Definición de las Desamortizaciones
Las desamortizaciones son el proceso histórico de liberalización del suelo, eliminando las trabas legales que impedían su venta. Este proceso incluyó la expropiación por parte del Estado de una porción significativa de estas tierras amortizadas.
Contexto Agrario en el Siglo XIX
La agricultura continuó siendo la base fundamental de la economía española. Sin embargo, el sector agrario permaneció en situación de estancamiento durante el siglo XIX, resultando obstaculizado su pleno desarrollo por dos motivos principales:
Factores que Obstaculizaron el Desarrollo Agrario
- Factores naturales: Físicos, edafológicos y climáticos. Los suelos peninsulares son pobres, rocosos y excesivamente secos a causa de la baja pluviosidad, lo que afecta negativamente a los cultivos.
- Factores sociopolíticos: La desigual distribución de la propiedad de la tierra en España condenaba a la extrema pobreza a la mayoría del campesinado, a diferencia de la extrema riqueza de una minoría latifundista. Además, los propietarios prefirieron mantener los sistemas de explotación tradicionales en lugar de invertir en mejoras e innovaciones técnicas.
A pesar de este estancamiento, entre 1833 y 1870 aumentó rápidamente la superficie de terreno cultivado, ya que las desamortizaciones causaron la ocupación y aprovechamiento de tierras antes incultas. Por ello, creció la producción agraria total española (cereales, vid, olivo, etc.). No obstante, al continuar las formas tradicionales de explotación, los rendimientos disminuyeron, pues parte de las nuevas tierras no eran muy productivas.
La Reforma Agraria Liberal
Durante el siglo XIX, los liberales españoles llevaron a cabo desde el poder una reforma agraria, cuyos tres momentos básicos fueron:
- La abolición del régimen señorial.
- La supresión de los mayorazgos.
- Las desamortizaciones de Mendizábal y Madoz.
Con estas medidas, los liberales no pretendían facilitar a los campesinos el acceso a la propiedad de la tierra. Solo buscaban finalidades económicas:
- Liberalizar la agricultura para que el factor productivo tierra pudiera circular libremente en el mercado. Para conseguir esto era necesario acabar con los bienes amortizados o de “manos muertas”.
- Eliminar obstáculos al desarrollo del capitalismo en la agricultura.
- Traspasar toda la tierra a manos de particulares, de propietarios privados individuales.
La Desamortización de Mendizábal (1836)
Juan Álvarez de Mendizábal, retomando medidas de desamortización olvidadas, inició en 1836 la desamortización de los bienes y tierras eclesiásticas amortizadas, centrándose en los bienes del clero regular.
La desamortización consistió básicamente en la expropiación de los bienes, su nacionalización y posterior venta en pública subasta al mejor postor.
Objetivos de la Desamortización de Mendizábal
- Objetivo principal (Financiero): Buscar ingresos para pagar la deuda pública del Estado y conseguir fondos para financiar la guerra carlista.
- Objetivo político: Ampliar la base social del liberalismo con los compradores de bienes desamortizados. Además, se castigaba a la Iglesia, quitándole sus propiedades, ya que buena parte del clero regular apoyaba a los carlistas.
- Objetivo social (no aplicado): Crear una clase media agraria de campesinos propietarios.
Resultados de la Desamortización de Mendizábal
Los resultados no fueron tan positivos como se podría haber esperado:
- No solucionó el grave problema de la deuda pública, pues se daban demasiadas facilidades a los compradores, quienes pagaban lo adquirido en subasta con títulos de deuda devaluada.
- Los compradores fueron individuos con grandes riquezas, debido a que los lotes vendidos eran de gran tamaño, imposibles de pagar por pequeños compradores.
- No se creó la clase de pequeños propietarios emprendedores que se pretendía.
La Desamortización de Madoz (1855)
El 1 de mayo de 1855, el ministro de Hacienda, Pascual Madoz, también progresista y amigo de Mendizábal, promulgó su Ley de Desamortización General.
Se llamó “general” porque se ponían en venta todos los bienes de propiedad colectiva: los de los eclesiásticos que no habían sido vendidos en la etapa anterior y los de los pueblos. Había dos tipos de bienes municipales:
- Bienes de propios: Aquellos que proporcionaban, por estar arrendados, una renta al Concejo.
- Bienes comunes: Que no proporcionaban renta y eran utilizados por los vecinos del lugar.
La desamortización de bienes de propios y comunes se prolongó hasta 1924.
Diferencias con la Desamortización de Mendizábal
El procedimiento utilizado para las ventas fue una copia del de Mendizábal; sin embargo, había dos diferencias claras:
- Destino del dinero: Sin las anteriores angustias de Hacienda, el dinero obtenido fue dedicado a la industrialización del país o, de modo más concreto, a la expansión del ferrocarril.
- Propiedad del dinero: El Estado no era el propietario, sino los ayuntamientos. El Estado percibía el importe de las ventas en nombre de estos y lo transformaba en lo que hoy podrían ser bonos del Estado, convirtiéndose en “custodio” de los fondos de los ayuntamientos, utilizándolos para el bien de todos.
En este proceso, la burguesía con dinero fue de nuevo la gran beneficiaria, aunque la participación de los pequeños propietarios de los pueblos fue mucho más elevada que en el proceso anterior de Mendizábal. Un hecho importante es que la enajenación de propiedades municipales trajo consigo el empeoramiento de las condiciones de vida del pequeño campesinado, privado del uso y disfrute de los antiguos bienes del Concejo.
Resultados de la Desamortización de Madoz
Afectó a lo que quedaba de las tierras de la Iglesia, y a las tierras estatales y municipales. Supuso la liquidación definitiva de la propiedad amortizada en España. Sus resultados tampoco fueron muy positivos:
- Arruinó a los ayuntamientos, que, entre otras cosas, estaban a cargo de la instrucción pública.
- No solucionó el sempiterno problema de la deuda pública.
- Perjudicó a los vecinos más pobres que se vieron privados del aprovechamiento libre de las tierras comunales.
Consecuencias Históricas y Económicas
A pesar de la magnitud de las desamortizaciones, el sector agrario no sirvió de estímulo al desarrollo industrial y a la modernización económica de España. La revolución burguesa favoreció, mediante la desamortización, a los grandes propietarios, consolidándose el latifundismo.
Se mantuvieron como más importantes la producción cerealística, sobre todo de trigo, y de otros productos tradicionales (olivo, vid…). La ganadería lanar tuvo un descenso de gran magnitud, en parte porque muchas tierras tradicionales de pasto, con la desamortización, se dedicaron a la agricultura.