El Pensamiento de Immanuel Kant: Conocimiento, Deber y Postulados de la Razón Práctica

La Crítica de la Razón Pura: Fundamentos del Conocimiento

Kant, en su teoría, somete a crítica a la razón. Gracias a la influencia ilustrada y burguesa, esta razón se define como crítica, ya que se opone al dogmatismo, y como autónoma, pues está liberada y es independiente de la tradición, la superstición, el criterio de autoridad y la religión. Esta razón se divide según sus funciones:

  • Racionalidad teórica: Describe la realidad y se mueve en un plano real (el de la ciencia).
  • Racionalidad práctica: Es una ética que se mueve en el plano ideal (ya que habla de cómo deben ser las cosas).

La Posibilidad de la Metafísica como Ciencia

La razón se plantea una serie de preguntas, de las cuales la primera es: “¿Qué puedo conocer?”, que nos lleva al ámbito científico. Para poder contestarla, Kant, en Prolegómenos a toda metafísica futura que quiera presentarse como ciencia y en la Crítica de la razón pura (K-r-V), se pregunta por la posibilidad de la metafísica como ciencia. Esto se debe a la gran influencia que ejerció el fenomenismo de Hume en el autor (ya que el empirista defendía que solo aquello que se da en la naturaleza podía existir y, por lo tanto, consideraba la metafísica como una ilusión) y a la falta de progreso de esta en su conocimiento (siguiendo así el debate que se planteaban filósofos como Platón o Aristóteles).

Condiciones del Conocimiento y Juicios Científicos

Para abordar esta cuestión, Kant distingue dos condiciones:

  1. Condiciones empíricas: Son particulares y contingentes, y siempre dependen de la experiencia.
  2. Condiciones a priori o trascendentales: Son universales y necesarias.

El hecho de que una ciencia sea un conjunto de juicios encadenados en razonamientos hizo que el autor entendiera que preguntarse por las condiciones que hacen posible la ciencia es lo mismo que preguntarse por las condiciones que hacen posibles los juicios de la ciencia.

  • Los racionalistas defendían los juicios científicos que eran analíticos (el predicado está incluido en el sujeto) y a priori (antes de la experiencia), pero que no amplían el conocimiento.
  • Por el contrario, los empiristas defendían unos juicios sintéticos (el predicado no está incluido en el sujeto, por ejemplo: “toda causa produce un efecto”) y a posteriori. Estos juicios permiten ampliar nuestro conocimiento y, por lo tanto, son extensivos y hacen que la ciencia avance.

Kant, después de este examen, concilia a nivel científico el racionalismo y el empirismo, estableciendo que los juicios científicos deben ser sintéticos y a priori; es decir, juicios que amplíen nuestro conocimiento y que, a su vez, sean universales y necesarios.

El Giro Copernicano y la Estructura del Saber

Posteriormente, a partir del factum de que las matemáticas y la física son ciencias al estar compuestas por juicios sintéticos y a priori, el lugar de la metafísica es ocupado por la filosofía trascendental. Esta es una reflexión crítica sobre las capacidades de la razón y, por ello, va a ver si es posible la metafísica a nivel de conocimiento.

La Síntesis del Conocimiento: Materia y Forma

Para que haya conocimiento, tienen que existir dos elementos:

  • Sujeto: Es lo puesto ya en nuestro conocimiento (formas a priori).
  • Objeto: Es lo dado a través de los sentidos (datos empíricos).

Para Kant, el conocimiento es una síntesis entre una materia y una forma, conciliando así el racionalismo y el empirismo una vez más. Kant, al contrario que la filosofía anterior, le va a dar más importancia al sujeto, ya que a la hora de conocer siempre añade algo: los a priori. Por lo tanto, el conocimiento va a suponer actividad. A este cambio se le denomina giro copernicano, una metáfora que compara la revolución que supuso el cambio del geocentrismo al heliocentrismo gracias a Copérnico, con el paso del objeto al sujeto como centro del conocimiento.

Este dinamismo del conocimiento (que supone una actividad) comienza con la sensibilidad (facultad de captar impresiones), pasa al entendimiento (facultad de pensar o de juzgar, es decir, aplicar conceptos), y acaba en la razón (facultad de la suprema unificación de los conceptos; cuanto más generales son los conceptos, más se alejan del plano sensible y podemos hablar de las Ideas). Esta división entre el entendimiento y la razón es obra de un artificio realizado por Kant.

