Consecuencias del triunfo de las revoluciones y la crisis económica del 29

Consecuencias del triunfo de las revoluciones y del comunismo 

Tras la I Guerra Mundial, como más arriba indicábamos, las potencias vencedoras recelan de la implantación del comunismo y una posible propagación de sus doctrinas a otros países. En general, podemos decir, que las clases más bajas veían con buenos ojos aquello de la «DICTADURA DEL PROLETARIADO» que tanto éxito le había dado a Lenin y dejaban temblorosos a los empresarios. Ya conocen ustedes cómo funcionan las ideas, se expanden como pandemia que lleva el diablo. Bueno, de hecho a Lenin se le ha comparado y representado como el mismísimo lucifer. Lo cierto es que entenderán ustedes que eso de la colectivización y la prohibición de la propiedad privada poca gracia haría entre los grandes empresarios del capitalismo. De ahí que
tras la guerra estableciesen un «cordón sanitario» con Polonia para taponar estas posibles influencias y que no trascendiesen las fronteras de la URSS. Imagínense entonces cuando tras la II Guerra Mundial la URSS se convierta en una de las potencias vencedoras. Se habla entonces del «TELÓN DE ACERO» como un muro que separaba a los países comunistas de Europa de Norte a Sur. Lo veremos con detalle cuando estudiemos la segunda guerra mundial. El caso es que el comunismo y la URSS nacen con propósito de difusión, y por ello las clases ricas y dirigentes políticos de los países capitalistas ven peligrar su nivel económico. O sea, que los ricos perderían todas sus riquezas si triunfase el comunismo en sus fronteras, por eso lo repudian. ¿Alguien se acuerda de las Internacionales de Trabajadores? Ya sabéis, la primera desde 1864 a 1876 y la segunda desde 1889 a 1916. Pues ahora se fundará la III Internacional, la Internacional Comunista o Komintern, en marzo de 1919 hasta 1943. La idea era que los partidos comunistas de todo el mundo coordinasen sus acciones y adoptaran el programa de acción del partido bolchevique en apoyo al régimen soviético y a la intervención internacional. Hasta siete Congresos se celebraron, debatiéndose asuntos como: las formas de difusión del comunismo, la colaboración con dirigentes social-demócratas, el apoyo a las acciones
revolucionarias en Alemania, Bulgaria y Estonia, la creación de una unidad de alianza con los socialistas (Frente Popular), la lucha contra el fascismo, etc.

CRISIS ECONÓMICA Y POLÍTICA EN EL PERÍODO DE ENTREGUERRAS. 

Desde los felices años veinte hasta la Gran Depresión en los años treinta

Estados Unidos se convierte en la primera potencia mundial. Los felices años veinte

Ya comentamos en el tema anterior de la primera guerra mundial que Estados Unidos fue el país más beneficiado del conflicto: entra tarde en ella (1917), pertenece al bando de los vencedores, no sufre ninguna batalla en tierra americana, había estado haciendo negocios durante todo el enfrentamiento con la guerra (vende alimentos, armas, avituallamiento de todo tipo), concede nuevos préstamos después de la Paz de París, invierte en negocios europeos para revitalizar la economía en el viejo continente… ¿Hace falta explicar más? En resumen, no sólo la guerra enriqueció a los americanos, sino que empobreció a los europeos. Los EE.UU. se convierten ahora en los amos del mundo y Europa pierde su antigua hegemonía. USA de país deudor se convierte en prestamista con una cantidad de casi 12.000 millones de dólares por parte de Reino Unido, Francia y otros países europeos. Les parece mucho, pues agárrense; Alemania le debía a Francia 17,2 mil millones de dólares, 8,3 a otros países europeos y 7,2 a Reino Unido. Una suma total de unos 33.000 millones de dólares en concepto de «reparaciones» de guerra que debía pagar en 42 anualidades. ¿Entienden ahora por qué Francia se empeñó en responsabilizar y culpabilizar a Alemania de la guerra? Pero, en el país de las oportunidades donde todo era posible no iba a quedarse simplemente ahí.
Durante la guerra, campesinos y empresarios estadounidenses invirDeron grandes canDdades en la adquisición de nuevas Derras y maquinaria en vista de la facilidad con la que se producían las ventas dentro y allende sus fronteras. Y la producción agrícola e industrial llega a converDrse en el 45% de todo el mundo y los productos estadounidenses invadieron el mercado internacional. Los nuevos sistemas de producción (taylorismo y fordismo,  la publicidad, los préstamos, y la venta a plazos hacen el resto. De una parte, EE.UU. se hizo con la mitad de las reservas mundiales de oro y el dólar se convierte en la moneda más sólida y fiable del mercado y de otra; se impuso el llamado modo de vida americano basado en la prosperidad económica y el consumismo de masas donde se aumentan los salarios de obreros. El auge económico de las empresas termina desarrollando el mercado de la Bolsa ya que las empresas invierten en ella habida cuenta del estado ópDmo de la economía. La euforia bursáDl desencadenó una burbuja especulaDva basada en el crecimiento de la demanda de las acciones, no en el crecimiento de los beneficios de las industrias. O sea, las acciones no se revalorizaban por la mejora de tal o cual empresa, sino por el aumento de la compra de las acciones: cuando muchos quieres comprar, el precio sube. De ahí que la compra de estas acciones se hacía para obtener ganancias a corto plazo, sin espera de la prosperidad real de la empresa. Incluso solicitaban créditos para comprar acciones y, realmente, la inversión podía duplicar beneficios en pocos días y parecía que el riesgo era prácDcamente escaso. 

