La Revolución Industrial: Transformación Económica y Social
1. Factores Impulsores de la Industrialización
1.1 La Revolución Agrícola
A mediados del siglo XVIII, tuvieron lugar una serie de cambios fundamentales en la agricultura, conocidos como la Revolución Agrícola:
- Innovaciones clave: nuevo sistema de rotación de cultivos (Norfolk), aparición de nuevas herramientas, introducción de nuevos cultivos, empleo de fertilizantes y cambios en la estructura de la propiedad.
Ventajas del sistema Norfolk (rotación cuadrienal de cultivos):
- Se suprime el barbecho, ampliando la superficie cultivada.
- Las plantas forrajeras enriquecen el suelo fijando nitrógeno.
- Mayor alimento para el ganado, lo que conlleva un aumento de la cabaña ganadera y más estiércol para abonar el campo.
Nuevas herramientas introducidas:
- Sembradora
- Arado Rotherham
- Trilladoras mecánicas
Nuevos cultivos:
- Patata
- Maíz
Empleo de fertilizantes:
- Estiércol del ganado
- Guano
Cambios en la estructura de la propiedad:
- Cercado de campos (privatización de los campos abiertos y tierras comunales mediante las Enclosure Acts, leyes fijadas por el Parlamento).
El Cercamiento de las Tierras (Enclosures)
Desde la Edad Media, el método agrícola predominante en Europa era la rotación de cultivos mediante campos abiertos. Este sistema se basaba en los derechos comunales tradicionales y practicaba una agricultura orientada a la supervivencia (autoconsumo). Sin embargo, el aumento de la demanda de alimentos y de los precios impulsó la producción para obtener mayores beneficios.
Con este fin, los propietarios decidieron concentrar las parcelas de sus campos y cercarlas, apropiarse de las tierras comunales y desvincularse del cultivo colectivo. Esto permitió la creación de tierras cercadas según la conveniencia de cada propietario, facilitando la aplicación de nuevos sistemas para mejorar la productividad.
1.2 La Revolución Demográfica
La Revolución Agrícola provocó un aumento significativo de la oferta de alimentos, lo que a su vez impulsó la Revolución Demográfica, caracterizada por:
- Un elevado y continuado crecimiento de la población.
Factores del descenso de la mortalidad:
- Mejor alimentación.
- Avances médicos e higiénicos (vacunas, jabón, etc.).
- Desaparición de hambrunas frecuentes.
- Población más fuerte y sana en general.
Factores del aumento de la natalidad:
- Disminución de la edad de matrimonio.
- Disminución del número de personas célibes.
- Mejora de la situación económica.
El aumento de la población supuso:
- Mayor disponibilidad de mano de obra para la industria.
- Incremento de consumidores para los productos industriales.
1.3 Las Nuevas Fuentes de Energía
La introducción de nuevas fuentes de energía fue crucial para el paso de la manufactura a la industria y la mecanización de los sistemas de producción.
Inicialmente, la energía hidráulica fue la primera fuente aplicada. Sin embargo, la verdadera revolución energética llegó con:
- La Máquina de Vapor: inventada por James Watt en 1769, utilizaba el carbón como combustible principal. Su aplicación se extendió a:
- Máquinas industriales.
- Máquinas agrícolas.
- Medios de transporte.
1.4 La Revolución de los Transportes
A mediados del siglo XVIII, en Gran Bretaña, se mejoraron los caminos y se construyeron canales que conectaban los ríos. Esto facilitó el traslado de mercancías y materias primas, posibilitando la navegación fluvial y el transporte por carreteras.
No obstante, la verdadera revolución en el transporte fue el ferrocarril, que ofreció:
- Mayor rapidez.
- Más capacidad de carga.
- Menor coste del transporte.
- Mayor seguridad para mercancías y pasajeros.
El ferrocarril fue posible gracias a la invención de la locomotora por el ingeniero británico George Stephenson en 1829, una máquina de vapor que podía desplazarse sobre rieles. Más tarde, el norteamericano Robert Fulton aplicó la máquina de vapor a la navegación, lo que llevó a la construcción de barcos de vapor y acortó la duración de los viajes transoceánicos.
Tanto el ferrocarril como los barcos de vapor supusieron:
- Intercambios más fáciles entre centros de producción y de consumo (a nivel nacional e internacional).
- Mayor movilidad de la población.
Gradualmente, se creó una extensa red de ferrocarriles en Europa y Norteamérica.
1.5 El Impulso del Mercado
Las mejoras en infraestructuras y transportes impulsaron la consolidación de una economía de mercado, donde la producción dejó de ser para el autoconsumo y se orientó a la venta.
