La Crisis del 98: Un Punto de Inflexión en la Historia de España
La Crisis del 98 fue un hecho fundamental que marcó la historia de España. Fue un acontecimiento que obligó a una reflexión profunda sobre nuestro país. En 1898 terminaba una época y se abría otra en la que España había dejado de ser un imperio para pasar a ser solamente una nación en la que no todos se reconocían como parte de ella. La pérdida del imperio de ultramar fue considerada un desastre tanto militar como diplomático debido, sobre todo, a que desde la prensa y los púlpitos se había propagado desmedidamente la creencia en la superioridad militar española. A pesar de ello, la derrota no provocó ningún cambio político.
Consecuencias del Desastre del 98
Algunas de las consecuencias del desastre del 98 fueron las siguientes:
Repercusiones Económicas
Las repercusiones económicas no fueron importantes a corto plazo, salvo la fuerte subida de los precios de los alimentos en 1898. A largo plazo, la derrota supuso la pérdida de los ingresos procedentes de las colonias, así como la pérdida de los mercados privilegiados que estas suponían y de las mercancías que, como el cacao, el azúcar o el tabaco, deberían comprarse en los mercados internacionales a precios más altos. Sin embargo, la caída de la producción textil catalana pronto se vio compensada con un aumento de la demanda nacional facilitada por las medidas proteccionistas de los gobiernos de la Restauración. Por otra parte, la pérdida de Cuba y Puerto Rico también supuso la repatriación de capital.
Intentona de Golpe de Estado
La derrota estuvo a punto de provocar un golpe de Estado encabezado por el general Camilo Polavieja, cuyo objetivo inmediato era el establecimiento de una dictadura militar.
Impacto Social y Trauma Colectivo
La llegada a España de las primeras noticias de la Batalla de Cavite desencadenó violentos tumultos populares exigiendo responsabilidades por la derrota en decenas de ciudades del país, donde se repitieron las detenciones y las cargas de la Guardia Civil contra los manifestantes con un resultado de más de 15 minutos. En general, el pueblo español vivió la derrota como un trauma colectivo ya que, de repente, las pasadas fantasías sobre la gloriosa grandeza de la patria española se desplomaron y dejaron paso a los sentimientos de inferioridad y desmoralización.
El Fin del Imperio Ultramarino y el Giro hacia África
Por otra parte, después de la derrota, España se apresuró a eliminar los últimos restos de nuestro imperio de ultramar con la venta a Alemania de los archipiélagos de las Marianas, las Carolinas y las Palaos en el Océano Pacífico. Sin embargo, España perdió todos sus territorios coloniales en una época en la que la posesión de colonias se había convertido en la demostración de la grandeza de un país. Era la época del imperialismo-colonialismo; por lo tanto, los militares y los gobiernos de la Restauración y de Primo de Rivera centraron sus esfuerzos en consolidar un imperio colonial en África en un momento en el que Gran Bretaña y Francia se disputaban la hegemonía en este continente. Los únicos territorios que España consiguió en este contexto fueron el norte de Marruecos, el actual Sáhara Occidental y Guinea Ecuatorial.
El Nacimiento del Regeneracionismo
Este ambiente social marcó el nacimiento del Regeneracionismo. Este movimiento buscaba una solución a los males de España y proponía una regeneración del país. Entre los regeneracionistas destacaban Ángel Ganivet, pero especialmente Joaquín Costa, autor de Oligarquía y caciquismo como forma actual de gobierno en España. Los regeneracionistas indicaban que los males del país eran la corrupción de los partidos políticos y el atraso económico y social de España con respecto a los países de su entorno.
Los regeneracionistas defendían la reorganización de la vida política, la limpieza del sistema electoral, la reforma educativa, la ayuda social, las obras públicas y, en definitiva, una actuación encaminada al bien común y no en beneficio de los intereses políticos de la oligarquía dominante. Políticos como Maura y Canalejas adoptaron algunas ideas regeneracionistas. Por otro lado, esta necesidad de regenerar nuestro país también conecta con la actitud de la llamada Generación del 98, grupo de literatos en sintonía con el espíritu del regeneracionismo y de la que son representantes autores como Unamuno o Pío Baroja.
