e intelectuales para poner fin a la dictadura y forzar la proclamación de la República. Se preparó una huelga general (que no llegó a realizarse) y un pronunciamiento militar (que fracasó).

En febrero de 1931, el almirante Aznar formó un nuevo gobierno. Su tarea fue convocar elecciones municipales, pensando en que los resultados serían favorables para el sistema monárquico de la Restauración.

Las elecciones municipales se convocaron para el 12 de abril de 1931 y dieron una amplia victoria a las candidaturas republicanas. Dos días después, el 14 de abril, se proclamó la Segunda República Española, y el Comité revolucionario dirigido por Niceto Alcalá Zamora se convirtió en Gobierno Provisional. El fin de la monarquía no fue el resultado de una revolución, sino del deterioro del propio sistema político, iniciado con la crisis del 98.