Movimiento natural de la población en España
En la actualidad, todas las comunidades autónomas cuentan con bajas tasas de natalidad y de mortalidad y un crecimiento natural reducido o negativo. No obstante, existen ciertos contrastes debidos a la diferente estructura por edades (porcentaje de jóvenes y ancianos), resultante de causas heredadas —tradición natalista y migratoria— y de causas actuales —dinamismo económico e inmigración extranjera—.
Comunidades con mayor dinamismo demográfico
Cuentan con un crecimiento natural superior a la media por tener tasas de natalidad algo mayores y tasas de mortalidad algo menores. Así, su estructura demográfica está relativamente menos envejecida. Las causas son:
- Una tradición más natalista (Región de Murcia, Andalucía, Comunidad Foral de Navarra y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla).
- La recepción de inmigrantes jóvenes que contribuyen a aumentar ligeramente la natalidad y a reducir la mortalidad, debido a su mayor dinamismo económico en el pasado (industria) y/o en la actualidad (servicios o agricultura avanzados, turismo, tecnología). Es el caso de la Comunidad de Madrid, Cataluña, Región de Murcia, Illes Balears, Andalucía, Comunidad Foral de Navarra y Canarias.
Comunidades con menor dinamismo demográfico
Tienen un crecimiento natural inferior a la media española o negativo por contar con tasas de natalidad más bajas y tasas de mortalidad más elevadas. Así, su estructura demográfica está muy envejecida. Las causas son:
- Una larga tradición emigratoria, que las dejó desnatalizadas y envejecidas (Galicia y comunidades del interior peninsular, excepto Madrid).
- El estancamiento económico por la prolongada incidencia de la crisis de 1975 sobre su industria y las dificultades para desarrollar nuevas actividades (comunidades de la cornisa cantábrica como Asturias y Cantabria).
- Una menor incidencia de la inmigración extranjera en el periodo de expansión económica 1995-2008, agravada por el descenso de la entrada de inmigrantes durante la crisis de 2008-2013 (todas ellas).
Política inmigratoria en España
…beneficiosa para todas las partes implicadas.
El marco de la política sobre inmigración está constituido por la normativa europea y española:
- La política de la UE sobre asilo e inmigración (1999) implantó un sistema común para la concesión de asilo y de visados y reforzó la cooperación frente a la inmigración clandestina mediante el intercambio de información y el control de las fronteras exteriores de la Unión. No obstante, dejó a los estados miembros la responsabilidad sobre la admisión e integración de los inmigrantes.
- La Ley de Extranjería de España regula todos los aspectos de la inmigración: entrada en el país; modalidades de presencia (estancia o residencia); derechos y libertades; condiciones de trabajo; y procedimiento de expulsión o repatriación.
Las medidas principales de la política de inmigración española son:
- La lucha contra la inmigración clandestina mediante la colaboración con los países de origen y de paso de los inmigrantes, la intensificación de los controles fronterizos y la lucha contra las redes de inmigración irregular.
- La colaboración con los países emisores en el control de la emigración, las repatriaciones y los retornos.
- La ordenación de los flujos migratorios. Requiere seleccionar el tipo de inmigrantes que necesita España y organizar su llegada mediante convenios con los países de origen. Con este fin, se realiza trimestralmente un Catálogo de Ocupaciones de Difícil Cobertura, que permite al empleador tramitar la autorización de residencia y de trabajo para extranjeros en las profesiones con vacantes difíciles de cubrir. La ordenación de la migración establece también las condiciones para el reagrupamiento familiar y los incentivos al retorno.
- La integración de los inmigrantes (Foro para la Integración Social de los Inmigrantes y programas en barrios con significativa presencia inmigrante) y la lucha contra la xenofobia y el racismo (creación del Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia).
La población envejecida en España
La estructura por edad es la composición de la población por grandes grupos de edad: joven (0-14 años), adulta (15-64 años) y anciana (65 años o más).
Se mide calculando los índices de juventud (porcentaje de jóvenes) y de envejecimiento (porcentaje de ancianos). Así, una estructura se considera joven cuando el porcentaje de jóvenes supera el 35 % y envejecida si el porcentaje de ancianos supera el 12 %.
Índice de juventud = …
Los factores que influyen en la estructura por edad son la natalidad (que afecta al número de jóvenes), la esperanza de vida (que influye en el número de ancianos) y las migraciones. Dado que los migrantes son habitualmente jóvenes, en las zonas inmigratorias incrementan el número de mujeres en edad fértil y la natalidad, y reducen la proporción de ancianos.
En España, la estructura por edad se encuentra envejecida, pues los jóvenes representan un bajo porcentaje (14,4 % en 2020) y los ancianos están muy por encima del 12 % (19,4 % en 2020).
Causas del envejecimiento
- El acusado descenso de la natalidad desde 1975, acentuado en épocas de crisis, ha reducido el número de jóvenes.
- El aumento de la esperanza de vida ha incrementado el número de ancianos, especialmente en las edades más avanzadas.
- La elevada emigración en el pasado redujo la proporción de jóvenes e incrementó la de ancianos. Esta situación no se compensó con la inmigración extranjera, e incluso se agravó en la crisis de 2008-2013 por el repunte de la emigración al exterior y el descenso de la inmigración.
Diferencias territoriales en el envejecimiento
Todas las provincias españolas cuentan hoy con más de un 12 % de población anciana. No obstante, existen marcados contrastes entre el campo y las ciudades y entre provincias.
- Las provincias más envejecidas son las de Galicia y el interior peninsular. En ellas, la emigración de épocas pasadas redujo la población joven y la natalidad; los retornos ocurridos tras la crisis de 1975 causaron sobreenvejecimiento; y el menor dinamismo económico ha atraído menos inmigración exterior. También se encuentran muy envejecidas las provincias prolongadamente afectadas por la crisis de 1975, que perdieron su antiguo atractivo inmigratorio y han recibido menos inmigración extranjera (Asturias).
- Las provincias relativamente menos envejecidas son las tradicionalmente más natalistas (Murcia, Andalucía occidental); las que por sus actividades económicas pasadas y actuales atraen a inmigrantes nacionales y extranjeros, como la agricultura intensiva (Almería y Murcia), el turismo (ambos archipiélagos y provincias mediterráneas) o la industria y servicios avanzados (Madrid); y las provincias que reciben población joven desde otras limítrofes buscando precios del suelo más baratos (Guadalajara y Toledo).