La Gran Depresión de los años treinta. El crack de 1929 


Lo cierto es que una serie de elementos preludiaron la llegada de la crisis antes del gran desastre de la bolsa de Nueva York en octubre de 1929, y no es cierto que desde 1918 ó 1920 hasta el año en que se hundió la bolsa asistiésemos a una continuidad económica próspera. Dicho de otro modo, realmente, durante estos años se producen una serie de crisis económicas en algunos sectores como el agrícola sobre todo desde 1920 a 1024 básicamente. Como ya hemos dicho, los campesinos habían aumentado la inversión en la compra de tierras y maquinaria a través de préstamos para vender a los países beligerantes de la guerra. Aumentaron por tanto la producción, ahora con un destino allende las fronteras nacionales. Veamos cómo van a ir sucediéndose los pasos hacia la decadencia: 

En el momento en que 1) la Gran Guerra termina, estos agricultores pierden a su gran comprador, es decir, Europa. Así que acabado el conflicto crecieron los stocks, o sea, los productos almacenados que no encuentran compradores, y los precios bajaron aceleradamente como consecuencia de una saturación del mercado. Pura ley de oferta y demanda: cuanto mayor es la oferta, más baratos son los productos por su propia competencia. ¿Alguien se acuerda de lo que ocurrió tras la segunda revolución industrial? ¿Qué hicieron las potencias Europeas para darle salida a los productos? Efectivamente, el imperialismo colonial fue entonces la respuesta. Pero ahora ya estaba todo descubierto y colonizado ¿qué podrían hacer? Finalmente, terminan perdiéndose tierras, máquinas y casas, al no poder devolver los préstamos. Muchos campesinos emigraron a la ciudad en busca de trabajo, pero no encontraron trabajo, lo que contribuyeron a engordar el número de parados en las ciudades. En el campo se producen una serie de crisis importantes, pero menores antes del crack de 1929, y tras él, el desastre fue horrible. Incluso tras las medidas de recuperación del «New Deal», el campo continuó sufriendo como ningún otro sector al expropiarse tierras que quedaban sin cultivar, destruirse producciones por imposibilidad de venta o por imposición de Roosevelt. La paradoja era que por un lado se tiraban las cosechas y por otro la gente se moría de hambre. 2) En la industria tuvo lugar una situación similar, aunque no tan duradera: la producción creció más de lo que podía absorber la demanda del mercado, las fábricas producían más de lo que podían vender. Como antes, los stocks se acumularon, los precios bajaron, las industrias quebraron y cerraron sus puertas. Consecuencia de todo ello fue la extensión del paro obrero y como la población tenía menor capacidad de compra, el consumo disminuyó. El crack del 29. La crisis económica se agudizó debido al castillo de naipes que se había construido con el mercado bursátil. El problema de la bolsa es; que una acción puede llegar a tener un valor que no se corresponde con el valor real del dividendo, o sea, que si una empresa tiene 100 acciones y cada una vale 10 pavos, en teoría, debería ocurrir que si la empresa se dividiese en 100 partes a cada accionista le corresponderían 10 pavos. Cuando se había comprado por 10, si la empresa mejora y aumenta su riqueza al doble, la acción vale 20: el doble también. En la práctica, debido al mercado interno de la bolsa el precio de la acción puede subir o bajar de modo independiente de la salud de la empresa, simplemente en base a la cotización de esas acciones; y en los años veinte el precio de las acciones no paraba de subir. Comprabas una acción por 10 pavos y en poco tiempo su valor se duplicaba o triplicaba porque habían muchos