La Reconquista y la Sociedad Medieval en la Península Ibérica: Reinos, Cultura y Arte

Los Primeros Núcleos de Resistencia Cristiana

Los reinos occidentales, desde el siglo VII, se establecieron en las zonas montañosas del norte, formando núcleos cristianos fundados por nobles.

Destaca el Reino de Asturias, fundado por Don Pelayo tras su victoria en Covadonga en 722. Su capital estuvo en Cangas de Onís, luego en Oviedo y finalmente en León, convirtiéndose en el Reino de León. Su expansión fue rápida, ya que la zona del Duero fue abandonada. El este fue fortificado con el Condado de Castilla, pero el Conde Fernán González se independizó y en el 950 fundó el Reino de Castilla.

Los reinos orientales surgieron porque Carlomagno estableció la Marca Hispánica (franja fortificada al sur de los Pirineos) a principios del siglo IX. De esta se independizaron algunos condados, creando el Condado de Aragón (que incluía Aragón, Sobrarbe y Ribagorza), que más tarde se convertiría en el Reino de Navarra (830).

En el año 830, el Conde Wifredo el Velloso, en tierras catalanas todavía pertenecientes a Carlomagno, convirtió sus cargos y posesiones en hereditarios. Un siglo después, se negaron a la fidelidad al rey franco, provocando el nacimiento de los Condados Catalanes.

Principales Etapas de la Reconquista

En la primera etapa (siglos VIII-X) se recuperó el norte de la Península. El Reino de Asturias y León llegó al río Duero a mediados del siglo X. En la segunda mitad, el avance se paralizó debido a las campañas de Almanzor. Destacan Alfonso I el Batallador y Sancho III el Mayor.

En la segunda etapa (siglos XI-XIII), al desintegrarse el Califato, los reinos cristianos cobraron parias a las Taifas durante el siglo XI. En esta etapa, conquistaron el Valle del Tajo y el Valle del Ebro. La Mancha quedó como frontera, ya que la llegada de los Almorávides frenó el avance.

Después de la Batalla de las Navas de Tolosa (1212), la conquista se aceleró.

Fernando III conquistó Extremadura y el Valle del Guadalquivir; Alfonso X el Sabio conquistó Murcia; y Jaime I el Conquistador conquistó Mallorca y Valencia.

En la tercera etapa (siglos XIV-XV) se paralizó la Reconquista por la crisis y la defensa de las sierras Béticas, hasta que los Reyes Católicos conquistaron Granada en 1492, finalizando la Reconquista.

Formas de Ocupación del Territorio y su Influencia en la Estructura de la Propiedad: Modelos de Repoblación y Organización Social de los Reinos Cristianos

Durante los siglos VIII-XI, se repoblaron tierras deshabitadas con campesinos a los que se les entregaban tierras con la condición de trabajarlas. Los reyes crearon presuras, que eran comunidades de campesinos con pequeñas tierras (alodios). La primera zona repoblada fue el Valle del Duero, formando villas cuyos habitantes se reunían en el Concilium. En Cataluña, las tierras fueron ocupadas por aprisión. Monasterios y castillos fueron focos de atracción de campesinos, sirviendo como fortalezas y desarrollando ciudades.

Durante los siglos XII-XIII, se ocuparon territorios con importante actividad económica, de los que se expulsó a los musulmanes mediante capitulaciones, quedando vacíos demográficamente. Los reyes crearon un sistema de repartimiento entre los que lucharon en la Reconquista, iniciando concentraciones feudales.

Se crearon latifundios en la cuenca del Guadiana. En Aragón, los musulmanes permanecieron, conservando costumbres mudéjares, pero las tierras se repartieron entre los conquistadores, concediendo franquicias. En el Duero, el pueblo tenía privilegios con las cartas pueblas.

La Península Ibérica en la Edad Media: Una Cultura Plural

En la Península convivían las culturas musulmana, judía y cristiana, aunque no siempre pacíficamente.

Los mozárabes, cristianos en Al-Ándalus, eran respetados en su práctica religiosa y contaban con sus propias autoridades, pero la presión musulmana provocó su desplazamiento a tierras cristianas.

Los mudéjares, musulmanes en tierras cristianas, vivían en zonas rurales o morerías, rigiéndose por sus propias leyes.

Los hispano-judíos tenían poder económico y ocupaban cargos en la administración, rigiéndose por sus propias leyes.

La convivencia de culturas propició creaciones artísticas y literarias. Toledo fue la ciudad más destacada.

Se crearon las Escuelas de Traductores, centros de encuentro entre las tres culturas, que favorecieron el desarrollo cultural y estaban bajo la protección de obispos y reyes.

La más importante fue la Escuela de Traductores de Toledo, bajo la dirección de Alfonso X el Sabio, donde se traducían textos al latín y al hebreo.

Otra manifestación cultural fue la creación de universidades. Toda esta cultura se difundió, en gran medida, por el Camino de Santiago.

La Península Ibérica en la Edad Media: Manifestaciones Artísticas

El arte asturiano (siglo IX) se inspira en lo clásico, anticipando elementos del Románico. Destaca Santa María del Naranco.

El arte mozárabe o de repoblación (siglo X) introdujo elementos del arte islámico. Destaca San Miguel de la Escalada, así como el cultivo de una miniatura colorida y expresiva.

El arte románico (siglos XI-XII), un arte eminentemente religioso, sobresale en su arquitectura: iglesias de cruz latina con bóvedas de medio cañón, entre las que destaca la Catedral de Santiago de Compostela. El edificio es oscuro, invitando a la espiritualidad, y evolucionará hasta llegar a construcciones como el Pórtico de la Gloria. La pintura es mural.

El arte gótico (siglos XIII-XVI) empieza a usar el arco apuntado, destacando también por sus arbotantes, contrafuertes y sus alturas. Son edificios iluminados, con espectaculares vidrieras. Destacan las catedrales de Burgos, Toledo y León. La escultura es natural y humanizada, y la pintura es sobre tabla (retablos).

El arte mudéjar (siglos XII-XVI) es un estilo hispano que combina elementos del arte románico, gótico e islámico. Destaca la Sinagoga del Tránsito (Toledo).