La Transición Española: Del Franquismo a la Democracia
Tras la muerte de Franco se inició la Transición, el proceso por el que España pasó de una dictadura a una democracia. Comenzó con el fallecimiento de Francisco Franco el 20 de noviembre de 1975 y finalizó con las elecciones de marzo de 1979 y la nueva victoria de Adolfo Suárez y la UCD, aunque algunos autores la prolongan hasta la victoria del PSOE en 1982, hecho que significó la consolidación definitiva de la democracia en España.
Los Primeros Pasos y el Gobierno de Adolfo Suárez (1975-1977)
Tras la proclamación del rey Juan Carlos I el 22 de noviembre de 1975 como sucesor, este apostó por la continuidad en el gobierno de Arias Navarro. Arias, partidario de tímidas reformas, hizo frente a las numerosas huelgas y manifestaciones con una fuerte represión.
Por su parte, la oposición democrática se unió en la Platajunta (unión de la Plataforma Democrática y la Junta Democrática de socialistas y comunistas), que pedía:
- Amnistía para todos los presos políticos.
- Legalización de todos los partidos políticos y sindicatos.
- Concesión de derechos y libertades básicas (reunión, asociación, prensa, huelga, etc.).
- Realización de elecciones libres.
Arias Navarro dimitió en julio de 1976 y el rey nombró a Adolfo Suárez como nuevo presidente del gobierno. Suárez se rodeó de políticos jóvenes y reformistas. Inmediatamente, concedió una amnistía parcial y aprobó decretos para la legalización de sindicatos y partidos políticos. Promovió la Ley para la Reforma Política, que terminaría con las Cortes franquistas y crearía unas nuevas Cortes bicamerales elegidas por sufragio universal. La ley fue aprobada por las mismas Cortes franquistas en noviembre de 1976 y se convocaron elecciones generales en junio de 1977.
Suárez consiguió que la oposición aprobara sus reformas, en lo que se llamó Ruptura Pactada. Legalizó el PSOE de Felipe González en diciembre de 1976 y el PCE de Santiago Carrillo en abril de 1977. Sin embargo, el terrorismo de ETA, que se incrementó en estos años, junto al de grupos de extrema izquierda como los GRAPO o de extrema derecha —que perpetraron la matanza de Atocha en enero de 1977 (asesinato de cinco abogados laboralistas del PCE y CC. OO.)—, intentaban desestabilizar al gobierno y provocaban la reacción de los militares, aumentando la amenaza de involución.
La Legislatura Constituyente y el Consenso (1977-1979)
Las elecciones de 1977 las ganó la UCD (Unión de Centro Democrático), la coalición de ideas reformistas franquistas, democristianos y socialdemócratas del propio Adolfo Suárez, seguido del PSOE. A gran distancia se quedaron el PCE y la Alianza Popular de Manuel Fraga. El nacionalismo de CiU de Jordi Pujol y el PNV también obtuvieron representación.
Con un centro-derecha y un centro-izquierda como los partidos más votados, empezaba una nueva etapa llamada de consenso para solucionar los principales problemas del país:
- La crisis económica: El impacto de la crisis del petróleo de 1973 incidió en España en estos años, dando lugar a una elevada inflación, un aumento significativo del paro, déficit comercial y, como consecuencia, un aumento de las huelgas donde se mezclaban reivindicaciones económicas y políticas.
- La nueva Constitución.
- El terrorismo de extrema izquierda y derecha.
En octubre de 1977 se firmaron los Pactos de la Moncloa entre el gobierno y los principales agentes políticos y sociales (oposición, sindicatos, empresarios), llegando a acuerdos en materia económica y político-social.
Una ponencia de siete miembros redactó el proyecto de la nueva Constitución, que se aprobó en referéndum el 6 de diciembre de 1978. Fue el resultado de un consenso entre casi todos los partidos políticos y definía a España como un “Estado social y democrático de derecho”.
Los Gobiernos de la UCD (1979-1982)
Aprobada la Constitución, se convocaron elecciones para marzo de 1979, que ganó nuevamente la UCD. El PSOE se consolidaba como la principal fuerza de la oposición.
La I Legislatura: Suárez y Calvo-Sotelo
Fue la primera legislatura tras la aprobación de la Constitución española de 1978. España afrontaba una profunda crisis económica con altos índices de paro, mientras el terrorismo de ETA y los GRAPO se empleaba con fuerza mediante atentados y secuestros. Además, existía la amenaza constante de la involución militar.
Durante este periodo, se aprobaron los primeros estatutos de autonomía en 1979 para Cataluña y el País Vasco, y luego para Galicia y Andalucía. También se aprobó el proyecto de ley del divorcio en 1980. Adolfo Suárez dimitió en enero de 1981. En la sesión de investidura de su sucesor, Leopoldo Calvo-Sotelo, el 23 de febrero de 1981, se produjo el intento fallido de golpe de Estado del teniente coronel Antonio Tejero (23-F).
En la primavera de 1981 estalló el caso del envenenamiento masivo por aceite de colza. El año 1982 estuvo marcado por las discrepancias sobre la entrada en la OTAN y por la celebración del Mundial de fútbol, que ganó Italia. En octubre de 1982 se celebraron elecciones y el Partido Socialista obtuvo la mayoría absoluta, mientras la UCD se hundía completamente con la pérdida de más de 150 diputados.
La Etapa Socialista: Los Gobiernos de Felipe González (1982-1996)
Felipe González obtuvo una gran victoria que le permitió iniciar una política de modernización social y económica y de transformación general del país, lo que le aseguró sucesivas reelecciones (1986, 1989, 1993) hasta que dejó el gobierno en 1996.
Modernización y Crecimiento Económico
En sus primeros años, hubo que adoptar medidas frente a la crisis y los problemas estructurales de la economía española (caso Rumasa, inflación, reconversión industrial, etc.). Se consiguió un crecimiento económico sostenible entre 1985 y 1992, a pesar de las dificultades para remontar un paro estructural.
Integración en Europa y Desarrollo del Estado del Bienestar
En 1986, se sometió a referéndum la permanencia en la OTAN. El 1 de enero de 1986, España entró en la Comunidad Económica Europea (CEE) y, a partir de ahí, participó activamente en el proceso de construcción europea con el Tratado de Maastricht de 1992. Durante estos años, se implementó en España el llamado Estado del Bienestar con la mejora de la sanidad y la educación (LOGSE y LRU: Ley de Reforma Universitaria de 1983). Se estableció el subsidio de desempleo, la jornada de 40 horas laborales y las vacaciones de 30 días para todos los trabajadores. También se reformó el sistema de pensiones, se aprobó la ley del aborto y se modernizó el Código Civil, el ejército y la administración. Por el contrario, el gobierno tuvo que hacer frente a una huelga general, al terrorismo y a la crisis económica mencionada.
El Desgaste y el Fin de una Era
El año 1992 fue emblemático, con la celebración de las Olimpiadas en Barcelona y la Exposición Universal de Sevilla. Sin embargo, el desgaste de los años de gobierno quedó patente en los casos de corrupción en las filas socialistas (caso Filesa de financiación ilegal del partido; caso Roldán, director de la Guardia Civil acusado de malversación, fraude y estafa; caso Guerra, que involucró al hermano del vicepresidente, quien se vio forzado a dimitir en 1991) y en la controversia por los GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación), el terrorismo de Estado o “guerra sucia” contra ETA. El acoso de la oposición culminó en 1996 con la victoria del Partido Popular, heredero de la Alianza Popular de Manuel Fraga y refundado en 1989 por José María Aznar como un partido liberal-conservador, que gobernaría España hasta 2004.