Guerra y Revolución en España (1788-1812)
Desde el reinado de Carlos IV en 1788 hasta la proclamación de la Primera Constitución en 1812, España vivió un proceso complicado.
En 1789 se inicia la Revolución Francesa, un acontecimiento fundamental para entender la historia contemporánea, ya que su influencia se extendió por casi toda Europa.
Las ideas de la Ilustración que surgieron en Francia no acabaron de penetrar de forma clara en España, ya que la situación económica, política, social y cultural del país estaba a años luz de la nación vecina. Pero Francia es nuestro país vecino, con lo que estaba claro que las ideas revolucionarias terminarían por cruzar los Pirineos.
Carlos IV, ante las noticias que le llegaban desde Francia, intentó por todos los medios evitar que las ideas revolucionarias llegaran a España. Para ello, destituyó a los ministros de corte ilustrado, paralizó las reformas más o menos liberales que inició su padre Carlos III y declaró la guerra a la Francia revolucionaria. El resultado fue una estrepitosa derrota que dejó maltrecha la imagen del Rey. A principios del siglo XIX se producen los siguientes acontecimientos clave:
- La llegada de Godoy y sus intentos de reforma, con la oposición de casi todo el mundo.
- La aparición de Napoleón, con la ocupación de España por su ejército y la subida al trono español de su hermano.
- La Guerra de Independencia.
- La aparición, en último momento, de la burguesía que se hizo fuerte en Cádiz y logró la aprobación de una Constitución que defendía los principios de la Revolución Francesa.
Godoy y sus Intentos Reformistas
Godoy fue una figura controvertida. Pasó de ser un militar de origen plebeyo, guardia de corps, a la figura de más peso político en España, siendo nombrado ministro en 1792 y convirtiéndose a partir de entonces en la mano derecha de Carlos IV, quien le nombró duque. Esto se confirmó en cuanto Godoy comenzó a proponer reformas en contra de ambos estamentos. Fernando VII, por su parte, veía en Godoy a un competidor.
Así, en 1793, cuando fue guillotinado Luis XVI, España entró en guerra contra Francia. Tras la firma de la Paz de Basilea con Francia, Godoy recibió el título de Príncipe de la Paz. Por ello, trabó especial amistad con Francia, considerando que el apoyo del país más potente, políticamente hablando, del momento le aportaría beneficios.
Las agresiones de Inglaterra contra las colonias americanas españolas llevaron a España a firmar con Francia el Tratado de San Ildefonso. La debilidad del país se acabó por convertir en dependencia de la Francia napoleónica. En 1801, Godoy emprendió una guerra contra Portugal, la llamada Guerra de las Naranjas, sirviendo a los intereses de Napoleón. Historia de España. En respuesta a la situación creada, se produjo el Motín de Aranjuez, liderado por la nobleza y el clero que apoyaban al príncipe Fernando y querían acabar con Godoy. La situación política de inestabilidad de la corona española llevó a Carlos IV a pedir ayuda a Napoleón para que Fernando VII le devolviera la corona, y este citó a ambos en Bayona. Napoleón aprovechó la extrema debilidad de la monarquía española y se quedó con el trono.
Guerra de la Independencia
Esta fuerza popular se organizó en Juntas.
Napoleón llegó a la península con un ejército de 250. En 1813, el general inglés Wellington emprendió la ofensiva final, y días después José I abandonaba definitivamente Madrid. La Batalla de Vitoria consumó la derrota francesa y obligó a José I a cruzar la frontera. A finales de 1813, Napoleón asumió que era imposible mantener los dos frentes abiertos y decidió retirar a su ejército de la Península Ibérica, restituyendo la corona de España a Fernando VII. La guerra había terminado.
Consecuencias de la Guerra
Debido al tipo de guerra total, con destrucción generalizada durante seis años, hubo grandes pérdidas en la agricultura, un colapso del comercio y la hacienda entró en bancarrota. Muchos historiadores ven la Guerra de la Independencia como una causa del fracaso de la Revolución Industrial en España. La guerra acentuó el retraso en la Revolución Demográfica, no solo por las muertes directas en el campo de batalla, sino también por el descenso de la tasa de natalidad que conlleva toda guerra.
Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812
La lucha contra los franceses fue aprovechada por muchos ilustrados para tratar de lograr las transformaciones que España precisaba. Cádiz fue la única ciudad que los franceses no lograron ocupar, lo que provocó que fuera el destino preferido de todo aquel liberal con ganas de promover algún cambio. Allí se reunieron los miembros de la Junta Suprema Central, que decidieron convocar las Cortes a través de las cuales se procedería a la reorganización política del país. El 24 de septiembre de 1810 se reunieron por primera vez las Cortes de Cádiz, proclamándose la soberanía nacional, lo que suponía el fin del absolutismo y la separación de poderes (ejecutivo, legislativo y judicial). Las Cortes estaban formadas por diputados que representaban a todas las regiones españolas, siendo en su mayoría eclesiásticos de muy diverso signo, abogados, funcionarios y profesionales liberales. Los diputados de las Cortes se dividieron en:
- Absolutistas o enemigos de las reformas.
