De la Metapolítica Platónica al Realismo Político de Maquiavelo: Fundamentos y Ruptura

1. Introducción

  • En la filosofía griega se encuentran teorías metafísicas sobre el Universo y teorías metapolíticas sobre el Estado.
  • En la filosofía occidental, tanto la metafísica como la metapolítica son sometidas a crítica: la primera por Ockham, en el siglo XIV (final de la Edad Media); y la segunda, por Maquiavelo, en el Renacimiento (comienzo de la Edad Moderna).

2. La Concepción Platónica del Estado como Ejemplo de Metapolítica

Para entender la metapolítica, nos referiremos a Platón.

2.1. La Estructura del Universo y la Comunidad Política

  1. Platón divide el Universo en: el mundo (ámbito inferior) y el topos uranos (ámbito superior); y dentro del primero, distingue entre la physis (naturaleza) y la polis (comunidad política).

El topos uranos, desde su posición trascendente, es el fundamento de la comunidad política, ya que en él se hallan las ideas (o esencias) de los valores morales y políticos, que son los paradigmas o modelos ejemplares de acuerdo con los cuales la comunidad política debe organizarse para ser justa. Por ser el fundamento trascendente de la comunidad política, es un ámbito metapolítico.

2.2. El Componente Metapolítico del Hombre

  1. El hombre, para Platón, es un ser político que lleva dentro de sí mismo un componente metapolítico. Esto se debe a que el hombre pertenece a la polis, pero su alma o espíritu pertenece al topos uranos.

Como lleva dentro de sí mismo ese componente, puede transformarse en un ser metapolítico. Este componente empieza estando inconsciente, pero se puede volver consciente gracias a la filosofía y a la acción moral purificadora. Si se vuelve consciente, el hombre se eleva por encima de su naturaleza, porque percibe en sí mismo un espíritu sobrenatural; y así elevado, conoce las ideas, porque su espíritu, que las recuerda, se las da a conocer.

Si se transforma en un ser metapolítico, entonces adquiere el conocimiento necesario para ser gobernante. Esto se debe a que, entre las ideas que conoce, se encuentran aquellas que son modelos a imitar en la organización y el gobierno de la polis. Así desembocamos en la noción platónica del filósofo-gobernante.

El derecho a gobernar lo tienen, pues, aquellos hombres que se han transformado en seres metapolíticos: los sabios.

Maquiavelo, al rechazar la metapolítica, creará una filosofía política contraria a Platón. El rechazo de la metapolítica por Maquiavelo dará lugar a una filosofía política en la que se prescinde de cualquier justificación trascendente del poder y se considera la naturaleza humana, no como algo sobre lo cual elevarse, sino como algo en lo que apoyarse.

3. Motivaciones e Influencias en la Obra de Maquiavelo

Maquiavelo está motivado e influido por dos factores: por su experiencia y por su contexto histórico-cultural.

3.1. Experiencia

Maquiavelo desempeñó una amplia actividad diplomática, que le dio la oportunidad de observar la conducta de muchos políticos importantes de su tiempo.

Esta observación fue uno de los factores que le indujeron a renovar la filosofía política, porque percibió que dicha conducta ya no se regía por los principios que la filosofía política había aceptado hasta entonces. En consecuencia, sintió la necesidad de sustituir estos principios antiguos por otros nuevos.

3.2. Contexto Histórico-Cultural

  1. Maquiavelo es testigo de la aparición de nuevas formas y figuras políticas:
    • En primer lugar, es testigo de la aparición de una nueva forma de estado: el estado nacional. Su aparición supuso el final de las estructuras políticas del feudalismo y el establecimiento de las bases del estado moderno.
    • En segundo lugar, es testigo de la aparición de una nueva figura del gobernante: el “príncipe nuevo”. Este no actúa cumpliendo obligaciones extrínsecas a su propia voluntad, sino tratando de hacer realidad, con su fuerza e inteligencia, los fines que su voluntad pretende.
  2. Además, es un intelectual arraigado en la cultura de su tiempo: El Renacimiento. Esto se demuestra en su vinculación al humanismo. Con este comparte la veneración por el mundo clásico grecorromano y el proyecto de construir una nueva cultura partiendo de la recuperación de su legado. Esto influye en su obra política haciendo que la misma tome una dirección historicista.

4. La «Ciencia Política» de Maquiavelo: Principios Metodológicos y Fundamentos Teóricos

Con Maquiavelo se constituye la “ciencia política”, en el sentido moderno de la palabra.

Esta ciencia, tal como Maquiavelo la plantea, posee una estructura definida por cuatro axiomas: dos son principios metodológicos y los otros dos, fundamentos teóricos.

