1. El Contexto Histórico del Romanticismo
El Romanticismo es un movimiento artístico y literario que apareció a finales del siglo XVIII y principios del XIX. Dio fuerza, emoción, libertad e imaginación a la clásica corrección de las formas del arte, siendo una rebelión contra las convenciones sociales. El término romántico tiene diferentes interpretaciones: peyorativas o laudatorias.
El término se acuñó a finales del siglo XVIII para definir una nueva actitud artística que quería poner de relieve lo local y lo individual frente al universalismo, y lo emotivo frente a lo racional. Se defiende la experiencia y se busca romper con el arte clásico y las copias. El Romanticismo surge en el Reino Unido, aunque recibe el impulso final y se consolida en Alemania. Desde esos dos focos se fue extendiendo posteriormente al resto de países europeos. De esta manera, surge el Romanticismo, que va imponiendo poco a poco una nueva estética y una nueva concepción del arte y de la literatura, precursoras ambas del Romanticismo que triunfaría en el siglo XIX.
En España, el Romanticismo es más tardío. Se impone en 1810 y está relacionado con la evolución cultural y política.
Desde el punto de vista económico
En el campo de la economía se produce la Revolución Industrial y el liberalismo económico, que acaban con la economía tradicional y exaltan el individualismo, la libertad, el progreso, etc. Se produce un cambio total en el proceso productivo, introduciendo las bases económicas del mundo moderno: el capitalismo.
Desde el punto de vista político
En política hay dos acontecimientos relevantes que parten del siglo anterior: la Independencia de los EE. UU. (en 1775 empieza la guerra de la independencia norteamericana) y el triunfo de la Revolución Francesa (1789), con la proclamación de la República Francesa en 1792. Ambos acontecimientos rompen con la organización social tradicional y surgen conceptos como los derechos individuales del hombre, la democracia representativa como forma de gobierno, la igualdad, la libertad, etc. Además, y ya en el siglo XIX, asistimos en Europa al nacimiento de los movimientos nacionalistas como reacción a la ocupación napoleónica, con la consiguiente reivindicación de las peculiaridades culturales y lingüísticas de cada país.
Desde el punto de vista social
La sociedad estamental del Antiguo Régimen deja paso a una sociedad de clases, en la que la riqueza, y no el nacimiento, marca las diferencias. A mediados del siglo XIX, la burguesía se había convertido en la clase dominante tras el triunfo de las revoluciones burguesas de 1830 y 1848. La libertad había sido uno de los ideales de las revoluciones burguesas y se convertirá en el lema del movimiento romántico. Frente a la burguesía se alzará el proletariado y el movimiento obrero.
Desde el punto de vista cultural
Mientras que en el siglo XVIII se entendía el mundo como un mecanismo perfecto que el hombre podía conocer gracias a su razón (La Ilustración), en el siglo XIX se considera el mundo como un organismo vivo y cambiante que el hombre es incapaz de comprender racionalmente. Se exalta entonces lo subjetivo frente a lo objetivo, y el idealismo frente al racionalismo. Es una época donde los pensadores comienzan a minar las reglas y el concepto de la razón, tan utilizado durante años atrás. Kant es quien se encargó de demostrar, a través de su obra Crítica a la razón pura, que el motor ilustrado ya no servía.
2. Características Generales de la Pintura Romántica
Valoración de lo individual y subjetivo
Frente al artista que asume los encargos de mecenas o clientes, aparece ahora la figura del pintor que elige su repertorio temático más libremente, guiado por sus gustos e intuiciones personales. Este subjetivismo, generalmente pesimista y melancólico, les lleva a preferir una temática imaginativa y pasional, obsesionados por el amor, el dolor, la muerte y la noche.
Exaltación del exotismo
Los países árabes y la exótica España están de moda, así como una religiosidad cercana al misticismo. En el mismo sentido, debemos interpretar el gusto por la aventura, por el riesgo, por la lucha. El romántico siempre está insatisfecho y siempre está buscando una razón vital.
Temas recurrentes
- Históricos: Revoluciones políticas, desastres. Para ello, tomará como punto de referencia la Edad Media (época gótica) o lugares exóticos (mundo desconocido del norte de África, la nueva América salvaje, Oriente, etc.).
- Retratos: Melancólicos, tristes, solos.
- Paisajes: Irreales, con gnomos, princesas encantadas, el diablo, cementerios, etc. También en ellos podremos encontrar árboles agitados, luz crepuscular, tempestades con rayos, oleajes, la noche, etc. En todos los paisajes, no solo trata de informar, sino de comunicar emociones.
Dramatismo en las composiciones
Presentan una gran preocupación por el movimiento y la complejidad compositiva. Importancia de los gestos violentos, de los detalles anatómicos y ambientales. Una búsqueda estudiada del desequilibrio frente al orden y equilibrio clásico del que quieren huir.
Técnica y color
La pincelada es suelta, libre y llena de expresividad. La textura comienza a ser valorada en sí misma y aparecen las superficies rugosas junto con las formas más sutiles. Predominio del color sobre la línea en el dibujo. La luz es importantísima y se cuidan sus gradaciones dando un carácter teatral, con gran afición por los contrastes lumínicos llenos de dramatismo. La luz es importantísima (fuertes contrastes lumínicos con carácter dramático), para difuminar figuras y acentuar cromatismos (luces de tempestad, auroras, crepúsculos, etc.).