compradores, pero realmente el estado económico de la empresa no se correspondía con el precio de sus acciones. Este fenómeno se denomina «especulación», es decir; efectuar operaciones comerciales o financieras, con la esperanza de obtener beneficios basados en las variaciones de los precios. De manera que un negocio en el que se ganaba dinero de una forma tan rápida y sencilla atraía a ricos y adinerados como la miel atrae al oso. Todos inverpan en bolsa, se pedían créditos para invertirlos en la bolsa, incluso los mismos corredores de la bolsa prestaban dinero a sus clientes para que los invirtiesen Invertir, invertir, invertir. Estaban construyendo un castillo de arena que tarde o temprano terminaría cayendo. Pero poco a poco la desconfianza iba llegando a la Bolsa cuando la distancia entre el valor real y el que habían adquirido las acciones era demasiada. 3) El 24 de octubre de 1929 tuvo lugar una gran oleada vendedora que afectó a la Bolsa de Nueva York conocida como “jueves negro”, era la caída en picado, el crack bursátil de 1929 que siguió precipitándose posteriormente, la crisis del sector bursátil. Se pusieron en venta unos 13 millones de acciones y el martes 29 siguiente, otros 16 millones más… 4) Muchos inversores se arruinaron, muchos ciudadanos acudieron a los bancos a retirar sus fondos, y muchos bancos cerraron por falta de fondos. Era la crisis del sector bancario (quiebra del Creditanstalt, mayo de 1931). Los bancos, ahora sin fondos, no podían recibir los préstamos a inversionistas, ni devolver las rentas de los ahorradores. Se ha comentado en libros y medios de divulgación que se produjeron numerosos suicidios desde los grandes rascacielos de la Gran Manzana, pero esto no es cierto. Aunque sí es verdad que algunos accionistas y especuladores arruinados por completo se quitaron la vida, a pesar de todo no fue una práctica tan frecuente como se ha venido publicando. Ford por ejemplo pierde cerca de un 80% de toda su fortuna y Rockefeller protagoniza un episodio patético invirtiendo en Bolsa intentando demostrar que la situación se había estabilizado. Lo cierto es que tardaría bastante tiempo y reformas en llegar a una situación estable, si es que se puede hablar de estabilidad dentro del Mercado de Valores. 5) Así, nos bancos sin fondos tampoco podían conceder nuevos préstamos para nuevas empresas. De modo que desaparecen los inversores, entre otros motivos, porque no contaban con capital para la inversión. Además de ser innecesario la fabricación de productos de consumo pues el nivel adquisitivo brillaba por su ausencia. Sin embargo, lo peor de la crisis aún está por llegar… Fruto de la quiebra de todos estos sectores fue la Gran Depresión. No me refiero únicamente a lo que acabamos de explicar: crisis agraria, bancaria, financiera y bursátil. Lo peor es la traslación hacia 6) la crisis social, o sea: El consumo disminuyó. Muchas fábricas cerraron. El número de parados aumentó hasta 13 millones en 1932. Muchas familias cayeron en la miseria, llevando a la caridad pública pues no exista la seguridad social tal como la conocemos hoy día: paro, seguros por enfermedad, asistencia sanitaria, etc. Aparte, desde EE.UU. la crisis se extendió al resto del mundo porque los bancos estadounidenses repatriaron o retiraron los capitales depositados en los bancos europeos y las empresas americanas disminuyeron o cesaron directamente sus inversiones.Todo el comercio mundial sufrió una gran recesión habida cuenta de que el mayor productor del mundo –recuerden: el 45% de la producción mundial- había quebrado. Esta es 7) la difusión mundial de la crisis. ¿Globalización? Estábamos en camino. Recapitulemos: 