- Liberales, defensores de los cambios radicales.
Las reformas más destacadas que las Cortes de Cádiz llevaron a cabo fueron:
- Libertad de Imprenta.
- Supresión de la Inquisición.
- Desamortización (pequeña) de algunos bienes de la Iglesia.
- Supresión de los señoríos.
- Libertad de trabajo y abolición de los gremios.
- Abolición de la tortura.
En Cádiz, se promulgó la primera Constitución en España. Esta Constitución tenía un carácter claramente liberal ya que, entre otras muchas cuestiones, hablaba de soberanía nacional, de división de poderes y de importantes libertades desconocidas hasta entonces en nuestro país. La Constitución de 1812 es un reflejo de ese espíritu liberal que reinaba en Cádiz en ese momento. Espiga. Algunos de los principios que consagró la Pepa fueron:
- División de poderes: el poder legislativo en manos de las Cortes que representan a la nación, el poder judicial en manos de los tribunales y el poder ejecutivo en manos del Rey.
- Sufragio censitario masculino indirecto: votan los hombres mayores de 25 años que eligen a unos representantes que, a su vez, eligen a unos diputados. Se requiere tener una renta anual proporcionada, procedente de bienes propios.
- Derechos individuales: igualdad de todos los ciudadanos ante la ley, inviolabilidad del domicilio, derecho a la propiedad, libertad de imprenta para libros no religiosos, etc.
- Se establece un ejército permanente y una milicia nacional.
- Catolicismo como única religión permitida.
- Monarquía parlamentaria y reconoce a Fernando VII como rey constitucional. El rey no puede impedir que se celebren Cortes, ni suspenderlas ni disolverlas. No obstante, el rey conserva mucho poder, ya que «la potestad de hacer las leyes reside en las Cortes con el Rey».
Aunque la Constitución de 1812 supuso un hito en la Historia de España y se convirtió en el referente del liberalismo español durante el siglo XIX, apenas tuvo aplicación práctica; dos años después, Fernando VII la abolió.
El Sexenio Democrático (1868-1874)
Causas de la Revolución de La Gloriosa (1868)
La hegemonía en el poder y el gobierno cada vez más opresivo y dictatorial de los moderados les granjeó múltiples oposiciones. Esta actitud llevó al aislamiento al partido moderado y a la Corona, que poco a poco se encontró privada de apoyos sociales y políticos. La guerra de secesión norteamericana había impuesto un freno a las exportaciones de algodón, además de una retracción del consumo a partir de 1866; hubo una crisis de la construcción ferroviaria, hundimiento de las Bolsas, bancarrota de la Hacienda pública y crisis de subsistencias por las pésimas cosechas de 1866 y 1867. En septiembre de 1868 se produjo una revolución, conocida como La Gloriosa, que acabaría destronando a Isabel II. La revuelta se inició con un pronunciamiento en Cádiz liderado por el almirante Topete y los generales Serrano, Prim y Dulce. El poder político fue
Derechos y la Constitución de 1869
Nada más derrotar a Isabel II, los líderes de la revolución se aprestaron a formar un gobierno provisional dirigido por Serrano. Se formó básicamente con políticos del partido progresista y del partido unionista. Se establecieron amplias libertades individuales, como la de asociación, la de imprenta o la libertad de cultos. Se aprobó el sufragio universal masculino (mayores de 25 años) y se decidió convocar elecciones a Cortes Constituyentes para enero de 1869.
Las características principales del texto constitucional son:
- La proclamación de la Soberanía Nacional, en cuanto se establece también el sufragio universal.
- La monarquía como forma de Estado. Estamos ante un sistema de monarquía democrática, parlamentaria y constitucional en la que el Rey tiene limitadas sus competencias; por ejemplo, la aprobación y sanción de las leyes desaparece de sus manos.
- La división total de poderes: el legislativo, auténtico centro de poder, reside en las Cortes con dos Cámaras, ambas elegidas por sufragio universal (Congreso y Senado); el ejecutivo corresponde a los ministros, que responden de su gestión ante las Cortes; y el judicial a un cuerpo de jueces y tribunales independientes.
