Geografía Urbana: Definición, Evolución y Estructura de las Ciudades

Definición de Ciudad

La definición de ciudad puede abordarse desde diversas perspectivas:

  • Criterio Cuantitativo: Se basa en el número de habitantes. Si bien es el más utilizado a nivel mundial, no es un valor absoluto, ya que una ciudad es mucho más que una cifra. Por ejemplo, en España se consideran ciudades los núcleos con más de 10.000 habitantes, mientras que en Suecia el umbral es de 200 y en Estados Unidos de 2.500.
  • Criterio Funcional: Es un enfoque cualitativo que se centra en las actividades económicas predominantes, principalmente servicios e industria. Este criterio también presenta ambigüedad; en Europa, por ejemplo, se consideran poblaciones urbanas aquellas donde el 75% de los activos no son agrícolas, mientras que en Asia este porcentaje desciende al 40-50%.
  • Criterio Mixto: Combina ambos enfoques. Se puede considerar urbana a una población que habita en núcleos compactos de más de 2.000 habitantes, siempre que la población dedicada a la agricultura no supere el 25% de los activos totales. Si la población de un núcleo supera los 10.000 habitantes, se considera urbano independientemente del criterio cualitativo.
  • Criterio Morfológico: Se caracteriza por una alta densidad de edificación en altura y población.
  • Criterio Funcional (reiterado): Se enfoca en las actividades económicas urbanas, como el comercio y la industria.
  • Criterio Sociológico: Distingue las relaciones sociales en las ciudades, que tienden a ser más superficiales y con vínculos familiares más débiles en comparación con las zonas rurales.
  • Criterio Cultural: Las ciudades albergan un gran número de instituciones culturales y de ocio (teatros, cines, bibliotecas, universidades, etc.), situándolas a la vanguardia cultural y diferenciándolas claramente del entorno rural.
  • Criterio Espacial: Se refiere a la capacidad de un núcleo urbano para organizar el espacio circundante, creando áreas de influencia sobre otros núcleos.

Proceso de Urbanización

El proceso de urbanización implica la concentración progresiva de población, actividades económicas, innovaciones destacadas y la difusión de estos fenómenos hacia el entorno urbano. Históricamente, se distinguen tres etapas:

  • Preindustrial: Desde el origen de las ciudades hasta la industrialización en el siglo XIX. Se caracterizó por una baja tasa de urbanización y el predominio de la población rural, cuya actividad económica se basaba en la agricultura y la ganadería. Las causas de la urbanización en esta etapa fueron estratégicas, políticas, religiosas, económicas y culturales.
  • Industrial: Desde el inicio de la industrialización en el siglo XIX hasta la crisis de 1975. El crecimiento urbano fue una consecuencia del éxodo rural. La concentración de población en núcleos urbanos fue escasa hasta mediados del siglo XIX, pero se multiplicó hasta la Guerra Civil. Durante la guerra y la posguerra, el proceso decayó debido a la política de apoyo al campo, aunque las ciudades industriales básicas crecieron. El periodo desarrollista (1960-1975) experimentó el mayor crecimiento económico y urbano, impulsado por el desarrollo industrial, la intensificación de las actividades terciarias y el “baby boom”.
  • Postindustrial: A partir de 1975, la tasa de urbanización se desacelera. La industria pierde peso como factor de urbanización, mientras que las actividades terciarias ganan importancia. La población tiende a dirigirse a ciudades pequeñas y medianas, fenómeno conocido como “urbanización difusa”.

Evolución Histórica de la Urbanización

Antigüedad

Las primeras ciudades estuvieron ligadas a la colonización fenicia y griega, estableciéndose como factorías comerciales en las costas mediterráneas y suratlánticas. La romanización impulsó la fundación de numerosas ciudades con funciones estratégicas, económicas y administrativas, conectadas por vías de comunicación (calzadas). Las zonas más romanizadas fueron la costa mediterránea y el Valle del Ebro.

Edad Media

Se distinguen dos espacios: el musulmán y el cristiano. En el espacio musulmán, surgieron nuevas ciudades que revitalizaron núcleos como centros estratégicos, económicos o religiosos. En el espacio cristiano, limitado por las regiones montañosas del norte, la vida urbana no se consolidó hasta la Baja Edad Media, intensificándose la urbanización con la reactivación del comercio y la ruta de peregrinación del Camino de Santiago.

Edad Moderna

El crecimiento urbano se vio impulsado por el aumento demográfico y la expansión económica (descubrimiento de América). Sin embargo, hubo un retroceso de la urbanización en el siglo XVII, seguido de una recuperación en el siglo XVIII. Madrid y los núcleos urbanos de la periferia experimentaron un mayor crecimiento.

Morfología Urbana

La morfología urbana se refiere a la forma que presenta una ciudad, incluyendo el uso del suelo, el plano y las edificaciones.