El Bienio Reformista (1931-1933) de la Segunda República Española
En junio de 1931 se convocaron elecciones generales (por sufragio universal masculino) y triunfaron el PSOE (el más votado) y los partidos republicanos de izquierda (Acción Republicana y Partido Socialista). Por lo tanto, se formó un gobierno de izquierda que estuvo presidido por Manuel Azaña. Las medidas más importantes llevadas a cabo por este gobierno coincidieron con los puntos de la Constitución de 1931 que acababan de aprobar.
Reformas Laborales
El Ministerio de Trabajo fue dirigido por Largo Caballero, el representante de la rama más radical del PSOE, y sus reformas fueron las siguientes: Se declaró el 1 de Mayo como día festivo. Se decretó un salario mínimo para los trabajadores. Se prohibió a los terratenientes que contrataran de fuera del municipio. Se mantuvieron los Comités Paritarios de Primo de Rivera, pero ahora pudieron participar en ellos todos los sindicatos que fueran elegidos por los trabajadores.
Reforma Educativa
La izquierda sabía que para la modernización de un país era indispensable mejorar la calidad de su educación; por lo tanto, se llevaron a cabo las siguientes reformas: Se incrementó un 50% el dinero que destinaba el Estado a la educación. Se construyeron miles de nuevas escuelas. Se contrataron miles de nuevos profesores y se les subió el sueldo. Se creó la enseñanza mixta, lo que produjo un escándalo en la derecha. Se impulsaron las actividades de investigación en la Universidad.
Reforma Religiosa
Estas reformas produjeron un gran escándalo en los sectores sociales católicos de España y supusieron el ataque de la derecha. Las reformas fueron: Se suprimió la enseñanza de la religión en las escuelas o institutos. Se retiraron todos los crucifijos y símbolos religiosos de todos los edificios públicos. Se intentó impedir las procesiones religiosas. Se suprimieron las ayudas económicas a la Iglesia Católica. Se aprobó el divorcio y el matrimonio civil.
Reformas Autonómicas
En coherencia con la Constitución, se declaró el derecho de las “comunidades históricas” a tener su autonomía; se empezó por la autonomía de Cataluña, aprobada en 1932.
Reforma Militar
Llevada a cabo por Azaña, pretendía dos cosas: someter definitivamente el poder militar al poder civil, es decir, acabar con los golpes de Estado de los militares, mandando a la reserva a gran parte de los oficiales de mayor edad; y modernizar el Ejército Español.
Reforma Agraria
Los problemas de la agricultura española eran básicamente el exceso de latifundios frente al exceso de jornaleros. Por lo tanto, las reformas fueron básicamente orientadas a solucionar este problema. El gobierno expropió las tierras a las grandes aristocracias (sin indemnización). Los grandes latifundios y tierras incultas también se expropiaron, pero con una indemnización a sus propietarios. Se pretendía entregar estas tierras a los campesinos sin propiedad. Estas medidas crearon grandes esperanzas entre la clase trabajadora del campo. Sin embargo, el gobierno aplicó esta ley de una forma tan lenta que los agricultores se sintieron defraudados y muchos prefirieron acercarse a grupos políticos más radicales como anarquistas o comunistas.
Rechazo y Descontento Social del Bienio Reformista
Al final, el gobierno del Bienio Progresista empezó a tener cada vez más rechazo social debido a:
- Los sectores católicos vieron como una afrenta las medidas del gobierno sobre la religión.
- Los empresarios se quejaron por la ley que obligaba a pagar un salario mínimo a los trabajadores.
- Comunistas, anarquistas y el sector más radical del PSOE vieron insuficientes las reformas llevadas a cabo por el gobierno.
- La clase media, al ver que continuaban las huelgas y los desórdenes sociales, empezó a oscilar a la derecha en busca de un gobierno más autoritario.
- Los militares siguieron con sus hábitos golpistas y el general Sanjurjo intentó un golpe de Estado que fracasó.