La Fundación de Buero Vallejo: Personajes, Simbolismo y Temas Clave

Introducción: El Conflicto Activo y Contemplativo

Una constante en el teatro de Buero es el enfrentamiento entre personajes activos y contemplativos. Durante la mayor parte de la obra, aparecen juntos en escena Tomás y cinco compañeros. También actúan otros personajes, como Berta, novia de Tomás, el Encargado, el Ayudante y los dos Camareros. Fuera de escena, se oyen las «Voces» de otros compañeros y se nombra a los «compañeros a toda prueba», a los «barrenderos de la galería» y a «Patapalo, el cojo de la celda de enfrente».

Los seis inquilinos están encerrados en un espacio que se va transformando a medida que avanza la acción, a la vez que ellos mismos se transforman paulatinamente. Individualmente, los personajes representan reacciones distintas, pero complementarias, ante una situación límite: la **“situación del condenado”**.

Retratos de Personajes y su Evolución

Tomás: Del Contemplativo al Activo

Tomás nunca abandona la escena, es quien soporta todo el peso de la obra y gracias a él los lectores o los espectadores conocen el significado pleno del drama. En la primera parte es un personaje contemplativo. Representa al intelectual no comprometido. Abrumado por la realidad, cree residir en una moderna fundación, becado junto a sus compañeros para desarrollar investigaciones o, en su caso, escribir una novela. Amable con sus compañeros y agradecido con esa sociedad, poco a poco irá percibiendo la dolorosa realidad y recupera el juicio, hasta convertirse en un personaje activo al final de la obra.

El factor clave para la curación de Tomás es el dolor. La tortura lo había conducido a la delación de sus compañeros, los remordimientos y la locura; ahora el trauma causado por las sucesivas muertes de sus compañeros hará que recobre la lucidez.

Asel: El Líder Ideológico

Asel es ingeniero, aunque Tomás lo cree médico. Es capaz de soñar con un mundo mejor e intentar transmitir sus deseos a los demás. Es el líder del grupo por sus dotes de persuasión y representa la fuerza de la ideología: salva la vida de sus compañeros a costa de la propia. De él parten los hilos que impulsan la acción dramática: es quien ha ideado la terapia para que Tomás vuelva a la realidad («Trastornado no sirves; en tus cabales, sí») y el proyecto de fuga de todos ellos. Asel sabe distinguir entre la necesaria violencia, inevitable para cambiar el mundo, y la crueldad, que solo añade dolor gratuito.

Tulio: El Complemento de la Cordura

Tulio es técnico especializado en holografía, con profundos conocimientos de pintura que hacen que Tomás lo vea como un fotógrafo excepcional. Al principio, se muestra impaciente e iracundo frente a la enfermedad de Tomás y es quien provoca más rupturas entre el mundo real y el transformado por sus compañeros. Curiosamente, esto contribuye a la vuelta a la cordura del protagonista y, por tanto, actúa como complemento de la figura de Asel. Al final, acaba siendo uno de los que más se identifican con Tomás y le agradeció que le haya hecho comprender la necesidad de soñar para estar vivo. Dada su humanidad, su ejecución resulta muy dolorosa.

Max: La Corrupción y la Traición

Max es el contrapunto de Asel, representa la corrupción, la indignidad y la ruptura de los ideales. Es débil ante el peligro y se entrega a compensaciones materiales. Durante casi toda la obra, junto con Lino, asume un papel secundario, pero al final se descubre que es el chivato y frustra los planes de Asel. Su condescendencia hacia la locura de Tomás y su buen humor se interpretan como mecanismos para enmascarar su traición, reflejo de su cinismo y falsedad. Su final es trágico, ya que es asesinado violentamente por Lino, que lo empuja desde la barandilla.

Lino: De la Apatía a la Acción Impetuosa

Lino, taciturno y fuerte, es un tornero que para Tomás aparece como ingeniero. Al principio es apático e inactivo, pero al final se convierte en un hombre de acción, impetuoso e imprudente. Cuando descubre que Max es el soplón, quiere desenmascararlo y lo mata en un acto de violencia gratuita censurado por Tomás. Se iguala a los agentes de la represión. Lino lo reconoce y señala su necesidad de cambiar: «tengo que aprender a pensar… para entender qué es todo esto».

