La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)
1. Antecedentes y Causas del Golpe Militar
La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930) constituyó el primer gobierno dictatorial de España, logrando suspender las garantías constitucionales conquistadas a lo largo de los años y de períodos tan claves como el Sexenio Revolucionario. Su instauración puso fin al régimen de la Restauración en España, el cual estuvo basado en una falsa democracia en la que los dos grandes partidos, liderados por Cánovas y Sagasta, pactaban el turnismo y acordaban el falseamiento electoral para obtener los resultados deseados, ayudándose de la intervención de los caciques.
Este turnismo bipartidista, junto a la Constitución, el ejército y el Rey, constituían los pilares del sistema canovista que pretendía asegurar la estabilidad política del país. No obstante, este sistema trajo consigo la exclusión de otros partidos, la corrupción democrática y una fuerte oposición por parte de nacionalistas y obreros que veían mermados sus derechos e imposibilitadas sus opciones de alcanzar el poder. Los intentos de reformas llevados a cabo durante el reinado de Alfonso XIII, tanto por los conservadores (Maura) como por los liberales (Canalejas), fracasaron ante la oposición de ambos partidos. También fracasaron los intentos de cambios desde fuera del sistema, como la Crisis de 1917.
El reinado estuvo también marcado por la Guerra de Marruecos, con desastres como el del Barranco del Lobo y Annual, que agotó el presupuesto en casi veinte años de lucha. Tuvo una importante repercusión en el interior, como la Semana Trágica de Barcelona. A esto se unió la crisis social que se extendió por España, reflejada en el pistolerismo en Cataluña y el Trienio Bolchevique.
En este contexto de crisis política y social, el 13 de septiembre de 1923, el general Miguel Primo de Rivera se pronunció contra la legalidad constitucional y exigió al Rey que el poder pasara a los militares, aceptando el monarca esta solución. Los golpistas (Primo de Rivera y los sectores que le dieron su apoyo: militares, políticos cercanos a la monarquía y parte de las clases dirigentes) justificaron su acción como solución a la crisis política y la conflictividad social del país, basándose en los siguientes puntos:
- La inestabilidad del sistema político parlamentario y su desprestigio por el fraude electoral.
- El miedo de las clases acomodadas a una revolución ante la conflictividad de los obreros y campesinos.
- El aumento de los nacionalismos y del republicanismo.
- El desastre de Annual.
Este último episodio del problema marroquí supuso el ataque por parte de las tropas españolas al mando del general Silvestre contra las cabilas rifeñas que luchaban por acabar con la presencia española en la zona. El resultado fue una enorme derrota con grandes pérdidas territoriales y, sobre todo, humanas que, junto al anuncio de una investigación en el Parlamento y la petición de responsabilidades, desencadenó la ira de amplios sectores del ejército y la derecha. El punto final que decidió a los militares fue el apoyo al golpe del propio Rey. Así, con un manifiesto inaugural de claro componente populista para ganar el favor del pueblo, dio comienzo la dictadura como una solución inconstitucional que acabó con cualquier posibilidad de reforma democratizadora del sistema.
2. Primeras Medidas y Fases del Régimen
La Dictadura de Primo de Rivera pasó por dos fases:
- Directorio Militar: Hasta 1925, gobernó un directorio cuyos miembros eran militares.
- Directorio Civil: Desde 1925. Ese año, en el directorio se incluyeron como ministros a personalidades civiles como José Calvo Sotelo en Hacienda o Eduardo Aunós en el Ministerio de Trabajo. A pesar de estas incorporaciones, el peso de los militares continuó siendo importante y el régimen siguió con un carácter autoritario.
Las primeras medidas mostraban su carácter dictatorial:
- Suspensión del régimen constitucional.
- Cese de las autoridades civiles.
- Prohibición de los partidos políticos y sindicatos.
Todo ello acompañado de una militarización del orden público y represión del obrerismo radical (CNT y comunistas).
3. Consolidación y Cambios Políticos
Para acabar con el caciquismo, se elaboró un Estatuto Municipal y otro Provincial, y se sustituyeron los ayuntamientos por juntas de vocales nombradas por los gobernadores civiles. Sin embargo, en la práctica, la renovación prometida fue una farsa que eliminó los mecanismos electorales y se limitó a sustituir unos caciques por otros.
En relación a los conflictos exteriores, el principal era el conflicto de Marruecos, que se saldó con la operación conjunta con Francia en el desembarco de Alhucemas (1925), un gran éxito. Tras varias derrotas, el líder Abd el-Krim se rindió, entregándose a las tropas francesas. En 1927, el ejército español había concluido la ocupación efectiva de todo el protectorado en Marruecos.
Una vez resuelto el problema de orden público y la cuestión marroquí, a finales de 1925 se creó un Directorio Civil. Se formó un nuevo gobierno presidido por Primo de Rivera en el que entraron ministros civiles como Calvo Sotelo en Hacienda y Eduardo Aunós en Trabajo. Primo de Rivera pretendía consolidar el poder apoyado por los sectores conservadores. Aprovechando la buena coyuntura económica internacional, se emprendió una reactivación económica basada en el nacionalismo económico y el dirigismo estatal.
Desde 1926, se fue abandonando la idea de una dictadura transitoria y se intentó institucionalizar el régimen para darle continuidad, influenciado por el fascismo italiano. El primer paso fue la creación de una Asamblea Nacional Consultiva, cuyos miembros no serían elegidos por sufragio, sino designados entre los ciudadanos pertenecientes a las grandes instituciones públicas (municipios, universidades, administraciones, patronales y representantes de obreros).
