Ediciones y Composición de El Quijote
El Quijote se publicó en dos partes. La primera parte de la novela, dedicada al duque de Béjar, se publicó con el título de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha en 1605. (Cervantes fue encarcelado en 1587 y se dice que quizá fue donde escribió la primera parte de El Quijote, como él mismo menciona en el prólogo a esta primera parte). Tuvo un éxito importante y enseguida aparecieron otras ediciones.
La segunda parte de El Quijote aparece dedicada al conde de Lemos y fue publicada en 1615 con el nombre de El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha.
Un año antes de la publicación de la segunda parte de El Quijote, en 1614, apareció una continuación apócrifa (el nombre del autor es falso, no es el del autor original; Avellaneda) de la primera parte. El autor era un tal Alonso Fernández de Avellaneda y el título era: Segundo tomo del ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha.
No se sabe quién se esconde bajo el nombre o seudónimo de Avellaneda, pero se sabe que fue adversario de Cervantes y, en venganza, escribió esa segunda parte.
Como consecuencia de esto, Cervantes tuvo que rematar o cerrar deprisa y corriendo la segunda parte. Y para desmentir el Quijote apócrifo de Avellaneda, cambió la ruta que tenía prevista para don Quijote al final de la primera parte (1605). En lugar de ir a Zaragoza, Cervantes hace que cambie la ruta y se dirija a Cataluña.
Las Tres Salidas de Don Quijote
La primera parte (1605) transcurre por tierras de La Mancha y Andalucía. La primera salida dura tres días, la segunda dura dos meses.
Primera Salida
En la primera salida, don Quijote desfigura la realidad transformándola según los libros de caballerías. Busca un caballo y a una dama a quien dedicar sus aventuras. Sufre constantes desdoblamientos de personalidad: unas veces se cree Valdovinos, otras Abindarráez o Reinaldos de Montalbán (personajes ficticios famosos del romancero). También tiene una imaginación disparatada y viaja solo.
Segunda Salida
En la segunda salida, don Quijote ya no tiene cambios de personalidad; en todo momento es don Quijote. Va con Sancho Panza, por lo tanto, ya no viaja solo. Sancho le dice que las cosas no son como imagina, pero no le hace caso, y don Quijote da lecciones a Sancho Panza sobre diversos temas. Esta segunda salida presenta como novedad los largos diálogos entre don Quijote y Sancho.
La segunda parte (1615) transcurre por tierras de Aragón, Cataluña y regresa a La Mancha. La tercera salida dura cuatro meses.
Tercera Salida
En la tercera salida, don Quijote deja de engañarse a sí mismo. Son los demás personajes los que desfiguran la realidad para acomodarla a la locura de don Quijote y burlarse de él. Hay un cambio de actitud entre don Quijote y Sancho:
- Sanchificación de don Quijote: Se muestra más pasivo, más propenso al desánimo y ve la realidad como es, pero se sigue creyendo caballero andante.
- Quijotización de Sancho: Se cree las aventuras de don Quijote y le anima a buscar nuevas.
Diferencias Clave entre la Primera y Segunda Parte de El Quijote
La primera parte tuvo éxito y dio fama a Cervantes y a sus personajes. Esta primera parte condicionará la segunda, ya que se ha considerado más elaborada y barroca, con un estilo más artificioso y recargado. A continuación, se detallan las diferencias:
- La primera parte presenta un final abierto (evita la continuación), mientras que la segunda tiene un final cerrado.
- Cambio de título: El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha (1605) frente a El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha (1615). Esto ocurre porque don Quijote, en la segunda parte, ya ha recibido la orden de caballería andante.
- División de la primera parte en cuatro, mientras que la segunda no presenta división, solo capítulos.
- La presencia de poemas iniciales y finales en la primera parte, frente a su ausencia en la segunda parte.
- La intercalación de novelas ajenas a la trama en la primera parte, frente a su ausencia en la segunda parte. En la primera parte destaca la constante interrupción del relato por la inclusión de novelas cortas y ajenas a la trama principal.
- La segunda parte presenta una diferencia muy significativa respecto de la primera en relación con las dos figuras centrales: don Quijote y Sancho Panza. Si en la primera parte don Quijote veía la realidad transformada por su fantasía caballeresca, en la segunda parte, excepto en algún caso excepcional como el episodio del barco encantado, ve la realidad como es; son los demás personajes quienes le cambian la realidad para adecuarla a la locura o quimera del protagonista. En la primera parte, don Quijote busca aventuras y sus conocidos se burlan de su locura y sus disparates; en la segunda, las aventuras parecen preparadas por los demás y salen al encuentro de don Quijote. Se producen una sanchificación y quijotización. Mientras el espíritu de Sancho asciende de la realidad a la ilusión, declina el de don Quijote de la ilusión a la realidad. El cruce tiene lugar en la aventura en la que Sancho Panza encanta a Dulcinea.
Amor Cortés y la Creación de la Dama Ideal en El Quijote
Un elemento fundamental es una dama a la que don Quijote ofrece y dedica todas sus luchas. Don Quijote decide iniciarse en la caballería andante y hacerse con todos los elementos propios de un caballero (buscarse una dama). Elige como dama a Aldonza Lorenzo, una moza labradora de la que estuvo enamorado, y la idealiza. La apoda Dulcinea del Toboso, un nombre adecuado a su condición de amada y dama de un caballero andante. Por tanto, encontramos la primera idealización de la dama.
Dulcinea queda identificada con Aldonza, y su caracterización oscilará entre lo ideal (visión de Quijote) y lo degradante (visión de Sancho). Don Quijote se basa, para referirse a las cualidades de Dulcinea, en las descripciones literarias y en el ideal de belleza femenino de la época (siglo XVI). Sancho hace una transposición degradante de cada una de sus bellezas e insistirá en la rusticidad de Dulcinea a lo largo de la obra. Don Quijote, gracias a la idea de Dulcinea, consigue superarse a sí mismo. Por ello, la invoca cada vez que sus fuerzas y espíritus flaquean.
