La Ley de Reforma Agraria de 1932
Clasificación del Documento Jurídico
- Naturaleza: Fuente primaria, documento jurídico.
- Autor: El Gobierno del Bienio Reformista.
- Destinatario: Nación española.
- Contexto histórico: Reformar las bases de la política y sociedad actual.
Análisis de la Ley
Se trata de tres artículos de la Ley de Reforma Agraria de 1932, donde se especifican los tipos de propiedades que se podían expropiar. La tabla (mencionada en el documento original) compara las expropiaciones y los asentamientos campesinos durante las dos fases en las que estuvo vigente la reforma agraria.
Los artículos establecen que se aceptan para expropiación:
- Las tierras ofrecidas voluntariamente y con interés para el IRA (Instituto de la Reforma Agraria).
- Las que se interprete que son para fines especulativos o para obtener su renta.
- Las mal explotadas o sin cultivar.
La tabla comparativa muestra la gran diferencia del volumen de tierras expropiadas y de los campesinos asentados en los dos periodos de la Reforma Agraria. Esta diferencia se hace aún más patente si se considera la diferente duración temporal de las dos fases. Son textos auténticos y originales, y también objetivos porque no introducen ninguna opinión del autor.
Comentario Histórico
La necesidad de una reforma agraria aparece ya en el pensamiento de los ilustrados y se planteó en firme en los gobiernos liberales progresistas de Isabel II. La Desamortización de Mendizábal (1836) no redistribuyó la propiedad, sino que la concentró, y la de Madoz (1855) eliminó el uso de las tierras comunales para los campesinos, aumentando su miseria.
La reforma de la agricultura fue el proyecto de mayor envergadura de la República. Sus objetivos eran:
- Aumentar la rentabilidad de la agricultura española.
- Paliar la miseria del campesinado español, que representaba la mitad de la población activa española.
- Redistribuir la propiedad latifundista, ya que en regiones como Andalucía el 50% de la tierra estaba en manos de un reducido grupo de propietarios.
Una serie de primeros decretos establecieron la prohibición de rescindir los contratos de arrendamiento, fijaron la jornada de ocho horas en el campo, los salarios mínimos y la obligación de los propietarios de poner en cultivo las tierras aptas para ello. La elaboración de la Ley de Reforma Agraria en septiembre de 1932 buscaba la modernización de la agricultura.
La ley permitía la expropiación sin indemnización de las tierras de los “Grandes de España”, mientras que las cultivadas deficientemente, las que eran arrendadas sistemáticamente o las que, pudiendo ser regadas, no lo eran, se podían expropiar indemnizando a sus propietarios. La aplicación de esta ley se encomendó al Instituto de la Reforma Agraria (IRA), que contaba con un presupuesto para indemnizar y se encargaba de facilitar el asentamiento de familias campesinas.
Fases y Resultados de la Reforma Agraria
Los resultados iniciales de la reforma fueron escasos porque se expropiaron menos tierras de las previstas y se asentaron menos familias. Esto fue debido a la complejidad de la ley, el insuficiente presupuesto y la resistencia de los propietarios. Además, la lentitud del proceso comenzó a exasperar al campesinado, controlado por anarquistas, que inició un clima de violencia en el campo.
Con el triunfo en las elecciones en noviembre de 1934 del Partido Radical y la CEDA, la reforma se paraliza (Bienio Negro).
La segunda fase de la reforma empieza en febrero de 1936, con el gobierno del Frente Popular, que le dio mucha más intensidad. A pesar de ello, los campesinos se adelantaron a las medidas y ocuparon las tierras. La aplicación de la Ley de Reforma Agraria originó un aumento de la tensión social. Por un lado, los propietarios se opusieron a ella y se aliaron con los enemigos de la República. Por otro, los campesinos, decepcionados con los resultados, se orientaron hacia posturas más revolucionarias de enfrentamiento con las fuerzas del orden. Las sublevaciones de mayor intensidad tuvieron lugar durante la primera fase de la reforma agraria: Castilblanco (Badajoz, 1931) y Casas Viejas (Cádiz, 1933).
El Programa Electoral del Frente Popular (1936)
Clasificación del Programa
- Naturaleza: Fuente primaria.
- Autor: Partidos y sindicatos del Frente Popular.