Berta: Amor Ideal y Voz de la Conciencia

Berta es un personaje atípico, es la novia de Tomás. En la mayoría de sus intervenciones es fruto de las alucinaciones del protagonista. Por una parte, responde a sus deseos de un amor ideal, lo consuela en los momentos de tensión. Por otra parte, es un desdoblamiento de la personalidad de Tomás, reflejo subconsciente de sus primeros atisbos de realidad, voz de la conciencia que trata de hacerle recordar dónde está.

Temas Centrales y Simbolismo en *La Fundación*

La Condición Humana y la Experiencia Personal de Buero

Buero Vallejo pretende destacar una dimensión trascendente de los sucesos que se desarrollan en *La Fundación*. Su experiencia personal como condenado a muerte, tras ser encarcelado al terminar la Guerra Civil, le permite simbolizar la **“situación del condenado”** y cuestionar así aspectos esenciales de la condición humana: los grandes temas morales de la traición y la supervivencia, la muerte y la libertad.

Violencia, Crueldad y Traición

Tomás y sus compañeros son víctimas de la violencia en sus distintas manifestaciones: la tortura, el hambre, la privación de libertad y la condena a muerte. La tortura resulta insufrible para cualquiera y para escapar de ella en la obra aparecen dos vías: traicionar a los compañeros delatándolos o suicidarse.

Asimismo, Max traiciona a los compañeros, puesto que delata el plan de Asel para recibir un mejor trato, de ahí que ambas traiciones no puedan compararse, aunque Asel insiste en que Lino no debe aplicar la violencia para castigarlo y, después, Tomás repetirá el mismo mensaje cuando le reprocha su comportamiento equivocado y le hace reflexionar sobre él. A través del tema de la tortura, Buero plantea la difícil separación entre **violencia y crueldad** y prueba que la violencia solo engendra violencia. No hay que abandonar la lucha contra lo establecido, contra aquello que supone la alienación del hombre; es decir, no es posible evitar la violencia como motor del cambio histórico, pero hay que evitar la crueldad, no podemos asumir los viles argumentos de nuestros verdugos.

El Hambre y la Lucha por la Libertad

Otro tema a través del cual se plantea la supervivencia es el hambre. Al final de la obra, en el cuadro II de la Parte segunda, cuando Tomás, ya cuerdo, comprende que están encerrados en una cárcel, Asel le comunica su plan de fuga, le anima a escapar y debaten si merece la pena luchar por la libertad, arriesgarse a intentar esa huida con los peligros que conlleva, incluida la muerte.

Tomás, que desde el principio ha rehusado la lucha, primero porque se engañaba a sí mismo al negarse a admitir que vivía en una cárcel, ahora sigue mostrándose reacio al plan, porque considera que ese túnel «no es libertad sino el infierno». Pero finalmente Asel, el referente moral de Buero Vallejo en la obra, lo convencerá con su discurso de la necesidad de luchar pese a todo.

El Símbolo de *La Fundación*

*La Fundación* se convierte así en un símbolo de las limitaciones de la vida humana. El mismo significado simbólico tiene Tomás, el ratón de Berta, que representa al protagonista y al ser humano en general como prisionero cuyo destino es la muerte.

La Catarsis y el Final Abierto

Esta reflexión debe completarse con la acción. Al salir de una cárcel, de una Fundación, podrá pasarse a otra solo un poco mayor, pero es preciso luchar y vencer las sucesivas Fundaciones. La verdad está en la lucha, en el ansia de superación del ser humano frente a sus limitaciones, en el idealismo de la búsqueda de ese paisaje soñado, símbolo del futuro, definitivamente apacible, que solo podrá conseguirse algún día si antes el hombre se sumerge en el túnel. El final abre un futuro, quizás no idílico, pero tampoco desesperado. Al recuperar la lucidez, Tomás asume su responsabilidad en el mundo.

Y nosotros, al identificarnos con el punto de vista del protagonista, nos planteamos su mismo dilema moral, y la catarsis propia de esta **”tragedia esperanzada”** de Buero Vallejo hace que el espectador reflexione sobre el destino humano.

Para lo cual es fundamental el final abierto y circular de la obra: cuando sacan a los dos prisioneros, no sabemos si para ser ejecutados o hacia las celdas de castigo, desde las que tal vez puedan fugarse; y su última escena, en la que otras personas entran en la misma celda, convertida de nuevo en una lujosa habitación de la Fundación.