1) Crisis agrícola al terminar la Gran Guerra y acumularse los stocks. 

2) Crisis industrial por los mismos motivos. 

3) El crack de la bolsa de Nueva York y la crisis bursátil. 

4) Crisis bancaria pues los bancos se quedan sin fondos. 

5) Crisis financiera que impedía la creación de nuevas empresas. 

6) Crisis social con el paro como principal exponente.

7) Crisis global cuando el mundo entero (excepción del modelo comunista) se contagia. Pero volvamos a Estados Unidos…

La salida de la crisis. Roosevelt y el New Deal 


Con Hoover el Estado no interviene en la economía y ésta, rueda libremente a través de la ley natural de la oferta y la demanda, que autorregulará precios y salarios. Precisamente, es esa ley de oferta y demanda la causante de las crisis cíclicas del capitalismo. O sea, el Estado no interviene regulando precios y salarios, llega un momento en que la producción puede crecer tanto que el aumento de la oferta provoca una bajada de precios, pérdida de valor de los productos, quiebra de empresas, cierre, desempleo… En pocas palabras: crisis económica y social.El caso es, que la política del entonces presidente republicano de Estados Unidos; Herbert Hoover se basaba en dichos postulados: no intervenir en la economía, o intervenir hacia la deflación, el recorte en
el crédito, la austeridad, etc. Cuando arrecia la crisis económica y el crack del 29, se opta por medidas conservadoras como el ahorro y medidas proteccionistas que no beneficiaban al comercio mundial (Arancel Smoot-Hawley, junio de 1930), constriñen y reducen los mercados y por tanto reduciendo la producción. La búsqueda de una salida colectiva de la crisis propició el Conferencia Económica Mundial de Londres de 1933 en el que se acordaron entre otras medidas el regreso al patrón oro y la reducción de aranceles; pero finalmente cada país pretendió salir de la misma por su cuenta, y ello no fue posible. Lógicamente, una crisis económica y social tan importante, terminó pasándole factura al citado Hoover y por ello perdió la presidencia en las elecciones a la Casa Blanca, frente a Franklin Delano Roosevelt en 1932. El programa llevado a cabo por Roosevelt para acabar con la crisis se denominó «New Deal» o nuevo reparto, y consista resumidamente en la intervención del Estado en la economía en un país que no estaba nada acostumbrado a ello. Intervención del Estado en la economía ¿Alguien se acuerda de ello? El «laissez-faire, laissez-passer» (dejar hacer, dejar pasar) era la máxima del liberalismo económico. Estas medidas estaban promovidas por el economista británico John Mayrand Keynes. Se trataba de un barón que estaba cansado de caminar por la calle chocándose con indigentes y pobres sin empleo. El desconcierto social le atormentaba y fruto de sus investigaciones en el campo económico surgió la base teórica del New Deal o nuevo reparto (Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero, 1936). Grosso modo, el New Deal (1936-39), consispa en estimular el consumo creando empleo por parte del Estado allí donde la iniciativa de empresas privadas habían dejado de actuar.O sea, el Estado se encargaría ahora de llevar a cabo nuevas inversiones, nuevas empresas, con la finalidad de introducir dinero en los bolsillos de la clase trabajadora para que pudieran gastarlo y poner en marcha nuevamente la cadena de consumo del capitalismo. Un capitalismo ahora, más controlado. Estas son algunas de aquellas medidas en lo puramente económico: 

Programa de saneamiento del sistema bancario: para que los bancos ofreciesen más garanpas y seguridad en sus depósitos y préstamos. Se potenció el sistema crediticio y se reguló el funcionamiento de la bolsa para tratar de impedir la especulación. Control de los bancos obligándolos a facilitar préstamos con bajos intereses. 

Programa de fuertes inversiones en obras públicas para crear puestos de trabajo; creación de empresas públicas en los sectores donde no había inversión privada: plan de obras públicas para luchar contra el paro: carreteras, embalses, puentes.  

Disminución de la producción agrícola para elevar los precios de los productos del campo y recuperar las rentas concediendo subvenciones; pero fue un estrepitoso fracaso. Destrucción de los stocks agrícolas acumulados (sin duda la menos positiva). 

En la industria se favoreció a las grandes empresas intentando eliminar la competencia, aumentando los precios y estimulando la inversión. 

Se forzó a los empresarios a aceptar mejoras salariales para motivar el consumo, limitación de la jornada laboral a 40 semanales, derecho de libre sindicalización y a la negociación colectiva. 

También se crearon pensiones de vejez y viudedad, seguros por incapacidad y subsidios de desempleo, sentando las bases del Estado del bienestar. Progresivamente, la economía fue mejorando su situación y saliendo de la crisis. En 1939, aún habían 10 millones de parados, pero paliaría los efectos más graves de la miseria. Sin embargo, a pesar de estas mejoras la crisis no se superó hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial con la llegada de nuevas necesidades de rearme y avituallamiento de los países contendientes. La guerra nunca deja de ser una inversión y dar grandes beneficios a quienes hacen negocio con ella. Así, EE.UU. vuelve a convertirse en el principal suministrador de los aliados y el nuevo conflicto lo sitúa de nuevo en la cúspide de las potencias del mundo. Inglaterra optaría por aumentar las medidas proteccionistas y devaluar la libra esterlina renunciando a regresar al patrón oro al que el resto de potencias se habían comprometido y pudo recuperarse a mitad de la década de los treinta. Francia copiaría las políticas sociales del New Deal, algo más radicales pues suponía la combinación de socialistas, republicanos y comunistas (Frente Popular). Alemania, como todos
sabemos, sólo saldría de la profunda crisis gracias a la política de rearme y el incremento del servicio militar impuesto por Hitler saltándose el Tratado de Versalles.

Evolución políEca. De la implantación de las democracias al auge de los totalitarismos

La implantación de las democracias. La República de Weimar y otros países de Europa