4.1. Principios Metodológicos

Estos principios determinan cuál es el objeto propio de esta ciencia y de qué manera hay que abordarlo.

A) Primer Principio: El Realismo Político

La ciencia política se apoya en el realismo político como primer principio metodológico:

  • Este principio establece que, al estudiar lo político, hay que dejar aparte tanto las representaciones imaginarias como las explicaciones trascendentes, y considerar la realidad política tal como se encuentra en la experiencia efectiva.
  • Con este principio, Maquiavelo se opone, por un lado, al utopismo, que consiste en la descripción de sociedades imaginarias supuestamente modélicas; y por otro, a la metapolítica, que, para explicar el origen del poder, recurre a un fundamento trascendente.
  • El objeto propio de la ciencia política son los hechos. La ciencia política, según Maquiavelo, no imagina ni trasciende: lo que hace es observar. Y lo que observa son los hechos políticos. Estos son su objeto propio.

B) Segundo Principio: La Especificidad y Autonomía de lo Político

El segundo principio metodológico de la ciencia política es el de la especificidad y autonomía de lo político:

  • La manera de abordar los hechos la proporciona este segundo principio metodológico. Según este principio, la política abarca una esfera de hechos que tienen una naturaleza propia, que los distingue de los demás, y también unas leyes propias. Por tanto, la manera de abordarlos es diferenciándolos de los otros hechos y juzgándolos según sus propias leyes, y no según leyes que pertenecen a otros terrenos, como el de la moral.
  • Este principio establece, por primera vez en la historia de la filosofía, una separación, dentro de la esfera práctica, entre la política y la ética.

4.2. Fundamentos Teóricos

En la ciencia política, para poder construir teorías con validez duradera, hay que apoyar el conocimiento de los hechos políticos sobre bases estables.

Estas bases estables son dos: la primera, el conocimiento de la naturaleza humana (base antropológica); y la segunda, el conocimiento de la Antigüedad clásica (base histórica). El conocimiento de la naturaleza humana es una base estable porque esta naturaleza no cambia a través del tiempo, sino que es básicamente invariable; y el conocimiento de la Antigüedad, porque el legado de esta civilización no pierde nunca su valor, sino que lo conserva a través de las épocas.

A) Primer Fundamento: La Naturaleza Humana

  1. Distinción en el hombre entre: características naturales y cualidades que son producto de la convención social:
    • Los hombres, según Maquiavelo, tienen características naturales y también cualidades que son producto de la convención social. Esto se debe a que el ser humano, además de poseer una naturaleza, de la que dependen sus características naturales, posee una capacidad de socialización.
    • Estas dos se diferencian en que, mientras que las características naturales del hombre son inalterables, las cualidades que él adquiere a través de la socialización varían según la sociedad y la época.
  2. Las características naturales del hombre son vistas por Maquiavelo como negativas:
    • El hombre, por naturaleza, no es altruista ni generoso; tiene como motivación principal su propia conservación, y es un ser ambicioso y lleno de deseos que nunca se terminan de satisfacer.

Basándose en la naturaleza humana, Maquiavelo considera el conflicto como un estado natural de la sociedad, porque la naturaleza humana, debido a estas características, no propicia la actividad cooperativa entre los seres humanos, ni tampoco el desarrollo de virtudes sociales como la abnegación y la amistad. En vez de propiciar la cooperación, favorece el conflicto.

El conflicto no puede dejar de existir, porque la naturaleza del hombre es invariable: se trata de una condición permanente de la sociedad.

Maquiavelo, al considerar así el conflicto, rompe con el pensamiento antiguo y medieval, porque en este predominaba la tesis de que el conflicto se puede suprimir de la sociedad, ya que no es un estado natural de ella.

Para Maquiavelo, la tarea de la política en relación con el conflicto no consiste en eliminarlo, sino en encauzarlo.

B) Segundo Fundamento: La Antigüedad Clásica

La Antigüedad clásica le proporciona al hombre la mejor lección sobre la manera de evitar las consecuencias socialmente destructivas que su naturaleza corre el peligro de provocar.

Esta lección, según Maquiavelo, la proporciona, sobre todo, el ejemplo de la Roma republicana, que, para él, es un modelo de comunidad política virtuosa.

El papel de modelos lo desempeñan, en Maquiavelo, los hombres y las instituciones del mundo antiguo. La diferencia con Platón es que las ideas de Platón son modelos que están por encima del tiempo, en un ámbito suprahistórico; mientras que los hombres e instituciones de la Antigüedad son modelos que están dentro del tiempo, en el pasado histórico.

C) La Modernidad de Maquiavelo

Ninguno de los fundamentos de la ciencia política es trascendente. Esto significa que Maquiavelo, al construir esta ciencia, deja al margen tanto la metafísica como la teología. Esto demuestra que la filosofía ha entrado ya en una tercera época de su historia, distinta de la antigua y de la medieval: la Edad Moderna.