Las Partes de la Crítica de la Razón Pura (K-r-V)

Este dinamismo está explicado en las diferentes partes de la K-r-V:

Doctrina Trascendental de los Elementos

  1. Estética Trascendental o Teoría de las Sensaciones:

    • Estudia la sensibilidad (facultad de conocimiento en la que somos afectados por los objetos) y la posibilidad de las matemáticas como ciencia.
    • A este nivel no hay actividad y es una síntesis entre lo puesto (espacio-tiempo) y lo dado (impresiones).
  2. Lógica Trascendental:

    • Analítica Trascendental o Lógica de la Verdad:
      • Estudia el entendimiento (si a nivel de entendimiento hay síntesis) y la posibilidad de la física como ciencia.
      • Síntesis entre lo puesto (categorías, que es una forma de estructurar la realidad aplicando conceptos a las condiciones de posibilidad de la experiencia) y lo dado (datos desordenados en el espacio-tiempo, es decir, la estética trascendental).
    • Dialéctica Trascendental o Lógica de la Ilusión:
      • Estudia la razón (si a nivel de razón hay síntesis) y la posibilidad de la metafísica como ciencia.
      • Está formado por lo puesto (Ideas) y lo dado (nada); por lo tanto, no hay síntesis.

Doctrina Trascendental del Método

Supone el paso de la K-r-V a la K-r-P (Crítica de la razón práctica).

Los Ámbitos Fenoménico y Nouménico

Kant diferencia dos ámbitos:

  • Fenoménico: Es el ámbito del conocimiento científico.

    • Formado por la sensibilidad (que está compuesta por intuiciones empíricas —datos desordenados provenientes de los sentidos— y puras —que facultan la experiencia, espacio-tiempo—).
    • Formado por el entendimiento (compuesto por conceptos empíricos —generalizaciones abstraídas de la experiencia, estética trascendental— y puros —categorías—).
  • Noumenico: Es el ámbito del pensar.

    • En la dialéctica trascendental no hay síntesis y tampoco conocimiento, sino un conocimiento especulativo de la razón, que es igual a pensar.
    • Nada nos viene dado, nos alejamos de lo sensible, ya que podemos pensar en Dios, el Alma y la Libertad, pero no podemos hacer síntesis.

A partir de esto, Kant responde finalmente a la pregunta de lo que puede conocer la razón: la razón puede conocer todo lo que se mueve en el ámbito fenoménico. Pese a que la metafísica no es una ciencia a nivel teórico, no debemos desechar su contenido, ya que sí es importante a nivel práctico.

El autor establece que la metafísica nos lleva a tres preguntas fundamentales (el tema de Dios, el tema del Alma y el problema de la Libertad) que son consustanciales a la naturaleza humana, ya que el ser humano en algún momento de su vida se plantea estas cuestiones. Gracias a esto, el filósofo ilustrado ve la importancia de la metafísica, ya que ninguna otra ciencia trata estos temas, y analiza qué condiciones exigimos a un conocimiento para que sea científico. En conclusión, Kant fue uno de los pensadores más influyentes de la Europa moderna y de la filosofía universal debido a su conciliación del racionalismo y del empirismo y a su examen sobre la metafísica.

La Razón Práctica: Fundamentos de la Ética

La teoría ética de Kant va a estar influida por las concepciones ilustradas de la época, ya que para referirse a la razón se empieza a hablar de racionalidad, que es la capacidad de un ser humano para razonar. Esta racionalidad presenta dos ámbitos:

  • Racionalidad teórica: Se mueve en el plano real y describe la realidad, hablando del ser (es propio de la ciencia). Se formula mediante juicios.
  • Racionalidad práctica: Se mueve en un plano ideal al intentar hablar de cómo deberían ser las cosas. Se formula mediante imperativos.

Racionalidad Práctica y el Deber

Cuando nos referimos a la racionalidad práctica, hablamos de una ética. Esta ética está desarrollada por Kant a través del planteamiento de las preguntas: “¿Qué debo hacer?” y “¿Qué me cabe esperar?”, una vez ya respondida la pregunta de “¿Qué puedo conocer?”.

El autor establece desde un principio que el ser humano está en un conflicto constante, ya que tiene un dilema entre actuar conforme a la razón o conforme a los sentimientos. Por lo tanto, para poder evitar eso, debe actuar conforme al deber, es decir, actuar de forma moralmente correcta y racionalmente. En Kant, lo importante dentro del ámbito de la ética es la voluntad, que es la buena o mala intención que puede clasificar una acción como moralmente correcta.

