Impacto del Aislamiento Internacional de España Tras la Segunda Guerra Mundial

Argumentos de la Asamblea General de la ONU para Negar el Ingreso de España

Señala los argumentos utilizados por la Asamblea General de la ONU para negar a España su ingreso en este organismo.

La posguerra mundial supuso para el franquismo una etapa de aislamiento y rechazo internacionales. La hostilidad de las democracias occidentales se puso de manifiesto a lo largo de los años 1945 y 1946, cuando las recién creadas Naciones Unidas condenaron explícitamente el régimen de Franco, pues había sido impuesto a los españoles a la fuerza gracias a la ayuda de las potencias fascistas derrotadas en la Segunda Guerra Mundial.

Esta acusación es patente en el primer párrafo de la resolución de la ONU. En el segundo párrafo, la ONU acusa a Franco de haber ayudado a Hitler y a Mussolini durante la Segunda Guerra Mundial.

Esto fue evidente con el suministro que Franco hizo a Hitler del mineral wolframio, para el recubrimiento de sus tanques, y el envío de la División Azul en su invasión a la Unión Soviética. En el tercer párrafo, la ONU condena a España al aislamiento, pues está convencida de su régimen dictatorial fascista nacido de la ayuda prestada por Hitler y Mussolini durante la Guerra Civil Española. Desde que acabara esta guerra, Franco hizo un esfuerzo por disimular su dictadura haciendo funcionar instituciones, como las Cortes, propias de una democracia, pero que, en el fondo, estaban dirigidas por él. También, en cuanto tuvo evidencia de que Hitler perdería la guerra mundial, Franco fue apartando del gobierno a las personas más abiertamente fascistas de Falange, e incluso dejó de saludar al estilo fascista. Pero ni los aliados ni la ONU picaron el anzuelo, y de ahí la condena. Es más, amenazan en esta resolución con una intervención en España, no especifican de qué tipo, si Franco no restaura la democracia.

Consecuencias de la Resolución de la ONU en las Relaciones Internacionales

¿Qué consecuencias tuvo esta resolución en las relaciones internacionales y cómo marcará la vida política del país hasta 1959?

La consecuencia directa de esta resolución fue el aislamiento político internacional de España. Hubo países que siguieron la recomendación de la ONU y retiraron a sus embajadores. España no se beneficiaría del Plan Marshall, el plan de reconstrucción europea que prestaba Estados Unidos a Europa (algo que se ve muy bien reflejado en la película española “Bienvenido, Mister Marshall”).

Por supuesto, no fue admitida en la ONU, pero tampoco en la OTAN.

Fueron años muy duros para los españoles, pues, como consecuencia del aislamiento, Franco intensificó la autarquía, es decir, la autosuficiencia económica. Fue un desastre, no solo por el férreo control de los precios por parte del régimen y del mercado negro que generó, sino porque casi ningún país comerciaba con España. Una excepción sería la Argentina de Perón con sus latas de carne en conserva. No toda la cosecha se entregó a las autoridades, por lo que la comida básica escaseó. Lo que se escondía se vendía en el mercado negro a mucho mayor precio. Fueron los años del estraperlo. El nivel de vida de la población disminuyó considerablemente como consecuencia de la inflación y de los bajos salarios. El hambre afectó a una parte muy significativa de la población y provocó el resurgimiento de enfermedades ya erradicadas; la mortalidad infantil aumentó considerablemente. La escasez era tal que tuvo que recurrirse a las cartillas de racionamiento.

La situación empezó a cambiar para Franco a finales de la década de los cuarenta. La agudización de la Guerra Fría facilitó que las relaciones internacionales de España, un Estado claramente anticomunista, entraran en una fase de normalización con Estados Unidos, y que a partir de 1950 fuera admitida en diversos organismos internacionales, incluida la ONU, que olvidó aquella amenaza de intervención que le había hecho a Franco si no cambiaba su régimen en democrático.