Para promover la adhesión al nuevo sistema, se creó un partido único, la Unión Patriótica. Era un partido gubernamental sin programa ideológico definido, cuya misión era proporcionar apoyo social a la dictadura y seguir los dictados del poder. También se reactivó la institución del Somatén (ciudadanos armados voluntarios) para colaborar en el mantenimiento del orden público.
La Asamblea Nacional Consultiva era un organismo corporativo, compuesto por representantes de las corporaciones elegidas por sufragio indirecto, por funcionarios de la Administración y por representantes sociales elegidos desde el poder. Dos tercios de sus componentes eran designados por el gobierno. Su función era consultiva. La Asamblea estaba encargada de elaborar un Estatuto Fundacional de la Monarquía. El proyecto establecía un régimen autoritario, con el poder legislativo compartido entre la cámara y el monarca. La cámara sería mitad electiva y mitad por designación.
4. Política Económica y Social
En el aspecto sindical, se creó la Organización Corporativa Nacional: un sindicato vertical que incluía a representantes de obreros y empresarios en la misma organización. Su misión era reglamentar los salarios y condiciones de trabajo, así como las negociaciones entre patronos y trabajadores, aunque bajo el control del Estado. La UGT pudo operar, pero anarcosindicalistas y comunistas fueron perseguidos por el régimen y obligados a permanecer en la clandestinidad.
La Dictadura se benefició de la buena coyuntura económica internacional tras la I Guerra Mundial y puso en marcha un programa de fomento del sector industrial y las infraestructuras en España a través de la nacionalización de sectores, el intervencionismo estatal y el fomento de las obras públicas. Además, el gobierno aprobó el Decreto de Protección de la Industria Nacional, para conceder ayudas estatales a las empresas que no podían competir con el exterior. También se concedieron grandes monopolios, como el de telefonía a la Compañía Telefónica Nacional o el del petróleo a Campsa, siendo todo subvencionado mediante presupuestos extraordinarios que generaron una enorme deuda anualmente.
En el ámbito agrario no se emprendió ninguna reforma y el sector siguió controlado por los grandes propietarios, siendo la única novedad la promoción del regadío a través de la creación de las Confederaciones Hidrográficas, que buscaban sacar el máximo aprovechamiento de los recursos hidráulicos en las cuencas de los grandes ríos españoles.
5. La Oposición a la Dictadura
La oposición a la Dictadura estaba integrada por diversos grupos:
- Algunos líderes de los partidos dinásticos.
- Los republicanos.
- Nacionalistas.
- Comunistas.
- Anarquistas.
- Ciertos sectores militares.
- Los intelectuales.
Los partidos dinásticos promovieron conspiraciones militares, como la Sanjuanada en 1926.
Respecto a los intelectuales y el mundo universitario, la Dictadura pretendió controlarlos mediante la censura y limitando su libertad hasta el punto de cerrar universidades. Ellos protagonizaron grandes protestas que derivaron en la creación de un gran sindicato, la Federación Universitaria Española (FUE), de carácter republicano. Además, se suscribió un manifiesto en 1924 con más de cien firmas, donde destacaban figuras como Unamuno, Ortega y Gasset o Menéndez Pidal, en contra de estas medidas, siendo la mayoría desterrados o perseguidos.
El conflicto más importante vino de los republicanos y nacionalistas, especialmente los nacionalistas catalanes. La oposición de los republicanos fue permanente y organizaron la llamada Alianza Republicana, que logró unir a las diversas facciones del movimiento y desarrollar una amplia campaña propagandística en el exterior. En Cataluña, el descontento ante medidas como la liquidación de la Mancomunidad o la prohibición del uso de la lengua catalana y el baile de la sardana, fue en aumento, y la oposición del republicanismo de izquierdas fue aún más decidida. Destaca el grupo Estat Català con un intento de invasión armada dirigida por Francesc Macià desde Francia en 1926.
La CNT, contraria al régimen, fue duramente perseguida, lo que provocó el enfrentamiento entre los partidarios de posturas radicales y los que defendían posiciones más posibilistas. Los primeros crearon la Federación Anarquista Ibérica (FAI). El PSOE también rechazó los intentos continuistas del régimen y apoyó la llegada de la República.
6. El Fin de la Dictadura y el Camino a la República
La creciente oposición a Primo de Rivera se intensificó cuando el Rey se convenció de que la dictadura era un peligro para la permanencia de la monarquía. Alfonso XIII retiró su confianza al dictador, quien dimitió el 30 de enero de 1930. Lo sustituyó el general Berenguer con la misión de celebrar unas elecciones que permitieran retornar a la normalidad constitucional. Su período es conocido como la Dictablanda.
La oposición comenzó a organizarse y los republicanos, catalanistas de izquierda y el PSOE acordaron la firma conjunta del Pacto de San Sebastián (agosto de 1930), un programa para presentarse a las elecciones que planteaba el fin de la monarquía y la constitución de un comité revolucionario que debería convertirse en el gobierno provisional de la futura República.
Berenguer no fue capaz de preparar las elecciones y, en febrero de 1931, fue sustituido por un gobierno presidido por el almirante Aznar, quien puso en marcha los comicios, pero prefirió convocar primero las elecciones municipales por considerarlas menos peligrosas para la monarquía que los niveles superiores. Se fijaron para el 12 de abril de 1931.
El pueblo español vio las elecciones como un plebiscito a favor o en contra de la monarquía, debido al apoyo del Rey al dictador, y dio una gran victoria a las fuerzas republicanas en la mayoría de las grandes ciudades. Ante esta situación, Alfonso XIII renunció a la Corona y abandonó España, mientras el 14 de abril, tras multitudinarias y espontáneas manifestaciones populares desde que se conocieron los resultados, se proclamaba la II República en España.