El Ferrocarril en la España del Siglo XIX y la Primera República: Desafíos y Legado Histórico

El Ferrocarril en la España del Siglo XIX: Desarrollo, Desafíos y Consecuencias

Este es un texto historiográfico, pues se trata de la obra de un historiador (G. Tortella) posterior a los hechos, a los que trata con finalidad investigadora y científica como estudio del pasado histórico. Así pues, es una fuente secundaria dirigida al público interesado en temas históricos de la España del siglo XIX y al público en general.

Ideas Fundamentales

El autor hace referencia a los momentos en que el Estado español sienta las bases del desarrollo del ferrocarril en España y explica las razones de por qué se tardó más de 30 años en ponerlo en funcionamiento, indicando el subdesarrollo y la mala gestión de los gobernantes. A pesar de ello, indica que el ferrocarril se empezó a construir tarde y después con precipitación, y sus consecuencias fueron una planificación deficiente, una financiación inadecuada y un trazado especulativo; por último, señala que los beneficios fueron inexistentes.

Contexto y Desarrollo

El atraso industrial español de la primera mitad del siglo XIX era patente, pues España seguía siendo un país totalmente agrario. Además, escaseaba la burguesía, ya que se dedicaba mayoritariamente a la inversión en tierras y no a la actividad industrial. Por otro lado, había una escasa demanda de productos industriales, debido a una ineficaz reforma agraria que no corrigió las enormes desigualdades de la población. Así, para que naciera la actividad industrial, tuvo que pasar por manos del Estado y del capital extranjero, como bien señala Tortella.

Tuvieron que llegar los progresistas para que se realizaran una serie de reformas como la nueva Constitución y la última desamortización. Junto a ello, se promulgó la Ley de Ferrocarriles de 1855.

  • El artículo 2 pone de manifiesto el sistema radial que se había planificado para la construcción ferroviaria, es decir, una estructura viaria con centro en Madrid.
  • Los artículos 4, 5 y 6 señalan que la iniciativa y planificación total de las obras ferroviarias nacen del Estado, lo cual podemos ponerlo en relación con la iniciativa privada en España.
  • Los artículos 19 y 20 nos hablan sobre el otro gran pilar en el que se basó la construcción ferroviaria: se dice que el Estado protegerá los capitales del extranjero y que incluso eliminará los impuestos para los productos y materiales destinados al ferrocarril.

Impacto y Consecuencias

  • Su construcción benefició a las empresas extranjeras más que a las españolas.
  • La industria española tampoco se benefició del proceso, ya que solo se hizo cargo de la construcción de la red a partir de la crisis de 1866; desde 1870, el ferrocarril se construyó con material español.
  • El ferrocarril, por tanto, no fue el motor de la industria española.
  • Se creó una red de mercado interior.
  • Se desarrolló la minería de la hulla, ya que aumentó la demanda de carbón.

Conclusión sobre el Ferrocarril

Dejando a un lado el debate sobre la “oportunidad perdida o no” que supuso la Ley de 1855, hay que hacer constar que, objetivamente, el ferrocarril constituyó un gran avance en la España del siglo XIX y contribuyó a mejorar sensiblemente los intercambios y las comunicaciones dentro del país, factores que favorecían el despegue industrial y a articular mejor el mercado interior español. Y estos avances se los debemos a la Ley de 1855, pues fue básicamente desde entonces cuando se sentaron las bases de la red ferroviaria española que aún perdura hoy.

La Primera República Española (1873-1874): Un Periodo de Inestabilidad y Reformas

Se trata de un texto de naturaleza jurídica y de carácter político. Es obra de Francesc Pi i Margall, uno de los cuatro presidentes del poder ejecutivo durante la República Federal Española de 1873. Este texto es la primera declaración de la Asamblea formada por la reunión conjunta de Senado y Congreso que declararon la República después de la abdicación de Amadeo I de Saboya.

Ideas Fundamentales del Texto

El autor resalta la forma en que se produjo la llegada del nuevo régimen: sin violencia, pero no cita los problemas en que se había visto envuelto el reinado de Amadeo y los distintos gobiernos, así como la división interna de los partidos que apoyaban la causa del nuevo rey, el Partido Progresista y la Unión Liberal. Las tres palabras que aparecen en las bases sociales en que se apoyó fueron: orden, libertad y justicia.

El Devenir de la Primera República

La Primera República estuvo asociada a las circunstancias internas y de política exterior que tuvo que afrontar:

  • a) La Guerra Carlista: Iniciada en la primavera de 1872, contra la República y contra los partidarios de reponer en el trono a los Borbones.
  • b) El Cantonalismo: Un fenómeno producido fruto de la escasa respuesta de los gobiernos republicanos a las demandas de los federales radicales.
  • c) La Cuestión Social: En un momento en que, tras la represión del movimiento internacionalista, afloraban los motines de carácter democrático y obrerista.

Circunstancias exteriores fueron:

  • El aislamiento internacional a que se vio sometida la República.
  • La Guerra Cubana, en la que desempeñaba un importante papel la cuestión de la esclavitud, a cuya libertad se oponían los grandes hacendados cubanos y los sectores más conservadores.

Etapas de la Primera República

Estanislao Figueras (Febrero – Mayo de 1873)

La etapa de Figueras fue, sin duda alguna, la más moderada de la República. Esto pudo comprobarse al observar que cuatro ministros del anterior gobierno de Amadeo de Saboya pasaron a formar parte del nuevo gabinete, a pesar de ser este antimonárquico. Finalmente, Estanislao Figueras se vio obligado a abandonar el gobierno y el país, dando paso a la etapa federalista de la República.

Francisco Pi i Margall (Mayo – Julio de 1873)

Tras las elecciones de mayo, triunfaron los federalistas. Se comenzó a redactar una Constitución federal, que no llegó a aprobarse, por la cual España se dividiría en 17 Estados federales, cada uno con su propio gobierno y asamblea legislativa. Sin embargo, muchas ciudades, pueblos, municipios o regiones se independizaron de Madrid por su propia voluntad, dando lugar al fenómeno cantonal.

Nicolás Salmerón (Julio – Septiembre de 1873)

A su llegada al poder, el cantonalismo recrudeció y se generalizó. Ante esta situación, Salmerón recurrió al ejército, que lo reprimió con dureza, a pesar de la política conciliadora inicial del presidente.

Emilio Castelar (Septiembre de 1873 – Enero de 1874)

A la llegada del nuevo presidente, la República se hallaba ya en una profunda crisis, con tres conflictos simultáneos: la Guerra de Cuba, la Tercera Guerra Carlista y el cantonalismo. Castelar comprendió que el único método para salvar la República era abandonar el federalismo, regresando al centralismo. Para ello, recurrió al ejército, aplicó la pena de muerte y reforzó el poder del Estado. Sin embargo, sus compañeros no le permitieron continuar, acusándole de militarista y dictatorial. El 2 de enero de 1874, reunió las Cortes, pero estas le retiraron su confianza, marcando el fin de la Primera República.

Conclusión sobre la Primera República

La Primera República estuvo marcada por graves problemas que impidieron su consolidación: dos guerras simultáneas (la Tercera Guerra Carlista y la Guerra de los Diez Años de Cuba), una grave insurrección interna (el movimiento cantonal), la existencia de numerosos opositores, la falta de verdaderos republicanos y la división de estos entre federalistas y unitarios.