El Manifiesto del Manzanares y el Bienio Progresista (1854-1856)
El Manifiesto del Manzanares, publicado el 7 de julio de 1854 y firmado por el general Leopoldo O’Donnell, fue redactado por Antonio Cánovas del Castillo. Este documento es una fuente primaria, política y circunstancial, surgida en el contexto del pronunciamiento militar contra el gobierno moderado de Isabel II. Su propósito principal era legitimar la sublevación, ganarse el apoyo popular y presentar un programa que combinara orden, reformas liberales y legitimidad dinástica. El manifiesto marcó el inicio del Bienio Progresista (1854–1856), un periodo clave en el proceso de transformación liberal del siglo XIX en España.
El texto justifica el pronunciamiento militar de julio de 1854 como una vía legítima para restaurar un liberalismo constitucional, reformista y popular.
Principales Ideas del Manifiesto
- Legitimidad popular: Se presenta el levantamiento como un acto colectivo apoyado por el pueblo y el ejército.
- Reforma sin revolución: Se busca reformar el sistema sin derrocar la monarquía, eliminando solo las influencias corruptas.
- Modernización legal: Se propone mejorar la ley electoral y ampliar la libertad de prensa.
- Reformas fiscales y administrativas: Incluyen la rebaja de impuestos, la eficiencia estatal y el acceso a cargos por mérito.
- Autonomía local: Se defiende la descentralización para proteger los intereses regionales.
- Milicia Nacional: Como garantía de libertades frente al ejército profesional.
- Voluntad nacional: Se reconoce que el destino político debe decidirlo la nación a través de las Cortes.
Impacto y Legado del Manifiesto
El Manifiesto del Manzanares fue un punto de inflexión en el liberalismo español durante el reinado de Isabel II, al surgir como respuesta al autoritarismo moderado de la etapa anterior. Dio inicio al Bienio Progresista, con un claro propósito de modernización institucional y regeneración liberal.
A diferencia de otros pronunciamientos, no solo criticó al gobierno, sino que ofreció un programa político concreto: reformas legales, descentralización, meritocracia y milicias. Además, reafirmó un principio clave del liberalismo decimonónico: la soberanía nacional como fuente de legitimidad.
Aunque muchas de sus propuestas inspiraron reformas importantes, como la Desamortización de Madoz o la liberalización económica, el proyecto fracasó por divisiones internas y oposición conservadora. Aun así, el manifiesto dejó una huella duradera en el pensamiento liberal, influyendo en generaciones posteriores, como la de la Restauración Canovista.
La Crisis de 1917 y el Conflicto Social en España (1905-1923)
Análisis de Documentos Históricos
Este estudio se basa en un gráfico que ilustra el número de huelgas en España entre 1905 y 1923, y un mapa que refleja la incidencia de la Crisis de 1917 en ámbitos urbanos e industriales, así como las huelgas rurales entre 1918 y 1921. Ambos documentos se enmarcan en el contexto de crisis social, política y económica que vivió España durante la Primera Guerra Mundial, y forman parte de una obra historiográfica publicada en 2015.
El contenido de estos documentos pone de manifiesto el malestar social provocado por la inflación y la precariedad laboral, la descomposición del sistema político de la Restauración, y las tensiones económicas entre empresarios y trabajadores. El gráfico, de tipo lineal, muestra la evolución temporal de las huelgas, mientras que el mapa, de tipo temático, combina símbolos y coropletas para representar la intensidad geográfica del conflicto social.
Evolución de las Huelgas (1905-1923)
Entre 1905 y 1915, las huelgas en España se mantuvieron estables, con algunas subidas puntuales como la de 1909, coincidiendo con la Semana Trágica. A partir de 1916, se registra un fuerte aumento del número de huelgas, alcanzando un pico en 1917 (más de 1.000), lo que coincide con la huelga general organizada por UGT y CNT. Tras una leve bajada en 1918, las huelgas volvieron a intensificarse en 1919 (huelga de La Canadiense), para luego disminuir notablemente desde 1921, en un contexto de represión estatal y creciente inestabilidad política, que culminaría en la dictadura de Primo de Rivera en 1923.
