El Sector Servicios en España: Evolución, Impacto y Desafíos Territoriales

La Terciarización de la Economía Española

El sector terciario comprende las actividades que proporcionan servicios a la sociedad. Es un sector muy heterogéneo y se presta a distintas formas de clasificación.

Clasificación del Sector Terciario

Según su titularidad y fines

  • Servicios privados o de mercado: Los prestan empresas privadas con el dinero pagado por los clientes. Su fin principal es obtener un beneficio económico. En España, los servicios de este tipo aportan la mayor parte del empleo y del PIB del sector terciario.
  • Servicios públicos o de no mercado: Los prestan el Estado o las administraciones públicas, con el dinero recaudado por los impuestos. Su fin es proporcionar bienes a la sociedad, por lo que algunos son deficitarios, como la sanidad o la educación.

Según los subsectores de actividad

Las actividades terciarias se engloban en cuatro grupos principales:

  • Servicios a la empresa: Incluyen asesoría, estudios de mercado, publicidad e I+D. Han crecido hasta ocupar el primer lugar en su aportación al PIB y el tercero en el empleo.
  • Servicios de distribución: Comprenden transportes y comunicaciones, correo y comercio. Dentro de este grupo, destacan en España el comercio (primer lugar en el empleo y segundo en el PIB) y los transportes y comunicaciones (tercer lugar en el PIB).
  • Servicios sociales: Engloban sanidad, educación y administración pública. En este grupo, la administración pública desempeña un papel importante en el empleo (segunda posición) en contraste con su menor aportación al PIB (quinto lugar). La enseñanza y la sanidad públicas disminuyen su aportación al PIB y al empleo, debido a la privatización de una parte de estas prestaciones.
  • Servicios al consumidor: Incluyen hostelería, restauración, reparación, ocio y cultura. Aquí la hostelería ha ganado peso, en relación con el crecimiento de la capacidad de gasto y de las actividades de ocio (cuarto lugar en el PIB y el empleo).

El Crecimiento del Sector Terciario en España

El crecimiento de los servicios a partir de la década de 1960 ha supuesto la «terciarización» de la economía española, en la que este sector aporta más del 60% al PIB y a la ocupación de la población activa.

Causas del Crecimiento

Las causas del crecimiento del sector terciario han sido muy variadas:

  • El aumento del nivel de vida permite un mayor consumo de servicios y exige que sean cada vez más numerosos y especializados.
  • La mecanización de las tareas agrarias desde la década de 1960 provocó el trasvase de parte de la población agraria al sector terciario.
  • La evolución de la industria ha favorecido la terciarización: el desarrollo industrial durante la década de 1960 impulsó el crecimiento de servicios como los transportes y las finanzas; la crisis de 1975 condujo al sector terciario a muchos trabajadores industriales desempleados; y la industria moderna tiende a «terciarizarse», dado que incorpora nuevas tecnologías que requieren cada vez menos mano de obra, y demanda, en cambio, numerosos servicios (servicios a la producción).
  • El desarrollo de ciertas actividades terciarias ha impulsado numerosos servicios. Así, el turismo ha fomentado la hostelería, el comercio, los transportes y los servicios para el ocio. También, el incremento de los servicios públicos, con la creación de las administraciones autonómica y europea, y con la implantación del Estado del bienestar, ha estimulado los servicios administrativos, la sanidad y la educación.
  • La creciente incorporación de la mujer al trabajo fuera del hogar se realiza básicamente en este sector y ha impulsado ciertos servicios como las guarderías y la ayuda doméstica.

