El Reinado de Alfonso XIII: Crisis Política y Descomposición del Sistema de la Restauración (1902-1923)

Introducción

El reinado de Alfonso XIII entre 1902 y 1923, año del establecimiento de la dictadura de Primo de Rivera, se caracterizó por una permanente crisis política. La Monarquía trató de revitalizar el sistema de la Restauración tras el “desastre del 98”, pero el régimen entró en una prolongada y continua crisis debido a diversos factores:

  • Intervencionismo político de Alfonso XIII sin respetar el papel de árbitro que teóricamente debía jugar, además de apoyar a los sectores más conservadores del ejército.
  • División de los partidos del “turno” provocada por la desaparición de los líderes históricos y las disensiones internas.
  • Debilitamiento del caciquismo paralelo al desarrollo urbano del país.
  • Desarrollo de la oposición política y social al régimen de la Restauración: republicanos, nacionalistas, socialistas y anarquistas.

El Comienzo del Reinado y el Regeneracionismo

La primera etapa del reinado estuvo marcada por el espíritu regeneracionista tras la crisis del 98. Esto se tradujo en el “revisionismo”, pues los partidos del “turno” se propusieron revisar el sistema para adaptarlo a los tiempos, sorteando crecientes dificultades.

La Cuestión Militar

La victoria de la Liga Regionalista de Cambó en las elecciones locales de 1906 en Cataluña alarmó al ejército. La publicación de una viñeta satírica en la revista ¡Cu-Cut! donde se ridiculizaba al ejército, provocó el asalto de la imprenta por varios militares. Este hecho fue considerado como un acto intervencionista del ejército por parte del gobierno, generándose una tensión que fue resuelta a favor de los militares, quienes contaron con el apoyo del monarca, por medio de la Ley de Jurisdicciones (1906), a través de la cual los delitos contra el Ejército y la Patria pasaban a ser juzgados por tribunales militares.

El Revisionismo Conservador

Antonio Maura, líder del Partido Conservador, llegó al poder en 1907 con un programa reformista, en la línea definida como “Revolución desde arriba”, que buscó la modernidad del país y la lucha contra la corrupción y el caciquismo. Modificó la ley electoral buscando ampliar la participación ciudadana; se aprobó durante su mandato la Ley de Huelga y se fundó el Instituto Nacional de Previsión. Además, intentó sin éxito aprobar un tímido proyecto de autonomía para Cataluña. Su proyecto reformista se derrumbó en 1909 con la Semana Trágica de Barcelona, que tuvo como detonante la llamada a los reservistas para la guerra de Marruecos, derivando en un levantamiento popular con tintes revolucionarios y anticlericales que fue reprimido violentamente por el ejército, destacando la ejecución del pedagogo Ferrer Guardia. Esta ejecución y las protestas surgidas en torno a la dura represión provocaron la caída de Maura.

El Revisionismo Liberal

José Canalejas llevó a cabo el último intento regeneracionista dentro del sistema de la Restauración. En su acción reformista destaca el servicio militar obligatorio en tiempos de guerra, la Ley del Candado (que limitaba el establecimiento de órdenes religiosas), así como diferentes medidas orientadas a la regulación de las relaciones laborales, como la Ley de la Silla o la Ley del Contrato de Aprendizaje. El proyecto de reforma social y política se vio truncado por el atentado anarquista que acabó con la vida del presidente.

El Gobierno de Dato

El gobierno de Eduardo Dato marcó la división entre los conservadores. Durante su período estalló la Primera Guerra Mundial, en la que España mantuvo la neutralidad mientras la opinión pública se dividía entre aliadófilos y germanófilos. La guerra generó notables beneficios para los productores y exportadores de productos de primera necesidad a los países beligerantes, pero a su vez, se generó en el país una escasez de estos productos y un incremento galopante de los precios que redujo notablemente el poder adquisitivo de las clases medias y trabajadoras.

