El Legado de Marx y Engels: Contexto Histórico y Fundamentos del Manifiesto Comunista

Circunstancias Históricas y Sociopolíticas

El Contexto de la Revolución Industrial y los Movimientos Revolucionarios

El pensamiento de Karl Marx y Friedrich Engels se gestó en un periodo de profundas transformaciones. Las circunstancias históricas y sociopolíticas que marcaron el siglo XIX fueron determinantes para la formulación de sus ideas. Entre ellas, destacan:

  1. La Revolución Industrial y los movimientos revolucionarios en Europa, que proceden de impulsos liberales, democráticos, sociales o anarquistas, y que fueron frenados por la Iglesia, el tradicionalismo y la burguesía conservadora.
  2. La Revolución Francesa y las campañas napoleónicas, que reconstruyeron el mapa político de Europa.
  3. Las corrientes teóricas del liberalismo económico de Adam Smith o David Ricardo, frente al socialismo utópico.
  4. Los precedentes filosóficos de Hegel y Feuerbach.

Tanto la vida de Marx como la de Engels tuvieron como motivo central de su pensamiento un acontecimiento decisivo que marcaría la historia hasta nuestros días: la Revolución Industrial, que trajo consigo un nuevo sistema económico, el capitalismo.

La época que abarca de 1789 a 1848 es conocida como la «Era de la Revolución», un periodo que nace con la Revolución Francesa. Marx y Engels se detuvieron precisamente en los ideales revolucionarios de Francia (libertad, igualdad y fraternidad), observando la emergencia de una nueva clase social: el proletariado.

Las Olas Revolucionarias del Siglo XIX

El siglo XIX comenzó con una declaración de intenciones extemporánea que pretendía garantizar los viejos privilegios de las monarquías absolutas. Sin embargo, pronto se manifestaron tres grandes olas revolucionarias:

  • La primera ola revolucionaria del siglo XIX ocurrió en los primeros años de la década de 1820, con repercusiones significativas en el Mediterráneo europeo.
  • La segunda ola revolucionaria se suele fechar en 1830 y tuvo como consecuencias la caída de los Borbones en Francia, la independencia de Bélgica respecto a Holanda, y el inicio de un período de guerras civiles entre liberales y clericales en España y Portugal. Además, 1830 marcó la aparición de la clase trabajadora como fuerza política independiente en Inglaterra y Francia.
  • Pero la mayor revolución de este siglo fue la de 1848. Los ideales revolucionarios fracasaron en muy poco tiempo, puesto que las clases medias europeas temían a las clases más bajas y asociaron «democracia» con «socialismo» o «comunismo». La burguesía dejó de ser revolucionaria. Por ello, el papel revolucionario fue retomado por anarquistas, socialistas y comunistas. En este contexto, destaca la Asociación Internacional de Trabajadores, dirigida por Marx.

La historia revolucionaria culmina con la Comuna de París, que nació en el contexto de la guerra franco-prusiana y que puso fin al imperio de Napoleón III. Ante un París abandonado a su suerte, el poder recayó en la clase obrera. La capital francesa optó por una organización municipal independiente. Sin embargo, la burguesía logró nuevamente mantener su poder.

Algunos acontecimientos decisivos en este siglo fueron:

  1. Expansión demográfica muy significativa.
  2. Gran cambio en las comunicaciones gracias al vapor (ferrocarril, barco, etc.).
  3. La Revolución Industrial, que cambió el orden productivo.
  4. Éxodo rural.

Influencias en el Pensamiento de Marx y Engels

En todo caso, Marx y Engels reconocieron la importancia de la economía para el análisis social. Para ello, estudiaron a:

  • Los socialistas utópicos, quienes abogaban por la creación de una sociedad en pro de la industria, enfocada en aumentar el papel de los medios de producción para la constitución de su proyecto de una nueva sociedad basada en el desarrollo de la técnica, la ciencia y la industria.
  • Los economistas ingleses.
  • En el plano filosófico, destacan las influencias de Hegel, máximo representante del idealismo.

El Manifiesto Comunista: Introducción y Conceptos Clave

Publicación y Propósito del Manifiesto

El Manifiesto Comunista se publicó en Londres en enero de 1848, poco antes del estallido de las revueltas en París. Fue un encargo de la Liga de los Comunistas. Por una parte, se trataba de un instrumento para la comprensión del capitalismo que favoreciera la toma de conciencia del proletariado y, por otra, de un texto de propaganda política que inspirara la revolución.

Es muy significativo que en el título aparezca «comunista» y no «socialista». Para Marx, el término «socialismo» se refería al socialismo utópico de Proudhon. Marx entendía que Proudhon se limitaba a fantasear con mundos ideales, dejando a un lado el estudio de la economía capitalista, el único camino posible para comprender las posibilidades reales de una transformación social. Todos ellos temían al nuevo movimiento. Por ello, Marx argumenta que era el momento de exponer claramente las ideas y los objetivos del comunismo.

Capítulo 1: Burgueses y Proletarios

La Historia como Lucha de Clases

El primer capítulo del Manifiesto establece una de sus tesis centrales: «La historia de todas las sociedades humanas habidas hasta hoy ha sido la historia de la lucha de clases». Los hombres se enfrentaron en perpetuo antagonismo, una lucha que se saldó en cada caso con una transformación revolucionaria de toda la sociedad o bien con el hundimiento conjunto de las clases enfrentadas.

La historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases, del antagonismo entre una clase dominante y una clase oprimida. Este es el punto de vista dialéctico propio de las filosofías de Heráclito o Hegel. Los antagonismos de clase que cita Marx dan cuenta de la lucha de clases en la Antigua Roma y la Edad Media. Tienen como característica común la existencia simultánea de varias clases sociales y una rigurosa jerarquía dentro de cada capa social.

La Época de la Burguesía

La época de la burguesía se caracteriza por haber simplificado estos antagonismos de clase. Paso a paso, el conjunto de la sociedad se fue escindiendo en dos grandes campos enemigos, en dos grandes clases directamente enfrentadas: la burguesía y el proletariado.

De acuerdo con el materialismo histórico, el paso de la sociedad feudal a la sociedad burguesa fue causado por el progreso de las fuerzas productivas, es decir, por el desarrollo científico y tecnológico. Marx menciona los descubrimientos geográficos que permitieron el acceso a nuevas materias primas y el desarrollo del comercio.

El Papel Revolucionario de la Burguesía

La burguesía ha desempeñado un importantísimo papel revolucionario en la historia. Marx subraya que la burguesía ha desempeñado en la historia un papel eminentemente revolucionario. A continuación, Marx realiza un paradójico elogio de la burguesía. Recuerda que, de acuerdo con el materialismo histórico, no es posible pasar a una sociedad posclasista hasta que el capitalismo no se haya consumado. El papel de la burguesía es llevar a su extremo este modo de producción que, por sus contradicciones internas, terminará dando paso a la sociedad comunista (o sin clases).

La burguesía puso al descubierto que los alardes de fuerza bruta que la reacción tanto admira en la Edad Media hallaban su adecuado complemento en la más indolente haraganería.