Tras la primera guerra mundial, el mundo se dividirá en dos grupos: vencedores y vencidos. Así, cuatro estados europeos se convierten en países vencidos en el conflicto: Alemania, Austria-Hungría, Bulgaria y Turquía. Prácticamente en todos ellos (teniendo en cuenta la división de Austria-Hungría tras la guerra y la rapidez con que Miklós Horthy instaura un régimen conservador) se impondrán regímenes parlamentarios a imitación de los vencedores: Francia, Inglaterra, Estados Unidos. Sin embargo, la situación en la que nacen estos estos regímenes no fue sin duda la mejor. La crisis heredada de la guerra arreciaba Europa tras el conflicto y provocó en gran parte de los países revueltas sociales que no supieron contener o disuadir estas democracias que habían nacido de la Paz de París. Revueltas muchas veces expuestas al posible contagio del bolchevismo radical que había triunfado en Rusia en 1917. De modo que del sistema parlamentario, liberal y democrático, se pasaba al totalitarismo ruso surgido de la revolución proletaria: del capitalismo al comunismo. En este concierto apareció «la tercera vía»: el fascismo. La clase obrera apoyaba el bolchevismo de los primeros, las clases medias (pequeña burguesía, propietarios, etc.) haría lo propio con los fascismos. Unos en busca de un reparto de la propiedad más justo, otros para defender la propiedad privada y evitar precisamente esto. ¿Qué ocurrió en Italia? Italia se había dejado en torno a 800 000 muertos en la Gran Guerra y no vieron satisfechas sus peticiones territoriales del Tratado de Londres de 1915, cuando se había firmado la cesión de todo el área de Dalmacia. Como saben, Italia obtiene Trentino e Istria, pero no los territorios pactados (irredentismo) y la petición del Fiume (Rijeka) fue constante. Hasta ocuparla un grupo de excombatientes: los ardiA y el poeta Gabrielle D’Annunzio. Además, a la sensación de engaño de los militares se sumó una situación económica muy dixcil ya desde los primeros momentos de la posguerra. Numerosas huelgas y revueltas callejeras de orden popular se suceden sobre todo en las zonas industriales de Milán. ¿Qué ocurrió en Alemania? Tras la dimisión del gobierno autoritario de Guillermo II, se implanta la República de Weimar gobernada por el SDP (Partido Social Demócrata de Ebert). Con dos grupos opositores muy diferentes entre sí: de una parte los «espartaquistas» (comunistas liderados por Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht), de otra el partido nacionalsocialista (conocido como partido nazi del que pronto se haría dueño Adolf Hitler). Ambos grupos opositores reprochaban al SPD, fundamentalmente; haber aceptado el Tratado de Versalles y la humillación que infligió el «diktat» y la gestión económica durante la Gran Depresión de los años Treinta. El viejo continente, como si de un sarampión se tratase, fue sufriendo erupciones de gobiernos dictatoriales en aquellos estados de sistema liberal inmaduro. La mayoría no podemos incluirlos en el grupo de los fascismos, pues prácticamente sólo el italiano y el alemán lo fueron; sin embargo todos tenían ciertos rasgos similares. Realmente, incluso el fascismo italiano y el nazismo alemán presentaron diferencias, básicamente el antisemitismo, que aunque Mussolini llegó a emprender una política contra los judíos, nunca estuvo entre sus prioridades de gobierno tanto como en el caso de Hitler.

La revisión del Tratado de Versalles y la diplomacia internacional

Durante el período de entreguerras se asiste al fracaso de los Estados europeos sobre las relaciones internacionales, concretamente al del Pacto Briand-Kellogg y Locarno, que ponían a la guerra fuera de la ley. La Crisis de 1929 cambió, en parte, el rumbo e inició un viraje que llevaría al nuevo conflicto mundial. La debilidad de la paz es un hecho incuestionable, una paz sustentada sobre las condiciones de Versalles o, lo que es lo mismo, la imposición de los vencedores sobre los vencidos no tendría una duración larga a pesar de las revisiones que se hicieron. Los principales problemas ya los hemos comentado: 

La capacidad de los países vencidos para pagar la reparación por los daños de la guerra. Así, se observa un claro paralelismo entre los años económicamente dificiles y las tensiones políticas internacionales que se centran sobre todo en la primera mitad de los años veinte y nuevamente en la crisis del 29. 

El problema del desarme aparentemente quedó resuelto en la Conferencia de Washington, 1921. 

La política del «cordón sanitario» para aislar el bolchevismo ruso, a tenor de las influencias en forma de partidos comunistas nacionales y algunas revoluciones como la de Hungría de Bela Kun(1919). 

La cuestión de las reivindicaciones territoriales de países que demandan una revisión de los acuerdos de paz porque se sienten lesionados por éstos: Italia, Polonia o Turquía. A partir de 1924 el nuevo panorama internacional propicia un cambio de nuevos logros que parecían asegurar la paz y consolidar una situación de seguridad colectiva: 

La recuperación económica de Alemania y otros países como Gran Bretaña, Francia e Italia. El desarrollo industrial de los países occidentales con el empuje de nuevos sectores y nuevas actividades. 

El cambio diplomático con el establecimiento de nuevos gobiernos de tendencias pacifistas y de izquierdas: sobre todo la figura del liberal Stresemann en Alemania. Todos ellos partidarios de una política de negociaciones que evitaban posturas radicales. 

