Generación del 14 y Novecentismo
Se conoce como Novecentismo al movimiento cultural que se opone a todo lo que se considera propio del siglo anterior, el ochocientos. En la literatura, se consideran anteriores el Romanticismo, el Realismo y también el Modernismo. Las nuevas revistas literarias muestran su cansancio de las formas antiguas y proponen una literatura diferente que dé cauce a las nuevas inquietudes intelectuales.
Los intelectuales novecentistas (Ortega, Azaña, Pérez de Ayala, etc., junto con Unamuno, Juan Ramón, Machado o Valle-Inclán) serán los que dominen el panorama cultural español durante la segunda y tercera década del siglo. Debido a la importancia de 1914, año en que comienza la Primera Guerra Mundial y acaba social y políticamente el siglo XIX, los novecentistas reciben también el nombre de Generación del 14.
Características
El Novecentismo presupone un tipo de intelectual diferente; ahora se trata de profesionales muy formados, titulados universitarios, muchos de los cuales han estudiado en el extranjero. Debido a ello, en el Novecentismo destacan las siguientes características:
- Racionalismo: Frente al irracionalismo modernista, los novecentistas prefieren el rigor intelectual, el análisis frío y objetivo de las circunstancias y la claridad expositiva.
- Antirromanticismo: Se rechaza lo sentimental y pasional y se prefiere lo clásico, las actitudes equilibradas y serenas y la expresión intelectualizada de las emociones.
- Defensa del arte puro: El arte tiene que tener entidad en sí mismo y, según los ideales de pulcritud mental, depuración y especialización, debe estar bien diferenciado de otras disciplinas. El arte tiene que limitarse a proporcionar placer estético.
- Aristocracismo intelectual: La búsqueda en las humanidades de la objetividad y de la perfección casi matemática hace que los textos se dirijan a entendidos (en expresión de Juan Ramón Jiménez: «a la inmensa minoría»).
- Estilo cuidado: El ideal de la obra bien hecha lleva a una extrema preocupación por la concepción y estructura de las obras y por su lenguaje, con lo que se rechaza el estilo modernista y el realista y se busca un estilo pulcro y depurado.
Autores más importantes
Juan Ramón Jiménez
Su etapa intelectual (o novecentista) comienza con un libro muy importante llamado Diario de un poeta recién casado en 1917. Rompe con el Modernismo finisecular y abre la poesía española a las innovaciones vanguardistas: verso libre, poemas en prosa, enumeraciones caóticas, palabras y frases en inglés, etc. El Diario supone una nueva concepción poética en un sentido más profundo. Esta poesía pura o desnuda busca la expresión de lo inefable casi a la manera de los viejos místicos. El cielo y el mar representan la Naturaleza de forma panteísta, que sugiere las ideas de unidad, armonía y orden cósmico. En Diario de un poeta recién casado aún hay huellas de la historia (estaciones, taxis, metros, barcos, rascacielos, etc.) e incluso se advierte la realidad alienante de la gran ciudad moderna.
Los libros siguientes (Eternidades, Piedra y cielo, Poesía, Belleza) prosiguen el proceso de intelectualización y abstracción. Los poemas suelen ser ahora breves y densos. Debido a la búsqueda del ideal trascendente y de la perfección, su poesía se hace cada vez más depurada y estilizada, y su comprensión para el lector, más difícil. El poeta se dirige siempre a «la inmensa minoría».
La estación total recoge los poemas escritos por Juan Ramón entre 1923 y 1936. La índole metafísica de estos textos es progresivamente mayor; es clave en ellos el concepto de conciencia que debe permitir al yo escapar de los límites espaciales y temporales que impone la muerte.
Antonio Machado
Comienza su etapa novecentista con Campos de Castilla, obra en la que hay cambios fundamentales con respecto a Soledades: se atenúan el subjetivismo y la introspección, y pasa a primer plano la realidad exterior. En Campos de Castilla, el simbolismo es ya más objetivo, y se describen paisajes reales que se pueblan de presencias humanas o aluden a circunstancias históricas. Este poemario supone la vuelta a una poesía de corte realista como salida del Modernismo simbolista, una decisión que no fue unánimemente bien recibida, ya que también se pretendía superar el Realismo decimonónico.
En Campos de Castilla conviven poemas muy diversos. Abundan los que describen paisajes y gentes de Castilla. Desde cierta visión regeneracionista, se da cuenta del contraste entre el pasado glorioso de esas tierras y su andrajoso presente. También hay otros textos que pintan una visión negra de lo español. Después de la muerte de Leonor, Machado recuerda las tierras castellanas desde Baeza con una visión más lírica y emotiva, y el paisaje aparece otra vez teñido de subjetividad. También hay poemas con cuadros de paisajes y tipos andaluces en los que Machado presenta una dura visión de la España tradicional, religiosa y conservadora. Finalmente, aparece la poesía sentenciosa de tipo filosófico y moral que integra la serie Proverbios y cantares.