En relación con la figura de Dulcinea, son constantes en el texto la caracterización oscilante entre lo ideal y lo degradante, las referencias a su inexistencia, y las invocaciones y denominaciones hiperbólicas dirigidas a ella por el caballero don Quijote.
El Quijote de Avellaneda: La Controversia Apócrifa
En 1614 se editó la obra conocida como Quijote apócrifo o Quijote de Avellaneda: Segundo tomo del ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. Esto llevó a Cervantes a apresurarse en la escritura de la segunda parte de su libro, diez años después de la publicación de la primera parte. En 1615 aparece la segunda parte del libro titulada: El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha.
Cervantes denunciaba en el prólogo de esta segunda parte que Alonso Fernández de Avellaneda había fingido su identidad y su lugar de origen. La crítica comenzó a intentar averiguar quién se escondía detrás de la persona de Avellaneda, y la situación empezó a aclararse cuando Martín de Riquer y una parte de la crítica propusieron que el falso Avellaneda podría ser el soldado aragonés Jerónimo de Pasamonte. Al parecer, Jerónimo hizo correr por Madrid un manuscrito de carácter autobiográfico llamado Vida y trabajos de Jerónimo de Pasamonte.
Riquer supuso que Cervantes habría tenido noticia del manuscrito antes de realizar el retrato de su autor en la primera parte de El Quijote a través de la figura del prisionero condenado a galeras Ginés de Pasamonte, autor de una biografía titulada Vida de Ginés de Pasamonte. Jerónimo de Pasamonte debió sentirse insultado por Cervantes por el retrato que hizo de él en el libro y decidió tomar venganza quitándole a Cervantes las ganancias de la segunda parte de la obra; para conseguirlo, escribió el Quijote de Avellaneda ocultándose bajo el falso nombre de Avellaneda.
- Riquer comparó el libro La vida y trabajos de Jerónimo de Pasamonte y El Quijote de Avellaneda y observó entre ellos varias coincidencias.
- En el prólogo de la segunda parte de El Quijote, Cervantes se dirige directamente a Avellaneda.
La Intención Paródica en El Quijote
Cervantes declara que su intención al escribir El Quijote fue la de derribar la disparatada máquina de los libros de caballerías, cuya lectura había estado de moda entre las gentes de la época. Esta intención es anunciada en el prólogo de la primera parte (“llevad la mira puesta a derribar la máquina mal fundada destos caballerescos libros, aborrecidos a tantos y alabados de muchos más”). Esta intención también es recordada a lo largo del libro en las frecuentes críticas a los libros de caballerías y formulada de nuevo al final de la segunda parte del libro.
Por tanto, Cervantes deja claro en el libro su intención de desautorizar los libros de caballerías; para ello dio una construcción paródica a su obra (parodia es imitación burlesca de los libros de caballerías). La parodia se basa en utilizar los temas, recursos, situaciones, personajes característicos del género parodiado para alterarlos y destacar lo artificioso, inverosímil e irreal del género caballeresco.
Esta intención paródica se manifiesta en el libro en:
- La imitación de rasgos estructurales de los libros de caballerías, como la existencia de fuentes anteriores y surgidas en extrañas circunstancias.
- La introducción de situaciones (desafíos, torneos, amoríos) y personajes propios de los libros de caballerías.
- La presencia de lo caballeresco como tema de conversación (está presente en las conversaciones entre don Quijote y Sancho sobre las hazañas, costumbres y amores de los caballeros).
- El uso del lenguaje cortesano caballeresco (cuando habla don Quijote en un lenguaje arcaico para imitar el lenguaje caballeresco).
Pero hay que tener en cuenta que El Quijote no es una burla del heroísmo y de los ideales nobles caballerescos, sino una burla de los excesos y exageraciones contenidas en estos libros.
Cide Hamete Benengeli: El Narrador Ficticio
No hay un narrador único en El Quijote. El punto de vista cambia a lo largo del relato:
- Hasta la aventura del Vizcaíno, tenemos un narrador omnisciente en tercera persona que nos proporciona todos los datos de la acción. El narrador no ha sido testigo directo de los hechos que narra, sino que reelabora la historia a partir de diversas fuentes orales y escritas a las que alude como “Anales de La Mancha”.
- Al iniciarse la segunda salida, se produce una novedad significativa: Sancho Panza acompaña ya a don Quijote y se inicia entre ambos un diálogo que se mantiene a lo largo de toda la obra. Establecido este diálogo, las intervenciones del narrador se hacen lógicamente menos frecuentes.
- Después del episodio del Vizcaíno, se introduce una nueva perspectiva narrativa. Al empezar el capítulo 8, Cervantes se introduce en la narración para indicar que se sintió apesadumbrado al no poder terminar de contar el final de la aventura del Vizcaíno, pero que un tiempo después encontró en el mercado de Toledo unos papeles escritos en árabe que continuaban la historia interrumpida en los “Anales de La Mancha”. Dice que estos papeles estaban escritos por un historiador arábigo al que denomina Cide Hamete Benengeli. Como estaban en árabe, Cervantes contrata a un traductor (le lleva mes y medio traducirlos). A partir de aquí, el autor de la obra hace ver que cuenta la traducción de la obra y, por tanto, el autor se presenta como segundo narrador de la historia.
- Finalmente, el narrador pasa a un segundo plano en las aventuras o interpolaciones de otros relatos que se producen a lo largo de la historia. Aquí se utiliza el procedimiento del relato enmarcado, ya que se introducen historias narradas directamente por los personajes.