El Legado de los Reyes Católicos: Unificación, Expansión y Transformación de España

La Unión Dinástica y la Consolidación Territorial

En 1469 tuvo lugar el matrimonio de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón. Ambos pertenecían a las familias reinantes en Castilla y Aragón, donde reinaban diferentes ramas de la dinastía Trastámara. Tras la muerte de Enrique IV, estalló la guerra civil en Castilla. Su hermana, Isabel de Castilla, que contaba con el apoyo de Aragón, y Juana la Beltraneja, apoyada por Portugal, se enfrentaron en un conflicto que culminó con la Batalla de Toro en 1476 y la Paz de Alcaçovas con Portugal en 1479. Fernando I fue coronado rey de Aragón. Así culminaba la unión dinástica entre los reinos más poderosos de la península.

En 1515 se declaró la incorporación de Navarra a Castilla. Anteriormente, con la firma del Tratado de Barcelona en 1493, Aragón había recuperado de Francia los territorios del Rosellón y la Cerdaña, y Castilla había concluido en 1496 la conquista de Canarias.

Políticas Internas: Administración y Religión

Reorganización Administrativa

En la Corona de Aragón se creó una Audiencia en cada uno de los reinos, mientras que las Cortes de Castilla quedaron totalmente dominadas por los Reyes. En cuanto a la administración local, se reforzó la figura del representante real en las ciudades, y se introdujo esta institución en las ciudades de la Corona de Aragón. En Castilla, fundamental para pacificar el reino y controlar la violencia de los nobles, fue la creación de la Santa Hermandad. Se trataba de un cuerpo armado, al servicio de los reyes, pero formado con aportaciones de hombres y dinero de las principales ciudades.

La Cuestión Religiosa y la Inquisición

Los Reyes Católicos marcaron un giro radical en cuestión religiosa, que se manifestó en el fin de la tolerancia hacia las minorías formadas por judíos y mudéjares. Se sospechaba que estos conversos judaizaban, manteniendo los ritos y creencias judías en su vida privada. Los Reyes Católicos obtuvieron permiso del Papa para establecer el Tribunal de la Inquisición, encargado de perseguir los delitos de herejía y sometido a la autoridad directa de los Reyes. En 1492, los Reyes firmaron el decreto que obligaba a los judíos a convertirse al cristianismo o a abandonar el conjunto de los reinos hispánicos.

La Política Exterior de los Reyes Católicos

La política exterior tuvo como objetivo aislar a Francia, enemiga de los Reyes Católicos. Francia, enemistada con la Corona de Aragón por la rivalidad en el Mediterráneo, ahora contemplaba con temor a la poderosa Monarquía Hispánica que podía dificultar su posición hegemónica en Europa. La unión dinástica de Castilla y Aragón creó un importante bloque de poder en Europa, lo que les permitió desarrollar una importante actividad exterior y mantener un ejército permanente. Italia era objeto de interés para la Corona de Aragón. Las tropas de Fernando el Católico, dirigidas por el Gran Capitán, derrotaron a Francia, lo que llevó al reconocimiento del Reino de Nápoles a la Corona de Aragón.

El Año Clave de 1492 y sus Consecuencias

La Conquista de Granada y la Expulsión de Minorías

El año 1492 fue de gran significado histórico durante el reinado de Fernando II de Aragón e Isabel I. A principios de enero, los Reyes Católicos finalizaron la Reconquista de los territorios de Al-Ándalus, tomando la ciudad de Granada. Esta situación significó la pérdida de la independencia política del último territorio bajo control del Islam en la península ibérica. En 1502, se obligó a la conversión masiva al cristianismo católico de los mudéjares o a su expulsión; los que se quedaron pasaron a ser moriscos y estuvieron siempre bajo control y sospecha. A finales de mayo de 1492, los Reyes Católicos ejecutaron el Decreto de Expulsión de todos los judíos; algunos se convirtieron al cristianismo católico, mientras que otros migraron hacia la cercana Navarra. Los moriscos y los judíos conversos quedaron controlados por el Tribunal del Santo Oficio para evitar que siguieran practicando de forma clandestina la religión de sus padres.

El Descubrimiento de América y la Expansión Ultramarina

El 12 de octubre de 1492 fue el Descubrimiento de América. El proyecto inicial de Colón era llegar a las Indias mediante una ruta occidental para evitar bordear el inmenso continente africano. Cristóbal Colón realizó tres viajes más y murió en 1506, convencido de haber llegado en sus viajes a las costas asiáticas. La conquista y colonización religiosa católica de todos estos territorios americanos fue llevada a cabo por las coronas peninsulares de España y Portugal, tras la firma del Tratado de Tordesillas (1494), por el cual se trazó una línea divisoria entre las zonas de influencia de cada reino.

Impacto Cultural: La Gramática Castellana

En 1492, Antonio de Nebrija publicó la primera Gramática del Castellano, un hito que uniría para siempre los destinos de la cultura hispanoamericana.

Orígenes de los Reinos Cristianos Peninsulares

El Nacimiento del Reino de Asturias y la Expansión

La conquista musulmana dejó vacías las sierras cantábricas y pirenaicas, donde se formaron los primeros núcleos de resistencia cristiana. En 718, un noble visigodo, Pelayo, se convirtió en líder de la resistencia visigoda en la sierra asturiana. En 722, en Covadonga, derrotó a los musulmanes en un combate, y de estos hechos nació el Reino de Asturias, que fue el núcleo originario de los reinos y países occidentales. La capital fue primero Cangas de Onís y luego Oviedo. En los siglos VIII y IX, con Alfonso III, los cristianos comenzaron a expandirse hacia el Duero, trasladando la capital a León.

La Formación de Castilla y Navarra

Para fortificar las fronteras orientales del reino asturleonés, la provincia de Castilla se creó en el siglo IX y se independizó en la segunda mitad del siglo X; con Fernando I se convirtió en reino en 1035. Cerca de los Pirineos nacieron los condados orientales. Carlomagno creó la Marca Hispánica en el siglo VIII para evitar la expansión de los musulmanes. Estos territorios fueron confiados a los condes, primero a los francos y luego a los locales. En el siglo IX, el conde Íñigo Arista expulsó a los francos. A partir del siglo X, se convirtió en Reino de Navarra. A partir del siglo XI, el rey Sancho III controló las comarcas de Aragón y parte de Castilla y León, convirtiéndose en el rey cristiano más poderoso de la península. Tras su muerte en 1035, repartió su territorio a sus hijos; al morir Gonzalo, pasó a Ramiro I.

Evolución Política y Social de los Reinos Cristianos

A partir del siglo X, la expansión cristiana llegó poco a poco a tierras musulmanas, en lo que se conoce como la Reconquista. En estos reinos cristianos, el rey ostentaba el poder feudal, pero este estaba limitado por los señores feudales y sus privilegios. A partir del siglo XII, aparecieron las Cortes, asambleas en las que estaban representados la nobleza, el clero y las ciudades. Fueron convocadas por el rey para aprobar nuevos impuestos o nuevas leyes. Los votos se realizaban por estamentos. Con el surgimiento de las ciudades, la estructura política se volvió más compleja y los reyes comenzaron a consolidar su poder contra la aristocracia y la Iglesia, apoyándose en la burguesía de los habitantes de las ciudades.