Diversidad de escuelas
- En Alemania: Destacaba *Caspar David Friedrich*. Trata de recoger el misterio y la armonía de la naturaleza, a la que aporta su mundo interior y le otorga un carácter casi religioso; efectos de nocturno y carácter evocador.
- En Inglaterra: Los paisajistas *Constable* y *Turner*. Los artistas ingleses no buscan lo sublime en el paisaje, sino lo pintoresco. Todo es digno de ser pintado; no solo los grandes paisajes, sino también el paisaje rural y campesino. Además, a los ingleses no les atrae el tema político, por lo que centran su interés en la naturaleza.
- En Francia: Destacan tres artistas: *Gros*, *Géricault* y *Delacroix*. Los primeros pasos del Romanticismo en Francia los dan parte de los discípulos de David: Antoine-Jean Gros era uno de sus más reconocidos, y sirve de enlace entre el Neoclasicismo y el pleno Romanticismo. Sin embargo, los autores franceses románticos por excelencia son Théodore Géricault y Eugène Delacroix.
3. Francisco de Goya y Lucientes (1746-1828)
Contexto histórico
La vida y obra de Francisco de Goya se extiende a lo largo del reinado de tres Borbones: Carlos III (1759-1788), Carlos IV (1789-1808) y Fernando VII (1808-1833). Por lo cual, su vida y obra se convierten en un fiel testimonio de los cambios en España de finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX.
A grandes rasgos, los últimos años del siglo XVIII y primeros del siglo XIX vienen marcados por la crisis del Antiguo Régimen en Europa con la Revolución Francesa (1789) y las Revoluciones Liberales burguesas (siglo XIX), aunque con intentos de restaurarlo a través de la Europa de la Restauración (Congreso de Viena).
Goya se convirtió en 1785 en pintor del rey Carlos III, y algunos años después en el del monarca Carlos IV (1789). El reinado de este último supone el inicio de la crisis del Antiguo Régimen en España. Fue una época marcada por dos acontecimientos:
- Revolución Francesa: Se cerraron todo tipo de contacto con Francia, se cerraron las fronteras (por temor a la propagación de ideas revolucionarias) y España participó en la Guerra de la Convención, en coalición con otras monarquías absolutas (junto a Portugal e Inglaterra). Estalló la guerra a raíz de la ejecución del rey Luis XVI en 1793. El fin de la guerra llegó con la Paz de Basilea (1795), por la que nuestro país aceptó la pérdida de la parte española de la isla de Santo Domingo.
- Las abdicaciones de Bayona y el inicio de la Guerra de la Independencia contra la ocupación francesa: Una guerra nacional, popular y un conflicto internacional que dejó España destruida: campos abandonados, la agricultura disminuyó considerablemente su producción, las ciudades fueron saqueadas (expolio y destrucción del patrimonio artístico), etc. Paralelamente, en Cádiz se produjo la convocatoria de Cortes (1810) y la promulgación de la Constitución de 1812.
El Tratado de Valençay (11 de diciembre de 1813) devolvía el trono de España a Fernando VII y ponía fin a la Guerra de la Independencia. Terminada la guerra, Goya volvió a ser pintor de Cámara, esta vez de Fernando VII, pese a haber hecho retratos del rey José y de que algunos le acusaran de afrancesado. La represión de este monarca contra los liberales, con cuya ideología se sentía identificado, le hicieron aislarse más y más. Tras la entrada de las tropas francesas (“Los Cien Mil Hijos de San Luis”) para acabar con la experiencia del Trienio Liberal (1820-1823) y el incremento de la persecución contra los liberales, Goya, hastiado, optó por salir de España y se estableció en Burdeos, donde murió en 1828.
Características Generales de la Pintura de Goya
Evolución constante de su obra
Lo que más llama la atención de la obra artística de Goya es el contraste entre las realizaciones de su primera etapa y la que se inicia cuando se vuelve sordo, que es tan acentuado que parece tratarse de dos artistas diferentes:
- La primera fase es la de los temas alegres y populares, de gran colorido, con tonalidades rojas o grises, de dibujo bien elaborado.
- La segunda es la del pesimismo y la temática de los cuadros se orienta a los aspectos más horribles, terribles e incluso desagradables de la vida y a una incontenible fantasía. El dibujo acabado de la etapa anterior se rompe, dejando paso a la técnica de manchas, muy expresiva. Por otra parte, el colorido es sustituido por una mayor presencia del negro en sus cuadros, que culmina con las “pinturas negras”.
Cambios en su forma de ver la vida
Goya pasó de ser un artista que aceptaba la sociedad en la que vivía e incluso recreaba en sus obras los aspectos especialmente vitalistas y alegres (como fiestas populares, escenas costumbristas…) a ser un profundo crítico de la estructura social e instituciones de su época, de ciertos personajes concretos: de la realeza (un poco disimulada en retratos como el de la Familia de Carlos IV), de los eclesiásticos, de la ignorancia e incultura del populacho (en sus Grabados)… y de los momentos históricos concretos que le tocó vivir (los excesos cometidos durante la Guerra de la Independencia, o la persecución contra los liberales con el reinado de Fernando VII).