5. Tipología del Gobernante: Los Conceptos Maquiavélicos de Virtud y Fortuna

Maquiavelo le atribuye utilidad a la ciencia política: piensa que de esta puede derivarse una técnica del gobierno (conjunto de normas sobre la manera de ejercer el poder político).

Pero el buen gobernante, además de conocimientos técnicos, necesita ciertas cualidades, que definen un tipo de hombre.

Maquiavelo, en El Príncipe, a la vez que proporciona normas técnicas sobre la manera de gobernar, desarrolla una tipología del gobernante.

5.1. La Primacía de la Voluntad

En el caso del gobernante, la facultad principal es la voluntad. Ockham afirma la primacía de su voluntad dentro de su concepción de Dios; y Maquiavelo, paralelamente, dentro de su concepción del soberano (o príncipe).

La voluntad, debido a su libertad, no depende de normas extrínsecas a ella misma. Ockham defiende que Dios, con su voluntad, creó el mundo sin depender de esencias ni de valores absolutos; y Maquiavelo, paralelamente, defiende que el príncipe, con su voluntad, realiza su obra política sin depender tampoco de paradigmas metapolíticos ni de valores morales.

5.2. Los Dos Factores de la Acción: La Virtud y la Fortuna

El príncipe posee poder o capacidad para realizar aquello que quiere su voluntad. Pero este poder (al contrario que el del Dios de Ockham) no es absoluto, sino muy limitado. Por esto, el príncipe, al realizar su obra, tiene que contar con circunstancias ajenas a su voluntad.

Las acciones del príncipe dependen, pues, no solo de sus capacidades (virtud), sino también de las posibilidades que las circunstancias le brindan (fortuna).

A) La Virtud (*Virtù*)

  1. La virtud es el conjunto de rasgos que componen la capacidad personal del príncipe para realizar su obra política. Para Maquiavelo, virtud significa, en efecto, poder, poderío o potencia.

La virtud es una doble capacidad: de construcción y de dominación. Esta virtud es de doble capacidad porque lo determina la propia naturaleza de la obra política, que es la obra propia del príncipe.

  1. De los rasgos que componen la virtud, unos forman la capacidad de dominar, y otros, la de construir.

Los que forman la capacidad de dominar son:

  • La fuerza, que consiste en la fortaleza física, la salud y la capacidad para el combate.
  • La inteligencia bélica y estratégica, que consiste en la capacidad para organizar a las fuerzas armadas y emplearlas adecuadamente en acciones de guerra o de represión.
  • La habilidad para controlar a los hombres por medio del miedo.

La capacidad para construir está integrada por un rasgo particular: la prudencia:

  • La prudencia se define como la capacidad racional de elegir, en cada situación, los medios más adecuados para conseguir los fines que se buscan.
  • En la elección prudencial de los medios, el cálculo y la previsión juegan un papel decisivo.
  • El acierto del príncipe en esta labor predictiva depende de cualidades como la sagacidad y la astucia.

B) La Fortuna

El éxito político depende, no solo de la virtud, sino también de la fortuna.

Con el término “fortuna”, Maquiavelo se refiere a las circunstancias, tanto favorables como desfavorables, que, aun siendo ajenas a la voluntad del príncipe, influyen en el resultado de su actividad política.

No hay que confundir fortuna con destino. La fortuna y el destino se parecen en que los dos son ajenos a la voluntad de la persona que los tiene; sin embargo, se diferencian en que el destino predetermina totalmente el resultado de las acciones de la persona, mientras que la fortuna influye, para bien o para mal, en este resultado, pero no lo predetermina.

6. El Problema de la Relación entre Política y Moral

Para Maquiavelo, la política se distingue de la moral, tanto por sus razones como por sus fines:

  • Los fines políticos supremos son, para Maquiavelo, la utilidad pública, la seguridad y el bienestar de la comunidad.

Por estas razones, y para lograr estos fines, un político puede usar, ocasionalmente, procedimientos moralmente condenables. Cuando en el uso de esos procedimientos hay racionalidad, los mismos quedan, no justificados, pero sí disculpados.

En política, la racionalidad y la moralidad son dos cosas distintas. Los procedimientos de un gobernante, según Maquiavelo, deben ser siempre racionales. Maquiavelo admite que el uso ocasional de procedimientos inmorales en la política puede ser racional y que, por ser racional, quedan disculpados. Sin embargo, la disculpa no equivale a la justificación; y por lo tanto, el político que se sirve de medios inmorales para lograr fines políticos no deja de tener por ello una culpa.