EE.UU. comienza a intervenir de nuevo como factor de equilibrio con el Plan Dawes (1924) por el cual el plazo impuesto en el Tratado de Versalles para el pago de Alemania era ampliado dependiendo del grado de recuperación de su economía. Incluso volvería a revisarse en el Plan Young (1929). 

Posteriormente asistiremos a los Acuerdos de Locarno (1925), auge de la política de seguridad colectiva y de la cooperación de las naciones en un ambiente de paz confirmado nuevamente en 1928 en el Pacto de Briand-Kellogg. Uno de los logros más importantes fue la incorporación de Alemania al «concierto  mundial de las naciones», sentándose en plan de igualdad con las naciones vencedoras y llegándose a los siguientes acuerdos: Alemania reconocía las fronteras occidentales —Alsacia y Lorena— y Francia anticipaba la evacuación de la zona del Rhin. En septiembre de 1926, Alemania, a propuesta de Francia, es admitida en la Sociedad de Naciones, consagrando la reconciliación. Pero desde la crisis económica que se inició con suma fuerza en 1929, la política de buen entendimiento irá cambiando poco a poco acelerándose desde 1933 en un auténtico viraje hacia la guerra: 

Las iniciativas expansivas alemanes y el rearme de las potencias, abandonando en octubre de 1933 la Conferencia de Desarme de Ginebra. Unos días después, Alemania abandonaría además la Sociedad de Naciones. Su expansión se producirá en diferentes fases: 

1) El «anschluss» o unión de marzo de 1938 que pone al frente de Austria un nuevo canciller pronazi entrando finalmente las tropas alemanas en el país y anexionándola finalmente por referéndum popular; 2) la desmembración de Checoslovaquia; 

3) las anexiones de nuevos territorios como la cesión de Memel por Lituania o el reparto de Polonia a través del «Pacto de No-Agresión» germano-soviético. 

Italia en cambio se muestra dubitativa. Osciló entre mantenerse aproximada a los aliados occidentales para mantener un papel influyente en Europa occidental o lanzarse hacia una expansión mediterránea y norteafricana. 

La política expansiva e imperialista de Japón encajan con el régimen alemán, y terminó aproximándolo internacionalmente con la potencia germana, impidiendo igualmente los acuerdos en pos del desarme; y abandonando en marzo de 1933 la SDN. El espíritu de Locarno se disgregó debido a una serie de nuevos pactos: 

El franco-soviético en 1935 quebrando la relación franco-alemana. 

Las sanciones contra Italia por la invasión de Etiopía en 1935, desapareciendo el entendimiento con UK. 

El eje Roma-Berlín de noviembre de 1936, por el que la alianza entre Italia y Alemania supone en tal momento la ruptura franco-italiana. 

El pacto germano-soviético de agosto de 1939 por el que el acuerdo en el este de Alemania y la U.R.S.S.
acaba con la única relación aún existente, la anglo-alemana. Sólo permanecieron vigentes las relaciones entre Francia y Gran Bretaña y entre Italia y Alemania, que son la base de los bloques que se enfrentaron en la Segunda Guerra Mundial.

El auge de los regímenes totalitarios, autoritarios y fascistas

Finalmente, con la irrupción del crack del 29, la crisis económico-social terminó dinamitando el sistema político, y las democracias fueron cayendo una a una en buena parte de Europa. Las clases medias buscaron la tranquilidad que iba a proporcionarles los nuevos gobiernos autoritarios, gendarmes de sus posesiones frente al peligro del bolchevismo. A cambio, se dejaron engañar por movimientos violentos que terminarían provocando el episodio más cruento de la historia de la humanidad, esto es; el auge de los «fascismos» y regímenes autoritarios. Algunas caracterísDcas generales de la ideología fascista son las siguientes: 

1) La principal es la formación de una nueva sociedad a través de la movilización de las masas, pues el fascismo es un movimiento de clases medias y pequeña burguesía. De ahí que tengamos que diferenciarlo con los nacionalismos autoritarios conservadores que simplemente pretendían consolidar las viejas estructuras sociales de los grupos privilegiados. Aunque en un primer momento, ante el temor hacia el bolchevismo, los grandes empresarios y terratenientes apoyarán al movimiento fascista. 

2) La defensa de un Estado totalitario impuesto sobre el individuo capaz de controlar todas las esferas de la vida: políDca, economía, sociedad, etc.

3) Sistema políDco dictatorial de parDdo único y el culto a la personalidad y al líder. 

4) AnDcomunismo y anDcapitalismo —no totalmente— planteando la tercera vía del «socialismo nacional» capaz de acabar con el conflicto de clases y de atraerse tanto a las clases medias amenazadas por la concentración capitalista, como a los obreros, oprimidos por el miedo al desempleo y la miseria. 

5) Nacionalismo agresivo, expansionista y militarista. 

6) Defensa del racismo, llegando a converDrse —nazismo alemán— en el elemento agluDnador de la unidad nacional basada en la superioridad del ario. 

