El Tratado de Versalles (28 de junio de 1919)
Este tratado reguló las **condiciones de paz impuestas a Alemania**, unas condiciones durísimas que hirieron gravemente el orgullo nacional alemán. Es significativo que se impusiera el **Salón de los Espejos** como lugar de la firma, el mismo escenario donde se proclamó el II Reich en 1871.
En el plano territorial, Alemania perdió **90.000 km²**. Además de **Alsacia y Lorena** a Francia, tuvo que ceder otros territorios a Bélgica, Dinamarca y Polonia. Pero las amputaciones más dolorosas fueron:
- La entrega a Polonia de un corredor, *el Pasillo de Dánzig*, para asegurarle a esta una salida al mar y que aislaba la histórica Prusia Oriental del resto de Alemania.
- La región del Sarre quedaría bajo la tutela de la **Sociedad de Naciones (SDN)** durante quince años, al término de los cuales, un plebiscito decidiría su futuro nacional. Durante ese tiempo se concedió a Francia la explotación de las minas, muy ricas de esa región.
También se prohibió expresamente que, en un futuro, pudieran unificarse **Alemania y Austria**. En cuanto a las colonias alemanas, se convirtieron en **mandatos de la Sociedad de Naciones (SDN)** que se confiaron a Francia y a Gran Bretaña.
No obstante, el destino de Alemania pudo haber sido aún peor, pues Francia llegó a exigir incluso su desmembración, a lo que se opusieron los otros países. Finalmente, Francia se conformó con recibir el **52% de las durísimas reparaciones de guerra** con las que Alemania iba a ser castigada, bajo el concepto de que Francia había sido uno de los países que más había sufrido por haber tenido que soportar el frente entre Bélgica y su territorio. Tales reparaciones (**132.000 millones de marcos oro**) fueron más gravosas aún, por cuanto se exigió el pago en anualidades fijas, con independencia de la marcha económica del país.
El pago de las reparaciones alemanas se complicaba, porque Versalles dejó a Alemania sin medios de riqueza: esta debió entregar toda su **flota mercante**, sus **locomotoras**, sus **reservas de carbón** y sus **manufacturas**. No es extraño, pues, que en **1923**, Alemania suspendiera el pago de las reparaciones al no poder pagar. Francia ocupó el **Ruhr**, región minera muy rica, y cuando los alemanes reaccionaron con huelgas y sabotajes, Francia expulsó a cerca de **200.000 alemanes** y los reemplazó por obreros franceses.
En el plano militar, Alemania debió suprimir el **servicio militar obligatorio** y reducir el Ejército a **100.000 hombres**. Durante **15 años**, la orilla izquierda del Rin sería ocupada y posteriormente desmilitarizada hasta una franja de **50 km**. Pero lo más grave fue la afirmación de la **responsabilidad exclusiva de Alemania** en el desencadenamiento del conflicto. Fue así como los hombres de la **República de Weimar**, que había nacido con una fuerte vocación democrática, quedaron desprestigiados ante los alemanes, pues vieron cómo sus políticos habían firmado semejante humillación.
Otros Tratados
El **Tratado de Saint-Germain** del 10 de octubre de 1919 desmanteló el **Imperio Austriaco**, dando lugar a nuevos Estados que pretendían responder a una realidad nacional: **Austria, Hungría, Checoslovaquia y Yugoslavia**, formada por la unión de los eslavos del sur. A Polonia, de la que se pretendía que sirviera de contención frente a la **URSS**, se le entregó **Galitzia**. En cuanto a Italia, solo se le entregó una parte de los territorios comprendidos en el **Tratado de Londres** (**Trieste, Istria y Trentino**). Esto generó una **frustración entre los italianos** que acabó fomentando el **nacionalismo exacerbado** que abonaría la llegada del fascismo.
El Periodo de Entreguerras, la Segunda Guerra Mundial y la Nueva Organización Mundial
Concepto
Llamamos **periodo de entreguerras** al espacio de veinte años que transcurren entre las dos guerras mundiales. Cinco son los principales hechos que se producen en esta época: la **recuperación económica** y el **Tratado de Locarno**; la **creación del Estado soviético en Rusia** (ahora llamada la URSS); el **Crack de 1929** y los **movimientos fascistas**.
La Crisis Económica y el Tratado de Locarno
Tras la **Primera Guerra Mundial**, las potencias europeas entraron en una profunda crisis económica marcada por los siguientes aspectos: las **reparaciones alemanas**, las **deudas interaliadas** y el **enriquecimiento de los países no beligerantes y extraeuropeos**, en su mayor parte.
