Morfología y Funciones de la Ciudad Contemporánea
Tipologías Residenciales Urbanas
Barrios Antiguos
Los barrios antiguos, si no han sido rehabilitados, suelen ser barrios residenciales degradados con pocas comodidades y servicios. En ellos, normalmente, se encuentran los edificios históricos, como catedrales y palacios, así como los edificios de las administraciones (ayuntamientos, gobiernos autonómicos, etc.).
Ensanches de los Siglos XIX y XX
Los ensanches, construidos alrededor del núcleo antiguo, fueron inicialmente viviendas de la burguesía. Los edificios eran bloques de pisos no muy altos, muchos de ellos con patios interiores de uso comunitario y ascensores. Actualmente, las clases pudientes los han abandonado en busca de barrios residenciales mejor acondicionados, y estas zonas se han convertido en áreas predominantemente de servicios.
Zonas Periféricas
Barrios Obreros
Normalmente compuestos por bloques de pisos que en muchas ocasiones son verdaderas ciudades dormitorio. La mayoría de ellos se construyeron entre los años 50 y 60 del siglo XX en las grandes ciudades para alojar a los emigrantes llegados para trabajar como obreros industriales. Los edificios fueron construidos con poca planificación, materiales de baja calidad y graves deficiencias en cuanto a servicios y comunicaciones.
Barrios de Alto Standing
Normalmente en estas zonas suburbanas bien planificadas viven personas con un nivel de vida medio o alto. Se caracterizan por tener edificios de dos o tres plantas o casas de una sola planta envueltas de jardín, recordando el modelo de ciudad jardín.
La Ciudad Difusa y la Dispersión Urbana
Desde los años 70 y 80 del siglo XX, una gran parte de las ciudades europeas, como París, Londres, Milán o Madrid, pierden población, desplazándose sus habitantes a vivir en la periferia metropolitana. Esto se debe a que las personas buscan precios de viviendas más asequibles o mayor tranquilidad. Hoy en día, la vida no se concentra en un espacio determinado, sino que los habitantes quedan dispersos en un espacio mucho más amplio. Hablamos de una ciudad difusa, en la que se da una urbanización continua del territorio. En este modelo de ciudad es muy difícil determinar dónde empieza y dónde acaba la urbe. Este modelo provoca un aumento del gasto energético en transporte y alumbrado, y una dispersión de infraestructuras y servicios (concretamente de alcantarillado y pavimentación), lo que a su vez incrementa el gasto público.
Funciones Urbanas Clave
Función Administrativa y de Servicios (CBD)
Normalmente se localiza en el centro de la ciudad, ya sea en zonas de nueva creación o en barrios antiguos recuperados o rehabilitados. Esta zona se conoce como Central Business District (CBD) o Barrio Central de Negocios. Estas áreas están muy bien comunicadas, ofrecen todo tipo de servicios y poseen el suelo más caro de la ciudad. Son zonas de gran prestigio, con alquileres muy altos y donde se pagan más impuestos. Albergan pocas viviendas e industrias, pero sí bancos (con sus sedes), sedes de compañías multinacionales, comercios de lujo, museos, teatros, salas de arte, etc. Normalmente son zonas con gran intensidad de circulación durante la jornada laboral, con un gran movimiento de trabajadores, visitantes y clientes. Por la noche y los días de fiesta, este barrio (CBD) se queda casi desierto.
Función Industrial
Históricamente, la ciudad se ha relacionado con la industria. Actualmente, la industria ha salido de los centros urbanos y se ha situado en la periferia, en polígonos industriales, donde el precio del suelo es más bajo y están bien comunicados por carretera y autopista.
El Fenómeno Urbano en España y Cataluña: Una Perspectiva Histórica
Introducción
Actualmente, una gran mayoría de la población española y catalana vive en zonas urbanas metropolitanas. Además, el tipo de paisaje urbano se ha extendido hacia las áreas rurales, y la forma de vida urbana se ha impuesto sobre otros modos de vida. Las ciudades españolas y catalanas forman una red urbana jerarquizada, propia de un país desarrollado. En esta red destacan dos grandes áreas metropolitanas: Madrid y Barcelona. A lo largo de la historia, las ciudades han experimentado grandes cambios. En su historia, distinguimos dos grandes períodos: la ciudad preindustrial y la ciudad industrial.
La Ciudad Preindustrial
Este período abarca desde las primeras ciudades “ibéricas” que surgieron en la Península Ibérica hasta la época de la industrialización. Entre las ciudades de la antigüedad, hay que destacar la ciudad romana, la ciudad medieval (tanto musulmana como cristiana) y la ciudad moderna.
Ciudad Romana
Roma creó una densa y jerarquizada red de ciudades, unidas por una red de vías de comunicación, las llamadas calzadas romanas. Entre estas ciudades en la Hispania Romana destacan Emerita Augusta (Mérida), Tarraco y Caesaraugusta (Zaragoza). En las ciudades se concentraba el poder político y militar; además, desde las ciudades se administraba el territorio circundante, es decir, se cobraban impuestos y se gestionaba la exportación e importación de productos y minerales, entre otras actividades.
Ciudad Medieval
En torno al año 1000, los musulmanes fundaron Al-Ándalus y en él crearon un gran número de ciudades, entre las que destaca Córdoba, con más de 450.000 habitantes, siendo en aquel momento la ciudad más poblada de toda Europa. Las ciudades musulmanas eran centros comerciales (donde se celebraba el mercado) y centros culturales y artísticos.
A partir del siglo XI, las ciudades cristianas del norte de la península empezaron a poblarse debido a que el poder real les concedió privilegios, entre los que destacaba el de celebrar mercado. Ciudades como Burgos o Barcelona comenzaron una etapa de crecimiento económico y político que se reflejó en la construcción de grandes palacios y catedrales, pagados en gran parte por una nueva clase burguesa formada por mercaderes y artesanos. Otras ciudades crecieron por ser centros universitarios (Salamanca) o por ser centros eclesiásticos y nobiliarios (Toledo, Valladolid, etc.). En Cataluña, además de la capital condal (Barcelona), destacaron otras ciudades por ser capitales de comarca, sedes episcopales y, especialmente, las villas de nueva creación. Las villas francas eran núcleos de población promovidos por el rey para favorecer el poblamiento de un territorio.
Ciudad Moderna (Siglos XVII y XVIII)
El aumento de la población supuso el crecimiento de las ciudades medievales con el desarrollo de nuevos barrios en espacios situados fuera de las murallas (arrabales). En muchas ciudades se construyeron plazas mayores de las que partían calles rectilíneas, destacando la llamada “calle mayor”. En el siglo XVIII, el pensamiento reformista de los ilustrados llevó a cabo una serie de reformas para mejorar aspectos higiénicos de las ciudades: se construyeron alcantarillados, las calles se adoquinaron, se puso alumbrado, etc. Carlos III, monarca ilustrado español, aplicó sus ideas a la ciudad de Madrid. Entre los siglos XVI y XVII en España destacaban las ciudades que se encontraban en Castilla y Andalucía.