7) Exaltación de los elementos irracionales de la conducta humana: fanaDsmo, intolerancia, violencia.

8) Defensa de los principios y carácter masculino, relegando a la mujer a la crianza de los hijos. Algunos ejemplos de regímenes autoritarios y fascistas: 

Miklós Horthy el 1 de marzo de 1920. 

Mussolini inicia su andadura en la Italia fascista, 1922. 

Zankov da un golpe militar en Bulgaria, 1923. 

Primo de Rivera (1923-1930) en España ese mismo año. 

Ataturk de Turquía en 1923 con una autocracia, 1935. 

Ahmed Zogu en Albania, 1925. 

Pilsudski en Polonia, 1926. 

Gomes Da Costa y Carmona en Portugal,mayo de 1926. 

Los gobiernos de Smetona-Voldemaras, Lituania, 1926. 

Golpe de Estado del rey Alejandro en Yugoslavia, 1929. 

Salazar en Portugal, 1932. 

Hitler alcanza el poder en 1933. 

Dollfus da un golpe de estado en Austria en 1933. 

KonstanKn Pats instaura la dictadura en Estonia, 1934. 

Karlis Ulmanis en Letonia ese mismo año. 

Francisco Franco en España el 18 de julio de 1936. 

Golpe de Estado de Metaxas en Grecia, agosto del 36. Desde el punto de vista social los partidos fascistas nunca lograron un completo respaldo popular, aunque su base fue incrementándose paulaDnamente hasta alcanzar una gran fuerza en países como Italia y Alemania. 

1) Sus primeros seguidores provenían de sectores sociales desarraigados (oficiales y combaDentes desmovilizados tras la Primera Guerra Mundial) cuya adaptación a la vida civil de la posguerra se había hecho muy dixcil. 

2) También contaron con el apoyo de jóvenes acDvistas y románDcos muy impresionados por la guerra y frustrados por los problemas del sistema liberal. 

3) Con posterioridad se fueron sumando miembros procedentes de las clases medias urbanas y rurales, afectados por la crisis económica y temerosos de la propagación del comunismo. 

4) También se incorporó un importante sector de la clase obrera, muchos de ellos procedentes de parDdos radicales de izquierda que encontraron atracDvo en el mensaje extremista y violento del fascismo. 

5) Un apoyo bastante importante fue el de los grandes empresarios y terratenientes. Financiaron las organizaciones fascistas para uDlizarlas como fuerzas de choque frente a los socialistas y los comunistas. Los ayudaron a establecer un poder ejecuDvo fuerte, capaz de reorganizar y controlar la economía para superar la crisis y detener la agitación obrera. Y 6) también algunas insDtuciones del Estado liberal como el ejército y la policía, quienes toleraron e incluso colaboraron con la violencia que las organizaciones fascistas (Fasci Italiani di CombaHmento o las SA —Secciones de Asalto—) uDlizaron para amedrentar a sus enemigos y conquistar el poder.

La Italia fascista de Benito Mussolini.
Como ya venimos explicando, la situación de descontento social debido al resultado de la guerra y sus tratados de paz, y sobre todo, a la crisis económica tras el conflicto, terminará en el auge de las Fasci Italiani di CombaHmento, una especie de organización políDca de intervención con grupos paramilitares
que actuaban en las calles de Italia sofocando huelgas y revueltas populares. Por otro lado, Benito Mussolini terminará gozando del apoyo del Victor Manuel III ante la imposibilidad de que el gobierno democráDco controlase la situación de huelgas y revueltas obreras y el avance del
ParDdo Comunista de Italia (1921). Mussolini venía de la parte más radical del ParDdo Socialista, pero consciente de la necesidad de consolidar los apoyosde las clases ricas (terratenientes, empresarios, patronales, ejército), en 1921 transformó los fascios en el ParDdo Nacional Fascista, convirDéndose en un violento movimiento de represión de las organizaciones obreras y campesinas. En 1922, después de sofocar una huelga general, el futuro Duce exigió el gobierno amenazando con una «Marcha sobre Roma». Luego, la literatura fascista vendió su entrada triunfal, como si hubiese conseguido por la fuerza la jefatura, cuando lo cierto es que el rey se la cedió antes. PaulaDnamente, Mussolini y el parDdo irían consolidándose en el poder a la par que iban marginando al resto de parDdos hasta el punto de prohibirlos y construir el Estado fascista italiano: 

Acción frente a reflexión en un rechazo de pleno a la razón. 

Estado uniparDdista donde quedaban prohibidos todos los parDdos políDcos. Asesinato de Ma|eo}, diputado y dirigente socialista por haber reclamado la nulidad de las elecciones. 

Tribunal de delitos políDcos y de la OVRA (Organización de Vigilancia y de Represión del AnDfascismo).
El jefe del Estado es el Duce, guía, conductor. O sea, Benito Mussolini. 