Durante la guerra, las potencias contendientes postergaron la producción de bienes de consumo a favor de las necesidades bélicas. En consecuencia, su lugar en el mercado fue ocupado por los Estados no beligerantes, como **España, Canadá, Australia, Sudáfrica, Japón y el Cono Sur de Iberoamérica**. Pero el mayor beneficiado fueron los **EE. UU.**, que se convirtieron en la primera potencia mundial, logrando acumular la mitad de las reservas de oro mundiales. **Nueva York** desplazó a **Londres** como centro financiero del mundo. Pero lo más importante fue que los EE. UU. habían financiado a los aliados en la guerra, de manera que se les debían **10.000 millones de dólares**, una cantidad que las potencias europeas se mostraban incapaces de pagar.
El espíritu de Versalles había pretendido superar el problema aislando a Alemania, alejando a la URSS y exigiendo a la primera una cantidad astronómica en concepto de reparaciones. Era, tal vez, un intento de volver hacia atrás, recuperando el equilibrio europeo que siempre existió cuando en Centroeuropa no existía un país fuerte y, por tanto, se pensó que el hundimiento de Alemania podía salvar a Europa. Pero la historia no puede marchar hacia atrás; Alemania no podía pagar porque la guerra la había arruinado tanto o más que a sus enemigas y porque el Tratado de Versalles le había arrebatado sus principales fuentes de riqueza, de manera que en **1923** se vio sacudida por una **inflación galopante**. Así pues, solo cabía una alternativa: Europa se salvaría en su conjunto o se hundiría en su conjunto.
Ante esta situación, se emprendieron unas **actuaciones económicas** que restablecieron la cordura internacional y que en el plano político culminaron en el **Tratado de Locarno** en **1925**. En **1922**, la **Conferencia de Génova** restableció el **patrón-oro**; en **1924**, la **Conferencia de Londres** aceptó el **Plan Dawes** para el tema de las reparaciones alemanas y, finalmente, los EE. UU. aceptaron reducir las deudas interaliadas y restablecer los créditos hacia Europa. Se le concedió a Alemania un crédito de **800 millones de marcos-oro** y se le permitió a esta pagar las reparaciones, cuyo monto se había reducido notablemente, no en anualidades fijas, sino en función del crecimiento de su economía. De este modo, Alemania podría salir de la crisis y pagar a Europa y, por su parte, Europa podría devolver la deuda a los EE. UU., todo lo cual abrió una etapa de expansión desde **1924**.
Así pues, el **Tratado de Locarno de 1925** pretende superar las viejas heridas con un espíritu de concordia. Se reunieron las grandes potencias de Europa y Alemania renunció a la fuerza para modificar sus **fronteras franco-belgas** impuestas en Versalles. A cambio, se la aceptó en la **Sociedad de Naciones (SDN)**.
Esta concordia se reforzaba con el **Pacto Briand-Kellogg**, entre el ministro francés y el Secretario de Estado norteamericano, y al que se adhirieron **63 países**, por el que se renunciaba al recurso de la guerra. Pero aquel pacto era más moral y simbólico que efectivo. La **crisis del ’29** y los ascensos de los **totalitarismos** volvieron a llevarnos hacia la intolerancia, pues, además, desde el principio, la distensión internacional presentaba límites: Alemania no había renunciado a revisar las fronteras orientales impuestas; la URSS no aceptaba la frontera con Polonia y buscaba acercarse a Alemania para salir de su aislamiento (finalmente, entraría en la SDN en **1934**); tampoco los Estados balcánicos estaban conformes con sus fronteras. Al fin, tras el **Crack del ’29**, la tensión era imparable: en **1931**, **Japón** ocupaba **Manchuria** y abandonaba la SDN en **1932**. En ese mismo año, Alemania obraba igual, al tiempo que **Hitler** subía al poder.
