El Éxtasis de Santa Teresa: Un Espectáculo Barroco en Roma
Ubicación y Contexto: La Capilla Cornaro
Esta teatral obra de Gian Lorenzo Bernini se encuentra en la iglesia carmelita descalza de Santa Maria della Vittoria de Roma, en la Capilla Cornaro. Esta capilla fue encargada por el cardenal veneciano Federico Cornaro, y toda su decoración fue concebida en función de este grupo escultórico. Quien entra en la iglesia y llega al crucero izquierdo, verá la capilla funeraria que el cardenal mandó erigir. ¡Todo un espectáculo!
En las paredes laterales, los miembros de la familia Cornaro, quienes encargaron la obra, aparecen en palcos, como si asistieran a una representación teatral, observando la escena mística. Desde estas tribunas laterales, son testigos con nosotros de lo que está ocurriendo, lo comentan y lo discuten.
La Escena Mística: Teatralidad y Emoción
El conjunto nos muestra cómo un suceso que acontece en la España del siglo XVI —la experiencia de la unión mística con Dios vivida por una monja reformadora y andariega— se convierte ante nuestros ojos en real, contemporáneo y, a la vez, eterno. Santa Teresa de Ávila recibe, a través del ángel, el gozo extasiador y a la vez doloroso de la experiencia divina, un don del Espíritu desde la morada celeste. Bernini hizo su «composición de lugar», como San Ignacio de Loyola aconseja en los Ejercicios Espirituales. Teresa era santa; el grupo escultórico de mármol se encuentra suspendido sobre una nube algodonosa, bañado en luz, como si a pesar de su realismo fuera nuestra propia visión beatífica.
Gian Lorenzo Bernini: El Alma del Barroco Italiano
El Artista y su Formación
El autor es Gian Lorenzo Bernini, la figura culminante del espíritu barroco italiano. Marcó con su sello toda una época, y su obra basta para comprender y sentir el Barroco italiano. Bernini dominó todas las disciplinas artísticas, pero por encima de todo su vocación fue la escultura. Los rudimentos de la profesión los adquirió con su padre, quien en 1605 se trasladó de Nápoles a Roma. A partir de entonces, el joven Bernini copió las antigüedades grecolatinas del Vaticano y admiró el arte de Miguel Ángel. Años después, sus contemporáneos lo considerarían el «Miguel Ángel del siglo XVII». Su técnica era perfecta y su virtuosismo genial lo desarrolló desde la juventud.
Características de su Estilo Escultórico
Le atraía lo decorativo, la exuberancia y el misticismo. El modelado de la curva y la multiplicidad de planos conducen a la aparatosidad y la conmoción. Su virtuosismo es excepcional al hacer que el mármol se convierta en carne, telas o vegetales. Sus características principales son:
- El movimiento exaltado y en plena acción.
- La búsqueda de calidades texturales.
- La violencia expresiva.
- El psicologismo, es decir, el intento de reflejar las pasiones del alma.
- Un profundo naturalismo, frente a la rebuscada elegancia del Manierismo.
El material que utilizó fue el mármol, y tanto las figuras aisladas como los grupos escultóricos tienen un punto de vista frontal preferente. Es el artista que mejor consigue integrar espacio, tiempo y luz, intentando romper las barreras físicas entre el espacio real y la ficción artística para crear la ilusión de infinito. Este ilusionismo pretende conscientemente integrar al espectador en la vivencia de lo celeste, partiendo, eso sí, de la materialidad que lo envuelve. Teatral, si se quiere.
Etapas de su Carrera
En sus años de juventud realizó obras mitológicas y alegóricas para el cardenal Borghese, caracterizadas por el movimiento y la linea serpentinata: El rapto de Proserpina, Hermafrodita dormido, Apolo y Dafne o el David.
Su época de madurez, o Periodo Medio, fue la más creativa de su carrera. Durante el pontificado de Inocencio X, alcanzó la cima de su arte, unificando todas las artes y logrando el supremo espectáculo de la teatralidad barroca. A este período corresponde la obra estudiada, además de otras, como la Beata Ludovica Albertoni, la Fuente de los Cuatro Ríos en la Plaza Navona de Roma, los sepulcros de Urbano VIII y Alejandro VII en el Vaticano, o el Busto de Luis XIV, realizado durante su estancia en Versalles.
El Arte Barroco: Poder, Fe y Persuasión
Definición y Origen del Término
El término «Barroco» se acuñó con un sentido peyorativo o despectivo durante el Neoclasicismo, a finales del siglo XVIII o principios del XIX. Este carácter negativo se debía a su recargamiento y complicación decorativa, siendo un estilo muy criticado hasta finales del siglo XIX. A partir de entonces, comenzó a ser valorado como un arte con características propias, que supone una reacción frente al racionalismo renacentista y una continuación del Manierismo.
Contexto Histórico y Características Generales
Sus características definitorias son el movimiento, el dinamismo, la teatralidad, el expresionismo y su uso como propaganda del poder. En su desarrollo influyó la Iglesia de la Contrarreforma, con los papas como principales mecenas. La Iglesia católica renovó la iconografía e impuso el gusto por las composiciones aparatosas para expresar su superioridad frente a la herejía protestante.
Como arte cortesano, el Barroco se puso al servicio de los monarcas absolutos, quienes encargaron la construcción de grandiosos palacios. Este arte buscaba emocionar al pueblo y persuadirlo de que la monarquía era la mejor forma de gobierno. Es un arte con una finalidad propagandística evidente.
Etapas del Barroco
Dentro del Barroco se pueden distinguir dos etapas: el Barroco pleno (1630-1680) y el Barroco tardío o Rococó (hasta mediados del siglo XVIII).