Por otro lado, el ser humano también es un ser sensible, ya que está sujeto a las leyes de la naturaleza y es objeto de la ciencia (siendo así no libre); pero también es un ser racional que tiene capacidad para tomar decisiones (lo que implica la libertad), y con ello, tiene dignidad (es un ser humano y hay que respetarlo como tal). La ética en este caso se encarga de darnos leyes morales para nuestro correcto comportamiento en sociedad, llamadas imperativo categórico.

A la hora final de comportarnos, distinguimos la forma, que es la intención que ponemos a la hora de comportarnos, y la materia, que es el resultado de la acción.

Éticas Materiales vs. Ética Formal Kantiana

A partir de esta consideración, Kant realiza una división de las éticas, estableciendo como materiales todas aquellas anteriores a él, ya que estas tienen en cuenta el resultado de la acción más que otra cosa. Dentro de estas éticas podemos distinguir:

  • Los Sofistas: Fueron los primeros en hablar de la ética, concretamente del convencionalismo ético, que defendía que la virtud se podía enseñar a cambio de cuantiosas cantidades de dinero. Los sofistas establecían que la virtud daba un éxito social y político y por ello, educaban a las élites.
  • Sócrates y Platón: Defendían el intelectualismo ético, es decir, consideraban la virtud como algo igual al conocimiento.
  • Aristóteles: Defendía el eudemonismo ético. Establecía que la virtud era igual a la felicidad y, por lo tanto, al conocimiento. (Kant establecía que, como Platón no tenía ningún libro dedicado a la ética, esta inicia con Ética a Nicómaco y Ética a Eudemo de Aristóteles).
  • Epicuro: Defendía el hedonismo y, por lo tanto, la búsqueda del placer intelectual para conseguir la felicidad.

Características de las Éticas Materiales

Las éticas materiales tienen contenido, ya que nos dicen cómo obtener el Bien supremo y nos cuentan los medios para conseguirlo; son heterónomas (éticas de la obediencia); son a posteriori, ya que son después de la experiencia; y se formulan mediante imperativos hipotéticos basados en el egoísmo.

La Ética Formal Kantiana

Por el contrario, las éticas formales están vacías de contenido, ya que no establecen ningún fin ni tampoco un medio (nuestra actuación debe ser conforme al deber); son éticas a priori, anteriores a la experiencia, universales y necesarias; son autónomas; y están formuladas a través del imperativo categórico.

El Imperativo Categórico

La formulación principal del Imperativo Categórico es: “Obra de manera que tu actuación se convierta en ley universal”. Este imperativo es ejemplarizante, ya que debe servir como referencia para los demás. En la ética formal, el deber se convierte en la ley moral, por lo que si se actúa conforme al deber, se consigue la felicidad. La única norma de la moralidad es el deber.

Tipos de Acciones según el Deber

En función de este deber, podemos distinguir tres tipos de acciones:

  • Acciones contrarias al deber: Acciones en contra de la moralidad.
  • Acciones conforme al deber: Aquellas acciones que se mueven en el ámbito de la legalidad (pero no necesariamente por intención moral).
  • Acciones por deber: Son acciones moralmente buenas. Yo decido actuar conforme al deber porque soy un ser humano moral.

Los Postulados de la Razón Pura Práctica

Las realidades metafísicas no son evidentes ni demostrables (K-r-V), pero deben ser admitidas como postulados (proposiciones evidentes que deben ser admitidas) de la razón pura práctica (K-r-P) porque la pregunta es consustancial a la propia naturaleza humana. Estos postulados son:

  1. Libertad: Que posibilita nuestra acción moral.
  2. Inmortalidad del Alma: La voluntad persigue un fin que no puede ser alcanzado en este mundo o vida.
  3. Dios: Que es el ser en el que se identifican el Ser y el Deber Ser.

La Finitud Humana y las Tres Preguntas Fundamentales

Estas dos últimas preguntas, que nos llevan al ámbito de la trascendencia religiosa, provocan la formulación de la tercera y última pregunta: “¿Qué me cabe esperar (si hago lo que debo)?”.

Al establecer una distancia entre los libros de la crítica de las dos razones puras, Kant en la Crítica del juicio acorta esta distancia, estableciendo que estas tres preguntas suponen una limitación del ser humano, que es sinónima de la propia finitud:

  • ¿Qué puedo conocer?: Supone un límite en lo que sabemos y conocemos. A nivel teórico conocemos todo lo fenoménico, pero nunca lo nouménico.
  • ¿Qué debo hacer?: Implica una limitación en el cumplimiento del deber (el ser humano es sentimental y a veces el deber es lo contrario a sus sentimientos). El deber excede nuestras fuerzas.
  • ¿Qué me cabe esperar?: Es una limitación en la esperanza humana, que nos lleva a una fe racional en Dios.