Análisis Profundo de Temas y Espacios en «La Casa de Bernarda Alba»

Enfrentamiento entre Temas Centrales y Espacios en «La Casa de Bernarda Alba»

Los temas centrales en las obras teatrales de Federico García Lorca asombran por su unidad, la cual no es distinta de la que encontramos en su poesía. El elemento neurálgico del universo lorquiano es la frustración, que a menudo conduce a escenarios de destinos trágicos, con pasiones condenadas a la soledad o a la misma muerte. En varias de sus obras, estos destinos recaen sobre las mujeres.

La Doble Dimensión de la Frustración Lorquiana

La frustración de los personajes de Lorca se sitúa en un doble plano:

  • Plano Metafísico: Donde las fuerzas enemigas son el tiempo y la muerte.
  • Plano Social: Los prejuicios de casta, las convenciones y los yugos sociales que impiden la realización personal.

Con frecuencia, estos planos se entrecruzan. Esta temática convierte a Lorca en un revitalizador de los grandes mitos trágicos.

El Teatro como Vehículo Didáctico y Social

Con el tiempo, Lorca desarrolló una idea didáctica del teatro, persuadido de que las exigencias artísticas son compatibles con su función educadora, la cual se acompaña de un creciente enfoque social.

Desarrollo Argumental y Simbolismo del Luto

La acción de la obra se inicia tras la muerte del segundo marido de Bernarda Alba, quien impone a sus cinco hijas un luto riguroso de ocho años. Si bien esta reclusión se basa en una costumbre real y una tradición llevada a extremos increíbles, sitúa la obra en el plano de lo legendario, lo simbólico y el mito. En esta situación límite, los conflictos, las fuerzas y las pasiones se desarrollarán hasta la exasperación.

El catalizador de las fuerzas encerradas en la casa será Pepe el Romano, pretendiente de Angustias, pero atraído por la belleza de Adela y amado por Martirio. Las hijas de Bernarda encarnarán una gama de actitudes que van desde la más pasiva sumisión hasta la rebeldía más abierta, lo que representa la frustración irreparable.

Oposición Central: Autoridad vs. Deseo

El tema central de la obra es la oposición entre una moral autoritaria, rígida y convencional (representada por Bernarda) y el deseo de libertad (encarnado por Adela y Josefa); es decir, la oposición entre la norma social y la norma natural.

La obra desarrolla también otra serie de temas secundarios entre los que destacan:

  • El amor sensual y la búsqueda de un hombre.
  • La hipocresía social.
  • Los sentimientos de envidia y odio.
  • La honra.
  • La injusticia social.
  • La marginación de la mujer.
  • La violencia y la muerte.

Además de estos motivos, predomina el enfrentamiento entre autoridad y libertad.

Manifestación del Autoritarismo de Bernarda

La oposición entre el autoritarismo de Bernarda y la libertad que necesita Adela se manifiesta desde el inicio. Bernarda intenta imponer normas opresivas basándose en la autoridad que le confiere ser la cabeza de la familia tras la muerte de su marido. Las que intentan rebelarse a este dominio son Adela y María Josefa, ya que las otras hijas y las criadas aceptan la dominación, aunque murmuren ocultamente; solo Martirio se enfrenta en algunas ocasiones a su madre.

El autoritarismo de Bernarda se manifiesta desde su primera intervención y constituye una constante de su actitud y carácter. Entra en escena ordenando silencio e impone ocho años de luto, decisión que provoca una leve protesta de Magdalena, sofocada inmediatamente. Así, Bernarda se hace con el poder poco a poco, y las hijas solo tienen derecho a obedecerla.

Toda la moral autoritaria de Bernarda queda concentrada en la siguiente frase: «Una hija que desobedece deja de ser hija para convertirse en una enemiga». La autoridad de vez en cuando desemboca en violencia física.

El Impulso Irrefrenable de Adela

No debemos olvidar que el deseo de libertad y el impulso amoroso de Adela son más fuertes que su temor a la autoridad materna. Por ello:

  1. En el luto, se coloca un abanico de flores verdes en vez de uno negro.
  2. Se pone su vestido verde y lo luce ante las gallinas.
  3. Proclama su deseo de libertad, opuesto al de su madre.
  4. Al final de la obra, se enfrenta a su madre y parte el bastón, símbolo de autoridad.

Lamentablemente, el tiempo de libertad es efímero, ya que culminará con la muerte de Adela. María Josefa da cauce a su rebelión a través de la locura, que es el único escape para una persona enclaustrada y maltratada.

El Espacio Simbólico en «La Casa de Bernarda Alba»

El ámbito espacial en el que discurre la obra se distingue en dos espacios distintos:

1. El Espacio Visible, Escénico o Explícito

Este espacio se ubica siempre en el interior de la casa de Bernarda. Cada acto sucede en un lugar diferente:

  • Acto I: Una habitación blanquísima del interior de la casa, con muros gruesos.
  • Acto II: Una habitación blanca del interior de la casa, donde las puertas de la izquierda dan a los dormitorios.
  • Acto III: Cuatro paredes blancas ligeramente azuladas del patio interior de la casa, y es de noche.

Estos tres espacios físicos coinciden en su sencillez y sobriedad, y tienden a producir la sensación de monotonía y enclaustramiento. Sin embargo, existen diferencias que hacen que este espacio sea simbólico:

  • Existe un movimiento de interiorización, enclaustramiento, aislamiento y encarcelamiento.
  • Hay una graduación de la blancura que es paralela a la graduación de la luz, ya que se pasa de la luz del mediodía a la noche.

Por tanto, este espacio simboliza la cárcel, la opresión, la oscuridad creciente, la soledad en aumento, el silencio, el luto y la muerte. Para Adela, la casa representa una especie de cárcel; para Angustias, es un infierno; y para la Poncia, es una casa de guerra.

2. El Espacio Invisible, Aludido o Implícito

Este espacio se localiza fuera del escenario y también simboliza la libertad. De él vienen los ruidos, los cantos y los sonidos de la vida. Este es el espacio que desea Adela, pues es el espacio del amor, aunque paradójicamente será el espacio de la muerte.

Este espacio exterior nos muestra cuatro detalles simbólicos:

  1. El río y el olivar: Símbolos del erotismo. El río es el símbolo de la vida, de la alegría, del amor físico, aunque en el pueblo no haya río.
  2. La ventana: Lugar de encuentro permitido para el amor y contacto con el mundo exterior. Vemos lo que habla Angustias con Pepe, Martirio espera la visita de Pepe, las mujeres ven pasar a Pepe el Romano, y las mujeres contemplan el regreso de los segadores.
  3. El corral: Lugar de los encuentros prohibidos, de las relaciones amorosas condenadas por la moral social (como las relaciones de Pepe y Adela; el marido de Bernarda levanta las sayas a la criada).

La figura que se encuentra entre ambos espacios es La Poncia, quien, al enterarse de los cotilleos del pueblo, los cuenta dentro de la casa de Bernarda.

Tiempo Dramático: Explícito e Implícito

Nos encontramos con dos concepciones del tiempo:

  • Tiempo Explícito: Lorca precisa la época del año en que sucede la obra, como el verano de calor sofocante y opresivo. También precisa la hora exacta en que suceden los actos (Acto I: 12 del mediodía; Acto II: 3 de la tarde; Acto III: por la noche).
  • Tiempo Implícito: Sucede en los tres momentos ya nombrados, pero estos momentos no pertenecen al mismo día, ya que Lorca utiliza tres días diferentes para mostrarnos la evolución psicológica de los personajes y de la acción dramática.