El Imperio Español: Descubrimiento, Conquista y los Reinados de Carlos V y Felipe II

El Descubrimiento de América: Un Hito Global

El descubrimiento y la conquista de América fue uno de los hechos más importantes de la historia europea y condicionó la evolución política, social y económica de los siglos posteriores. Cristóbal Colón, aventurero y marino genovés, pretendía llegar a las Indias por el oeste, apoyándose en la idea de la esfericidad de la Tierra. Hasta que no finalizó la toma de Granada, los Reyes Católicos no aceptaron la propuesta de Colón, quien firmó un acuerdo con ellos: las Capitulaciones de Santa Fe. Según estas, obtendría los títulos de almirante, virrey y gobernador de las tierras descubiertas y se beneficiaría de la décima parte de las riquezas obtenidas.

Colón partió del puerto de Palos el 3 de agosto de 1492 con tres naves: la Pinta, la Niña y la Santa María. El 12 de octubre llegó a las Antillas, a Guanahaní, a la que denominó San Salvador. Después descubrió Cuba y La Española y regresó a la península. Parece que murió con la seguridad de que había llegado cerca de las costas occidentales de Asia, pero otros navegantes que emprendieron los llamados viajes menores exploraron las costas de América del Sur. Américo Vespucio afirmó que no pertenecían a Asia, y un cartógrafo alemán llamó al continente América.

Los portugueses, ante los nuevos acontecimientos, no estaban satisfechos, y los Reyes Católicos, interesados en mantener buenas relaciones con el reino vecino, propiciaron un nuevo acuerdo mediante la firma del Tratado de Tordesillas (1494). Este tratado situó una línea imaginaria que dividía el Atlántico entre ambas potencias, lo que permitía a Portugal la ocupación de Brasil. A partir de entonces, se procedió a la exploración y colonización sistemática del continente.

Conquista y Colonización de América: La Expansión Castellana

En el siglo XVI, Castilla apoyó nuevas expediciones: Núñez de Balboa (1513) descubrió el Océano Pacífico; Magallanes (1519) y Elcano (1522) realizaron la primera vuelta al mundo. La conquista se realizó mediante capitulaciones entre la Corona y los conquistadores, y las Antillas fueron las bases de las nuevas conquistas.

Destaca la conquista del Imperio Azteca de México por Hernán Cortés entre 1519 y 1521, quien aprovechó el descontento de los pueblos sometidos por los aztecas para controlar el imperio. La otra gran conquista del periodo es la del Imperio Inca de Perú, donde Pizarro y Almagro ocuparon Bolivia, Perú y Ecuador en 1531. A estas grandes expediciones siguieron otras: Chile fue explorada por Almagro y Valdivia; Orellana exploró el Amazonas y Hernando de Soto, el Misisipi. En apenas 10 años se había explorado casi toda América, desde California hasta el Río de la Plata. La colonización se basó en la explotación indígena mediante repartimientos y encomiendas (Ley de Burgos y Leyes Nuevas).

Gobierno y Administración del Nuevo Mundo

Los nativos eran el principal activo y se les controlaba mediante el sistema de repartimiento. A partir de las Leyes de Burgos, se asignaba un grupo de indígenas a un encomendero que, a cambio de su trabajo, los alimentaba, protegía y evangelizaba. Los asuntos americanos se llevaban desde España a través de dos instituciones principales:

  • La Casa de Contratación de Sevilla: Fundada por los Reyes Católicos, organizaba y controlaba el comercio con América.
  • El Consejo de Indias: Fundado por Carlos I, se ocupaba de elaborar la legislación.

Estructura Territorial de la Administración

  • Virreinatos: En principio había dos: el de Nueva España (1535), con capital en México, y el de Perú (1544), con capital en Lima. Los virreyes dirigían la administración, las fuerzas militares y la justicia.
  • Gobernaciones: Varias en cada virreinato, con funciones militares y administrativas.
  • Corregidores: Formaban parte de las gobernaciones.
  • Audiencias: Con funciones judiciales.
  • Cabildos: También conocidos como ayuntamientos.