Amadeo I de Saboya (1871-1873)
El nuevo rey debía saber que sus poderes estarían muy limitados y debería atenerse a las decisiones de las Cortes. Así, en noviembre de 1870, las Cortes proclamaron rey de España a Amadeo de Saboya, quien iba a reinar con el nombre de Amadeo I. Amadeo I no comenzó con buen pie, presagiando lo que le esperaba al monarca de origen italiano. Amadeo llegó a España el 30 de diciembre de 1870; solo tres días antes, Juan Prim, jefe del gobierno y principal valedor del nuevo monarca, era asesinado en Madrid. Amadeo I se encontraba en
- La oposición de los moderados y la Iglesia: Desde el primer momento, los moderados continuaron fieles a los Borbones y comenzaron a preparar su retorno en la figura del hijo de Isabel II, el futuro Alfonso XII.
- La oposición de los republicanos: no estaban a favor de la monarquía.
- El levantamiento carlista: En ausencia de Isabel II, los carlistas sentían que el legítimo heredero del trono era su candidato, Carlos VII. Por ello, se volvieron a alzar en armas en 1872, iniciando lo que se conoció como la III Guerra Carlista.
- Los sectores industriales: estaban enfrentados al liberalismo económico del Gobierno y también pensaban que la vuelta al proteccionismo económico vendría de la mano de los alfonsinos.
- El problema de Cuba: En 1868 se había iniciado la Guerra de los Diez Años en Cuba, entre España y los cubanos que buscaban la independencia.
Con este panorama, Amadeo I presentó su renuncia al trono en febrero de 1873 y salió de España.
La Primera República Española (1873-1874)
El 11 de febrero de 1873, se proclamaba la I República Española. La República nació herida de muerte por varios motivos:
- En primer lugar, desde un punto de vista jurídico, la proclamación de la República por las Cortes era ilegal.
- En segundo lugar, la República no contaba con apoyos sociales; cuando se proclamó, se sucedieron los conflictos sociales y las demandas políticas.
- En tercer lugar, por si lo anterior fuera poco, los propios republicanos estaban divididos: entre unitarios (partidarios de un Estado central fuerte) y federalistas (partidarios de una descentralización del Estado, en una especie de regiones autónomas) por un lado, y entre republicanos conservadores y partidarios de la radicalización por otro. Se pueden distinguir los siguientes presidentes, con sus diferentes formas de entender el republicanismo:
- La República federal y el movimiento cantonalista: El intento del presidente Figueras de construir una república federal encontró la doble oposición de los radicales, que pedían una república unitaria, y la de los federalistas, que propugnaban un federalismo hasta las últimas consecuencias.
- Al dimitir Figueras, el nuevo presidente Pi i Margall se enfrentó a dos problemas especialmente graves: el recrudecimiento de la guerra carlista y la insurrección cantonal. El movimiento cantonalista fue un rebrote de los particularismos regionales y locales. Tuvo su bastión en Cartagena, extendiéndose a Levante.
- Tras la fugaz presidencia de Nicolás Salmerón, Emilio Castelar, actuando con firmeza, aplicó la pena de muerte, llamó al Ejército para imponer el orden, reforzó el poder del Estado y suprimió el principio federal.
Las principales medidas adoptadas por los gobiernos republicanos consistieron en:
- a) Supresión del impuesto de consumos, medida desastrosa para la Hacienda estatal, al ser una de sus principales fuentes de ingresos.
- b) Eliminación de las quintas y del servicio militar. Medida que tuvo que abolirse ante los focos armados que se presentaron en el país.
- c) Reducción de la edad con derecho a voto a los 21 años.
- d) Separación de la Iglesia y del Estado: la República dejó de subvencionar económicamente a la Iglesia.
- e) Reglamentación del trabajo infantil, prohibiendo trabajar a los menores de 10 años en fábricas y minas.
- f) Abolición de la esclavitud en Puerto Rico.
- g) Elaboración de un proyecto de Constitución Republicana, que convertiría a España en una República federal, pero que jamás llegó a aprobarse.
- Una nueva Guerra Carlista: Carlos VII, nieto de Carlos María Isidro (Carlos M), contó con el apoyo de unos 45.000 hombres armados. Los carlistas nuevamente controlaron las zonas rurales vasco-navarras, no así las ciudades, y también encontraron algunas simpatías en Aragón, Valencia y Cataluña. El ejército carlista obtuvo inicialmente algunos éxitos militares, y Carlos VII llegó a crear un gobierno formal con capital en Estella. Los carlistas serían derrotados definitivamente en 1876.
- Las sublevaciones cantonales: Se trata de una visión exagerada del federalismo, que desencadenó rebeliones con mezclas de sentimientos exacerbados de autonomía y de motivos sociales, en medio de una dura crisis económica.
- La Guerra de Cuba: En 1868 comenzaba así una larga y cruenta guerra.
- Las conspiraciones militares alfonsinas: Isabel II había cedido sus derechos al trono a su hijo Alfonso, y ambos vivían exiliados fuera de España. No obstante, el Ejército deseaba restaurar la monarquía borbónica mediante un golpe de fuerza.