¿Por qué es importante estudiar la Historia?
Porque las distintas fuentes de la historia nos permiten conocer, reconstruir, emitir juicios de valor y comparar, a través de hechos, sucesos y personajes del pasado, todo lo que nos sucede en el presente. Sobre todo, actúa como un recuerdo en la memoria colectiva para que, como seres humanos, los errores cometidos en el pasado no vuelvan a ocurrir en el futuro. Esto nos lleva a ser mejores personas, contribuyendo a una mejor sociedad y a una mejor toma de decisiones.
Conceptos Fundamentales de la Historia
¿Qué es la Historia?
Es la ciencia que se encarga de estudiar los sucesos pasados, analizando sus diferentes contextos e impactos, tanto a nivel social, económico y cultural, como la forma en que estos sucesos cambiaron el pensamiento del ser humano. Los historiadores investigan y buscan información para construir el relato del pasado.
Heródoto: El Padre de la Historia
Heródoto fue un célebre historiador griego. Nació en Halicarnaso (hoy Bodrum, Turquía), de donde estuvo exiliado hacia el 457 a.C. por conspirar contra el dominio persa. Viajó por Asia Menor, Babilonia, Egipto y Grecia. Hacia el 447 a.C. llegó a Atenas y consiguió la admiración de personajes destacados como Pericles. En el 443 a.C. se instaló en la colonia griega de Turios (Thurioi), fundada en el sur de Italia por iniciativa de este último.
Ciencias Auxiliares de la Historia
La historia se apoya en diversas disciplinas para interpretar el pasado:
- Antropología
- Sociología
- Psicología
- Política
- Geografía
- Derecho
- Economía
La Prehistoria: El Amanecer de la Humanidad
El Proceso de Hominización
Los actuales seres humanos somos el resultado de un largo proceso evolutivo que conocemos como proceso de hominización. Las teorías sobre este proceso están en constante estudio, pero lo que sí sabemos con certeza es que la evolución no fue lineal, sino que coexistieron diversas especies de homínidos.
El naturalista inglés Charles Darwin (1809-1882) planteó en su libro El origen de las especies que los animales que existen en la era actual son el resultado de modificaciones y adaptación al medioambiente que sufrieron especies anteriores. Este proceso implica que las nuevas especies sean más complejas e incorporen nuevas capacidades.
Descendemos de los hominoides, un antepasado común a los simios y a los homínidos. Durante el largo período del Paleolítico (entre 2 500 000 a. C. y 10 000 a. C.), se produjo el proceso de hominización. Las condiciones climáticas eran muy duras, y la especie humana, gracias a su inteligencia, fue perfeccionando las formas de cazar y de construir herramientas, amplió su dieta alimentaria y aprendió a organizarse en grupo.
Hace unos cinco millones de años, un grupo de homínidos se distinguió de los simios antropomorfos. A lo largo de millones de años, los homínidos sufrieron una serie de cambios físicos que los diferenciaron de los simios y que les fueron dando su aspecto actual. Los principales fueron:
- Adopción de una posición bípeda: es decir, comenzaron a andar sobre dos piernas. Este cambio les permitió liberar las manos para otras tareas. Como consecuencia, la disposición de los dedos de las manos varió y facilitó los movimientos para poder fabricar útiles.
- Cambios en la cadera, las piernas y los pies: estas modificaciones fueron necesarias para poder sostener el peso del cuerpo y mantener el equilibrio.
- Aumento de la capacidad craneal y desarrollo del cerebro: facilitado por el cambio de posición de la columna respecto al cráneo. Los cambios en el cráneo comportaron la aparición del mentón, la frente plana y una reducción de la mandíbula y el maxilar.
El desarrollo del cerebro implicó un aumento de la inteligencia y la capacidad de comunicarse entre sí mediante un lenguaje articulado. Así pues, empezaron a ser capaces de organizarse en grupo y construir instrumentos que les permitieron adaptarse a las difíciles condiciones del medio.
El Paleolítico: Cazadores y Recolectores
Producción Material y Simbólica en el Paleolítico
Lo que distingue a los humanos del resto de animales es la capacidad de adaptarse a su entorno, no solo percibiéndolo y analizándolo, sino utilizando su experiencia para fabricar soluciones que maximicen sus habilidades. Los hombres y las mujeres del Paleolítico se alimentaban de lo que les ofrecía la naturaleza mediante la caza, la pesca y la recolección. Es decir, practicaban una economía depredadora.
La recolección de frutos, bayas, raíces o huevos era la base de la alimentación, pero poco a poco fueron incorporando carne en su dieta, obtenida principalmente mediante el carroñeo y la caza de animales pequeños.
El Homo habilis creó y perfeccionó herramientas para cazar, recolectar y transformar pieles en vestido. Esas herramientas constituyeron una primitiva actividad fabril de productos terminados que servían de medios para satisfacer esas necesidades básicas. La fabricación de armas, como el arco y la flecha o el propulsor de lanzas, facilitó la caza mayor, que solía organizarse en grupo. La utilización de arpones y redes posibilitó la pesca.
