La Evolución del Concepto del Ser Humano: De la Crisis Moderna a la Antropología Clásica

El Ser Humano como Problema: La Triple Humillación Moderna

Hasta el Renacimiento, la humanidad se había concebido a sí misma como seres superiores, hechos a la imagen de Dios. De ahí en adelante, el ser humano ha tenido que soportar tres humillaciones que han tambaleado aquella seguridad y confianza:

  1. La humillación cosmológica: Fue infringida por Copérnico como consecuencia de su propuesta de un universo heliocéntrico. La Tierra dejó de ser el centro del universo y, por ende, el ser humano dejó de ocupar un lugar privilegiado.
  2. La humillación biológica: Vino de la mano de Darwin y su teoría de la evolución. Con ella quedó claro que no hay ningún abismo que separe al ser humano del resto de especies biológicas.
  3. La humillación psicológica: Fue obra de Sigmund Freud y consistió, básicamente, en derribar el mito del carácter esencialmente racional del ser humano a favor del componente irracional, dominado por instintos incontrolables.

El desconcierto provocado por esta triple humillación hizo surgir con más fuerza que nunca la necesidad de responder a las preguntas fundamentales: ¿Qué es el hombre?, ¿Cuál es su verdadera esencia? La respuesta a estas interrogantes es la tarea central de la Antropología Filosófica.

Peculiaridades de la Antropología Filosófica

La antropología filosófica, a diferencia de las ciencias naturales, es singular porque se produce una identidad entre sujeto y objeto de conocimiento que no se encuentra en otras disciplinas. El objetivo de las ciencias naturales es explicar los fenómenos mediante la ley universal por la que se rigen. Sin embargo, el mundo de lo humano no puede ser explicado tan fácilmente porque el hombre es libre e inteligente.

Características distintivas del ámbito humano

  • La libertad: Hace que las acciones humanas no estén sometidas a leyes deterministas. La capacidad de predicción de las ciencias naturales no es trasladable al ámbito de lo humano.
  • La inteligencia: Nos permite interpretar la realidad y dotar nuestras acciones con un sentido, un «para qué» del que adolecen los fenómenos naturales.

Por lo tanto, la antropología filosófica no aspira a explicar, sino a comprender todo aquello que es específicamente humano, interpretando su sentido.

El Ser Humano en la Filosofía Clásica Griega

El Ser Humano en la Mitología Griega

En el mito no se trata de hacer una reflexión sistemática. En la Ilíada y la Odisea, Homero nos presenta a un ser humano concebido como un héroe capaz de afrontar todo tipo de riesgos y de liderar a los suyos con determinación. El mérito y el reconocimiento son los valores supremos del modelo de ser humano propuesto por la mitología homérica.

Sócrates: El Giro Antropológico

Sócrates fue el primero, junto con los sofistas (siglo V a.C.), en centrar su reflexión en el propio ser humano. Antes, los filósofos griegos se habían ocupado de reflexionar sobre la naturaleza en su conjunto, pero para Sócrates, en cambio, el único universo que merece atención es el humano. Sócrates hizo suya la máxima que podía leerse a la entrada del templo de Apolo, en Delfos: «Conócete a ti mismo».

No se trata de proponer modelos humanos, como hacía la mitología, ni de asumir que los valores son completamente particulares o subjetivos (relativismo moral de los sofistas). Para Sócrates, no hay que ir fuera a buscar la esencia del ser humano (la verdad, el sentido del bien, los valores comunes), porque esta se encuentra en uno mismo. Al conocernos a nosotros mismos, descubrimos lo humano que hay en nuestro interior y, con ello, podemos conocer al ser humano en general.

Para Sócrates, el método de investigación se debe basar en el diálogo filosófico o mayéutica, que proviene del griego y significa «dar a luz». Él, como maestro, no transmitía a sus discípulos un saber cerrado, sino que se limitaba a hacerles preguntas para que descubrieran el saber por ellos mismos. Los ayudaba con sus preguntas a «dar a luz» un saber auténtico, una vez que tomaban conciencia de la falsedad de las opiniones y los valores heredados.

Platón: La Dualidad Alma y Cuerpo

Para Platón, los seres humanos somos un compuesto de alma y cuerpo. El alma tiene naturaleza racional y es inmortal; el cuerpo, en cambio, es material y mortal. Platón considera que el alma humana está dividida en tres partes:

Las Tres Partes del Alma Platónica

Razón (Logistikón)
Es la encargada del conocimiento y del gobierno de las otras dos partes. Es inmortal y reside en la cabeza.
Ánimo (Thymoeidés)
Es fuente de pasiones nobles, como el coraje o la energía vital (la voluntad). Puede ser aliada de la razón. Es mortal.
Apetito (Epithymía)
Es fuente de pasiones innobles (negativas), como el exceso en los placeres, la ira o la búsqueda desmedida de riqueza. Debe ser controlado por la razón. Es mortal.

El ánimo y el apetito están ligados al cuerpo y, por tanto, son mortales.

Fundamento de la Organización Social

La predominancia de una parte del alma determina la función ideal del individuo en la sociedad:

  • Los individuos en los que predomine la parte racional del alma deberán prepararse para asumir las tareas de gobierno (filósofos-reyes).
  • Aquellos en los que impere el ánimo deberán hacerse cargo de las necesidades de defensa (guardianes o guerreros).
  • Por último, quienes tengan más desarrollada la parte apetitiva deberán asumir las tareas de producción de bienes materiales como alimentos, casas o herramientas (productores).

Este es el fundamento de una buena organización social según Platón.