Un artista difícil de clasificar
Es un autor que no se encaja en ninguna corriente o estilo pictórico y que servirá de inspiración para el arte posterior. En concreto, no solo para el arte del siglo XIX, sino para las vanguardias. Es el antecedente de muchos movimientos de renovación artística que se dieron en los siglos XIX y XX, tales como:
- El Romanticismo: Por el protagonismo que da al pueblo como colectividad y por el dinamismo y sentimiento dramático que proporcionó a algunos de sus cuadros.
- El Realismo: Por su gusto por inspirarse en la naturaleza y tratar escenas populares.
- El Impresionismo: Por la técnica de manchas y el influjo que dejó en su precursor: Manet.
- El Expresionismo: Por el afán simplificador en los caracteres de los personajes, acentuando ciertos rasgos para indicar ciertas ideas (fealdad, crueldad, maldad, etc.) y sentimientos que brotan directamente del alma del artista (subjetivismo).
- El Surrealismo: Debido a su incontenible fantasía que hace surgir en sus realizaciones a todo tipo de seres extraños que sobrepasan la barrera de la realidad para colocarse en el mundo de lo onírico, de los deseos, temores, etc. Aquí seguiría en la línea de El Bosco.
Vida y Obra: Etapas Artísticas
La obra de Goya evoluciona conforme va avanzando su vida y diferentes hechos y acontecimientos personales e históricos van influenciándole:
Primera Etapa (1762-1775)
Desde su nacimiento en Fuendetodos (Zaragoza), pasando por su formación en la Academia Zaragozana de Dibujo, su preceptivo viaje a Italia para seguir formándose, sus primeras pinturas religiosas en Zaragoza (mezcla de barroquismo y clasicismo), hasta su instalación definitiva en Madrid para trabajar en la Real Fábrica de Tapices.
Segunda Etapa (1775-1792)
Su trabajo se centra en la realización de cartones y bocetos para la Real Fábrica de Tapices. Aprovecha para conocer las colecciones de pintura de la Corte, realizando estudios de Velázquez. Su creciente éxito le permite iniciar su faceta de retratista. Obras destacadas son El quitasol, La gallina ciega o El columpio, todos ellos resueltos con una gran ligereza en la ejecución y un vivo colorido. De Velázquez aprendió el juego de las luces y los efectos atmosféricos. En 1781 empieza su larga lista de retratos cortesanos.
Tercera Etapa (1792-1808)
Enfermedad y sordera. Nueva visión más crítica y profunda, que se refleja en los grabados de Los Caprichos y en sus mejores retratos, en especial de todos sus amigos, grandes figuras del pensamiento ilustrado: Moratín, Jovellanos, el Conde de Floridablanca. Es en esta época cuando pinta la Familia de Carlos IV, donde revela de modo realista e irónico las dudosas cualidades morales y la vulgaridad humana de los retratados. En 1801 pinta las dos Majas (quizás encargadas por Godoy), de técnica y formas refinadas y elegantes, en un juego de curvas, luces y sombras. Aquí se nos muestra al Goya sensual y cortesano, y esta vez enamorado.
Cuarta Etapa (1808-1828)
Este periodo marcará la obra de Goya definitivamente. Fernando VII renuncia al trono español en favor de José de Bonaparte, de quien también será pintor de cámara, y los franceses entran en territorio español. Goya, por un lado, se muestra esperanzado por los aires renovadores que vienen de Francia (por ejemplo, la Constitución de 1812), pero también se muestra contrario sin dudarlo a la ocupación francesa y a los desastres de la guerra. Ahora pinta cuadros históricos, verdaderos fotogramas de una contienda como Los mamelucos y los Fusilamientos del 3 de mayo, los dos pertenecientes a los Desastres de la guerra.
No son lienzos narrativos, sino parte del monólogo de un hombre sordo y cansado, que durante la última parte de su vida proyectó en el populacho, hambriento y maltratado, sus visiones de miedo y esperanza. En los Fusilamientos predomina la sencillez técnica, la concepción formal y el patetismo en las expresiones. Para Goya la luz es positiva, como la luz que ilumina la razón en el pensamiento ilustrado, y por eso la luz recae en las figuras que van a ser fusiladas mientras que sus verdugos permanecen en la sombra.
A partir de 1819 se retiró a la Quinta del Sordo, una casa a orillas del Manzanares que decoró con sus propios cuadros: todas pinturas negras como Saturno devorando a su hijo, El aquelarre, Lucha a garrotazos, La romería de San Isidro o El coloso del miedo, pinturas que son verdaderos precedentes del Expresionismo y del Surrealismo. A través de su denso ambiente, su atmósfera oscura, su gama cromática de tonos oscuros y su concepto espacial intangible, se crea una fuerte tensión psicológica, expresión de su lucha interna, de su mundo silencioso, de ideas liberales fracasadas, de un ambiente por fin romántico y decrépito.