- Destinatario: Pueblo español.
- Contexto histórico: La presión contra la izquierda durante el Bienio Negro propició la unión de sus fuerzas contra el gobierno conservador, y que en las elecciones de febrero de 1936 se formasen dos bloques: derecha e izquierda.
Análisis del Programa
Su tema es la exposición de algunos de los puntos del programa electoral que la coalición de partidos y sindicatos que componen el Frente Popular presentan a las elecciones.
En la primera parte se hace una relación de los partidos y sindicatos que forman el Frente Popular. Declaran que se trata de un plan político y norma de gobierno, en caso de victoria, pero también dicen que no renuncian a sus respectivos programas políticos de partido.
En la segunda parte, se exponen los compromisos de estos partidos para conseguir la paz pública: amnistía, progreso social como principal objetivo y educación como atributo indeclinable del Estado. Es un texto auténtico y original que ha sido reproducido posteriormente.
Comentario Histórico
Para presentarse a las elecciones de febrero de 1936, la izquierda se agrupó en el Frente Popular: partidos republicanos como Izquierda Republicana y Unión Republicana; el PSOE, la UGT, el PCE, el POUM y otros sindicatos obreros contrarios a la FAI. La CNT no participó en el pacto, pero esta vez no pidió la abstención, lo que de hecho significaba apoyo al Frente Popular. Su programa electoral defendía la aplicación de la legislación reformista suspendida por la coalición radical-cedista.
Los partidos de derecha formaron distintas coaliciones, pero no lograron presentar una candidatura única ni redactar un programa electoral consensuado.
En las elecciones, el Frente Popular obtuvo el 48% de los votos y se convirtió en la fuerza ganadora. Las derechas obtuvieron el 46,5% y el centro solo un 5,4%. El nuevo gobierno quedó formado por republicanos, mientras que los socialistas y el resto de los partidos de la coalición se comprometieron a prestarles apoyo parlamentario. Manuel Azaña fue nombrado presidente de la República y Casares Quiroga jefe de gobierno.
La Reactivación del Programa Reformista
El nuevo gobierno puso rápidamente en marcha el programa pactado. Se decretó una amnistía y se obligó a las empresas a readmitir a los obreros despedidos por las huelgas de octubre de 1934. El gobierno de la Generalitat volvió de nuevo al poder y se restableció el Estatuto de Autonomía de Cataluña, y en el País Vasco y Galicia se iniciaron las negociaciones para la aprobación de sus estatutos. También se reanudó el proceso reformista interrumpido en 1933 con especial énfasis en las reformas agraria y educativa.
- Reforma Agraria: En febrero de 1936, el IRA comenzó de nuevo los asentamientos campesinos y la expropiación de latifundios. De febrero a julio se expropiaron más de 500.000 hectáreas, cifra muy superior a todo lo expropiado durante el Bienio Reformista.
- Otras Reformas: La reforma religiosa volvió a ser demandada por clases populares radicalizadas en el anticlericalismo. La reforma militar puso en contra a los militares africanistas, que las consideraron como una agresión al estamento militar.
Desde la izquierda, los sindicatos y un sector del PSOE se lanzaron a proclamar movilizaciones populares, viendo la oportunidad de la revolución. En las ciudades se convocaron huelgas pidiendo la mejora de las condiciones laborales; en el campo los jornaleros se adelantaban a las reformas y ocupaban las tierras.
El Camino hacia la Guerra Civil
La nueva situación fue rechazada por las derechas, temerosas de una revolución socialista defendida por los sectores más radicales. Así, los propietarios se opusieron a las medidas del gobierno, se cerraron fábricas y se expatriaron capitales. La Iglesia hizo campañas contra la República y entre algunos militares se idearon planes de intervencionismo. Falange Española encabezó una campaña de enfrentamiento civil con acciones violentas contra líderes de izquierdas, respondidas del mismo modo por radicales de la izquierda.
La conspiración militar contra el gobierno se fraguó bajo el mando del general Emilio Mola. El asesinato del dirigente monárquico José Calvo Sotelo aceleró los planes golpistas y el golpe de Estado se inició el 17 de julio en Marruecos, tan solo cinco meses después de la creación y el triunfo electoral del Frente Popular, dando origen a la Guerra Civil.