El Impacto de América en la Península Ibérica

Con la conquista se inició el comercio con América. Llegaron a España grandes cantidades de oro y plata que permitieron sostener los gastos y revolucionaron los precios. Llegaron nuevos cultivos: patata, cacao, tabaco, tomate y maíz. A América se llevaron caña de azúcar, olivo, caballos, vacas, ovejas, manufacturas y esclavos. El comercio estaba controlado por la Casa de Contratación de Sevilla.

La explotación de los indígenas llevó a protestas por parte de sectores de la Iglesia. Bartolomé de las Casas, crítico del sistema, hizo que se aprobaran las Leyes Nuevas (1542), que suprimían las encomiendas e introducían reformas para evitar abusos. Francisco de Vitoria planteó una doctrina de carácter universal. Fue necesario el desarrollo de una gran marina de guerra para mantener y proteger el comercio con América.

El Imperio de Carlos V: Desafíos Internos y Externos

Carlos I, nieto de los Reyes Católicos, llegó a España en 1517. El nombramiento de nobles extranjeros para altos cargos, como Adriano de Utrecht, y su partida para ser coronado emperador, provocaron la sublevación de las principales ciudades castellanas, con Toledo a la cabeza. Entre sus reclamaciones destacaban: el regreso de Carlos a España, un mayor protagonismo de las Cortes y la reducción de impuestos. El conflicto se radicalizó, por lo que la nobleza se unió al rey y los comuneros fueron derrotados en Villalar (1521); sus líderes, Padilla, Bravo y Maldonado, fueron ajusticiados.

El movimiento de las Germanías (1519-1522) se inició en Valencia y se extendió a Murcia y Mallorca. Desde el principio tuvo un carácter social, dirigido por los gremios y campesinos contra los señores y sus siervos. En ambos conflictos, la monarquía, apoyada por la nobleza, salió reforzada frente a las ciudades y las Cortes.

La Monarquía Hispánica de Felipe II: Apogeo y Conflictos

Felipe II (1556-1598) solo recibió una parte de la herencia paterna, pues Carlos, consciente de la dificultad de gobernar distintos territorios, dejó el título imperial y la corona de Austria a su hermano Fernando. A pesar de ello, Felipe reunió un imperio mayor que el de su padre, porque a los territorios de Castilla (incluidos los del Nuevo Mundo y el Pacífico), de Aragón con sus territorios italianos y los Países Bajos, añadió Portugal y su imperio ultramarino, herencia que recibió a través de su madre, Isabel de Portugal.

En 1578 murió el rey de Portugal, Sebastián I. Sin descendientes directos, el trono pasó a Enrique, quien murió dos años después. Siguiendo la línea sucesoria, el heredero legítimo era Felipe II, lo que significó la unión dinástica de ambas coronas y, por tanto, la unidad Ibérica. Una parte importante de la nobleza y los grandes comerciantes portugueses pensaban que la unión podría traer importantes beneficios políticos y económicos. Las clases populares portuguesas, sin embargo, no veían con buenos ojos la anexión a España. Finalmente, Felipe II decidió la invasión de Portugal, que encargó al Duque de Alba. Las tropas castellanas llegaron a Lisboa sin encontrar apenas resistencia. Las Cortes portuguesas proclamaron rey a Felipe II en 1581.

Tras la abdicación de su padre, asentó su corte en Madrid y fue dotando a su monarquía de un carácter más hispánico. La política exterior de Felipe II se inspiró en los mismos principios que la de su padre: defensa del catolicismo y lucha contra los turcos (Batalla de Lepanto). Sin embargo, surgieron nuevos problemas como la sublevación de los Países Bajos y la rivalidad con Inglaterra, que condujo a la derrota de la Armada Invencible en 1588. El escaso éxito de esta política y su alto coste llevaron a Felipe II a la bancarrota en tres ocasiones. Al finalizar su reinado, España estaba arruinada y exhausta, y su imperio se encontraba al borde de la desintegración.