IrredenDsmo o reivindicación de los territorios considerados italianos. 

Supresión de todos los sindicatos que representasen a los obreros. La Carta del Trabajo (1927) sólo permipa los sindicatos fascistas y declaraba ilegal a la huelga.
Restauración de la simbología del anDguo imperio romano. 

Sistema económico autárquico en el que Italia se autoabastecía con producción propia. A parDr de 1936 se llevó a cabo una auténDca economía de guerra. • Desarrollo de una políDca de grandes obras en infraestructuras e industria. 

Los Pactos de Letrán (1929) con el VaDcano, convirDéndose el catolicismo en la única religión oficial del Estado a cambio del reconocimiento de la Santa Sede.
Adoctrinamiento y control social a través de la censura (prensa, radio, cine) de la prensa y la fuerte intromisión en la educación y organizaciones como las Juventudes Fascistas y la Obra Nacional Balilla.

La Alemania nazi de Adolf Hitler.
Aunque el fascismo italiano, como movimiento, fue el primero en establecer ciertas bases, el nacionalsocialismo del parDdo nazi (NSDAP o ParAdo Nacional Socialista de los Trabajadores Alemanes) de Adolf Hitler fue quien le otorgó mayor difusión. El segundo admiraba enormemente a Mussolini, así, muchas de las ideas del nazismo encontraron inspiración en el fascismo italiano. La situación de Alemania, ya la hemos visto, era tremendamente más complicada que en otros lugares de Europa. Hitler tuvo muy fácil embaucar a la población con sus grandes discursos demagógicos habida cuenta de su deterioro económico y social. El parDdo nazi, que nació en Munich a parDr de la modificación de Hitler de las bases del DAP (ParDdo de los Trabajadores Alemanes) era un confuso conjunto de postulados dirigido a todas las clases sociales, pero en suma, la superación de la lucha de clases (idea marxista) en beneficio de los «intereses superioresde la nación». En 1923 Hitler hizo un primer intento fallido para acceder al poder (Putsch de Munich) en el golpe de Estado que le costó nueve meses de cárcel (allí escribiría el Main Kampf —Mi lucha—). El proceso por el que se alzó con el poder tuvo lugar tras la colaboración con algunos grupos políDcos que le abrieron las puertas pensando que estando en el poder, podrían controlarlo. Hindenburg, presidente de la República, y Von Papen, canciller, decidieron nombrar a Hitler canciller en un gobierno de coalición entre los nazis y la derecha clásica, formado por tres ministros nazis y el propio Von Papen como vicecanciller para poder controlar el radicalismo del NSDAP. Pero Hitler terminaría ganando las elecciones (43,9%) de marzo 1933 tras varios episodios de corruptela, fraude y depuraciones varias, incendió el Reichstag (27/II/1933), asesinó a los líderes espartaquistas. El nuevo Parlamento aprobaría una ley de gran transcendencia que otorgaba al canciller plenos poderes durante cuatro años para promulgar leyes sin consultar al Reichstag, con la única oposición de los socialdemócratas. Y siguió con sus depuraciones, de disidentes políDcos (noche de los cuchillos largos, 1934) y de judíos (noche de los cristales rotos, 1938) uDlizando primero a la S.A. (Secciones de Asalto) que fueron poco a poco susDtuidas por la S.S. (policía militar) y a la Gestapo (Policía PolíDca). Podemos establecer una serie de semejanzas con el fascismo italiano como: el rechazo de la razón, la prohibición del resto de parDdos políDcos, supresión de sindicatos, inversión en infraestructuras, la copia de algunos símbolos fascistas como el saludo levantando el brazo.
Pero debemos destacar una serie de maDces que lo diferencian: 

Una de las características distintas es su odio a los judíos (anDsemiDsmo) y la defensa de la raza aria como raza suprema llamada a dominar el mundo. Aunque Mussolini termina adoptando esta políDca en 1938, fue Hitler el gran enfermo del exterminio judío u holocausto (Leyes de Nuremberg). Seis millones no son pocos. 

En este senDdo también es importante señalar las ideas de conquistas de otros territorios, lo que llamó «espacio vital» o demanda de un territorio que les pertenecía para poder desarrollarse como nación superior al resto. 

Igualmente la supremacía racial entronca con la introducción del programa de eutanasia por el cual unas 72.000 personas fueron asesinadas,principalmente enfermos mentales y personas con graves taras xsicas o enfermedades crónicas o incurables. 

La personificación del poder era Hitler y su ptulo era el del fuhrer (jefe).  

En lo económico Alemania también se caracteriza por un sistema autárquico, la inversión en la industria pesada y especialmente en la armamenpsDca. Aunque Italia también promovió este sector, no Dene parangón con lo que Adolfo Hitler llevó a cabo, convirDendo al país germano en una auténDca máquina preparada para la guerra.