Contexto Histórico
Descartes, considerado el padre de la filosofía moderna, nació en 1596 en Francia y falleció en 1650 en Suecia.
Mientras tanto, se desarrollaba la Edad Moderna (siglos XVII-XVIII). En Francia, el rey ostentaba el poder absoluto y se crearon y consolidaron los estados modernos nacionales; también surgió la burguesía, impulsando así el desarrollo de la economía.
Asimismo, se expandió el colonialismo y se inició el capitalismo, con la aparición de las bolsas y las grandes compañías comerciales.
En Francia destacaron figuras como Luis XIII, quien inició el absolutismo, el Cardenal Richelieu y Luis XIV (conocido como el Rey Sol).
En Europa, se desarrollaban el Sacro Imperio Romano Germánico y el Imperio Español de Carlos V. Se libró la Guerra de los Treinta Años entre católicos (el Estado francés y la Contrarreforma) y protestantes (la Reforma Protestante de Lutero, originada en Alemania), que finalizó con la Paz de Westfalia en 1648, marcando un declive del Imperio Español y el dominio francés. El Papa discrepó de la Reforma Protestante; esto llevó a Carlos V a firmar la Paz de Augsburgo (1555) y a una Contrarreforma, en la que destacaron el Concilio de Trento y los jesuitas.
Contexto Cultural
En el siglo del Barroco, se concebía un mundo engañoso y aparente, predominando la desconfianza y el rechazo hacia este. En Francia, el Palacio de Versalles y el Palacio del Louvre destacaron como modelos de arte; además, la Academia Francesa defendió el francés frente a otras lenguas.
En el ámbito científico, destacaron Pascal con sus estudios sobre la presión y el vacío, la introducción de las calculadoras mecánicas y la teoría de la probabilidad; Fermat también con la teoría de la probabilidad y el cálculo matemático, junto a Newton.
El contacto con Beeckman despertó en Descartes un profundo interés por las matemáticas y la física: fundó la geometría analítica, enunció las leyes de refracción y reflexión de la luz, y explicó el mundo físico a través del mecanicismo, cuestión que influiría en Newton. Aunque fue partidario de la Iglesia, su pensamiento se desarrolló en un contexto donde las nuevas leyes de la física, como el heliocentrismo de Copérnico, las tres leyes de Kepler y el método experimental de Galileo, planteaban desafíos a las concepciones tradicionales.
Contexto Filosófico
Fue una época de crisis en el conocimiento debido a la revolución científica y a la pérdida de unidad religiosa. Se desmantelaron las teorías aristotélicas, el geocentrismo y el método escolástico. Sin embargo, Descartes tuvo una sólida formación clásica: Platón, aristotelismo, estoicismo (Séneca); y católica: agustinismo y tomismo. Aristóteles fue su punto de referencia para el estudio de la física, tuvo una formación escolástica con el padre jesuita Suárez y fue educado en el arte medieval de la dialéctica escolástica.
Inauguró el Racionalismo: puso la antropología frente a la teología, abordó la gnoseología o epistemología, defendió la autonomía de la razón, y consideró necesario el principio de causalidad.
Descartes propuso un método basado en las matemáticas (ciencia incuestionable, exacta y sin errores). Este método buscaba la construcción de un sistema filosófico (conjunto de teorías cohesionadas), compuesto por Dios, el Mundo y el Alma.
En esta época, aunque la teoría de la evolución (biología/antropología) se desarrollaría plenamente en siglos posteriores, ya se vislumbraba un potencial enfrentamiento entre las nuevas concepciones sobre el ser humano y la Iglesia, con su teoría de la creación (teología).
Los máximos representantes del Racionalismo fueron Leibniz, con el cálculo infinitesimal; Spinoza, con la ética geométrica; y Malebranche, con el ocasionalismo.
Relación con Otros Autores
A continuación, se relacionará el pensamiento de Descartes con el de un autor posterior, Hume (siglo XVIII), máximo representante del empirismo (opuesto al racionalismo): para él, no hay nada en el conocimiento que no haya pasado previamente por los sentidos. Es adversario de la concepción natural y matemática de Newton.
Su pensamiento es fenomenista: solo acepta como objeto conocido el fenómeno (acontecimiento natural o humano en espacio y tiempo determinados); es escéptico, duda de las capacidades humanas y establece límites en el conocimiento; y también está en contra del universalismo y del determinismo. Por último, también se le considera positivista, ya que solo acepta la ciencia sobre aquellos hechos que se pueden contrastar.
Para Descartes, la primera verdad es el “yo pienso” (cogito ergo sum), la Res cogitans. Sin embargo, para Hume, no hay primera verdad (“yo tampoco pienso”), rechazando la sustancia. Descartes busca un método seguro: matemático-deductivo; sin embargo, Hume propone un método físico, el cual solo ofrece probabilidad.
Para Descartes, las ideas verdaderas son innatas, generales y abstractas (Dios, Mundo y Alma). Para Hume, en cambio, las ideas proceden de la experiencia, y considera las impresiones más verdaderas que las ideas. A diferencia de Descartes, quien relacionará las ideas entre sí (las que derivan de las matemáticas y las que proceden de las cuestiones de hecho o ideas físicas), Hume distingue claramente entre las relaciones de ideas y las cuestiones de hecho.
Descartes defiende los términos sustancia y causa, los cuales Hume rechaza. Para Hume, la sustancia es producto de la imaginación, sin impresión. Hume concibe el “yo” como un conjunto de percepciones, mientras que Descartes lo considera una sustancia necesaria. De igual modo, Dios es para Descartes la base del sistema, garantía de certeza y creador del movimiento; sin embargo, Hume sostiene que Dios no es objeto de sensación alguna ni puede ser demostrado.
Hume concibe el mundo como un conjunto de cosas particulares y no necesarias. Descartes, por su parte, lo describe como extensión, materia, autónomo y real.
Para Descartes, la causalidad es necesaria, universal, independiente de la existencia, se basa en la regularidad y uniformidad, y ofrece una verdad segura, objetiva y sólida. Para Hume, la causalidad es particular y basada en la experiencia, se apoya en lo subjetivo y psicológico, y ofrece probabilidad, provisionalidad e incertidumbre.
Por último, en el ámbito moral, para Descartes nuestra vida está conducida por la razón, mientras que Hume considera que está conducida por pasiones y sentimientos.