Análisis del Bienio Radical-Cedista y el Frente Popular en la Segunda República

La Segunda República: Bienio Radical-Cedista, Revolución de 1934 y el Frente Popular

El Bienio Radical-Cedista (1933-1936)

Primera etapa (1933-1934)

Las elecciones de noviembre de 1933 dieron la mayoría a los partidos de centro-derecha, la CEDA y el Partido Radical de Alejandro Lerroux. Alcalá Zamora encomendó el gobierno a Lerroux, que contó con el apoyo parlamentario de la CEDA.

El Gobierno Lerroux desarrolló una política contraria a la del Bienio republicano-socialista:

  • Se paralizó la reforma agraria, devolviendo las tierras a los antiguos dueños y desalojando a los campesinos.
  • Se volvió a incluir la asignación al clero en los presupuestos del Estado.
  • Se aprobó la Ley de Amnistía.
  • Se ralentizó la construcción de escuelas.
  • Se bloquearon los Estatutos de Autonomía.

La Revolución de 1934

El 4 de octubre de 1934, Alejandro Lerroux formó gobierno, incluyendo a tres ministros de la CEDA. Este hecho fue interpretado como el triunfo de la derecha más radical, que prepararía la llegada del fascismo.

El 5 de octubre, la UGT convocó una huelga general apoyada por la prensa de izquierda, que se produjo el 6 de octubre de 1934. No obstante, la huelga fracasó por dos motivos:

  • No hubo el seguimiento esperado.
  • El ejército y la Guardia Civil reprimieron a los huelguistas.

En Cataluña, la huelga tuvo un carácter político independentista, con un levantamiento que fue reprimido por el ejército. El gobierno catalán fue acusado de rebeldía y se suspendió la autonomía.

La insurrección solo triunfó en Asturias, donde miles de obreros armados ocuparon toda la región y proclamaron la Revolución Socialista de los Consejos Obreros. El gobierno, dirigido por el general Francisco Franco, mandó a la Legión y a militares que estaban en Marruecos. El 18 de octubre, la insurrección estaba totalmente controlada.

Segunda etapa (1934-1936)

La revolución de octubre de 1934 motivó un endurecimiento de la política del gobierno. Se suspendió el Estatuto de Cataluña y se aprobó una nueva Ley de Reforma Agraria, que detuvo el proceso de entrega de tierras y asentamiento de los campesinos.

El gobierno era débil y estaba en crisis por las luchas internas entre partidos. Los radicales tenían que gobernar con Gil Robles a pesar de no estar de acuerdo con su política. La tarea de gobierno fue desgastando a la CEDA y surgió otro partido, el Bloque Nacional dirigido por Calvo Sotelo.

En el campo militar, Gil Robles llevó a cabo una serie de cambios en los mandos militares, colocando a militares poco o nada partidarios de la república como Fanjul, Franco y Mola.

En octubre de 1935, el escándalo del estraperlo – juegos de azar autorizados mediante soborno a algunos políticos radicales – supuso la crisis definitiva del gobierno, ya que se rompió el acuerdo radical-cedista y Alejandro Lerroux dimitió como presidente del gobierno. Niceto Alcalá Zamora disolvió las Cortes y convocó elecciones para febrero de 1936.

Las elecciones de 1936 y el Frente Popular

En las elecciones del 16 de febrero de 1936, los partidos de izquierda y nacionalistas se agruparon en el Frente Popular, que hizo una campaña electoral con un programa reformista:

  • Recuperar los grandes cambios del bienio republicano-socialista.
  • Conceder la amnistía para los represaliados por la Revolución de Octubre de 1934.

La derecha también se presentó unida en numerosas circunscripciones.

El primer gobierno del Frente Popular, presidido por Manuel Azaña, estaba formado por Izquierda Republicana y Unión Republicana. Sus primeras actuaciones se ajustaron a lo pactado entre las fuerzas que lo integraban:

  • Se decretó la amnistía para la Revolución de Octubre de 1934.
  • Se restauró el Estatuto de autonomía de Cataluña.
  • Se retomó la reforma agraria de 1932.

El Congreso destituyó al presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora, y el 10 de mayo de 1936 fue elegido Manuel Azaña como nuevo presidente de la República. Manuel Azaña quiso contar en el nuevo gobierno con el proyecto de los socialistas moderados pero se negaron.

El nuevo gobierno, presidido por el republicano Santiago Casares Quiroga, vio como en 1936 la vida política y social española se deterioró y aumentaron el terrorismo y los enfrentamientos violentos entre la izquierda y la derecha. Desde marzo de 1936 varios generales, bajo la dirección de Emilio Mola, venían preparando un golpe de Estado contra el gobierno del Frente Popular.

La lucha política, el orden público, mientras la revolución campesina procedía a la ocupación de tierras, Calvo Sotelo denunció mientras a él le hacían responsable. Para evitar un golpe militar alejaron a los sospechosos.

Los últimos días de la Segunda República fueron convulsos y constituyen el preludio de la Guerra Civil, que ya fue el colmo con dos asesinatos: el de Del Castillo y el de Calvo Sotelo. La muerte del líder de la derecha aceleró la intervención militar, y el 17 de julio las tropas de la Comandancia de Melilla se sublevaron contra el Gobierno.