Obras Maestras del Renacimiento Italiano: De Masaccio a Miguel Ángel

Quattrocento Italiano

La Trinidad (Masaccio)

Iglesia de Santa Maria Novella, Florencia

La Trinidad de Masaccio es una de las primeras pinturas que utiliza la perspectiva ascensional. El fresco representa la Trinidad con la Virgen y San Juan bajo la cruz, y los donantes (un mercader y su esposa) arrodillados. Las figuras son pesadas y macizas, encuadradas en una arquitectura austera. En el fresco se finge abrir una capilla, creando una construcción muy amplia.

En la parte inferior del arco aparece el Padre celestial sosteniendo la cruz. Entre su cabeza y la de Cristo aparece el símbolo del Espíritu Santo, la paloma. La figura de Cristo es grave, serena, de gran majestuosidad. Más abajo se sitúan la Virgen y San Juan.

Los rostros del Padre y de la Virgen son modelos reales. Existe un orden jerárquico en la posición de los personajes y la obra adquiere gran profundidad. Las figuras se han dispuesto además en forma triangular, con el vértice superior en el Padre.

La Primavera (Botticelli)

En la composición, Botticelli utilizó un poema de Policiano y la filosofía neoplatónica de Marsilio Ficino. Se trata de un discurso sobre la teoría neoplatónica del amor. Botticelli divide la obra en tres partes. En la parte central sitúa a Venus y su hijo Cupido.

A la derecha, Céfiro (viento de la primavera) persigue a Cloris (ninfa de la tierra), de cuya boca salen flores, momento que ilustra la transformación de Cloris en Flora. El amor, la castidad y la belleza se corresponden con las tres gracias situadas a la izquierda; cada una personifica una cualidad (Castidad, Voluptuosidad y Pulcritud). La figura de Mercurio cierra la composición con una mano levantada, alejando las nieblas del invierno. Para los neoplatónicos, Mercurio era el dios del entendimiento.

Las figuras tienen un canon alargado y están dibujadas con líneas limpias, marcando los perfiles con detalle. La belleza que representan es idealizada y en los rostros de los personajes femeninos sigue el modelo de cara ovalada creado por su maestro Filippo Lippi. Los colores de los vestidos son muy pálidos, con transparencias, a través de los cuales se puede observar la anatomía del desnudo, lo que da más volumen a las representaciones. La luz impregna uniformemente la escena sin contrastes violentos. La composición del cuadro es cerrada, delimitada por un bosque que sirve de telón de fondo.

Esta pintura, junto al Nacimiento de Venus y Palas y el Centauro, son los tres cuadros de temática mitológica que fueron encargados para la habitación nupcial del hijo de Lorenzo di Pierfrancesco.

Palacio Rucellai (1446-1451)

Alberti. Florencia

En la fachada, donde domina la horizontalidad, se distinguen tres pisos. El bajo es almohadillado y está dividido en tramos por pilastras de orden toscano sobre un alto basamento. En este bajo se abren las puertas de entrada y una serie de entradas rectangulares.

En el segundo piso se han utilizado pilastras de orden jónico que crean divisiones verticales entre las que se abren ventanas con reminiscencias góticas. En el tercer piso se han utilizado pilastras de orden corintio, que enmarcan asimismo las ventanas de cada tramo. En cada piso, y coronando los órdenes, se sitúa el entablamento con molduras y relieves. La fachada se remata con una cornisa volada sostenida por ménsulas.

Para la construcción de esta fachada, Alberti se inspiró en el Coliseo de Roma. Este edificio rompe con la tradición florentina. Se abre a la calle con esta espléndida fachada armónica y proporcional para mostrar la riqueza de la familia que lo habita.

Cinquecento Italiano

Templete de San Pietro in Montorio (1502)

Bramante. Arquitectura del Cinquecento. Roma

Este templo, sufragado por los Reyes Católicos, recoge el ideal greco-romano. Tiene planta central, imitando los martyria orientales. Dispone de una columnata que envuelve a la cella, cubierta por una cúpula semiesférica. Hay referencias a los tholos griegos. Destacan la pureza de sus líneas y la austeridad decorativa. Este templo se construyó en granito, mármol, travertino y acabados de estuco y revoco.

El templo se eleva sobre una escalinata sobre la que se alza una columnata de orden toscano, rematado por un entablamento dórico coronado por una balaustrada. Aparecen 48 metopas donde se representa una figura de busto repetida 4 veces. El muro de la cella posee una rica decoración, la cual se distribuye rítmicamente.

Cúpula de San Pedro

Miguel Ángel. Piedra y Mármol

Al morir Antonio de Sangallo el Joven, Miguel Ángel se encargó de la continuidad de San Pedro. Volvió a la idea bramantesca de planta de cruz griega. En el crucero, robustos pilares o chavadas sostendrían una cúpula sobre tambor, y tras los pilares, cuatro cúpulas menores para contrarrestarla.

La cúpula se eleva sobre un tambor decorado con pilastras con columnas corintias entre las que se abren ventanas con frontones triangulares. Sobre el tambor se sitúa un ático con decoración de guirnaldas y sobre él, la pesada cúpula con nervios de mármol inspirada en la de la Catedral de Florencia. Está coronada por una linterna. Esta cúpula sirvió de modelo para otras posteriores como la de la Basílica de San Lorenzo de El Escorial, o la de los Inválidos en Francia.

Este proyecto está relacionado con el programa constructivo de los papas del Renacimiento (Sixto V, Julio II) que pretendían hacer de Roma la capital del mundo. Bajo esta cúpula se dispone el altar de la Confesión sobre la tumba de San Pedro.

David de Miguel Ángel (1501-1506)

Escultura en Mármol de Carrara

La figura está esculpida en un bloque de mármol plano y por este motivo tiene poca profundidad. La anatomía demuestra una gran perfección técnica y el desnudo transmite la fuerza espiritual del personaje que tiene un gusto sereno y a la vez profundo y dramático. Es lo que conocemos como terribilità. Todo el cuerpo está en tensión y los detalles anatómicos están llenos de vida. David se representa en el momento inmediato antes de lanzar su honda contra el gigante, por este motivo sus extremidades son poderosas. Es una composición cerrada, con los brazos replegados hacia el tronco.

La escultura fue tallada para ser colocada en uno de los contrafuertes de la Catedral de Florencia. Pero finalmente, ante las peticiones del pueblo que veían en la imagen la victoria sobre la tiranía, se decidió su colocación en la Plaza de la Signoria, coincidiendo con un breve exilio de los Médici.