Características y Tendencias del Sector Servicios

  • Las empresas de servicios representan en torno al 80% del total. Las más numerosas son las comerciales, seguidas a considerable distancia por los servicios a las empresas, el turismo y los transportes. En su inmensa mayoría son pymes (en torno al 99%).
  • La mano de obra ocupada en los servicios ha ido creciendo y supera el 60% de la población activa (66,8% en 2007), dado que muchos servicios no son mecanizables. Además, presenta grandes contrastes entre mano de obra cualificada, que percibe salarios más altos y es más estable, y mano de obra no especializada, que recibe salarios inferiores y padece mayor inestabilidad, o se mueve dentro de la economía sumergida.
  • La aportación de los servicios al PIB supera el 60% (66,8% en 2007). En unos casos, este hecho indica desarrollo económico y alto nivel de vida. Sin embargo, en ocasiones significa un escaso desarrollo de los otros dos sectores, especialmente de la industria, o esconde una polarización económica en una actividad muy concreta, por ejemplo, el turismo.
  • El encarecimiento de los servicios está provocando una tendencia creciente a sustituir los servicios por bienes (por ejemplo, comer en un restaurante por la compra de comida preparada) o por la autoprestación de servicios (por ejemplo, recurrir al bricolaje en lugar de a un carpintero).
  • La incorporación de las nuevas tecnologías mejora el funcionamiento de los servicios, favorece la creación de servicios nuevos relacionados con ellas, y posibilita nuevas formas de prestarlos (trabajo a domicilio y a distancia).

Distribución Territorial y Desequilibrios

En todas las comunidades autónomas españolas predomina el sector terciario en el empleo y en el PIB. No obstante, se observan desequilibrios territoriales, ya que, aunque los servicios tienen gran ubicuidad, su localización está influida por factores que generan diferencias como el volumen de población, el grado de urbanización, los niveles de desarrollo y de renta.

Estos factores motivan diferencias en el grado de terciarización y en el tipo de servicios:

Grado de Terciarización por Comunidades Autónomas

  • El grado de terciarización del empleo es mayor en las comunidades especializadas en turismo (Canarias, Baleares, Andalucía); en Madrid, que, por su capitalidad, concentra servicios estatales y funciona como centro de mercado a escala nacional; y en Ceuta y Melilla, donde son muy escasas las demás actividades productivas.
  • La terciarización es menor en las comunidades con mayor peso relativo agrario y agroindustrial (La Rioja, Navarra, Castilla-La Mancha).

El sector terciario se concentra también en las grandes ciudades, que reúnen más población. No obstante, hay que tener en cuenta que algunas grandes ciudades han iniciado una difusión de servicios hacia ciudades medias y pequeñas e incluso hacia áreas rurales, favorecida por la mejora de los transportes y por las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación.

Aportación al PIB y Tipología de Servicios

  • La aportación de los servicios al PIB es mayor en los espacios donde predominan los servicios más avanzados, como los dedicados a las empresas (Madrid).
  • En este aspecto, se aprecian también importantes contrastes:
    • Los servicios más cualificados, como los servicios a las empresas, dominan en un reducido número de provincias (Madrid, Barcelona, Vizcaya y Zaragoza) y tienden a concentrarse en las grandes ciudades.
    • Los servicios al consumidor, como la hostelería, están más implantados en las áreas turísticas (Comunidad Valenciana, Murcia, provincias del sureste andaluz, Baleares y Canarias).
  • En cambio, la terciarización es menor en los espacios donde predominan los servicios menos cualificados, como el comercio y los servicios personales, administrativos y asistenciales. Estos se reparten más uniformemente y predominan en el resto del territorio.

Perspectivas Futuras del Sector Terciario

En el futuro, las desigualdades en la terciarización pueden aumentar. Aunque todavía existe margen para el crecimiento cuantitativo del sector, las cifras son ya similares a las de otros países del entorno. Por tanto, el incremento se orientará a la mejora cualitativa y a la diversificación de los servicios. En estas circunstancias, y una vez que el proceso de descentralización administrativa ha finalizado, la distribución de los servicios estará cada vez más condicionada por el desigual reparto de las actividades productivas y de la renta, con el consiguiente riesgo de acentuación de los desequilibrios actuales.