El Contexto de la Posguerra y la Ruptura Cultural
La Guerra Civil supuso un corte drástico en el desarrollo de la vida cultural española. Durante la dictadura, diversos factores dificultaron la escritura y la publicación de nuevas novelas:
- Anulación de libertades básicas.
- Aislamiento internacional.
- Exilio de autores que habían publicado antes de la guerra (Max Aub, Francisco Ayala, Benjamín Jarnés, Arturo Barea…).
- Incomunicación de los nuevos novelistas con los escritores de generaciones anteriores.
Esto explica la anómala evolución de la narrativa durante las décadas de los cuarenta y los cincuenta, en las que permaneció al margen de las principales tendencias de la narrativa occidental contemporánea.
La Narrativa de los Años Cuarenta: Existencialismo y Tremendismo
Las dos corrientes principales de la novela en los años 40 son la novela existencial y la novela tremendista.
La Novela Existencial
Presenta relatos que reflejan la asfixiante realidad de la posguerra, protagonizados por seres angustiados a los que les obsesiona la idea de la muerte. No hay en ellos crítica política ni social. Se inscriben en esta corriente Nada (1944), de Carmen Laforet, o La sombra del ciprés es alargada (1948), primera novela de Miguel Delibes.
La Novela Tremendista
Es una manifestación extrema de la novela existencial. La obra más representativa es La familia de Pascual Duarte, de Camilo José Cela, narración en primera persona de un condenado a muerte, cuya vida miserable parece justificar sus crímenes.
El Realismo Social de los Años Cincuenta: Del Individualismo a lo Colectivo
Las novelas publicadas en los años cincuenta ofrecen un testimonio crítico de la sociedad española de la época. Los autores se sitúan en la tradición del realismo e incorporan temas sociales, superando el individualismo existencialista de los cuarenta hacia lo colectivo.
La Colmena de Cela: La Obra Pionera
La novela pionera de esta tendencia es La colmena, de Camilo José Cela, retrato de la vida cotidiana en Madrid durante dos días de diciembre de 1942. Esta obra introduce técnicas narrativas clave:
- Protagonismo colectivo: Se reflejan las rutinas y miserias cotidianas de una multitud de personajes que luchan por sobrevivir en un entorno de soledad y frustración.
- Contrapunto: Desarrollo de varias líneas argumentales simultáneas.
- Objetivismo: El narrador en tercera persona se limita a dar cuenta de los hechos, sin emitir juicios de valor, como si fuera una cámara cinematográfica, mostrando solo comportamientos y diálogos de los personajes.
Clasificación de Autores
Los autores de los cincuenta se suelen dividir en dos grupos:
- Realismo Social: Con un compromiso político explícito (ejemplos: La piqueta, de Antonio Ferres; La zanja, de Alfonso Grosso; Central eléctrica, de Jesús López Pacheco).
- Neorrealistas: Con un mayor interés por las cualidades estéticas de sus obras, y que carecen de una voluntad explícita de denuncia (ejemplos: Los Abel, de Ana María Matute; El fulgor y la sangre, de Ignacio Aldecoa; Entre Visillos, de Carmen Martín Gaite; El Jarama, de Rafael Sánchez Ferlosio).
Esta última obra, El Jarama, es la máxima expresión del objetivismo. Cuenta la historia de un grupo de jóvenes que pasan el día junto al río Jarama; la banalidad de sus vidas contrasta con el accidente mortal de una de las chicas, ahogada en el río.
La Renovación de los Años Sesenta: La Novela Experimental
A principios de los años sesenta se produce un movimiento de renovación de la narrativa marcado por la necesidad de normalizar la novela española con respecto a la literatura europea, hispanoamericana o norteamericana. Esta novela experimental se caracteriza por:
- Subjetivismo: Indagación en la realidad española a través de personajes fuertemente individualizados, sumidos en una crisis de identidad.
- Fragmentación estructural: Desaparición del capítulo como unidad estructural básica, sustituido por secuencias o párrafos, que sugieren el carácter fragmentario de los recuerdos o el flujo continuado del pensamiento a través del monólogo interior.
- Creación de espacios simbólicos o míticos.
- Inclusión de materiales diversos: Informes de la policía, rótulos, anuncios, esquelas, referencias culturales, poemas en un idioma inventado, etc.
- Técnicas innovadoras: Desorden cronológico, alternancia de voces narrativas (incluida la segunda persona), licencias ortográficas y tipográficas.
- Renovación estilística: Uso de un estilo barroco, muy elaborado, apartado de la lengua común.
Autores Clave de la Novela Experimental
Grandes novelas de esta época son Tiempo de silencio, de Luis Martín Santos; Cinco horas con Mario, de Miguel Delibes (largo soliloquio de una mujer frente al cadáver de su marido); Volverás a Región, de Juan Benet; Señas de identidad, de Juan Goytisolo o Si te dicen que caí, de Juan Marsé.
La Narrativa del Exilio
Respecto a la narrativa en el exilio, los ejes temáticos de sus autores (Rosa Chacel, Ramón J. Sender, Francisco Ayala, Max Aub) son las causas, el desarrollo y las secuelas de la Guerra Civil y la reflexión autobiográfica, mediante la cual darán testimonio de su propia vida. Destacan Réquiem por un campesino español y la serie de nueve novelas de Crónica del alba, ambas de Ramón J. Sender.
La Novela a Partir de 1975: El Regreso a la Intriga
La novela a partir de 1975 se caracteriza por su gran variedad en temas y técnicas. Se modera el experimentalismo y hay un regreso mayoritario a la intriga tradicional en relatos magistralmente construidos que abarcan todos los subgéneros narrativos:
- Novela negra
- Novela histórica
- Novela de aventuras
- Novela autobiográfica
- Novela de amor
- Metanovela, etc.
Entre los numerosos autores, podemos señalar a Eduardo Mendoza (La verdad sobre el caso Savolta), Manuel Vázquez Montalbán (Los mares del sur), Javier Marías (Corazón tan blanco), Julio Llamazares (La lluvia amarilla), Antonio Muñoz Molina (El invierno en Lisboa), entre otros.