El definitivo reconocimiento internacional llegó en 1953 con la firma de los acuerdos con Estados Unidos, que abarcaron aspectos de carácter económico y defensivo. A cambio de permitir la instalación de bases militares estadounidenses en España, el régimen de Franco recibió millones de dólares en ayuda. La visita del presidente Eisenhower a España terminó por refrendar públicamente este acuerdo. El aislamiento había terminado; la resolución de la ONU, olvidada.

Disentimiento y Lucha por la Democracia

Ysàs, Pere (2004) Disidencia y subversión: la lucha del régimen franquista por su supervivencia, 1960‐1975. Barcelona: Crítica.

¿En qué consistió el disentimiento que menciona el texto?

Lo que nos viene a decir el autor del texto es que la idea de los tecnócratas en los años sesenta de desarrollar España para que el bienestar social y económico evitara que las nuevas generaciones de españoles no criticaran la dictadura les salió mal, pues sucedió todo lo contrario: ese desarrollismo y aumento de la capacidad adquisitiva y calidad de vida provocaron justamente lo contrario, que los españoles fueran reclamando, cada vez más abiertamente, derechos y libertades, o, lo que es lo mismo, democracia. No solo fue la presión de los universitarios, de los sindicatos clandestinos, en especial Comisiones Obreras, o de la llamada oposición democrática, también vino a través de la influencia de la Europa democrática, que llegaba a través del turismo o de los españoles que habían emigrado a esos países.

También dentro del disentimiento o del reclamo de libertades entraría la Iglesia, pues desde el Concilio Vaticano Segundo, la Iglesia española trabajó para crear un clima de apertura e ir alejándose de las posiciones más conservadoras del franquismo. El cardenal Tarancón fue la figura principal de esta búsqueda de la reconciliación entre los españoles y pieza clave también en la Transición.

También hubo movimientos de protestas y rechazo que optaron por la violencia, como es el caso de ETA y FRAP.

Alternativas Políticas Tras la Muerte de Franco

¿Qué alternativas políticas se proponían tras la muerte de Franco y quiénes defendían cada una de ellas?

Hubo dos tipos de alternativas: la que provenía del mismo interior del franquismo y la que venía de la calle.

La primera estuvo representada por los llamados aperturistas, políticos o ministros de la dictadura que en la etapa final de esta trabajaron para abrir progresivamente el régimen dictatorial a las libertades, como Pío Cabanillas, Fraga, Adolfo Suárez o Fernández Miranda. Fueron los que posteriormente el rey Juan Carlos I usaría para llevar a cabo la Transición. Frente a ellos, los inmovilistas, conocidos como “el Búnker”, políticos y ministros favorables a la continuidad de la dictadura una vez muerto Franco.

De la calle venía el resto del disentimiento y todos coincidían en pedir el fin de la dictadura, la formación de un gobierno provisional y la convocatoria de elecciones libres. Fueron inicialmente contrarios a la propuesta de Transición del gobierno de Suárez, pues defendían una ruptura democrática. Esta oposición democrática estaba encabezada por el Partido Socialista Obrero Español, liderado por Felipe González, y por el Partido Comunista Español, liderado por Santiago Carrillo, que fue quien tuvo la iniciativa de formar organismos unitarios de oposición al franquismo con la creación en París de la Junta Democrática, que integraba al sindicato Comisiones Obreras, a partidos de izquierda e incluso a personalidades de la derecha democrática. En 1975, el PSOE imitaría esa iniciativa con la formación de la Plataforma de Convergencia Democrática, junto con grupos demócrata-cristianos, el sindicato UGT y el PNV. Los programas de ambas plataformas coincidían en proponer la formación de un gobierno provisional que implantase un régimen democrático, procediese a dictar una amplia amnistía y convocase elecciones libres. Durante la Transición, y para ganar fuerza, estas plataformas se unirían en Coordinación Democrática. Finalmente, la opción que se dio y que todos acabaron aceptando fue la propuesta desde la Monarquía, la Transición, cumpliéndose esa forma que tenía Suárez de definirla: llegar a la democracia de la ley a la ley.