Dimensiones Filosóficas del Ser Humano: Dignidad, Trascendencia y Bien Común

1. ¿Quién es el hombre? ¿Cuáles son sus dimensiones fundamentales, las que lo constituyen como un microcosmos lleno de paradojas?

El hombre es un ser vivo y, por ello, es capaz de desarrollar una serie de funciones biológicas que lo caracterizan como viviente: es capaz de nutrirse, de crecer y de reproducirse. El hombre representa lo más complejo y digno del orden material: solo el hombre es capaz de abrazar su existencia.

Niveles de la Dimensión Humana

  • Nivel Racional: Es el entendimiento y la voluntad. Sabe lo que conoce y es propio de la persona humana.
  • Nivel Sensitivo: Tiene tendencias sensibles, más o menos evolucionadas. Genera conductas con adiestramiento. Es propio de todo animal.
  • Nivel Vegetativo: Nace, crece, se reproduce y muere. Se adapta al medio instintivamente. Es propio de todo ser vivo.

Los niveles de la dimensión humana pueden entrar en conflicto, pero la persona, a través de la inteligencia y la voluntad, supera el determinismo de los instintos.

2. ¿Dónde radica la dignidad del ser humano?

La persona es singular y única, dotada de Inteligencia (que busca el sentido) y Voluntad (capaz de escoger, obrar y amar). La persona es capaz de decidir y hacer su vida, capaz de abrirse o no a los otros. Tiene un deseo irreprimible de Trascendencia (religiosa o no religiosa) y es portadora de los valores trascendentes. La persona no se reduce solo a lo corpóreo, tiene cuerpo y alma y una dimensión espiritual.

3. ¿Qué tiene de valioso el ser humano para que merezca, cualquiera que sea su origen y condición —o incluso su conducta—, un trato verdaderamente “humano”? ¿Pierde el hombre su dignidad cuando tiene conductas altamente deshonestas?

Todos los seres humanos, de cualquier condición, participamos de la misma esencia o naturaleza y solo nos diferencian aspectos secundarios. Es un “ser natural”.

El ser humano “se hace a sí mismo”, construyendo su propia vida, lo que implica ser libre.

El ser humano es poseedor de una especial dignidad que lo eleva por encima del resto de los seres corpóreos por su condición de persona.

Dignidad Ontológica y Moral

Sobre esta dignidad se apoyan los derechos fundamentales: son derechos personales o “derechos humanos”. Todos los hombres estamos obligados por igual a comportarnos de acuerdo con la ley natural y la ley humana. Si no lo hacemos y nos comportamos de manera deshonesta, debemos aprender de los errores e intentar no volver a hacerlo. En este caso, perderíamos la dignidad moral, pero no perdemos nuestra dignidad ontológica, que es la que tiene la persona por el hecho de ser persona.

4. ¿Por qué se puede afirmar que la persona humana está abierta a la trascendencia y hasta qué punto es importante esta apertura para la plenitud de su desarrollo y la consecución de una vida lograda?

La inteligencia, que busca el sentido, y la voluntad, que es capaz de escoger, obrar y amar, se encaminan a lo trascendente (no solo en el ámbito religioso, sino también en otras formas de trascendencia como el esoterismo). Los antiguos lo llamaban “ley no escrita” y los cristianos, ley natural.

El hombre busca un sentido en su vida; hay una búsqueda del porqué, de lo que vale la pena. Cuando el hombre no llena esta búsqueda, no alcanza la plenitud de vida lograda que sí logra aquella persona que lo ha conseguido. De ahí que poderse dedicar a lo que te gusta hace que te llene y te permita conseguir una vida lograda.

5. ¿Cómo definirías la sociedad?

Aunque el hombre tiene un carácter individual, no puede desarrollarse plenamente como persona (desde el punto de vista biológico, psíquico y hasta espiritual) más que en clave de vida social e interpersonal.

La sociedad es una entidad espiritual porque no es solo persona y materia, sino las relaciones que se forman entre las personas. Es un conjunto de personas donde hay una convivencia e interacción entre ellas que buscan un fin común (la felicidad), regido por unas normas.

La sociedad no es una entidad subsistente (independientemente de sus miembros), pero tampoco se puede reducir a la adición de estos (a un “colectivo”). La sociedad es el mejor seno para que cada hombre pueda desarrollarse como tal. La realización del bien común es el bien de la naturaleza humana y repercute sobre el bien de cada persona.

6. ¿Qué noción tenías antes de bien común? Después de leer el tema… ¿Cómo lo definirías?

El bien común no es la suma de intereses individuales, ni la mezcla milagrosa que pueda satisfacernos a todos, ni el bien del Estado. El bien común es el bien propio de la naturaleza humana de la que todo hombre participa.

