La Necesidad de Entender
Los humanos y los animales nos diferenciamos en que los animales se preocupan solo por subsistir. En cambio, los humanos necesitamos entender por qué vivimos y cuál es la mejor manera de hacerlo.
Los Humanos Miran Hacia Delante y Hacia Atrás
Los animales están sumergidos en el presente y en satisfacer sus necesidades. En cambio, nosotros nunca nos acabamos acomodando ni logramos sentirnos del todo bien. Por eso, lo que nos hace falta es sentirnos “estar como en casa”: la perfecta adaptación al medio. El problema es que no tenemos instrucciones, pero este inconveniente se vuelve una ventaja al obligarnos a usar la inteligencia, que nos ayuda a abrir muchas puertas. Esto recibe el nombre de libertad. Lo que nos diferencia no es que no podamos adaptarnos al mundo, sino el afán de entender y por entendernos.
Una Nueva Actitud Ante las Cosas
Una diferencia entre nuestra especie y las demás es la forma de enfrentarnos a lo que nos rodea. El interés de los animales por el mundo se limita a sus necesidades. En cambio, los humanos no vemos la realidad como un único medio de subsistencia, sino como un medio lleno de misterios e interrogantes.
La naturaleza se manifiesta como realidad externa al hombre. En principio, el distanciamiento entre el hombre y el medio permite relacionarnos con la realidad. Esta manera de ver el mundo se llama actitud teórica o cognoscitiva.
Del Caos al Cosmos: El Origen Mítico del Pensamiento
Al Principio Fue el Mito
Antes que la filosofía existió el mito. Los humanos recurrían a explicar lo desconocido a partir de lo que ya conocían. Utilizaban imágenes para explicar la realidad del funcionamiento del mundo y su origen. La evolución fue sucediendo a lo largo del tiempo con el fin de dar cuenta de la realidad:
- Narraciones míticas.
- Reflexiones filosóficas.
- Explicaciones científicas.
La humanidad comprende que el pensamiento racional es una buena medida para la mitología. El cosmos, palabra que los griegos utilizaban para referirse al orden y la armonía de un universo regido por leyes.
La Función del Mito en el Mundo Arcaico
Los mitos son narraciones fabulosas sobre los orígenes del mundo, del ser humano o la sociedad. Su objetivo es dar sentido a la realidad presente. En el mundo arcaico, el mito asume las funciones que en las sociedades avanzadas cumplen la ciencia, la moral, el derecho o la política. El mito lo es todo: lo engloba todo y lo impregna todo. Dicta normas de comportamiento de obligado cumplimiento y justifica el poder de los gobernantes y la obediencia a las leyes.
El Universo Mítico
El universo mítico se asemeja a la cosmología actual. Uno de los rasgos del mito es su carácter antropomórfico. Los elementos naturales son percibidos por los humanos como dotados de voluntad. La mentalidad primitiva explica lo desconocido a partir de lo ya conocido. Los dioses son como nosotros, pero con un poder inmenso que escapa a nuestro control. Sea cual sea la voluntad de los dioses, los humanos deben cumplirla.
Este es un mundo gobernado por una justicia universal; existe un orden moral que coincide con el orden natural que rige a mortales e inmortales. El mito no es inmutable ni indiferente, sino que evoluciona con el tiempo.
La Filosofía como Saber Racional: El Descubrimiento del Logos
Filosofía y Ciencia: Orígenes Compartidos
La filosofía y la ciencia comparten el mismo origen y proporcionan una explicación racional. Los primeros filósofos eran científicos que se preocupaban por la naturaleza y sus principios. Ellos tratan de explicar aquello tal y como lo ven, solo con la ayuda de la inteligencia.
En este contexto, el pensamiento mítico entra en crisis y es sustituido por uno más racional: el logos (el pensamiento lógico, claro y racional). Las características de la filosofía y la ciencia eran la coherencia, la claridad y la racionalidad.
Comparativa de Pensamiento
El Pensamiento Mítico
- Se basa en explicaciones sobrenaturales.
- Sigue un modelo antropomórfico.
- Continúa siendo imprevisible.
- Explicación simplista y poco racional.
- Explicación finalista, donde los fenómenos naturales actúan de acuerdo con intenciones.
- Es dogmático y no puede ser contrastado.
El Pensamiento Racional (Logos)
- Se basa en explicaciones naturales.
- Rechaza el antropomorfismo y reduce los fenómenos a leyes físicas.
- Predominio de orden y necesidad.
- Explicación lógica y coherente.
- Explicación causal que excluye toda finalidad o intención de la naturaleza.
- Es un discurso crítico y contrastable.
Creencias y Razones: La Filosofía entre la Ciencia y la Religión
La Filosofía Nace de la Perplejidad
El origen de la actividad filosófica permite descubrir que la filosofía nace de la perplejidad del mundo y del deseo de comprenderlo. Tanto por su origen como por el objetivo que persigue, la filosofía no es ni ciencia ni religión. La filosofía tiene un entorno propio y definido que la diferencia claramente tanto de la religión como de la ciencia.
Críticos Frente a Dogmáticos
La filosofía y la religión tienen en común que ofrecen una respuesta a los interrogantes que los humanos se plantean. Sin embargo, las explicaciones filosóficas nunca se proponen como verdades absolutas que se aceptan sin discusión.
La Filosofía se basa en razones y argumentos; la religión se basa en dogmas y creencias indemostrables.
Creencia y Saber
Las creencias pueden ser racionales o irracionales, y pueden estar justificadas o carecer de fundamento. El saber se define como la creencia verdadera justificada racionalmente.
Razones y Hechos
Tanto la filosofía como la ciencia nacen como una alternativa racional a la cosmología. Existen otros dos saberes: la religión y el arte.
El Funcionamiento del Método Científico
La ciencia y la filosofía disponen de herramientas lógicas fundamentales:
- Deducción: Se trata de encadenar unas proposiciones con otras para extraer consecuencias que ya se conocen.
- Inducción: Consiste en generalizar hechos conocidos, aunque nunca nos permite asumir un conocimiento seguro e indudable.
Las teorías y las hipótesis siempre tienen un valor provisional. En ciencia, la última palabra reside en los hechos. La ciencia no es un conocimiento infalible, pero es capaz de aprender de sus errores y progresar.