En Gran Bretaña, la expansión comercial se vio fuertemente impulsada por el mercado exterior, con industriales y comerciantes produciendo para la venta internacional.
El mercado interior en Gran Bretaña también se benefició de:
- El aumento de la población, que generó más consumidores.
- Un incremento general de la capacidad adquisitiva.
- La especialización de la producción.
- La mejora de los transportes.
2. La Necesidad de un Nuevo Sistema Económico para la Industrialización
El proceso industrializador requirió grandes inversiones de capital, un mercado amplio y sin trabas, libertad de industria y estímulo a la libre iniciativa. Las ideas del liberalismo económico, sobre las cuales se sustentó y consolidó el capitalismo, respondieron a todas estas exigencias. El desarrollo industrial dio lugar al surgimiento de nuevos instrumentos financieros:
- Entidades bancarias: se multiplicaron y se convirtieron en captadoras del ahorro privado y en suministradoras de capital para la industria.
- Sociedades de acciones: permitieron reunir el capital necesario para las grandes inversiones que requería la industrialización.
2.1 El Liberalismo Económico
El liberalismo económico es una teoría económica basada en:
- El interés individual.
- La ley de la oferta y la demanda.
- La libre competencia entre empresas.
- La no intervención del Estado en la economía.
- El libre comercio.
2.2 El Capitalismo Industrial
El capitalismo es un sistema económico caracterizado por:
- La propiedad privada de los medios de producción y de los bienes, en manos de la burguesía (que aporta el capital).
- El trabajo asalariado, realizado por el proletariado a cambio de un jornal.
- La libre iniciativa y la no intervención del Estado.
- La existencia de crisis económicas periódicas por desajustes entre oferta y demanda.
3. La Sociedad Urbana: Burgueses y Obreros
3.1 El Proceso de Urbanización
La difusión de la industrialización obligó a los trabajadores a trasladarse a las ciudades y a vivir cerca de las fábricas. Como resultado, las ciudades crecieron y la vida urbana se consolidó.
La mayoría de los trabajadores procedía de áreas rurales cercanas a las fábricas. En Gran Bretaña, por ejemplo, 2 millones de personas se trasladaron del campo a la ciudad a principios de la Revolución Industrial. En el resto de Europa, a principios del siglo XIX, solo un 2% de la población era urbana; a comienzos del siglo XX, vivían en ciudades: el 78% de los británicos, el 60% de los alemanes y el 44% de los franceses.
El rápido crecimiento urbano generó una fuerte segregación por barrios:
- Barrios Burgueses: La burguesía abandonó los cascos antiguos de las ciudades para establecerse en barrios residenciales planificados en las afueras. Estos contaban con:
- Amplias y confortables viviendas (a menudo lujosas para ostentar riqueza).
- Buenos servicios públicos (iluminación, agua corriente, alcantarillado, recogida de basuras, etc.).
- Instalación de oficinas y comercios.
- Derribo de murallas para construir amplias avenidas.
- Barrios Obreros: Se desarrollaron barrios sin planificar cerca de las fábricas, caracterizados por la ausencia de infraestructuras:
- Calles sin pavimentar.
- Falta de alcantarillado y agua corriente.
- Ausencia de servicio de recogida de basuras.
- Viviendas pequeñas y mal acondicionadas, a menudo con más de una familia por vivienda.
3.2 La Sociedad Industrial
Surgió una nueva sociedad de clases. A diferencia de la sociedad estamental, la propiedad y las riquezas definían la pertenencia a una clase social, permitiendo la movilidad social en función de la riqueza. Las principales clases fueron:
- La Burguesía: Poseedores de los bienes y capitales (industriales, comerciantes, banqueros, empresarios). Su riqueza no provenía de la propiedad de la tierra, sino de las nuevas actividades económicas. Por su estatus e influencia creciente, organizaron la sociedad a partir de nuevos valores como:
- La propiedad privada.
- El trabajo.
- El ahorro.
- El individualismo.
- El Proletariado: Compuesto por los obreros de las fábricas, la fuerza de trabajo necesaria para mover las máquinas y producir bienes. No poseían bienes ni capitales, vendiendo su trabajo a cambio de un salario. Sus condiciones laborales eran precarias:
- Sueldos bajos.
- Largas jornadas de trabajo (12-13 horas diarias).
- Rígida disciplina laboral.
- La Clase Media: Se configuró a medida que avanzaba el siglo XIX. No poseían grandes bienes ni capitales y no realizaban trabajos manuales. Incluía a:
- Profesionales liberales (abogados, médicos, ingenieros, arquitectos, profesores).
- Propietarios de pequeños comercios.
- Funcionarios de la administración.
- Empleados de bancos.
- Oficiales del ejército.