Entre las materias primas utilizadas para fabricar armas, se encontraban la piedra, hueso, pieles y astas de animales, madera, fibras vegetales y conchas, aunque los restos mejor conservados son las herramientas talladas en piedra. En este sentido, el Paleolítico es de gran importancia para el desarrollo de la economía a lo largo de toda la historia, porque fue en ese período que la evolución de las habilidades manuales y su maximización a través de herramientas dieron origen a la tecnología.
La Revolución Neolítica: El Nacimiento de la Agricultura
Hace diez mil años, finalizada la última glaciación, en la zona geográfica conocida como Creciente Fértil sucedieron una serie de cambios en la vida de la sociedad primitiva que conocemos como Revolución Neolítica. El deshielo y el inicio de una especie de era primaveral con tierras descubiertas y fértiles, el perfeccionamiento de las herramientas, el conocimiento de los ciclos de los frutos y la reproducción animal, del comportamiento del clima y la domesticación de animales, adelantados en el Paleolítico, permitieron el surgimiento de la agricultura, la ganadería y, con estas, el comercio, así como importantes cambios sociales y tecnológicos.
Origen del Neolítico
Los primeros indicios de agricultura y ganadería se dieron en Oriente Próximo hace unos 10 000 años, en una zona conocida como Creciente Fértil. En esta zona, la bonanza del tiempo permitió que grupos humanos se asentasen temporalmente en campamentos. Esto facilitó la observación del crecimiento de las plantas silvestres que más recolectaban y también del comportamiento de los animales que cazaban con mayor frecuencia.
La necesidad de alimentar a una población cada vez más numerosa provocó que hombres y mujeres empezasen a cultivar las plantas y a domesticar los animales. Es decir, transformaron el medio para asegurarse la subsistencia: de una economía depredadora pasaron a una economía productora. Fue un proceso lento en que muchas veces la agricultura y la ganadería solo eran un complemento de la caza y la recolección.
La Expansión del Neolítico
Además de en Oriente Próximo, la agricultura y la ganadería se desarrollaron de forma autóctona en:
- Asia oriental: en el valle del río Huang He (China) y el valle del río Indo (la India).
- América: en el altiplano centroamericano (México) y los Andes (Perú).
En todas estas zonas había una población considerable y existían las especies silvestres de las plantas y animales que después domesticarían. Pero el cultivo y la domesticación de animales no fueron simultáneos en todas las zonas. Por ejemplo, hacia el año 8000 a. C., mientras que en el Creciente Fértil se desarrollaban estas nuevas formas de vida, en la mayor parte del planeta los hombres y las mujeres aún vivían en el Paleolítico. Desde el Creciente Fértil, el Neolítico se difundió a Europa, tanto por el Mediterráneo como a través de Centroeuropa y la costa atlántica.
El Neolítico Americano
En lo que hoy conocemos como América, la Revolución Agrícola se desarrolló entre el 6000 y el 2500 a. C., y al igual que en el resto de continentes, el hombre pasó de nómada, cazador y recolector, a sedentario, agricultor y pastor. A lo largo de América podemos identificar tres zonas en las que se desarrolló el Período Neolítico hacia el 3500 antes de Cristo:
- Las tierras altas y semidesérticas de México.
- La costa y sierra de Perú.
- La selva tropical de las cuencas del Orinoco y Amazonas.
En Norteamérica el proceso fue más tardío.
Cultura y Sociedad en la Prehistoria
El Arte Rupestre: Primeras Expresiones Simbólicas
La necesidad ante las crecientes dificultades y el desarrollo de la actividad manual hicieron que el cerebro del Homo sapiens creciera en volumen, lo que le permitió almacenar más información que otras especies y empezar a transmitirla de diversas formas, una de ellas el arte rupestre. El arte rupestre se refiere a las pinturas y los grabados sobre roca, ya sean al aire libre, en cuevas o en abrigos. Se realizaron en el Paleolítico Superior y el Neolítico con colorantes minerales (ocre, carbón, arcillas, manganeso, óxido de hierro…). Nuestros antepasados pintaron animales (bisontes, caballos, ciervos, peces…), seres humanos cazando, bailando, etc., y símbolos (manos, sucesiones de puntos…), seguramente con un fin mágico-religioso: para favorecer la caza, la fertilidad o asegurarse la protección de una divinidad.
Los Megalitos: Arquitectura Monumental
En Europa se han encontrado muchas construcciones realizadas con grandes bloques de piedra, que reciben el nombre de construcciones megalíticas. Se empezaron a levantar a finales del quinto milenio a. C., en sociedades neolíticas especialmente de la zona atlántica, aunque se siguieron construyendo hasta el segundo milenio a. C., en plena Edad del Bronce. Estas construcciones necesitaron el esfuerzo colectivo de una comunidad y una considerable habilidad técnica, pues mover bloques que podían pesar más de 400 kg no era tarea fácil. Las herramientas que utilizaban eran palas de huesos de animales, cuñas de madera o martillos y picos de piedra. Además, muchas veces las construcciones estaban lejos de la cantera, por lo que debían trasladar los bloques de piedra sobre troncos y por pendientes hasta llegar al lugar elegido. Esto fue posible gracias a los excedentes agrícolas.