La Crisis de 1917

El mal reparto social de los beneficios económicos y la creciente inflación llevaron al estallido social y a una profunda y compleja crisis en 1917. En ella podemos distinguir tres escenarios:

Crisis Militar

El descontento entre los oficiales “peninsulares” ante los rápidos ascensos de los “africanistas” culminó con la creación de las Juntas de Defensa. El gabinete de Eduardo Dato se plegó a la imposición de los militares y las aceptó, junto a una equiparación salarial.

Crisis Parlamentaria

Setenta diputados y senadores de la Liga Regionalista, republicanos y socialistas constituyeron en Barcelona una Asamblea Nacional de Parlamentarios que demandó un cambio de gobierno y la convocatoria de Cortes Constituyentes, aprovechando la crisis militar para intentar ganar autonomía para Cataluña.

Crisis Social

Tras un manifiesto conjunto de la UGT y la CNT, donde instaban al gobierno de Dato a intervenir para controlar los precios, en agosto de 1917 estalló la huelga general, planteada en términos revolucionarios, que fue duramente sofocada por las Juntas de Defensa, las cuales habían alcanzado el compromiso del presidente conservador para satisfacer sus peticiones. El fin del gobierno de Dato y la formación de un gobierno de concentración nacional produjo la desactivación de la Asamblea de Parlamentarios.

La Crisis Definitiva del Sistema (1917-1923)

Así, desde 1917 se sucedieron los gobiernos de coalición, sujetos a alianzas y continuos cambios. Ni liberales ni conservadores consiguieron mayorías suficientes para conformar gabinetes sólidos. En este contexto de inestabilidad, el país tuvo que enfrentarse a graves problemas:

Agudización de las Luchas Sociales

Las posiciones de patrones y trabajadores se fueron enfrentando cada vez más. En 1919 estalló la huelga conocida como La Canadiense, la cual concluyó con el reconocimiento de la jornada laboral de 8 horas. En Barcelona, durante el mandato del gobernador civil Martínez Anido, la patronal creó el denominado Sindicato Libre, compuesto por un grupo de pistoleros, como respuesta a la acción directa anarquista que atentaba contra la vida de los principales líderes sindicales; en este marco murió el líder sindicalista Salvador Seguí. El conflicto se exacerbó con la Ley de Fugas. La respuesta anarquista llegó en 1921 con el asesinato de Eduardo Dato, presidente del gobierno.

La Guerra Colonial en Marruecos

Un factor clave fue el Desastre de Annual (1921) en la guerra colonial de Marruecos. Este hecho provocó una terrible impresión en una opinión pública ya contraria a la guerra, así como en los partidos políticos nacionalistas y de izquierdas, que forzaron la formación de una comisión militar de investigación. Su resultado fue el Expediente Picasso, que ponía en evidencia enormes irregularidades, corrupción e ineficacia en el ejército español destinado en África, pero que no tuvo efecto alguno debido al golpe de Estado de Primo de Rivera en 1923.

Conclusiones

El reinado de Alfonso XIII comenzó tras el “desastre del 98”, en un contexto sin los líderes históricos de la Restauración y con un monarca marcadamente intervencionista. A esta situación inicial se añadieron nuevas circunstancias que evidenciaron la creciente estrechez e inadecuación del sistema político:

  • La profunda brecha entre la España real y la España oficial.
  • El fortalecimiento de los nacionalismos periféricos, especialmente el catalán y el vasco.
  • El auge del movimiento obrero, con una mayor capacidad de movilización y organización (UGT, CNT).
  • La constante inquietud y el creciente intervencionismo del ejército en la vida política.
  • La extensión del anticlericalismo en amplias capas de la sociedad.
  • La costosa e impopular guerra de Marruecos, fuente de continuas crisis.
  • El profundo cambio social, económico y demográfico que experimentaba el país, con el advenimiento de las masas a la escena política y social, para lo cual el sistema no estaba preparado.

Todos estos elementos, combinados, condujeron a la parálisis y el colapso final del sistema de la Restauración, abriendo el camino a la dictadura de Primo de Rivera.