  • Situación: El entorno en el que se ubica una ciudad, su posición en relación con su territorio.
  • Emplazamiento: El lugar concreto donde se asienta la ciudad (en un cerro, bahía, etc.), con una explicación de su elección (defensiva, comercial, etc.).
  • Planos: Representación gráfica de la distribución de los espacios libres y construidos. Su forma está influenciada por factores como:
    • Materiales y formas del relieve.
    • Razones políticas (representativas y defensivas).
    Los tipos de planos más comunes son: ortogonal, irregular y radiocéntrico.
  • Trama Urbana: La disposición de los edificios. Puede ser:
    • Compacta o cerrada: Edificios juntos unos a otros.
    • Abierta: Amplios espacios entre los edificios.
  • Edificación: Puede ser colectiva (bloques, torres, en altura) o individual (exentos, adosados).

Estructura Urbana

La estructura urbana se compone de las siguientes partes:

  • Casco Antiguo: Incluye áreas preindustriales e industriales.
  • Ensanche: Desarrollado en los siglos XIX y XX, con zonas burguesas, obreras, industriales y barrios ajardinados.
  • Periferia: Compuesta por barrios residenciales, viviendas familiares y áreas industriales y de equipamiento.

Sistema Urbano Español

El sistema urbano español presenta las siguientes características:

  • Periférico: Mayor concentración de ciudades grandes cerca de las costas.
  • Predominio de ciudades medias y pequeñas: Las áreas metropolitanas agrupan a las ciudades más grandes.
  • Bicefalia: Dos grandes centros urbanos dominantes: Madrid y Barcelona.
  • Ejes de comunicación: Escasez de grandes ejes interiores que concentren núcleos urbanos, a excepción del Ebro y el Guadalquivir. El eje de la autovía de Castilla está en auge.

Funciones y Jerarquía Urbana

Las ciudades españolas desempeñan diversas funciones:

  • Funciones Primarias: Relacionadas con la agricultura, ganadería y pesca.
  • Funciones Secundarias: Industriales y de construcción.
  • Funciones Terciarias: Comerciales, administrativas, culturales, residenciales, religiosas, turísticas y militares.

El área de influencia de una ciudad se refiere a la extensión del territorio al que abastece de bienes y servicios, en función de su tamaño y especialización funcional.

La jerarquía urbana ordena las ciudades españolas según su tamaño, funciones y áreas de influencia:

  • Metrópolis Nacionales: Madrid y Barcelona (más de 3 millones de habitantes). Poseen servicios especializados, actividades de alta tecnología, sedes centrales de multinacionales y un área de influencia nacional, con relaciones internacionales.
  • Metrópolis Regionales: Valencia, Sevilla, Bilbao, Zaragoza, Málaga (más de medio millón de habitantes). Tienen funciones y servicios diversificados, con un área de influencia regional y relaciones con las metrópolis nacionales.
  • Subregionales: Ciudades como Oviedo o Vigo (aproximadamente 200.000 habitantes). Sus funciones son diversificadas pero con menor influencia. En el caso de comunidades uniprovinciales, su influencia abarca toda la región.

Distribución de Cultivos en España

La agricultura española se caracteriza por la diversidad de cultivos y su distribución geográfica:

Cereales

Se cultivan principalmente en las zonas de Valladolid, Zamora, Zaragoza, Teruel, Palencia, Ávila, Salamanca, Toledo y Albacete. Representan el 60% de la superficie cultivada total. El rendimiento en secano depende de factores climáticos como las precipitaciones, así como del tipo de suelo, método de cultivo, abono, enfermedades y plagas.

Leguminosas

Se encuentran en Madrid, Toledo, Cuenca y Soria. Su cultivo está ligado a la rotación con los cereales, localizándose su aprovechamiento en las dos Mesetas, el Valle del Ebro y el Valle del Guadalquivir. Se destinan principalmente al consumo humano (garbanzos, lentejas, judías, etc.).

Olivo

Las principales zonas de cultivo del olivo son Jaén, Barcelona, Valencia, Guadalajara, Cáceres, Sevilla, Albacete y Toledo. Se sitúa mayoritariamente en el sur y centro de la península, aprovechando las condiciones climáticas favorables. El 25% de la producción de aceite de oliva proviene de Andalucía.

Vid

Se cultiva en La Rioja, Palencia, Zaragoza, Toledo, Cuenca, Lleida y Sevilla. Para adaptarse a las temperaturas, los viñedos se suelen ubicar en zonas más elevadas, hasta unos 650 metros sobre el nivel del mar. Es un cultivo arbustivo de secano, utilizado para la producción de vino, y a menudo se planta en tierras menos aptas para otros cultivos.

Cultivos Industriales

Se producen en Cuenca, Albacete, Guadalajara, Jaén y Córdoba, tanto en secano como en regadío, aunque este último es preferente. Incluyen el girasol, la remolacha azucarera, el algodón y el tabaco. El algodón es el único que requiere regadío absoluto.

Plantas Forrajeras

Se encuentran en Aragón, Castilla y León, Cataluña, Andalucía, Galicia, Baleares y Castilla-La Mancha. Comprenden un 86.8% en secano y un 90.2% de la superficie de regadío. Su finalidad es la obtención de alimento saludable y de trazabilidad conocida para el ganado.