La Pre-cosa y el Origen de la Técnica según Ortega
Ortega se propone explorar lo más esencial de la técnica. Para ello, se pregunta «¿qué son las cosas?», y responde que estas son la serie de condiciones que las hacen posibles (el conjunto de sus “ingredientes”). Por tanto, estos ingredientes constituyen lo esencial de la cosa en sí.
El Método Genealógico de Ortega
El método que emplea Ortega es el genealógico, que consiste en buscar el origen vital de algo, ya que solo se conoce bien lo que se ve nacer. Por tanto, para descubrir qué es una cosa, lo que ha hecho es deshacerla en sus ingredientes, aislarlos de la cosa y definirlos. Además, Ortega denomina la «pre-cosa» a ese conjunto de ingredientes, es decir, al ser esencial de la cosa.
La «Pre-cosa»: Esencia y Distinción
Sin embargo, ser «pre-algo» no significa que se vaya a obtener ese «algo». Por ejemplo, el agua está compuesta por H y O; así que con uno de estos elementos por separado no obtendríamos agua. Así pues, la «pre-cosa» no es lo mismo que la cosa.
Mediante este método, Ortega concluye que para saber qué es la técnica, hay que ir a la «pre-técnica». Por tanto, para comprenderla bien, no hay que tomarla como lo que nos es dado sin más y empezar a definirla, sino que se debe usar el método genealógico: averiguar de dónde viene, cómo ha nacido, cómo se ha consolidado, qué relación tiene con el hombre y qué conciencia tiene el hombre de esta.
Imaginación vs. Inteligencia: La Clave de la Técnica Humana
Este enfoque genealógico conduce a Ortega a dos conclusiones fundamentales:
Primero, la inteligencia técnica no es suficiente para llegar a la técnica. Es decir, la inteligencia técnica es una capacidad, pero la técnica es el ejercicio efectivo de esa capacidad. Así pues, Ortega establece una distinción entre la capacidad técnica del hombre y el ejercicio real de esa capacidad: entre el plan pensado y el plan ejecutado.
Segundo, Ortega establece que la imaginación es una diferencia clave entre los animales y los humanos. A estos dos no hay que diferenciarlos por su inteligencia, sino por su capacidad imaginativa, que es capaz de crear cosas que no existen en la naturaleza. Por tanto, la «pre-técnica» humana es la imaginación, con la cual el ser humano inventa aparatos técnicos e imagina su proyecto de vida. Por el contrario, los animales no escapan nunca de su mundo biológico.
En conclusión, la «pre-cosa» de la técnica no es la inteligencia, sino la imaginación creativa al servicio del proyecto de vida. Por eso, en el animal nunca puede darse la técnica.
La Evolución de la Conciencia Técnica: Tres Estadios
Para conocer más en profundidad qué es la técnica, Ortega hace uso de un criterio antropológico: la conciencia que el hombre ha tenido de su técnica. Además, establece tres estadios en la evolución de la técnica: la técnica del azar, la técnica del artesano y la técnica del ingeniero o técnico.
La Técnica del Azar
Hace referencia a los pueblos primitivos de todos los tiempos, cuando el ser humano aún no tiene conciencia de su capacidad para descubrir. Por tanto, sus logros técnicos son producto del azar, son muy escasos y son considerados como «casi» naturales por su similitud con la naturaleza. Además, no se especializan en ciertas tareas y solo diferencian entre trabajos de hombres o de mujeres. Por tanto, no hay conciencia alguna de que se puede inventar; los descubrimientos son por azar e incluso tienen una consideración mágica.
La Técnica del Artesano
Este estadio corresponde a las culturas históricas desde el V milenio a. C. hasta el siglo XVII. Las técnicas han aumentado y empiezan a ser importantes. Además, se han complicado y se necesitan especialistas: los artesanos. Por tanto, sienten que se necesitan conocimientos y habilidades especiales; así pues, nacen los maestros y los aprendices, ya que se precisa una educación de la técnica. A pesar de todo esto, aún no hay una conciencia clara de todo el poder de la técnica; además, lo importante es la tradición que se impone a la innovación. De este estadio también hay que destacar que la técnica solo produce aparatos para manipular la naturaleza. En conclusión, el artesano no tiene todavía conciencia del poder ilimitado de la técnica.
La Técnica del Ingeniero o Técnico
Este estadio corresponde a los siglos XIX y XX. Las actividades técnicas crecen tanto que el hombre ya no podría vivir sin técnica, con la cual se crea una sobrenaturaleza artificial. Esto induce a creer que todos esos instrumentos existen en el mundo por sí solos, es decir, lo que pensaba el hombre primitivo de lo que la naturaleza le ofrecía. Se produce un cambio radical con la aparición de la máquina y ahora es el hombre quien sirve a ella. Además, la figura del obrero y del técnico, unidos antes en el artesano, se separan, apareciendo así el ingeniero. Ahora, hay plena conciencia del poder ilimitado de la técnica. Y, además, se da la distinción entre «técnica» y «tecnicismo».
El «tecnicismo» es el método intelectual (ideas y pensamientos) que permite la producción de nuevos aparatos, es decir, de la técnica. Por tanto, el «tecnicismo» es darse cuenta de que el ser humano tiene una capacidad inventiva y creativa que carece de límites, mientras que la «técnica» son los resultados.