Rusia Zarista: Un Imperio con Pies de Barro
Hacia 1900, Rusia era un imperio demográfico y territorial, cuya frontera se extendía desde el Mar Negro hasta el Océano Pacífico. Su población, de 125 millones de habitantes, estaba compuesta por una mayoría rusa y poseía una gran diversidad religiosa. La economía rusa se sostenía en una agricultura técnicamente atrasada. El 87,2 % de la población era rural. La moderna industrialización y el capitalismo habían penetrado en Rusia, localizándose principalmente en los núcleos urbanos de las regiones occidentales del imperio. La sociedad presentaba una profunda desigualdad: en la cúspide se hallaba la nobleza, que poseía la mayoría de las tierras y disfrutaba de una vida lujosa. En el otro extremo, los campesinos vivían en la pobreza. En el centro, se encontraban los Kulaks, medianos propietarios. En las ciudades industriales, los obreros percibían salarios bajos y vivían en condiciones precarias.
La Autocracia Zarista y la Oposición
Desde el siglo XVII, los zares de la dinastía Romanov habían gobernado Rusia de forma autocrática, con la ayuda de la policía zarista y la Iglesia Ortodoxa. El zarismo resultaba un anacronismo en una Europa donde se habían abierto paso los regímenes liberales. Los partidos políticos estaban prohibidos y una eficaz policía reprimía cualquier oposición. Los primeros opositores fueron los populistas, de tradición campesina, que propugnaban la destrucción del zarismo. A principios del siglo XX, se creó el Partido Socialista Revolucionario, que tenía una gran influencia sobre los campesinos porque defendía la necesidad de expropiar las tierras de los terratenientes. Por otro lado, el Partido Obrero Socialdemócrata Ruso se escindió en dos alas: la bolchevique y la menchevique.
La Revolución de 1905
Nicolás II ascendió al trono en 1894. La situación del país era insostenible. Las malas cosechas y el fuerte endeudamiento campesino extendieron la miseria entre las clases populares. En enero de 1905, un grupo de manifestantes, dirigidos por el Pope Gapón, redactaron sus demandas al zar y se dirigieron de forma pacífica al Palacio de Invierno. La represión de la guardia, conocida como el Domingo Sangriento, provocó unos 300 muertos y miles de heridos. El malestar por los sucesos fraguó, desde el verano, en numerosas huelgas y revueltas. El zar firmó el Manifiesto de Octubre, que introdujo un régimen constitucional mediante la implantación de una asamblea elegida por sufragio universal. Surgió el Soviet de San Petersburgo, un consejo popular formado por obreros y campesinos.
Términos Clave y Contexto de la Primera Guerra Mundial
Plan Schlieffen
Plan estratégico alemán que preveía la invasión de Francia en seis semanas a través de Bélgica.
Batalla de Verdún
La batalla más larga y sangrienta de la Primera Guerra Mundial, que enfrentó a los alemanes y los franceses.
Batalla del Somme
Fue un enfrentamiento bélico que tuvo lugar en el norte de Francia.
Hundimiento del Lusitania
Ocurrió en las costas de Irlanda en 1915 por un ataque alemán.
Duma
Cámara baja del Parlamento ruso.
Ejército Rojo
Fuerza militar soviética, protagonista en la derrota de la Alemania nazi.
Ejército Blanco
Confederación de grupos contrarrevolucionarios, nacionalistas y monárquicos que se opusieron a los bolcheviques.
Lenin
Líder comunista ruso que dirigió la Revolución de Octubre y creó el régimen comunista soviético.
Stalin
Fue un dictador que sucedió a Lenin al frente de la Unión Soviética.
Paz Armada
Periodo de la historia europea que se extiende desde el fin de la Guerra Franco-Prusiana hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial.
Consecuencias de la Primera Guerra Mundial
Demográficas y Sociales
Murieron entre nueve y diez millones de personas, resultado de la fatal combinación entre las viejas tácticas militares y la concepción de la guerra total. Al terminar la guerra, había en Europa 3 millones de viudas, 10 millones de huérfanos y en torno a 20 millones de heridos. El hambre y la enfermedad afectaron a la población civil durante y después del conflicto, siendo el caldo de cultivo perfecto para la difusión de la pandemia de la Gripe de 1918. La guerra provocó un incontable número de desplazados y refugiados. Se incrementó la violencia contra minorías étnicas y religiosas. Entre 1915 y 1923, se llevó a cabo el Genocidio Armenio por parte de los turcos otomanos. Por otra parte, entre 1918 y 1924, se extendió el derecho a voto. Aunque la incorporación femenina al mercado de trabajo se había producido durante la guerra, muchas mujeres accedieron a puestos en el sector servicios y en la administración.
Económicas
La contienda, con la destrucción de ciudades, infraestructuras, fábricas y campos, y el enorme esfuerzo de la guerra, había quebrado la economía nacional. Durante la guerra, el gobierno norteamericano, principal prestamista del bloque aliado, vio cómo los países europeos adquirían alimentos y manufacturas de Estados Unidos. Estados Unidos se convirtió en el principal país acreedor, duplicó su PNB y el dólar se consolidó como moneda de referencia. En consecuencia, se produjo la quiebra del orden económico del siglo XIX y el fin de la hegemonía europea.
Territoriales
En enero de 1918, el presidente estadounidense Woodrow Wilson había formulado los principios sobre los que habría de establecerse la paz, demandando el fin de la diplomacia secreta, el respeto de las nacionalidades de los viejos imperios y la creación de una Sociedad de Naciones. Al finalizar la guerra, la Conferencia de Paz de París reorganizó el mapa de Europa y rediseñó las relaciones internacionales. Las decisiones fueron tomadas por el Consejo de los Cuatro: Estados Unidos, Reino Unido, Francia e Italia. Estos tratados alteraron el mapa geopolítico europeo, junto con el Tratado de Brest-Litovsk, y propiciaron el nacimiento de nuevos estados: Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, Checoslovaquia, Hungría y Yugoslavia.
Políticas
La posguerra vio un aumento en Europa de los regímenes liberales en detrimento de las viejas autocracias, consolidándose la democracia parlamentaria. Muchas de estas democracias se vieron asediadas por una polarización ideológica y la debilidad estatal produjo la paramilitarización. En Alemania, el viejo imperio había sido sustituido por una nueva República de Weimar. El creciente malestar cristalizó en la revuelta espartaquista. Ambos levantamientos fueron sofocados de forma violenta y los líderes espartaquistas fueron asesinados.