España Contemporánea: Del Siglo XVIII a la Democracia Actual

Sociedad, economía y cultura en el siglo XVIII

Durante el siglo XVIII comenzaron a introducirse ideas ilustradas, influenciadas por el pensamiento racionalista europeo, especialmente francés. Estas ideas defendían el uso de la razón, la observación y el conocimiento como base del progreso. La sociedad seguía siendo estamental, dividida en grupos con diferentes derechos: privilegiados (nobleza y clero) y no privilegiados (burguesía, campesinos y clases populares). Aunque la movilidad social era escasa, empezaron a surgir cambios.

La monarquía borbónica era absoluta, pero se modernizó el gobierno con la creación de ministerios y otras instituciones. En lo económico, predominaba una agricultura tradicional poco productiva, basada en el cultivo de cereales, vid y olivo. La industria comenzó a desarrollarse, sobre todo en sectores como el textil en Cataluña o la seda en Valencia, con apoyo estatal mediante las Reales Fábricas.

El comercio con América se potenció gracias a las reformas borbónicas, que impulsaron el libre comercio entre distintos puertos. En el ámbito cultural, el neoclasicismo se impuso como estilo artístico dominante, inspirado en los valores de la antigua Grecia y Roma. La educación, las ciencias y la cultura también recibieron un impulso, promoviendo una visión más crítica y reformista de la sociedad.

Las reformas borbónicas en los virreinatos americanos

Las reformas borbónicas buscaban reforzar el poder de la Corona en América y aumentar los ingresos. Para ello, se reorganizó la administración mediante el sistema de intendencias, que mejoró la gestión fiscal y redujo la corrupción.

Se crearon nuevos virreinatos, como el del Río de la Plata, para controlar mejor el territorio y frenar el contrabando. En 1778 se aprobó el comercio libre, lo que permitió a más puertos comerciar directamente con América, dinamizando la economía.

Estas reformas limitaron el poder de los criollos, aumentaron los impuestos y reforzaron el control de la metrópoli sobre las colonias.

Evolución política tras la muerte de Franco: La Transición y sus retos

La Transición es el periodo que va desde la muerte de Franco, en 1975, hasta la consolidación de la democracia con la victoria del PSOE en 1982. Este proceso fue impulsado desde dentro del sistema franquista y buscaba transformar la dictadura en una democracia parlamentaria.

El rey Juan Carlos I, designado por Franco, jugó un papel esencial al apoyar el cambio democrático. Se nombró como presidente del Gobierno a Adolfo Suárez, quien fue clave en desmantelar el aparato franquista desde dentro. Suárez promovió una serie de reformas políticas que permitieron avanzar hacia un sistema pluralista.

En 1976 se aprobó la Ley para la Reforma Política, que abría el camino a unas elecciones democráticas. En 1977 se celebraron las primeras elecciones libres desde 1936, con la participación de partidos antes prohibidos, como el PSOE, el PCE y otros grupos nacionalistas y de izquierda.

Un momento decisivo fue la aprobación de la Constitución de 1978, que estableció una monarquía parlamentaria, el Estado de las autonomías, y garantizó derechos y libertades fundamentales. La Carta Magna fue aprobada por amplia mayoría en referéndum.

Desafíos de la nueva democracia

Durante estos años, la nueva democracia tuvo que enfrentarse a numerosos desafíos:

  • Una fuerte crisis económica, heredada del franquismo, con alto desempleo, inflación y tensiones sociales.
  • El terrorismo de ETA, que asesinó a miembros del ejército, policías y políticos, además de provocar miedo e inestabilidad.
  • Las acciones de la ultraderecha, con atentados y asesinatos (como los Abogados de Atocha en 1977), y su resistencia a la desaparición del régimen franquista.
  • El golpe de Estado del 23-F de 1981, cuando un grupo de militares liderado por Tejero intentó frenar la democracia. La intervención del rey fue clave para frenar el golpe y reforzar la monarquía parlamentaria.

Tras el fracaso del golpe y la dimisión de Suárez, Leopoldo Calvo-Sotelo asumió el gobierno. Finalmente, en 1982, la victoria electoral del PSOE con Felipe González marcó el comienzo de una etapa de normalidad democrática y estabilidad institucional.

España inició entonces el camino hacia su integración plena en Europa (CEE en 1986) y en organismos internacionales como la OTAN.

Normalización democrática y alternancia política hasta 2018

Tras la Constitución de 1978, España inició un proceso de consolidación democrática caracterizado por la alternancia política entre PSOE y PP, así como por la lucha contra el terrorismo de ETA y el terrorismo yihadista.

Gobiernos socialistas (1982-1996)

El PSOE, liderado por Felipe González, ganó con mayoría absoluta en 1982. Durante este periodo se impulsó la modernización del país, la reconversión industrial, la ampliación del Estado del Bienestar y el ingreso en la CEE (1986). Aunque hubo avances, también surgieron escándalos de corrupción y tensiones internas.

Gobiernos del PP (1996-2004)

José María Aznar accedió al poder en 1996. Promovió políticas económicas liberales y privatizaciones, y logró el ingreso en el euro. Sin embargo, su apoyo a la guerra de Irak provocó gran rechazo social. En 2004, tras los atentados del 11M en Madrid (obra del terrorismo yihadista), perdió las elecciones.

Gobiernos socialistas (2004-2011)

José Luis Rodríguez Zapatero promovió leyes sociales como el matrimonio igualitario, la ley de dependencia y la ley de igualdad. Su segundo mandato estuvo marcado por la crisis económica de 2008, que aumentó el desempleo y generó protestas sociales.

Gobiernos del PP (2011-2018)

Mariano Rajoy ganó con mayoría absoluta en plena crisis. Aplicó recortes y reformas laborales que causaron protestas como el 15M. En 2017 afrontó la crisis catalana, aplicando el artículo 155 tras el referéndum ilegal. Fue destituido en 2018 por una moción de censura, dando paso a Pedro Sánchez.

La amenaza del terrorismo

Terrorismo de ETA

ETA fue una organización armada que atentó durante décadas. El Estado combatió a ETA mediante la justicia, la policía y cooperación internacional. En 2011 anunció el cese definitivo de su actividad y en 2018 se disolvió oficialmente.

Terrorismo yihadista

España también sufrió atentados yihadistas, como el 11M en 2004 en Madrid y el atentado en Barcelona de 2017. Estos hechos reforzaron las medidas antiterroristas y la cooperación internacional.