Focos de Conflictividad Social
El mapa muestra los principales focos de conflictividad laboral urbana durante la huelga general de 1917, especialmente en Madrid, Cataluña, Vizcaya, Asturias, Zaragoza, Levante y zonas mineras como Riotinto o Linares. También destaca la conflictividad agraria entre 1918 y 1921, particularmente en Andalucía, Castilla-La Mancha, Castilla y León y Levante, donde los jornaleros exigían mejores condiciones laborales.
En conjunto, se observa una fuerte tensión social en tres áreas clave:
- Urbano-industrial: Huelgas en sectores como la industria y los ferrocarriles.
- Agrícola: Protestas de jornaleros por salarios y condiciones.
- Minero: Alta conflictividad debido a la dureza laboral y las crisis del sector.
Contexto Histórico de la Crisis de 1917
La Crisis de 1917 fue un punto de inflexión en la historia contemporánea de España, caracterizado por conflictos políticos, sociales y económicos que evidenciaron la fragilidad del sistema de la Restauración. Se produjo en un contexto de inestabilidad global, influenciado por la Primera Guerra Mundial (1914-1918), aunque España se mantuvo neutral en el conflicto.
A principios del siglo XX, España sufría de enormes desigualdades sociales. El número de afiliados a sindicatos como la CNT (anarquistas) y la UGT (socialistas) crecía, lo que se traducía en un aumento de las protestas sociales, siendo la Semana Trágica de 1909 un claro precedente. La Primera Guerra Mundial generó un boom económico en España, que se convirtió en abastecedor de los contendientes. Sin embargo, este crecimiento no se tradujo en una mejora de las condiciones de vida para la mayoría de la población; los precios aumentaron espectacularmente mientras los salarios permanecían estancados, lo que explica la explosión social de 1917. Este periodo de inestabilidad se prolongaría hasta 1923, sin que se encontraran soluciones efectivas, lo que finalmente propició el golpe de Estado de Primo de Rivera en ese mismo año.
Factores Clave de la Crisis de 1917
Crisis Política: La Protesta de la Asamblea de Parlamentarios
El sistema político de la Restauración, basado en el turno pacífico de partidos (conservador y liberal), estaba desgastado y sufría de corrupción electoral. En 1917, la oposición al gobierno de Eduardo Dato exigió reformas políticas y una mayor democratización. La Asamblea de Parlamentarios, liderada por Francesc Cambó, se reunió en Barcelona pidiendo una reforma constitucional, pero fue disuelta por el gobierno.
Crisis Militar: Las Juntas de Defensa
El malestar en el ejército creció debido a la falta de ascensos y los bajos salarios, mientras que oficiales con conexiones políticas eran favorecidos. Se formaron las Juntas de Defensa, asociaciones de militares que presionaron al gobierno para mejorar sus condiciones, debilitando la autoridad estatal.
Crisis Social y Económica: La Huelga General de Agosto de 1917
España, aunque neutral en la Primera Guerra Mundial, experimentó una crisis económica debido a la inflación y el aumento de precios de productos básicos. El descontento obrero y la desigualdad social llevaron a una huelga general revolucionaria en agosto de 1917, organizada por la UGT y la CNT. Los principales focos de huelga se dieron en Madrid, Barcelona, Asturias y el País Vasco, con fuertes represiones por parte del gobierno.
Consecuencias de la Crisis de 1917
- Se evidenció la fragmentación del poder entre parlamentarios, militares y obreros, debilitando el sistema de la Restauración.
- Aunque la huelga fue reprimida, la conflictividad social se intensificó en los años siguientes, especialmente en la década de 1920, con más huelgas y enfrentamientos entre obreros y empresarios.
- La crisis sentó las bases para el golpe de Estado de Primo de Rivera en 1923, que instauró una dictadura militar.