Por eso, este bien y la obra común que pretende realizarlo son y deben ser humanos por esencia y, por consiguiente, se pervierten si no contribuyen al desarrollo y al bienestar de las personas humanas.

Implicaciones del Bien Común

  • Implica una distribución que revierte sobre las personas y ayuda a su desarrollo no solo material sino moral y, por tanto, abierto a la vocación trascendente del hombre.
  • Es el conjunto de condiciones sociales o de medidas que permiten y favorecen en los seres humanos el desarrollo integral de todos y cada uno de los miembros de la comunidad.

Hay que tener cuidado con defender solamente la comunidad, porque se puede llegar a un estado comunista, pero también con defender solo la unidad, pues esto eliminaría la posibilidad de bien común. Para alcanzar el bien común debe estar cubierto el primer escalón de la pirámide de Maslow y después continuar por la educación hasta llegar a la autorrealización. Por ello, no hay que quedarse en un escalón intermedio. Hay que alcanzar un justo medio, un consenso, ceder (pero hasta un punto que se sitúa en las necesidades básicas de la pirámide de Maslow).

7. ¿Qué hay en el ser humano de perteneciente al orden de la naturaleza y qué le habilita para ser generador de cultura? ¿Es importante el hábitat cultural en que vivimos para la constitución de lo que somos? Y en el caso de que lo sea: ¿hasta qué punto?

El razonamiento y la libertad nos permiten determinar nuestra vida para influir en el medio, en la sociedad, pues es aquí cuando generamos cultura.

Esta cultura es el conjunto de aspectos producidos por el espíritu humano que facilitan la vida del hombre y hacen que el entorno esté humanizado. Solo se puede crear cultura porque somos libres y tenemos espíritu.

Sí es importante, porque absorbemos de lo que nos rodeamos. La cultura nos hace sentirnos bien, “como en casa”, y nos facilita cosas. También nos condiciona el entorno cultural en función de la libertad que se tenga en esta cultura. Es decir, condiciona, pero no determina, pues de la libertad que tenemos parte el hecho de que podamos elegir y solamente nos condicione.

8. Una persona que detesta la cultura en la que vive… ¿puede considerarse “un ser fuera de la cultura”?

No, ya que la postura contracultural es en esencia una cultura que está generando este ser humano gracias a los atributos que le permiten generarla (libertad y espíritu).

9. ¿Cómo plantear una relación equilibrada entre el hombre y el medio natural de manera que, reconociendo nuestro legítimo dominio sobre ese medio, lo respete y conserve?

La persona tiene una relación estrecha con el mundo natural. Tiene la habilidad de transformar el mundo natural para hallar en él recursos para su propia vida. Sin embargo, el dominio no legitima el comportamiento irresponsable y depredador de algunas personas y asociaciones hacia la naturaleza.

Condiciones Éticas para el Dominio

Existen condiciones de orden ético que deben respetarse:

  • Garantizar la subsistencia digna de las generaciones venideras.
  • Respetar la propia belleza y valor de la naturaleza.

Es legítimo el dominio siempre que el hombre garantice un reemplazo de los bienes y recursos que el medio nos ofrece. No hay que tener un comportamiento depredador.

10. Dado que el ser humano está expuesto siempre a la posibilidad del sufrimiento, ¿cómo afrontar el mal que nos acecha tanto en el orden físico como en el moral?

El mal no es un problema, sino un misterio, y existe en cuanto hay ausencia de bien. No es una realidad absoluta, ya que el bien no lo es; existió en un principio y existirá en un final.

Posturas ante el Sentido de la Vida

  • Nihilismo: Todo hombre busca la felicidad, pero la felicidad es un imposible. Solo existe el absurdo. Ve la realidad de modo inmanente.
  • Trascendencia: Hay un sentido, aunque no se sepa cuál. Ve la realidad de modo trascendente. El deseo de felicidad se colmará en la trascendencia.

Actitud ante el Mal

  • Ante el mal ajeno: Buscar eliminarlo o al menos aliviarlo.
  • Ante mi propio mal: No huir de él (es contraproducente); no resignarse ciegamente y recordar el sentido de mi vida, intentar integrarlo, pero sin cerrarme en él.

11. ¿Cómo reconocer y seguir la llamada exigente de la solidaridad de la que todo ser humano puede y debe ser consciente?

No hay que ser solidario solo por razones sentimentales, o porque estén de moda las acciones altruistas (sacrificio personal por el bien de otros), o por las posibles consecuencias que pueda haber por no serlo, o porque me sienta bien yo haciendo el bien.

Hay que ser solidario por la riqueza y el valor de cada persona humana, por el simple hecho de ser persona. Nuestra dignidad es lo que hace de la solidaridad no solo una vocación, sino hasta una exigencia. Hay que prevenir antes de que pasen las cosas.