Tipos de Megalitos
La mayoría de los megalitos tiene una función poco conocida, pero se relaciona con lo religioso y como señal de delimitación del territorio sobre el que se asentaba una comunidad. Los principales son:
- Menhir: Gran monolito de piedra.
- Alineamiento: Sucesiones de menhires alineados.
- Crómlech: Menhires colocados en forma de círculo. Posiblemente eran santuarios.
También existen megalitos que tienen un uso funerario, pues se utilizaron para enterramientos colectivos:
- Dolmen: Cámara cubierta, construida con bloques de piedra colocados en vertical que sostienen otros bloques de piedra en horizontal. Toda la estructura queda tapada por un túmulo de tierra o piedras. Puede tener distintas formas y dimensiones.
El Rol de la Mujer en la Sociedad Primitiva
En la comunidad primitiva, la mujer cumplía labores fundamentalmente domésticas, tales como la agricultura, la educación de los hijos, la manufactura, la salud y la religión. Cabe resaltar el importante rol que tuvieron las mujeres en la comunidad primitiva, debido a que ellas cumplían un papel fundamental para la creación y transmisión de la cultura. Todo esto hace que el aporte de la mujer en la comunidad primitiva fuera primordial.
El Surgimiento del Patriarcado
Probablemente hacia el final del Neolítico y en la Edad del Bronce, con el nacimiento de las civilizaciones, los varones establecieron una nueva forma de relación social basada en su dominio sobre la mujer, los hijos y la naturaleza convertida en propiedad, y dieron origen al patriarcado.
Definición de Patriarcado
Literalmente, patriarcado significa ‘gobierno de los padres’. Este término designa al tipo de organización social en la que la autoridad es ejercida por el varón, dueño del patrimonio y jefe de la familia. Este tipo de orden social, cuyos varios aspectos siguen vigentes en la actualidad, empezó a extenderse desde el Neolítico y se fortaleció con la institución de la familia monogámica en las civilizaciones antiguas. Aunque el patriarcado se defina como el dominio del varón sobre la mujer, los niños y las propiedades (incluyendo a los esclavos), no por ello el matriarcado consistió en un sistema similar con la mujer en posición de dominio. El matriarcado más bien se caracterizó por la centralidad de la mujer en la creación y difusión de la cultura en medio de una sociedad en la que las relaciones eran de igualdad y cooperación, no de dominio.
Cultura en la Antigua Roma
El Trabajo
Las Primeras Civilizaciones Fluviales
Desde el siglo VI a. C., aún en el Neolítico, en el Creciente Fértil se trabajaban el oro, la plata y el cobre. Pero no fue hasta el siglo IV a. C. cuando se generalizó la metalurgia; por ello, los historiadores denominan Edad de los Metales al último período de la prehistoria. En la mayor parte de Europa se tardó más en trabajar el metal, y fue introducido en un momento en que algunas civilizaciones, como la egipcia o la mesopotámica, ya conocían la escritura.
Mesopotamia: Tierra Entre Ríos
Mesopotamia es una palabra griega que significa ‘tierra entre ríos’. Los griegos denominaron así a una región de Oriente Medio situada entre los ríos Tigris y Éufrates. La tierra en esta región era muy fértil gracias a la humedad aportada por los ríos, pero también estaba sujeta a crecidas e inundaciones irregulares y difíciles de predecir. Además, en la parte más baja, donde se unen los dos ríos, se formaban grandes zonas pantanosas. A fin de evitar las inundaciones y ampliar el suelo cultivable, sus habitantes tuvieron que construir diques y canales para drenar la tierra. A la vez, para regar las tierras que quedaban más alejadas de los ríos, desarrollaron técnicas de irrigación (canales, acequias, etc.). Estas mejoras técnicas, unidas al perfeccionamiento de las herramientas, permitieron aumentar la producción agrícola y conseguir excedentes. La obtención de excedentes agrícolas favoreció el incremento del comercio y la especialización del trabajo. Por otra parte, el Tigris y el Éufrates eran vías de comunicación que facilitaron los intercambios comerciales y culturales. La construcción y el mantenimiento de las obras de drenaje y de irrigación, así como el control de los excedentes, provocaron la aparición de un grupo social privilegiado y de una autoridad. De este modo, los poblados se convirtieron poco a poco en grandes ciudades-Estado.
Egipto: El Don del Nilo
La Figura del Faraón
En el Antiguo Egipto, el faraón era considerado, a la vez, el rey y un dios viviente.
India: Cuna de Religiones
Las principales religiones originadas en la India son:
- Hinduismo
- Budismo
China: El “País de en Medio”
El nombre de China significa literalmente “país de en medio”.