La Creación del Estado Comunista en Rusia
A principios del siglo XX ya se había demostrado que **Rusia** solo era un gigante con pies de barro, anclada en muchos aspectos en la **Edad Media**. Su enorme imperio, que se extendía hasta la **Punta del Pacífico** y hacia los territorios asiáticos fronterizos con el **Imperio Turco**, se debía, de un lado, a la baja densidad demográfica de la zona, y de otro, a la competencia con un Estado decadente como era el otomano. Pero, por lo demás, los **zares** mantenían un auténtico **poder absoluto** con amplios privilegios para la **Iglesia Ortodoxa** y la **nobleza**, negándose a cualquier intento democratizador. En un país donde la **clase media** era muy escasa, pues las ciudades eran muy pocas y alejadas entre sí, estos poderes asentaban sus privilegios sobre la riqueza que les proporcionaban sus enormes **latifundios**, cultivados por campesinos que no abandonaron la **servidumbre** (adscripción a la tierra) hasta **1861**, reinando **Alejandro II**. Pero el **decreto de liberación** solo sirvió para crear una enorme masa de **jornaleros sin tierra**, endeudada con el Estado durante **50 años** al tener que indemnizar a sus antiguos señores. Frente a esta situación, una serie de partidos políticos exigían cambios, desde los **liberales** (*cadetes*), partidarios de una monarquía parlamentaria de corte europeo, a los **socialdemócratas** y **marxistas** (*mencheviques y bolcheviques*).
La debilidad de Rusia se hizo evidente en **1905**, ante su derrota frente a **Japón**. El zar **Nicolás II** se vio obligado a aceptar un Parlamento de estilo europeo, pero, en la práctica, se limitaba a dinamitar todas sus reformas. En estas circunstancias estalló la **Primera Guerra Mundial**, que lo cambió todo.
En **1914**, Rusia movilizó sus tropas con la misma ingenuidad con la que actuaron todos los demás contendientes. Solo **Lenin**, el líder de los bolcheviques, comprendió que la guerra representaba la oportunidad de transformar el mundo. En efecto, el **frente ruso** fue uno de los escenarios más duros de la guerra y, conforme el tiempo fue pasando, empezó a notarse, tanto en la campaña como en la sociedad civil, la falta de alimento y de combustible. La incapacidad para vencer a los alemanes no solo desmoralizó a la tropa, sino que la figura del zar se desprestigió totalmente. A esto último contribuyó también la vida familiar del zar: la **zarina alemana**, el **zarévich hemofílico**, la dependencia hacia **Rasputín**, el monje corrupto a quien la zarina protegía. Mientras tanto, los **comités de obreros y soldados** empezaban a comprender su fuerza, formando los **soviets**.
En el mes de **febrero del calendario ruso** (febrero/marzo del occidental) de **1917**, fueron frecuentes las huelgas y manifestaciones de estudiantes, ante la inacción de las tropas, pues eran cada vez más evidentes sus simpatías hacia las reivindicaciones populares. La revolución empieza, pues, como una serie de **revueltas populares** (los líderes políticos estaban en el exilio) ante el hambre, el agotamiento por la guerra y el desprestigio del zar, amparadas por unas tropas de dudosa lealtad, pues los oficiales fieles estaban en el frente. El día **27 de febrero/12 de marzo**, el parlamento (*la Duma*) se negó a disolverse y en el **Palacio de Táuride** se organizó el **Soviet de Petrogrado**. El zar, sin apoyos, no tardará en abdicar, iniciando un camino trágico él y su familia, que lo conducirá hasta el asesinato de todos ellos ordenado por los bolcheviques. La consecuencia más importante de la **Revolución de Febrero/Marzo** fue el fin de la **autocracia**. Se formó un **Gobierno Provisional** conformado por políticos liberales, que compartía el poder de una manera inestable con el **Soviet de Petrogrado**, donde predominaban los socialistas moderados. Esta inestabilidad fue la que terminó conduciendo hacia la **Revolución de Octubre**.
