Conquista y Romanización de la Península Ibérica
La Segunda Guerra Púnica (218-197 a.C.)
Los cartagineses dominaron la mayor parte del sur y sureste de la Península Ibérica, situando la frontera de su territorio en el río Ebro. Sagunto fue conquistada por Aníbal, hecho que se convirtió en casus belli. La presencia militar romana se inició con el desembarco de varias legiones al mando de Publio Cornelio Escipión en Ampurias.
La Conquista del Interior de la Península (197-29 a.C.)
Los romanos se encontraron con una fuerte oposición de los pueblos peninsulares, especialmente de celtíberos y lusitanos. El resultado de estas guerras fue que casi toda la península quedó bajo el dominio romano.
Sometimiento de los Pueblos de la Cornisa Cantábrica (29-19 a.C.)
Se inició con las guerras cántabras que acabaron con el control más o menos efectivo de cántabros, astures y galaicos por el emperador Augusto. Roma fundó diversos campamentos militares como Asturica Augusta o Legio que más tarde se convirtieron en ciudades. Toda la Península Ibérica pasó a formar parte del Imperio Romano.
Las principales manifestaciones de la integración hispana en la cultura romana fueron:
- El latín se difundió como lengua de prestigio.
- Las manifestaciones artísticas fueron abundantes.
- El derecho romano regulaba las relaciones privadas y el funcionamiento de las instituciones políticas.
- Se respetaron las creencias locales, pero era obligatorio el culto al emperador y a Júpiter, Juno y Minerva.
- Se difundió el cristianismo tras el Edicto de Milán (313).
El Reino Visigodo
Los visigodos llegaron a un acuerdo con el emperador romano, establecieron el reino de Tolosa en el sur de Francia y entraron en la Península Ibérica para expulsar a suevos, vándalos y alanos. Se asentaron definitivamente en la península donde formaron un reino independiente cuya capital fue Toledo. La monarquía visigoda era electiva.
El Reinado de Leovigildo
Se inició un proceso de unificación peninsular: se expulsó a los bizantinos y se conquistó el reino suevo. El rey quiso lograr también la unidad religiosa entre los visigodos que eran arrianos.
Recaredo y la Unificación Religiosa
Recaredo consiguió la unificación religiosa en 589 con el catolicismo.
Recesvinto y el Liber Iudiciorum
Durante el reinado de Recesvinto se promulga un único código judicial para todos los habitantes. La unión definitiva entre visigodos e hispanorromanos se produjo mediante la igualdad legal que se estableció en el 654 mediante el Liber Iudiciorum.
Rodrigo y el Fin del Reino Visigodo
Rodrigo fue el último rey visigodo, vencido en 711 por los musulmanes en la batalla de Guadalete.
Instituciones Visigodas
La más importante fue el Aula Regia, una asamblea consultiva formada por la aristocracia visigoda. Los Concilios de Toledo eran una institución en esencia religiosa, pero con el paso del tiempo adquirieron un gran peso político y asumieron importantes funciones legislativas.
Al-Ándalus: La Conquista Musulmana
Comenzó en el año 711 y se explica por dos razones: el reino visigodo padecía una profunda crisis y por el ímpetu expansivo del islam. Algunos aristócratas visigodos prefirieron pactar con los musulmanes. Lo mismo hicieron las comunidades judías y una parte de la población que estaba descontenta con la monarquía visigoda.
El Emirato Dependiente
La dinastía Omeya fue depuesta del poder violentamente y una nueva dinastía pasó a dirigir el califato. Uno de sus miembros logró sobrevivir y huyó a Al-Ándalus donde conservaba apoyos. Derrotó al emir cerca de Córdoba, ocupó la capital y se proclamó emir en 756.
El Emirato Independiente
Se siguió respetando la autoridad religiosa del califa de Bagdad. Este respaldo sirvió para instaurar su propia dinastía al frente del emirato. Se corrigió la organización administrativa para hacerla independiente y se reorganizó y mejoró la recaudación de impuestos. Este aumento permitió la creación de un ejército mercenario permanente.
El Califato (929-1031)
El emirato cordobés sufrió una grave crisis. En este contexto llegó al poder Abd al-Rahman III. Se proclamó califa, lo que significaba desligarse de la sumisión religiosa y el fin de cualquier dependencia del califato de Bagdad. Consiguió pacificar el territorio de Al-Ándalus, lo que le posibilitó fortalecer la estructura del Estado. Su nombramiento le otorgaba la supremacía religiosa que se sumaba a la política y la militar. Reorganizó la recaudación fiscal y centralizó su gestión. Destacó el papel de Hachib y el de visires.
Los impuestos le permitieron el pago de un potente ejército mercenario formado por bereberes y eslavos. Aumentó igualmente su influencia en Madrid. Tras su muerte le sucedió su hijo Al-Hakam II.
Final del Califato
A la muerte de Al-Hakam II se inició un período de pérdida del poder efectivo de los califas, quienes conservaron un poder simbólico. Quien realmente gobernaba era Almanzor, Hachib que concentró gran poder político y militar. Creó un nuevo ejército que le permitió asegurar su poder y realizar razzias de saqueo. A la muerte de Almanzor le sucedieron sus hijos. Se inició así un periodo de conflictividad y se produjo una guerra civil entre los mercenarios bereberes, los árabes andalusíes y los mercenarios eslavos. Se provocó la desaparición del califato y la disgregación política de Al-Ándalus en 1031.
Al-Ándalus: Reinos Taifas
Los Almorávides
Los almorávides eran bereberes del norte de África. Derrotaron a los castellanos en Sagrajas. Su dominio se basó en la ocupación militar y en la imposición de una estricta ortodoxia religiosa. Provocaron revueltas que llevaron a su caída. Como consecuencia, Al-Ándalus volvió a fragmentarse en pequeños estados, los denominados segundos reinos de taifas.
Los Almohades
Algunos taifas pidieron ayuda a los almohades, otro movimiento de carácter religioso con aspiraciones de dominio político. La derrota de las Navas de Tolosa marcó el principio de la decadencia almohade.
El Reino Nazarí de Granada
Estaba gobernado por la dinastía de los Banu Nars o Nazaríes. Mantuvieron la independencia de Granada gracias a tres factores: una hábil gestión diplomática con los reinos cristianos, la cohesión de sus territorios y la llegada masiva de andalusíes. El reino nazarí alcanzó su máximo esplendor bajo los reinados de Yusuf I y su hijo Muhamad V. Los principales enclaves del reino fueron cayendo en manos cristianas. Finalmente, los Reyes Católicos pactaron con el rey Boabdil la rendición de Granada.