b) Características más importantes.
b) Describa la situación económica de España en ese momento y cómo evolucionó en los años 80.
el nacionalsindicalismo: mezcla el capitalismo y el control fascista sobre los sindicatos), nacionalismo centralista, xenofobia y defensa de la «unidad de la Patria» («Una, Grande y Libre»), además de catolicismo conservador, autoritarismo, militarismo (desfiles, uniformes, himnos, … esta simbología militar y fascista fue suavizada tras la derrota nazi), antiliberalismo y anticomunismo. Al referirnos a las bases sociales, destacamos que Franco asentó su régimen en: las «Familias» del mundo civil, que eran La Falange (creada en 1937 tras la unificación de FET y JONS, fue un partido fascista que intentaba controlar a la sociedad, aunque la derrota fascista en la Segunda Guerra Mundial disminuyó su presencia en los gobiernos. Adoctrinaban a la juventud: OJE, infancia; SEU, universitarios; la Sección Femenina, que formaba a «buenas amas de casa», reduciendo el papel de la mujer y la OSE, sindicato) y los sectores tradicionales de las oligarquías (recuperar la hegemonía y beneficiarse de la política intervencionista), de las clases medias rurales del norte y de la burguesía industrial, los funcionarios y los monárquicos; los militares (el Ejército), siendo la columna vertebral del régimen, teniendo un gran papel, pero estando totalmente subordinados a Franco. Tuvieron problemas que el dictador no resolvió; y la Iglesia, aliada desde la Segunda República, pasando por la Guerra Civil, ayudando al régimen a extender la doctrina (ACNP propagandístico). Tal era la relación que la ideología del régimen fue denominada Nacional-Catolicismo y, a partir de los 50, los ministros falangistas fueron sustituidos por tecnócratas del Opus Dei. Además, la Iglesia crea «el mito de Franco», vencedor de la cruzada contra los enemigos de España. Las leyes fundamentales fueron: El Fuero del Trabajo (1938, que establecía el nacional-sindicalismo con un sindicato único vertical, obligatorio), la Ley constitutiva de las Cortes (1942, se constituye una cámara representativa compuesta por procuradores designados por el poder. A partir de 1977, las cabezas de familia y las mujeres casadas pudieron elegir a un tercio de ellos), el Fuero de los Españoles (1945, teórica Declaración de Derechos, pero realmente reflejaba los deberes de los españoles y la estructura autoritaria del Estado), Ley de Referéndum (1945, permite la posibilidad de que en España hubiera una consulta popular mediante el plebiscito nacional), Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado (1947, Franco fue definido como
jefe vitalicio del Estado y España, como Reino y Estado católico. Franco elegiría a su sucesor en 1969: Juan Carlos de Borbón), Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958, FET sería el único partido), Tribunal del Orden Público (1968, TOP, que recorta leyes anteriores) y Ley Orgánica del Estado (1966, una «falsa Constitución» que pretendía crear un nuevo estado político: «democracia orgánica»). La represión y la oposición se hicieron patentes mediante el exilio (medio millón de exiliados tras la Guerra Civil), los batallones del trabajo (represaliados republicanos que realizan obras públicas), el maquis (guerrillas organizadas por el PCE en los montes para mantener la actividad hasta que llegara una supuesta ayuda de los países democráticos tras la derrota nazi, pero esta ayuda nunca llega), los topos (republicanos que vivieron ocultos tras la Guerra Civil), la cárcel (muerte de Miguel Hernández y Besteiro) y los fusilamientos (explicitados por el conde Ciano). En la primera etapa (1939-1953), las malas consecuencias de la Guerra Civil junto con la influencia de la Italia de Mussolini llevaron a establecer la autarquía: modelo económico aplicado por la situación de aislamiento internacional. La política intervencionista y proteccionista para proteger las industrias (se caracteriza por la autosuficiencia). Se crea el Instituto Nacional de Autarquía (pasa a ser el INI en 1941). La escasez de materias primas provocó la existencia de cartillas de racionamiento y el mercado negro (estraperlo). Internacionalmente, España se posicionó de manera neutral ante la Segunda Guerra Mundial (aunque mostró cierta simpatía hacia potencias del Eje: encuentro entre Franco y Hitler en Hendaya y envío de «voluntarios» falangistas, la División Azul a luchar contra la URSS). Tras la victoria de los aliados en el conflicto internacional, la ONU emprende, con los países ganadores, un boicot económico y político a España. Con el inicio de la Guerra Fría (1948), se suaviza el boicot por el anticomunismo de España, pero no se entra en la OTAN y se beneficia del Plan Marshall. En la siguiente época (1953-1969), España poco a poco va mejorando su situación social, dando el salto a la sociedad industrial en los 60. Se comienza a dar reconocimiento internacional a España, poniendo fin al aislamiento y entrando en la UNESCO (1952) y en la ONU (1955), firmándose el concordato con la Santa Sede y los tratados militares con EEUU (se les ceden bases militares en España a cambio de reconocimiento político). Marruecos se
independiza (1956), se organizaron las primeras protestas y revueltas políticas (crisis de 1956), comienza la remodelación del gobierno (integración de ministros tecnócratas del Opus Dei, como López Rodó), Carrero Blanco se convierte en vicepresidente (1962, acabará siendo presidente del Gobierno) y se promulga la Ley de Prensa y la Ley de Convenios Colectivos. En los 60, se entra en crecimiento económico al poner los tecnócratas en marcha: el Plan de Estabilización (1959), que supuso el fin de la autarquía y controló la inflación, liberalizando la economía y reduciendo el déficit público, por lo que organizaciones internacionales comenzaron a conceder préstamos y empezaron a llegar remesas de divisas de los dos millones de migrantes. Grandes multinacionales también llegaron a España por las expectativas de crecimiento. También aumentó el turismo y las inversiones extranjeras, dando paso al desarrollismo; los Planes de Desarrollo Económico y Social (el primero, en 1964), que estimulaba el desarrollo industrial en zonas deprimidas mediante la creación de polos de desarrollo y la incentivación a empresas nacionales e internacionales con exenciones fiscales y créditos. Aumentó la productividad, provocando el aumento de los salarios y la demanda. La sociedad española se modernizó: aumento de habitantes (baby boom de los 60 y 70), pero reducción de la población rural. Se transformaron las estructuras socioprofesionales, aumentando el número de asalariados y profesionales liberales urbanos, además de los obreros industriales (auge de las clases medias, renaciendo el movimiento obrero y el sindicalismo), disminuyó el analfabetismo ante la más frecuente escolarización, llegaron publicaciones prohibidas (de universitarios que salen al extranjero) y la industria (junto con el sector servicios, parcialmente) pasó a ser la principal actividad económica (deja de serlo la agricultura, se moderniza), creciendo la construcción. El régimen entra en crisis (1969-1975) y tras las primeras protestas contra el régimen (1951, Barcelona; 1956, Madrid; y el contubernio de Múnich), surge: Comisiones Obreras (sindicato clandestino comunista que coge fuerza y organiza huelgas), organizaciones estudiantiles universitarias, influidas por el mayo del 68 francés, y movimientos sociales progresistas. En cuanto a los partidos políticos clandestinos, el PSOE y el PCE (organizarán una Junta Democrática) se renuevan, aparecen partidos que son perseguidos para impedir la clandestinidad.