El Gobierno Provisional decidió continuar las hostilidades (retirarse significaba aceptar la derrota frente a Alemania y las consiguientes amputaciones para Rusia, cuando se esperaba una pronta intervención de los EE. UU. que cambiaría el signo de la guerra). Por otro lado, comprendía la necesidad de emprender una **reforma agraria**, pero consideraba que una misión tan delicada no podía realizarse con premura, por lo que decidió esperar a la celebración de las **Cortes Constituyentes**, que se encargarían de elaborar la nueva Constitución. Mientras tanto, los mencheviques de los soviets, fieles al **marxismo más dogmático**, creían que con la Revolución de Febrero la historia abría la etapa del poder de la burguesía, tal como había sucedido con la **Revolución Francesa** del siglo anterior. Más adelante, cuando los burgueses se establecieran en el poder, llegaría el turno histórico de la **revolución socialista**. Este fue el motivo por el que los mencheviques aceptaron colaborar con el gobierno burgués. Pero en el exilio de Suiza, **Lenin** veía las cosas de otro modo: los bolcheviques pensaban que era posible acelerar la historia, llegando directamente a la revolución socialista sin pasar por la burguesa. Creían, además, que el marxismo dogmático estaba equivocado: el desarrollo de la **revolución industrial** no conducía al socialismo, pues los obreros habían terminado mejorando notablemente su situación, tal y como se veía en los países ricos. Solo en un país como Rusia, marcadamente rural y con una débil industrialización, el socialismo era posible. Así, en **abril de 1917**, Lenin llegó a Petrogrado con un programa, las **Tesis de Abril**, donde reclamaba el poder para los soviets, la **nacionalización de la banca**, y lo que más deseaba el pueblo, el **reparto de la tierra y la paz**. Finalmente, aprovechando la debilidad del Gobierno, pudo tomar el **25 de octubre/7 de noviembre** los puntos neurálgicos de Petrogrado.
Los Movimientos Fascistas
Los Estados europeos con mayor tradición liberal se mantuvieron fieles a la democracia a pesar de los múltiples problemas, pero en aquellos donde el **parlamentarismo** estaba poco consolidado, en el centro y sur de Europa, se establecieron **regímenes autoritarios**. A fin de cuentas, la gente desconfiaba de una democracia que había arrastrado a Europa hacia una guerra tan terrible. Estos regímenes alcanzaron su máximo desarrollo en **Italia**, con el **fascismo de Benito Mussolini**, y en **Alemania**, con el **nazismo de Adolf Hitler**.
Características Fundamentales
- La implantación de un **sistema autoritario** donde el Estado concentra todo el poder a través de un **líder carismático**, un *ser excepcional enviado por el destino histórico* que es considerado infalible y que exige obediencia ciega (*el Duce*, Mussolini o *el Führer*, Hitler). No existen libertades ni pluralismo político, solo un **partido único** y una **policía política**, como la **Gestapo** o la **OVRA italiana**.
- **Control por el Estado de la economía y de la sociedad**. El Estado se define como **anticapitalista y anticomunista**, aspirando a crear un modelo distinto, más justo según dicen, que una a obreros y patronos en la construcción de un país más rico y fuerte, con una mayor justicia social para todos. Esto conlleva a defender **modelos autárquicos de economía**. El control de la educación y de los medios de comunicación social les permite imponer su modelo sobre la sociedad.
- Se considera que unos miembros de la sociedad son superiores a otros por su inteligencia, educación, raza y sexo, lo que, frente a la igualdad y libertad, lleva a defender la **jerarquía**.
- El **ultranacionalismo**.
En todas partes, estos movimientos triunfaron por los **descontentos nacionales** generados tras los tratados de paz (**humillación de Alemania en Versalles**, descontento de los italianos al no haber recibido todas las compensaciones territoriales prometidas en el **Tratado de Londres**); también influyó, en un principio, el apoyo que estos movimientos recibieron por parte de los **capitalistas y de las clases altas**, al pensar que podían utilizarlos para frenar el avance del comunismo. Por último, tuvieron el apoyo de los **excombatientes y parados descontentos**.
En Italia, el fascismo triunfa a partir de **1922**. La **conflictividad social**, con abundantes huelgas y movilizaciones sindicales, permitió a Mussolini reclamar el poder al ofrecer **orden social**. Tras su **Marcha sobre Roma**, al frente de sus *camisas negras* (así eran llamados los fascistas italianos), logró que el rey **Víctor Manuel III** le encargase la formación de gobierno. Entonces se proclamó *Duce* e implantó una **dictadura fascista**.
En Alemania surgió, desde **1920**, el **Partido Nacionalsocialista de los Trabajadores de Alemania**, los *Nazis*, fundado y dirigido por el *Führer* **Adolf Hitler**. En **1918**, todavía durante la guerra, el **Káiser** había abdicado, de modo que en Alemania se estableció la llamada **República de Weimar**, por haber sido proclamada en esta ciudad. La República había nacido con una fuerte vocación democrática, pero fue herida de muerte desde el principio, cuando sus dirigentes se vieron obligados a firmar el **Tratado de Versalles**, que no solo implicaba la drástica **amputación territorial de Alemania**, sino el reconocimiento expreso y criminal de su **culpabilidad en el estallido de la guerra**.